SEOLES
“Mira a todo soberbio, y humíllalo,
Y quebranta a los impíos en su sitio.
Encúbrelos a todos en el polvo,
Encierra sus rostros en la oscuridad;
Y yo también te confesaré
Que podrá salvarte tu diestra.”
Libro de la Sabiduría 40:12 al 14
León sí, ¿pero por qué el rugido?
creo que más vale león perdido,
que león rugiente sin motivo.
(…¿estarías tu conmigo
al apagarse las velas
en la mansión?)
Por sus Noches de Gloria,
con ellos vestidos en Armani,
que a gritos se comen así
todo lo que hallan de valor
en la bolsa de las casas
de las pobres viudas,
abandonando al huérfano
sin sustento y a su suerte.
Cuando soy un competidor,
de la delegación de Israel
tengo que estar aguantando
a estos viejitos con bastón
(Zacarías 8:4)
Zorras que echan a perder
los muros y las siembras, y que
un deplorable día decidieron ellos
-sin consultarlo con nadie-
tomar el camino del Señor.
Evangelio de falsa prosperidad
y críticas siempre destructivas,
que hacen guarida de las calles
al templo para su rara enseñanza.
Burlones, cumbieros, farsantes
escondidos detrás de un vuelo
que con su religión mentirosa
van esclavizados del dinero.
Ya se había dicho antes,
fieras disfrazadas de ovejas;
son hambrientos leones, legado
del rey Manasés, y la lista es larga…
¡Dios me libre si por decirles la verdad
llegara yo a enredarme en tal embuste!
Seoles, que nunca vaya a caer,
en una de ésas herméticas cajas.
“Así también vosotros por fuera, a la verdad,
os mostráis justos a los hombres, pero por dentro
estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque edificáis los sepulcros de los profetas,
y adornáis los monumentos de los justos, y decís:
Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres,
no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre
de los profetas.”
Mateo 23:28 al 30
...
“Mira a todo soberbio, y humíllalo,
Y quebranta a los impíos en su sitio.
Encúbrelos a todos en el polvo,
Encierra sus rostros en la oscuridad;
Y yo también te confesaré
Que podrá salvarte tu diestra.”
Libro de la Sabiduría 40:12 al 14
León sí, ¿pero por qué el rugido?
creo que más vale león perdido,
que león rugiente sin motivo.
(…¿estarías tu conmigo
al apagarse las velas
en la mansión?)
Por sus Noches de Gloria,
con ellos vestidos en Armani,
que a gritos se comen así
todo lo que hallan de valor
en la bolsa de las casas
de las pobres viudas,
abandonando al huérfano
sin sustento y a su suerte.
Cuando soy un competidor,
de la delegación de Israel
tengo que estar aguantando
a estos viejitos con bastón
(Zacarías 8:4)
Zorras que echan a perder
los muros y las siembras, y que
un deplorable día decidieron ellos
-sin consultarlo con nadie-
tomar el camino del Señor.
Evangelio de falsa prosperidad
y críticas siempre destructivas,
que hacen guarida de las calles
al templo para su rara enseñanza.
Burlones, cumbieros, farsantes
escondidos detrás de un vuelo
que con su religión mentirosa
van esclavizados del dinero.
Ya se había dicho antes,
fieras disfrazadas de ovejas;
son hambrientos leones, legado
del rey Manasés, y la lista es larga…
¡Dios me libre si por decirles la verdad
llegara yo a enredarme en tal embuste!
Seoles, que nunca vaya a caer,
en una de ésas herméticas cajas.
“Así también vosotros por fuera, a la verdad,
os mostráis justos a los hombres, pero por dentro
estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque edificáis los sepulcros de los profetas,
y adornáis los monumentos de los justos, y decís:
Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres,
no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre
de los profetas.”
Mateo 23:28 al 30
...