SER O NO SER
Jesús les dijo a los judíos: - Vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas.
Y añadió:
- Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
Aquí hay dos grupos excluyentes: uno conformado por aquellos que no son de sus ovejas, y otro formado por sus ovejas. Los primeros son los que no creen; los segundos son los que oyen su voz.
Para los primeros hay una sentencia lapidaria. Por eso los judíos, al sentirse identificados con esas ovejas, tomaron piedras para tirarle. Para los segundos, en tanto, hay la más completa seguridad.
- ... Y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
La condición de oveja de Jesús no se alcanza por haber tocado un resorte humano. No es por decisión de carne y sangre. Jesús dice:
- Mi Padre que me las dio ...
Sólo el Padre puede decidir si tú eres o no una oveja de Cristo. Para que tú llegaras a serlo, el Padre tuvo que haber pensado en ti y haber decidido a tu favor. Este es el privilegio más grande que puede tener un hombre sobre la tierra.
Así que, hay sólo dos opciones: ser o no ser. ¿Cuál es tu realidad? ¿Eres o no eres una oveja de Cristo, el buen Pastor?
Un rebaño y un pastor
La meta de Dios es que todas las ovejas conformen un solo rebaño y tengan un solo Pastor. A la hora de decidir cuál ha de ser este pastor, no hay duda. Uno solo es el que dio su vida por las ovejas. Uno solo es el que tuvo el poder de poner su vida por ellas, para luego volverla a tomar.
De manera que Cristo es el buen Pastor, y su iglesia es el único rebaño. Por supuesto, no se trata de un único rebaño formado por alianzas humanas. Dios no reconoce esos acuerdos. Se trata de la iglesia que él ganó por su sangre, de la iglesia que él edifica, del rebaño que él apacienta.
¿Cómo llegará a formarse este único rebaño? Cuando el pastor sale del aprisco, llama a cada una de las ovejas por su nombre, y las saca. Luego, cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. (10:3-4).
El rebaño único está formado por aquellos que reconocen la única Voz digna de ser oída. Ellos se parecen en sólo esto: en que reconocen la voz del Pastor y le siguen. ¿Adónde? ¿Cómo? ¿Cuándo? El Pastor sabe adónde, cómo y cuándo.
En estos días su voz se está oyendo por muchos lugares, en el mundo entero. Y sus ovejas están oyendo su voz y le están siguiendo.
¿Puedes tú oírle? Entonces, síguele.
Y, de paso, conocerás a las demás ovejas.
"Los amigos también tienen que morir". Eliseo Apablaza
Texto completo en archivo adjunto.
Jesús les dijo a los judíos: - Vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas.
Y añadió:
- Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
Aquí hay dos grupos excluyentes: uno conformado por aquellos que no son de sus ovejas, y otro formado por sus ovejas. Los primeros son los que no creen; los segundos son los que oyen su voz.
Para los primeros hay una sentencia lapidaria. Por eso los judíos, al sentirse identificados con esas ovejas, tomaron piedras para tirarle. Para los segundos, en tanto, hay la más completa seguridad.
- ... Y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
La condición de oveja de Jesús no se alcanza por haber tocado un resorte humano. No es por decisión de carne y sangre. Jesús dice:
- Mi Padre que me las dio ...
Sólo el Padre puede decidir si tú eres o no una oveja de Cristo. Para que tú llegaras a serlo, el Padre tuvo que haber pensado en ti y haber decidido a tu favor. Este es el privilegio más grande que puede tener un hombre sobre la tierra.
Así que, hay sólo dos opciones: ser o no ser. ¿Cuál es tu realidad? ¿Eres o no eres una oveja de Cristo, el buen Pastor?
Un rebaño y un pastor
La meta de Dios es que todas las ovejas conformen un solo rebaño y tengan un solo Pastor. A la hora de decidir cuál ha de ser este pastor, no hay duda. Uno solo es el que dio su vida por las ovejas. Uno solo es el que tuvo el poder de poner su vida por ellas, para luego volverla a tomar.
De manera que Cristo es el buen Pastor, y su iglesia es el único rebaño. Por supuesto, no se trata de un único rebaño formado por alianzas humanas. Dios no reconoce esos acuerdos. Se trata de la iglesia que él ganó por su sangre, de la iglesia que él edifica, del rebaño que él apacienta.
¿Cómo llegará a formarse este único rebaño? Cuando el pastor sale del aprisco, llama a cada una de las ovejas por su nombre, y las saca. Luego, cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. (10:3-4).
El rebaño único está formado por aquellos que reconocen la única Voz digna de ser oída. Ellos se parecen en sólo esto: en que reconocen la voz del Pastor y le siguen. ¿Adónde? ¿Cómo? ¿Cuándo? El Pastor sabe adónde, cómo y cuándo.
En estos días su voz se está oyendo por muchos lugares, en el mundo entero. Y sus ovejas están oyendo su voz y le están siguiendo.
¿Puedes tú oírle? Entonces, síguele.
Y, de paso, conocerás a las demás ovejas.
"Los amigos también tienen que morir". Eliseo Apablaza
Texto completo en archivo adjunto.