La salvación es un regalo que no puede perderse. De hecho, el ofrecimiento está hecho, y cada persona puede adherirse o no, pero nunca desprenderse de él. El nuevo nacimiento impide que seamos personas sin rumbo. Siempre estará el Espíritu de Dios con nosotros, y Jesús será nuestro abogado en nustro jucio para la eternidad, aunque seamos "salvos como por fuego".
Saludos a todos,
Webemaús
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Webemaús