Actualmente nos sorprende la expansión del narcotráfico, pues aunque las autoridades luchan contra el flagelo, las resonadas capturas de traficantes, cierres de bocas de expendio y drogas incautadas, son apenas una minoría de lo que se fabrica, transporta, vende y consume.
Una alarmante proporción de la población juvenil se viene haciendo adicta, cada vez a edad más temprana. La necesidad desesperante por adquirirla, lleva al robo y al crimen. Consumidores y traficantes que se demoran con sus pagos son ejecutados por sicarios.
A más de todo esto, ayer 17 de Julio se conmemoró en Uruguay el Día Nacional de Prevención del Suicidio. Aquí los suicidios son la principal causa de muerte entre los 15 y 44 años, y la tendencia estadística indica que va al alza.
La ministro de Salud Pública recordó que “la situación de Uruguay es muy comprometida respecto a lo que es América Latina”: “La tasa de suicidios es de 23 cada 100.000 habitantes, cuando en América Latina el promedio es de 9. Abundan suicidas policías.
A todo esto los juzgados y fiscalías se saturan de casos por resolver en cuantiosas carpetas esperando algún día ser atendidas.
Para peor, las cárceles desbordan de presos hacinados esperando salir para cometer nuevos delitos riéndose de la reincidencia.
La solución: la libre predicación del Evangelio de Jesucristo.
Esto mismo, horroriza a gobernantes y gobernados más que todo lo anterior.
Cordiales saludos
Una alarmante proporción de la población juvenil se viene haciendo adicta, cada vez a edad más temprana. La necesidad desesperante por adquirirla, lleva al robo y al crimen. Consumidores y traficantes que se demoran con sus pagos son ejecutados por sicarios.
A más de todo esto, ayer 17 de Julio se conmemoró en Uruguay el Día Nacional de Prevención del Suicidio. Aquí los suicidios son la principal causa de muerte entre los 15 y 44 años, y la tendencia estadística indica que va al alza.
La ministro de Salud Pública recordó que “la situación de Uruguay es muy comprometida respecto a lo que es América Latina”: “La tasa de suicidios es de 23 cada 100.000 habitantes, cuando en América Latina el promedio es de 9. Abundan suicidas policías.
A todo esto los juzgados y fiscalías se saturan de casos por resolver en cuantiosas carpetas esperando algún día ser atendidas.
Para peor, las cárceles desbordan de presos hacinados esperando salir para cometer nuevos delitos riéndose de la reincidencia.
La solución: la libre predicación del Evangelio de Jesucristo.
Esto mismo, horroriza a gobernantes y gobernados más que todo lo anterior.
Cordiales saludos