http://www.protestantedigital.com/actual/sociedad.htm#7
Según diversos economistas, las religiones son “rentables” para la sociedad
HARVARD, 8-12-2003 (LaTercera/ACPress.net).
Para un grupo de expertos la fe y los dogmas religiosos son buenos para la economía y conducen a una mayor riqueza. También señalan que existen religiones, como la cristiana, que contribuyen más al crecimiento.
Una nueva corriente de estudios dice que las creencias religiosas son buenas para la economía y conducen a mayor riqueza. Al menos eso es lo que creen Robert Barro, profesor de Harvard y uno de los economistas más conocidos en el mundo, y un creciente grupo de académicos que insisten en coincidir en lo mismo.
La pregunta sobre la riqueza y la pobreza de las naciones siempre ha existido y es natural pensar que la cultura de unas versus la de otras, donde se incluyen las religiones, expliquen las diferencias. Max Weber, por ejemplo, hace un siglo propuso que la ética protestante del trabajo condujo a los países anglosajones a desarrollarse más rápido.
A Barro le tomó casi tres años completar el trabajo "Religión y Crecimiento Económico", influido en la mitad de su investigación "por los eventos del 11 de septiembre, que generaron la idea de que algunas religiones son dañinas. Por eso es importante estudiar su impacto dentro y fuera de un país, en la economía, en la política, en la sociedad...", dice.
Tomando a 59 países y dos décadas de encuestas sobre sus creencias y datos de ingreso per cápita, Barro aplicó complicados métodos para determinar que "cuando aumenta (el peso de las) creencias religiosas -especialmente con respecto al infierno, el Cielo, y la vida después de la vida- el crecimiento económico (medido como ingreso per cápita) aumenta. En este sentido, la fe cristiana es la que origina un mayor crecimiento económico.
Las conclusiones de Barro no debieran resultar raras. Un alto grado de creencias religiosas estimula el crecimiento porque contribuyen a mantener aspectos del comportamiento de las personas que estimulan la productividad, "como el ahorro, la ética del trabajo -como lo propuesto por Weber-, además de la honestidad y la apertura a los extranjeros", agrega, siendo importante esta última en tiempos de integración.
Barro hace una clara distinción en tres cosas: la fe, la asistencia a servicios religiosos y la creencia en Dios. En síntesis, para que la religión favorezca la riqueza de un país, Barro concluye que el efecto positivo obedece más a la auténtica creencia o fe que a las simples actividades religiosas.
Fuente: La Tercera. Redacción: ACPress.net
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Según diversos economistas, las religiones son “rentables” para la sociedad
HARVARD, 8-12-2003 (LaTercera/ACPress.net).
Para un grupo de expertos la fe y los dogmas religiosos son buenos para la economía y conducen a una mayor riqueza. También señalan que existen religiones, como la cristiana, que contribuyen más al crecimiento.
Una nueva corriente de estudios dice que las creencias religiosas son buenas para la economía y conducen a mayor riqueza. Al menos eso es lo que creen Robert Barro, profesor de Harvard y uno de los economistas más conocidos en el mundo, y un creciente grupo de académicos que insisten en coincidir en lo mismo.
La pregunta sobre la riqueza y la pobreza de las naciones siempre ha existido y es natural pensar que la cultura de unas versus la de otras, donde se incluyen las religiones, expliquen las diferencias. Max Weber, por ejemplo, hace un siglo propuso que la ética protestante del trabajo condujo a los países anglosajones a desarrollarse más rápido.
A Barro le tomó casi tres años completar el trabajo "Religión y Crecimiento Económico", influido en la mitad de su investigación "por los eventos del 11 de septiembre, que generaron la idea de que algunas religiones son dañinas. Por eso es importante estudiar su impacto dentro y fuera de un país, en la economía, en la política, en la sociedad...", dice.
Tomando a 59 países y dos décadas de encuestas sobre sus creencias y datos de ingreso per cápita, Barro aplicó complicados métodos para determinar que "cuando aumenta (el peso de las) creencias religiosas -especialmente con respecto al infierno, el Cielo, y la vida después de la vida- el crecimiento económico (medido como ingreso per cápita) aumenta. En este sentido, la fe cristiana es la que origina un mayor crecimiento económico.
Las conclusiones de Barro no debieran resultar raras. Un alto grado de creencias religiosas estimula el crecimiento porque contribuyen a mantener aspectos del comportamiento de las personas que estimulan la productividad, "como el ahorro, la ética del trabajo -como lo propuesto por Weber-, además de la honestidad y la apertura a los extranjeros", agrega, siendo importante esta última en tiempos de integración.
Barro hace una clara distinción en tres cosas: la fe, la asistencia a servicios religiosos y la creencia en Dios. En síntesis, para que la religión favorezca la riqueza de un país, Barro concluye que el efecto positivo obedece más a la auténtica creencia o fe que a las simples actividades religiosas.
Fuente: La Tercera. Redacción: ACPress.net
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