PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 8 --- La visión que vino a Pedro
Sábado --- Leer con oración: Hch 8:26-40; Gn 10:6; Jer 13:23
"Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto" (Hch 8:26)
SER FIEL AL ENVIAR DEL ESPÍRITU
En Hechos 8:26 leemos: “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue”. Felipe fue para el camino, el cual es desierto. Muchos no quieren predicar el evangelio en los lugares desiertos, pero el verdadero evangelista no piensa así, él no va de acuerdo con su querer, sino que es fiel al enviar del Espíritu. Puesto que el ángel del Señor lo envió, y Felipe fue obediente al llamado, algo sucedió.
En el versículo 27 y 28 leemos: “Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías”. Etiopía es Cus, tierra de los descendientes de Cus, hijo de Cam (Gn 10:6), que son de raza negra (cfr. Jer 13:23). Él era un funcionario, supervisaba todo el tesoro de un reino, pero era piadoso y fue a Jerusalén para adorar, porque el judaísmo le había sido predicado. Ahora estaba de regreso, y leía al profeta Isaías, pero no entendía.
“Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él” (Hch 8:29-31). Gracias al Señor, Felipe nuevamente fue obediente al Espíritu, y tuvo la oportunidad de predicar el evangelio, explicando la palabra del profeta Isaías y mostrando que ésta se refería al Señor Jesús (v. 35). Entonces el eunuco etíope creyó en el Señor.
En los versículos 36 a 38 leemos: “Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó”. El Espíritu registró ese hecho para mostrar que el Señor quería llenar toda la tierra. Hasta aquí el evangelio fue predicado sólo a los judíos auténticos y para los samaritanos que eran una raza mezclada, pero ahora el ángel del Señor dirigió a Felipe a contactar a un gentil de Etiopía. A partir de allí, a través del eunuco, el evangelio comenzó a ser predicado en Etiopía, porque la palabra del Señor debe llegar hasta lo último de la tierra.
En el versículo 40 leemos: “Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea”. Todo eso ocurrió por causa de la propagación del evangelio, conforme a la voluntad eterna de Dios, que es, que seamos fructíferos, nos multipliquemos, llenemos la tierra y la sojuzguemos.
Punto Clave: Llegar hasta lo último de la tierra
Pregunta: ¿Por qué el Espíritu llevó a Felipe a un lugar desierto?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árbore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
----------------------------------------
La misericordia de Dios nos alcanza
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Romanos 9:15-16 Pues a Moisés dice: “Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia, y me compadeceré del que Yo me compadezca”. Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
La misericordia va más allá que la gracia. Si yo me acerco a usted como un querido amigo, y usted me obsequia una Biblia, eso es gracia. Sin embargo, si soy un pobre mendigo inmundo, incapaz de hacer nada por mí mismo, y usted me da 10 dólares, eso no es gracia, sino misericordia. Así que la misericordia va más lejos que la gracia. La gracia sólo alcanza una situación que está a su mismo nivel, pero la misericordia va mucho más lejos, extendiéndose a una situación pobre que no merece la gracia.
De acuerdo con nuestra condición natural, nos encontrábamos muy lejos de Dios, y éramos totalmente indignos de Su gracia; únicamente estábamos en condiciones de recibir Su misericordia. La misericordia de Dios no depende de la buena condición del hombre; en cambio, se muestra en la situación deplorable de los hombres. La misericordia de Dios va más allá que Su gracia.
La misericordia de Dios nos ha alcanzado. Ninguno de nosotros estaba en una condición digna de Su gracia. Nuestra condición era tan pobre y miserable que hubo necesidad de que la misericordia de Dios llenara el abismo existente entre nosotros y Él. Fue la misericordia de Dios la que nos introdujo en Su gracia. ¡Cuánto necesitamos comprender esto y adorar a Dios por Su misericordia! ¡Oh, cuánto necesitamos Su misericordia! Debemos valorar la mi¬sericordia de Dios tanto como apreciamos Su gracia. Siempre es la misericordia de Dios la que nos capacita para participar de Su gracia.
Semana 8 --- La visión que vino a Pedro
Sábado --- Leer con oración: Hch 8:26-40; Gn 10:6; Jer 13:23
"Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto" (Hch 8:26)
SER FIEL AL ENVIAR DEL ESPÍRITU
En Hechos 8:26 leemos: “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó y fue”. Felipe fue para el camino, el cual es desierto. Muchos no quieren predicar el evangelio en los lugares desiertos, pero el verdadero evangelista no piensa así, él no va de acuerdo con su querer, sino que es fiel al enviar del Espíritu. Puesto que el ángel del Señor lo envió, y Felipe fue obediente al llamado, algo sucedió.
En el versículo 27 y 28 leemos: “Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías”. Etiopía es Cus, tierra de los descendientes de Cus, hijo de Cam (Gn 10:6), que son de raza negra (cfr. Jer 13:23). Él era un funcionario, supervisaba todo el tesoro de un reino, pero era piadoso y fue a Jerusalén para adorar, porque el judaísmo le había sido predicado. Ahora estaba de regreso, y leía al profeta Isaías, pero no entendía.
“Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él” (Hch 8:29-31). Gracias al Señor, Felipe nuevamente fue obediente al Espíritu, y tuvo la oportunidad de predicar el evangelio, explicando la palabra del profeta Isaías y mostrando que ésta se refería al Señor Jesús (v. 35). Entonces el eunuco etíope creyó en el Señor.
En los versículos 36 a 38 leemos: “Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó”. El Espíritu registró ese hecho para mostrar que el Señor quería llenar toda la tierra. Hasta aquí el evangelio fue predicado sólo a los judíos auténticos y para los samaritanos que eran una raza mezclada, pero ahora el ángel del Señor dirigió a Felipe a contactar a un gentil de Etiopía. A partir de allí, a través del eunuco, el evangelio comenzó a ser predicado en Etiopía, porque la palabra del Señor debe llegar hasta lo último de la tierra.
En el versículo 40 leemos: “Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea”. Todo eso ocurrió por causa de la propagación del evangelio, conforme a la voluntad eterna de Dios, que es, que seamos fructíferos, nos multipliquemos, llenemos la tierra y la sojuzguemos.
Punto Clave: Llegar hasta lo último de la tierra
Pregunta: ¿Por qué el Espíritu llevó a Felipe a un lugar desierto?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árbore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
----------------------------------------
La misericordia de Dios nos alcanza
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Romanos 9:15-16 Pues a Moisés dice: “Tendré misericordia del que Yo tenga misericordia, y me compadeceré del que Yo me compadezca”. Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
La misericordia va más allá que la gracia. Si yo me acerco a usted como un querido amigo, y usted me obsequia una Biblia, eso es gracia. Sin embargo, si soy un pobre mendigo inmundo, incapaz de hacer nada por mí mismo, y usted me da 10 dólares, eso no es gracia, sino misericordia. Así que la misericordia va más lejos que la gracia. La gracia sólo alcanza una situación que está a su mismo nivel, pero la misericordia va mucho más lejos, extendiéndose a una situación pobre que no merece la gracia.
De acuerdo con nuestra condición natural, nos encontrábamos muy lejos de Dios, y éramos totalmente indignos de Su gracia; únicamente estábamos en condiciones de recibir Su misericordia. La misericordia de Dios no depende de la buena condición del hombre; en cambio, se muestra en la situación deplorable de los hombres. La misericordia de Dios va más allá que Su gracia.
La misericordia de Dios nos ha alcanzado. Ninguno de nosotros estaba en una condición digna de Su gracia. Nuestra condición era tan pobre y miserable que hubo necesidad de que la misericordia de Dios llenara el abismo existente entre nosotros y Él. Fue la misericordia de Dios la que nos introdujo en Su gracia. ¡Cuánto necesitamos comprender esto y adorar a Dios por Su misericordia! ¡Oh, cuánto necesitamos Su misericordia! Debemos valorar la mi¬sericordia de Dios tanto como apreciamos Su gracia. Siempre es la misericordia de Dios la que nos capacita para participar de Su gracia.