Hechos 20:33-35 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. Vosotros mismos sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. En todo os he dado ejemplo, mostrándoos cómo, trabajando así, se debe sostener a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
Pablo trabajaba con sus propias manos, haciendo tiendas (18:3), a fin de suplir sus propias necesidades y las de los que le acompañaban, sus jóvenes colaboradores. Esto indica que él no seguía la práctica del clero actual, el cual hace de la predicación una profesión.
Al igual que Pablo, debemos llevar la economía neotestamentaria adondequiera que vayamos. Si la situación así lo permite, podemos dedicarnos tiempo completo a la obra del ministerio. De lo contrario, debemos trabajar para sostenernos a nosotros mismos y también a otros.
En el versículo 35, Pablo pide a los ancianos que recuerden las palabras del Señor Jesús: “Más bienaventurados es dar que recibir”. Este dicho no se menciona en los evangelios; quizás se difundió oralmente. Si examinamos detenidamente las palabras que Pablo dirigió a los ancianos de la iglesia en Éfeso, nos daremos cuenta de que él no consideraba la predicación como una profesión. Antes bien, el apóstol sentía la carga genuina de cumplir la economía neotestamentaria de Dios.
Witness Lee
LSM.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
Pablo trabajaba con sus propias manos, haciendo tiendas (18:3), a fin de suplir sus propias necesidades y las de los que le acompañaban, sus jóvenes colaboradores. Esto indica que él no seguía la práctica del clero actual, el cual hace de la predicación una profesión.
Al igual que Pablo, debemos llevar la economía neotestamentaria adondequiera que vayamos. Si la situación así lo permite, podemos dedicarnos tiempo completo a la obra del ministerio. De lo contrario, debemos trabajar para sostenernos a nosotros mismos y también a otros.
En el versículo 35, Pablo pide a los ancianos que recuerden las palabras del Señor Jesús: “Más bienaventurados es dar que recibir”. Este dicho no se menciona en los evangelios; quizás se difundió oralmente. Si examinamos detenidamente las palabras que Pablo dirigió a los ancianos de la iglesia en Éfeso, nos daremos cuenta de que él no consideraba la predicación como una profesión. Antes bien, el apóstol sentía la carga genuina de cumplir la economía neotestamentaria de Dios.
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