Seguridad Eterna: ¿Qué está en juego?

amato

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13 Diciembre 2001
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Quisiera transcribir parte del capitulo 1 del Libro de Charles Stanley, anteriormente citado.


¿Qué es lo que está en juego?


La cuestión de si la salvación es para siempre o no, no es algo aislado. La respuesta que se de a esta pregunta afecta cada aspecto de la teología de cada uno. Pero esta pregunta va mucho más allá del campo de la pura teología. Invade nuestros lunes por la mañana, se introduce en nuestras oraciones, se muestra en nuestra respuesta al éxito o al fracaso y cuelga sobre el lecho de muerte de nuestros seres queridos. Sí, hay mucho en juego.

Si esta cuestión fuera simplemente un caballo de batalla para el entretenimiento teológico, dejaría que otros teólogos más capacitados lo monten. Y ciertamente, hay disponibles obras más completas sobre el tema. Pero este libro no tiene la intención de ser un discurso teológico. Es acerca del amor, el amor que encuentra su más completa expresión en Cristo. Es sobre la gracia, gracia que no conoce límites. Este libro trata acerca del incansable deseo de Dios de restaurar de una vez y para siempre la relación rota con su creación más preciada: usted y yo.

SEGURIDAD

Varias cosas están en juego. Antes que todo, nuestra seguridad. Si nuestra salvación pende en cualquier otra cosa que la obra completa de Cristo en la Cruz, estamos en problemas. O, en el mejor de los casos, corremos el riesgo de estar en problemas. Si usted y yo tenemos alguna parte en cuanto a mantener nuestra salvación, será difícil vivir con mucha seguridad. Esperanza, sí; seguridad, no.

Y sin embargo Juan escribió una carta completa para asegurar a un grupo de personas, a quienes ni siquiera tenía cerca para observarles, que en efecto eran salvas:

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. 1 Juan 5:13

Donde no hay la seguridad de que Dios nos acepta, no hay paz. Donde no hay paz, no hay gozo. Donde no hay gozo, hay la limitación de la capacidad de uno para amar incondicionalmente. ¿Por qué? Porque una persona que no tiene seguridad es por definición motivada parcialmente por el temor. El temor y el amor no se mezclan muy bien. El uno siempre diluye al otro. Aun más, el temor se convierte en preocupación. Seamos realistas por un momento. Si la salvación no es una cuestión resuelta, ¿cómo puedo afanarme por nada? (ver Filipenses 4.6)


PERDON

También está en juego el alcance del perdón divino. Cuando Cristo murió, ¿por cuáles pecados murió?
¿Cuáles de nuestros pecados fueron perdonados cuando confiamos en EL como Salvador? Si los pecados que cometemos después de habernos convertido en cristianos pueden anular nuestra relación con el Salvador, claramente esos pecados no quedaron cubiertos por el Calvario. Perdonado es perdonado. Diferenciar entre pecados perdonados y no perdonados es hacer una distinción extraña en las Escrituras. El tiempo u ocasión de nuestros pecados es irrelevante, puesto que todos ellos eran futuros desde la perspectiva de la cruz. Ignorar la seguridad eterna es desechar lo que ocurrió en el Calvario.


SOLO FE

La Salvación solo por la fe está en juego. Una vez que se introducen las buenas obras en el proceso de la salvación, ésta ya no es sólo por gracia es por fe y por obras. Implicar que la salvación se mantiene por obras (o por no pecar) es tomar sobre nosotros mismos la carga diaria de nuestra salvación. En ese caso habría lugar para jactarse en el cielo (pude conservar mi salvación !!).
Decir que la gracia de Dios nos capacita para mantener buenas obras no resuelve el dilema. Por cuanto, ¿quién es responsable por la apropiación diaria de esa gracia? Regresamos a donde empezamos. Si la salvación no es para siempre no puede ser por la fe sola.


AMOR

Si abandonar la fe, o caer en el pecado, causa un cortocircuito en la salvación, tengo la capacidad de demostrar amor incondicional en mayor extensión que el de Dios. Si hay una condición – aun cuando sea sola- para la buena disposición de Dios para Sus hijos, no es incondicional. Por otro lado, conozco mucha gente que ha demostrado puro amor incondicional a familiares que eran increíblemente indignos.
Uno podría argüir: <<Pero la santidad de Dios exige ciertas cosas de aquellos con quiénes EL mantiene una relación. Su naturaleza no le permite permanecer en relación con un individuo que continuamente desdeña ese amor>>:
Eso está fuera de punto. ¡Si la santidad exige algo en pago de parte de aquellos a quienes El ama, es claro que su santidad es una condición, su amor es incondicional. Si su naturaleza le obliga a desasociarse de ciertos tipos de personas, su naturaleza se interpone en su capacidad de amar incondicionalmente.


EVANGELIZACION

Los cristianos que están inseguros en cuanto a la situación en que se hallan delante de Dios, tienen dificultades para hablar a otros del amor de Dios. A menudo hallan imposible avanzar más allá de su propia lucha con la salvación. No todo el mundo que rechaza la noción de <<una vez salvo, salvo para siempre>>, tiene este problema. Pero he conocido a muchos para quienes esta barrera es real.


ENFOQUE

En tanto que tenga yo un papel continuo en el proceso de la salvación, mi tendencia natural será enfocar mi conducta en lugar de dirigir mi mirada a Cristo. Sin embargo, se nos ordena que pongamos nuestros ojos en Cristo (véase Filipenses 4:8; Colosenses 3:2; Hechos 12:1-2). Ciertamente que hay lugar para el examen propio de la vida. Pero no debemos ser el foco de nuestras vidas. Nunca somos completamente libres como para fijar nuestra mirada en EL sino cuando estamos seguros de que nuestra relación con El es segura.


EN EQUILIBRIO

Estas son apenas unas cuantas razones de las cosas que son afectadas por la posición que uno tenga en cuanto a la cuestión de la seguridad eterna. Este tema no es simplemente algo para que los teólogos se ataquen unos a otros. Esta cuestión tiene mucho que ver con nuestra vida aquí y ahora. Sin importar cuál punto de vista se sienta inclinado a adoptar, tendrá un gran impacto en la percepción de usted mismo, de Dios y de otros. Por estas razones me siento compelido a escribir sobre este tema serio. Por estas mismas razones oro que usted se sentirá compelido a leer y releer hasta que esta cuestión quede resuelta en su mente de una vez por todas...


Seguridad Eterna, Cap. 1. Charles Stanley; Ed. Caribe, 1994.

Bendiciones,
Amato.
 
La paz del perdon

La paz del perdon

Estimado Amato:

Gracias por tu aporte.

Hay un libro escrito poe este mismo autor que se llama "La paz del perdón y va en la misma línea y ha sido de mucha edificación en mi vida por las innumerables sitas Biblicas a las que hace referencia para tratar éste tema.

Me han llegado unas 8 revistas mensuales como un regalo cuando visite la página www.encontacto.com y me escribieron que me mandarían la revista y en un canal extranjero los sábados cuando me acuerdo escucho predicaciones del sitado autor.

Cuando se escuchan voces que hacen énfasis en la prosperidad y otras cosas es refrescante escuchar buena Palabra.

Bendiciones
 
La paz del perdon

La paz del perdon

Estimado Amato:

Gracias por tu aporte.

Hay un libro escrito poe este mismo autor que se llama "La paz del perdón y va en la misma línea y ha sido de mucha edificación en mi vida por las innumerables sitas Biblicas a las que hace referencia para tratar éste tema.

Me han llegado unas 8 revistas mensuales como un regalo cuando visite la página www.encontacto.com y me escribieron que me mandarían la revista y en un canal extranjero los sábados cuando me acuerdo escucho predicaciones del sitado autor.

Cuando se escuchan voces que hacen énfasis en la prosperidad y otras cosas es refrescante escuchar buena Palabra.

Bendiciones
 
Hermanos, no sabía que existía la "doctrina" de la SEGURIDAD ETERNA. Hasta donde entiendo, esa SEGURIDAD es obviamente eterna, como lo es la "hemorragia de sangre". Si es hemorragia es de sangre y si hablamos de SEGURIDAD tiene que ser necesariamente en términos de eternidad. Esa seguridad iniciará, para quienes nacimos después de Jesús, el día del arrebatamiento y será obviamente eterna. Muchos serán redimidos para participar en las bodas del Cordero. Serán la Esposa. Otros serán dejados, claro, pero al regresar Jesús con su Esposa, serán redimidos (Lc. 12.38-40), si no se dejaron marcar serán tenidos en cuenta como SACERDOTES para Dios y para el Cordero durante ese milenio mesiánico (Apo. 20.4-6). Luego están aquellos que serán llamados al Juicio del trono Blanco, se salvarán los que se hallen inscritos en el libro de la vida (Ro. 2. 14-16).

Efgi
 
Re: Seguridad Eterna: ¿Qué está en juego?

Originalmente enviado por: amato
Quisiera transcribir parte del capitulo 1 del Libro de Charles Stanley, anteriormente citado.


¿Qué es lo que está en juego?


La cuestión de si la salvación es para siempre o no, no es algo aislado. La respuesta que se de a esta pregunta afecta cada aspecto de la teología de cada uno. Pero esta pregunta va mucho más allá del campo de la pura teología. Invade nuestros lunes por la mañana, se introduce en nuestras oraciones, se muestra en nuestra respuesta al éxito o al fracaso y cuelga sobre el lecho de muerte de nuestros seres queridos. Sí, hay mucho en juego.

Si esta cuestión fuera simplemente un caballo de batalla para el entretenimiento teológico, dejaría que otros teólogos más capacitados lo monten. Y ciertamente, hay disponibles obras más completas sobre el tema. Pero este libro no tiene la intención de ser un discurso teológico. Es acerca del amor, el amor que encuentra su más completa expresión en Cristo. Es sobre la gracia, gracia que no conoce límites. Este libro trata acerca del incansable deseo de Dios de restaurar de una vez y para siempre la relación rota con su creación más preciada: usted y yo.


No puedo menos que concordar con el autor en que es mucho lo que está en juego. Por eso mismo vale la pena analizar los argumentos que esboza en este capítulo introductorio.



SEGURIDAD

Varias cosas están en juego. Antes que todo, nuestra seguridad. Si nuestra salvación pende en cualquier otra cosa que la obra completa de Cristo en la Cruz, estamos en problemas. O, en el mejor de los casos, corremos el riesgo de estar en problemas. Si usted y yo tenemos alguna parte en cuanto a mantener nuestra salvación, será difícil vivir con mucha seguridad. Esperanza, sí; seguridad, no.

Y sin embargo Juan escribió una carta completa para asegurar a un grupo de personas, a quienes ni siquiera tenía cerca para observarles, que en efecto eran salvas:

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. 1 Juan 5:13


Precisamente, esta es la misma carta donde el apóstol dice:

Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos.

Y ahora, hijos, permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de Él avergonzados en su venida.

Hijos míos, que nadie os engañe; el que practica la justicia es justo, así como Él es justo. El que practica el pecado es del diablo porque el diablo ha pecado desde el principio.

Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios permanece en él. En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo.

En esto sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos.



Donde no hay la seguridad de que Dios nos acepta, no hay paz. Donde no hay paz, no hay gozo. Donde no hay gozo, hay la limitación de la capacidad de uno para amar incondicionalmente. ¿Por qué? Porque una persona que no tiene seguridad es por definición motivada parcialmente por el temor. El temor y el amor no se mezclan muy bien. El uno siempre diluye al otro. Aun más, el temor se convierte en preocupación. Seamos realistas por un momento. Si la salvación no es una cuestión resuelta, ¿cómo puedo afanarme por nada? (ver Filipenses 4.6)


La respuesta del Apóstol Juan es que en la medida en que nuestro amor por Dios se perfecciona, el temor es echado fuera.

La recta y bíblica supresión del temor no viene por despreocuparnos de nuestra salvación, sino por estar cada vez más intimamente unidos a Cristo. Cuando nuestro amor sea perfecto, no habra lugar para el temor.

Entre tanto, la enseñanza bíblica es:

Mateo 10:28
Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden
matar el alma; más bien temed a aquel que puede {hacer} perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.

Romanos 11:20
Muy cierto; fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas
altanero, sino teme;

2 Corintios 7:1
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la
santidad en el temor de Dios.

Efesios 5:21
sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo

Filipenses 2:12-13
Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia,
ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer,
para su beneplácito.


Hebreos 4:1
Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.

1 Pedro 1:17
Y si invocáis como Padre a aquel que imparcialmente juzga
según la obra de cada uno, conducíos en temor durante el tiempo de vuestra peregrinación;

1 Pedro 2:17
Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al
rey.
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En otras palabras, todos los razonamientos del Dr. Stanley no pueden bastar para silenciar la clara enseñanza bíblica.



PERDON

También está en juego el alcance del perdón divino. Cuando Cristo murió, ¿por cuáles pecados murió?
¿Cuáles de nuestros pecados fueron perdonados cuando confiamos en EL como Salvador? Si los pecados que cometemos después de habernos convertido en cristianos pueden anular nuestra relación con el Salvador, claramente esos pecados no quedaron cubiertos por el Calvario. Perdonado es perdonado. Diferenciar entre pecados perdonados y no perdonados es hacer una distinción extraña en las Escrituras. El tiempo u ocasión de nuestros pecados es irrelevante, puesto que todos ellos eran futuros desde la perspectiva de la cruz. Ignorar la seguridad eterna es desechar lo que ocurrió en el Calvario.


He aquí un bonito conjunto de sofismas, con una conclusión disparatada.

"¿Cuáles de nuestros pecados fueron perdonados cuando confiamos en Él como Salvador?"

TODOS, absolutamente TODOS los pecados que hubiéramos cometido antes de arrepentirnos y creer en Cristo.

"Si los pecados que cometemos después de habernos convertido en cristianos pueden anular nuestra relación con el Salvador, claramente esos pecados no quedaron cubiertos por el Calvario. "

Curioso razonamiento. La sangre de Cristo puede cubrir los pecados cometidos después de haberle aceptado, con la condición de que nos arrepintamos de ellos y los confesemos:

1 Juan 1:9
Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.

Como puede verse, hay un "si" condicional para la cobertura que reclama el Dr. Stanley.



SOLO FE

La Salvación solo por la fe está en juego. Una vez que se introducen las buenas obras en el proceso de la salvación, ésta ya no es sólo por gracia es por fe y por obras. Implicar que la salvación se mantiene por obras (o por no pecar) es tomar sobre nosotros mismos la carga diaria de nuestra salvación. En ese caso habría lugar para jactarse en el cielo (pude conservar mi salvación !!).
Decir que la gracia de Dios nos capacita para mantener buenas obras no resuelve el dilema. Por cuanto, ¿quién es responsable por la apropiación diaria de esa gracia? Regresamos a donde empezamos. Si la salvación no es para siempre no puede ser por la fe sola.


Yo había oído hablar de la justificación por la sola fe, pero no de la salvación por la sola fe. Que todo el proceso de la salvación sea por la sola fe con exclusión de las buenas obras es un concepto nuevo y extraño a las Escrituras.

Precisamente los textos que, como Efesios 2:8-10 y Filipenses 2:12-13 que enseñan claramente la salvación por gracia no excluyen sino que suponen las buenas obras.

Por cierto que afirmar que la gracia de Dios nos capacita para toda buena obra no resuelve el dilema, pero no es un dilema bíblico, sino uno manufacturado por el Dr. Stanley. La Biblia presupone vez tras vez nuestra responsabilidad como creyentes de apropiarnos de la gracia de Dios en Cristo sobre una base cotidiana.



AMOR

Si abandonar la fe, o caer en el pecado, causa un cortocircuito en la salvación, tengo la capacidad de demostrar amor incondicional en mayor extensión que el de Dios. Si hay una condición – aun cuando sea sola- para la buena disposición de Dios para Sus hijos, no es incondicional. Por otro lado, conozco mucha gente que ha demostrado puro amor incondicional a familiares que eran increíblemente indignos.


Como recurso emocional este razonamiento puede andar, aunque roza en la blasfemia. Pero claro, el problema es que prueba demasiado, a saber, que llevado a su conclusión lógica implica que absolutamente todo miembro de la raza humana habría de salvarse.

Sin embargo, parece claro que lo del amor incondicional atribuido a Dios es más un fruto de la imaginación que una doctrina bíblica. De otro modo, no existiría tal cosa como un pecado imperdonable.

Ni tampoco hubiera debido escribir Pablo:

2 Timoteo 2:11
Palabra fiel {es ésta}:
Que si morimos con El, también viviremos con El;
12 si perseveramos, también reinaremos con El;
si le negamos, El también nos negará;
13 si somos infieles, El permanece fiel, pues
no puede negarse a sí mismo.

Es muy curiosa la idea de que hagamos lo que hagamos, Dios no tiene derecho a rechazarnos. Ciertamente no proviene de la Biblia.


Uno podría argüir: <<Pero la santidad de Dios exige ciertas cosas de aquellos con quiénes EL mantiene una relación. Su naturaleza no le permite permanecer en relación con un individuo que continuamente desdeña ese amor>>:
Eso está fuera de punto. ¡Si la santidad exige algo en pago de parte de aquellos a quienes El ama, es claro que su santidad es una condición, su amor es incondicional. Si su naturaleza le obliga a desasociarse de ciertos tipos de personas, su naturaleza se interpone en su capacidad de amar incondicionalmente.


¿Fuera de punto? ¿A título de qué?
¿Qué entenderá el Dr. Stanley por "Sed santos como yo soy santo" o buscad la santidad "sin la cual nadie verá a Dios"?


El problema es que él parte de la premisa indemostrada de que el amor de Dios es incondicional y plantea nuestra búsqueda de la santidad como alguna suerte de pago o retribución. La santidad no es nada por el estilo. Es más bien la condición indispensable para mantenerse en comunión con Dios y estar en su presencia. Como el traje de bodas. Debemos revestirnos de Cristo porque somos salvos en Cristo y por Cristo.


EVANGELIZACION

Los cristianos que están inseguros en cuanto a la situación en que se hallan delante de Dios, tienen dificultades para hablar a otros del amor de Dios. A menudo hallan imposible avanzar más allá de su propia lucha con la salvación. No todo el mundo que rechaza la noción de <<una vez salvo, salvo para siempre>>, tiene este problema. Pero he conocido a muchos para quienes esta barrera es real.


Otra falsa premisa: que quien rechaza la fábula de la seguridad incondicional necesariamente debe ser un pusilánime que no puede compartir el evangelio.

Lo absurdo del argumento se verá muy fácilmente de la propia palabra de Dios. Hacia el final de sus días, el apóstol Pablo les escribió a los cristianos de Filipo:

3:10 {y} conocerle a El, el poder de su resurrección y la
participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte, 11 a fin de llegar a la resurrección de entre
los muertos. 12 No que ya {lo} haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de
poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.
13 Hermanos, yo mismo no considero haber{lo} ya alcanzado; pero una cosa {hago:} olvidando lo que {queda} atrás y
extendiéndome a lo que {está} delante, 14 prosigo hacia la meta para {obtener} el premio del supremo llamamiento de
Dios en Cristo Jesús.

Pablo tenía plena conciencia de no haber alcanzado la salvación de manera definitiva, lo cual parece que no le impidió predicar el evangelio.

Conservar un reverente temor durante nuestra peregrinación es, además de un mandato bíblico, un excelente consejo práctico.

Yo diría que es mucho más grave para la evangelización una posición como la del Dr. Stanley, que puede obtener muchas decisiones y aún así pocas vidas auténticamente transformadas. Si el amor de Dios es incondicional...



ENFOQUE

En tanto que tenga yo un papel continuo en el proceso de la salvación, mi tendencia natural será enfocar mi conducta en lugar de dirigir mi mirada a Cristo. Sin embargo, se nos ordena que pongamos nuestros ojos en Cristo (véase Filipenses 4:8; Colosenses 3:2; Hechos 12:1-2). Ciertamente que hay lugar para el examen propio de la vida. Pero no debemos ser el foco de nuestras vidas. Nunca somos completamente libres como para fijar nuestra mirada en EL sino cuando estamos seguros de que nuestra relación con El es segura.


Aquí el Dr. Stanley pone el carro delante del caballo. La razón de poner nuestra mirada en Cristo es saber que podemos estar seguros, pero también que estamos transitando un camino. El es el ejemplo, el modelo, el objetivo, como lo muestra la cita de Filipenses que transcribí arriba. Y el autoexamen que se enseña en muchos otros textos como Romanos 12:3, 1 Corintios 11:28 , Santiago 1:19-27 y 1 Juan 1:8-10.

La raíz de nuestra seguridad es Cristo, "como firme y segura ancla del alma" (Hebreos 6:19) pero es precisamente el pecado -nuestro pecado- lo que nos priva de mirar a Jesús y bloquea nuestra comunión con él. Por eso es que debemos arrepentirnos; está muy bien explicado en 1 Juan.

Cabe notar además que el mismo autor que escribió que pusiéramos los ojos en Jesús, "el autor y consumador de nuestra fe" fue uno de los que advirtió con mayor seriedad sobre el peligro del pecado.



EN EQUILIBRIO

Estas son apenas unas cuantas razones de las cosas que son afectadas por la posición que uno tenga en cuanto a la cuestión de la seguridad eterna. Este tema no es simplemente algo para que los teólogos se ataquen unos a otros. Esta cuestión tiene mucho que ver con nuestra vida aquí y ahora. Sin importar cuál punto de vista se sienta inclinado a adoptar, tendrá un gran impacto en la percepción de usted mismo, de Dios y de otros. Por estas razones me siento compelido a escribir sobre este tema serio. Por estas mismas razones oro que usted se sentirá compelido a leer y releer hasta que esta cuestión quede resuelta en su mente de una vez por todas...


Seguridad Eterna, Cap. 1. Charles Stanley; Ed. Caribe, 1994.

Bendiciones,
Amato.

De nuevo, completamente de acuerdo con la importancia del tema.

Y por completo en desacuerdo con la posición que sustenta y los argumentos que esgrime.

Bendiciones en Cristo

Jetonius

<{{{><
 
Amados hermanos:

En las últimas semanas escucho en una de las emisoras cristianas de mi ciudad, al atardecer "En contacto" y es de tanta bendición enseñanzas del Pastor Charles Stanley y no se si habrán escuchado de famili radio programas con el Pastor Manuel Otero; pasan después 3 programas seguidos: a solas con Dios, una visita pastoral y reflexión. Enseñanzas muy edificantes de la Palabra de Dios que pasan por esa emisora retrasmitida desde Famili Radio.

Con amor :corazon:
 
Perdón

Perdón

No es Manuel sino Gabriel Otero.