ALIMENTO DIARIO
Practicando los libros de 1 y 2 de Tesalonicenses
Espíritu, alma y cuerpo sean guardados irreprensibles
Leer con oración: Ro 12:1-2; 8:29-30, 37-39; Ap 12
"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Ro 8:37)
Ser parte de los vencedores
En la salvación orgánica que el Señor nos proporciona hay muchos puntos. Romanos 12:1-2, tenemos la consagración, la reconciliación, la justificación, la santificación, la renovación y la transformación; en 8:29-30, tenemos la conformación y la glorificación. Al final del capítulo ocho hay una referencia en cuanto a los vencedores (vs. 37-39). Como vencedores, ¿quién nos separará del amor de Cristo? ¿Quién nos separará del amor de Dios? Somos más que vencedores. Por tanto, los vencedores son los que practican habitualmente los ocho puntos anteriores. No sabemos cuánto hemos practicado esto: 30%, 50% o tal vez 80%. De cualquier manera debemos completar hasta llegar a 100%, así seremos vencedores, seremos arrebatados anticipadamente.
Hoy esperamos que nazca el hijo varón, que representa a todos los vencedores de manera colectiva. Cuando el hijo varón nazca, los vencedores serán arrebatados, entonces habrá guerra en los cielos. Satanás y su ejército, lucharán contra Miguel y sus ángeles. Satanás será derrotado, y ya no habrá más lugar para él en los cielos. La tierra será su lugar, y él se llenará de gran ira, persiguiendo a la mujer universal (Ap 12), que representa a todo el pueblo de Dios, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. La corona de doce estrellas se refiere a los patriarcas; la luna debajo de los pies se refiere al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento; vestida del sol, se refiere a los cristianos del Nuevo Testamento. Por tanto, esa mujer universal está constituida en su mayoría del pueblo de Dios en el Nuevo Testamento.
El dragón del versículo 3 es la antigua serpiente, que se refiere a Satanás. Hablemos de su cola que arrastraba a la tercera parte de las estrellas del cielo (v. 4). Cuando Satanás se rebeló contra Dios, un tercio de los ángeles se le unió, llegando a ser éstos los ángeles caídos en los aires, los principados y potestades de los poderes de las tinieblas que se menciona en Efesios 6:12. El hijo varón en Apocalipsis 12:5, representa a los vencedores. En todo el universo vemos dos cosas: la mujer universal y el dragón. Hay una pelea en el universo. La mujer universal incluye a todos los que pertenecen a Dios, y el gran dragón escarlata, que se llama Diablo y Satanás y sus ángeles los cuales son los principados y potestades, los poderes de las tinieblas. Ellos esperan el nacimiento del hijo varón para devorarlo, pero éste será arrebatado.
El diablo perseguirá a la mujer, la cual huirá al desierto, donde será sustentada durante la gran tribulación (v. 14). Hace más o menos veinte años que tuvimos la visión del águila y del dragón, que pelearán uno contra el otro. El hermano Lee dijo en el Estudio-Vida de Apocalipsis, que el dragón se refiere a Europa y las dos grandes alas del águila, a los Estados Unidos. Probablemente el desierto sea América del Sur. Por eso tenemos el encargo de predicar el evangelio en todas las ciudades de este continente y preparar el lugar para los cristianos que no serán arrebatados, para que tengan como huir en la gran tribulación.
Cuidemos de los hermanos para que crezcan y maduren. Cuando estemos maduros y después de haber experimentado la salvación orgánica y ser conformados a la imagen del Hijo de Dios, y totalmente llenos de la gloria divina, seremos los vencedores, arrebatados con todos los vencedores de la tierra. Dos estarán en el campo; uno será tomado y el otro dejado. Dos estarán en el molino; una será tomada y la otra dejada. Los que son tomados serán los vencedores. ¡Que todos formemos parte de los vencedores!
Punto Clave: Ser arrebatado en nuestro vivir normal
Pregunta: ¿Qué significa ser un vencedor hoy?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
Practicando los libros de 1 y 2 de Tesalonicenses
Espíritu, alma y cuerpo sean guardados irreprensibles
Leer con oración: Ro 12:1-2; 8:29-30, 37-39; Ap 12
"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Ro 8:37)
Ser parte de los vencedores
En la salvación orgánica que el Señor nos proporciona hay muchos puntos. Romanos 12:1-2, tenemos la consagración, la reconciliación, la justificación, la santificación, la renovación y la transformación; en 8:29-30, tenemos la conformación y la glorificación. Al final del capítulo ocho hay una referencia en cuanto a los vencedores (vs. 37-39). Como vencedores, ¿quién nos separará del amor de Cristo? ¿Quién nos separará del amor de Dios? Somos más que vencedores. Por tanto, los vencedores son los que practican habitualmente los ocho puntos anteriores. No sabemos cuánto hemos practicado esto: 30%, 50% o tal vez 80%. De cualquier manera debemos completar hasta llegar a 100%, así seremos vencedores, seremos arrebatados anticipadamente.
Hoy esperamos que nazca el hijo varón, que representa a todos los vencedores de manera colectiva. Cuando el hijo varón nazca, los vencedores serán arrebatados, entonces habrá guerra en los cielos. Satanás y su ejército, lucharán contra Miguel y sus ángeles. Satanás será derrotado, y ya no habrá más lugar para él en los cielos. La tierra será su lugar, y él se llenará de gran ira, persiguiendo a la mujer universal (Ap 12), que representa a todo el pueblo de Dios, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. La corona de doce estrellas se refiere a los patriarcas; la luna debajo de los pies se refiere al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento; vestida del sol, se refiere a los cristianos del Nuevo Testamento. Por tanto, esa mujer universal está constituida en su mayoría del pueblo de Dios en el Nuevo Testamento.
El dragón del versículo 3 es la antigua serpiente, que se refiere a Satanás. Hablemos de su cola que arrastraba a la tercera parte de las estrellas del cielo (v. 4). Cuando Satanás se rebeló contra Dios, un tercio de los ángeles se le unió, llegando a ser éstos los ángeles caídos en los aires, los principados y potestades de los poderes de las tinieblas que se menciona en Efesios 6:12. El hijo varón en Apocalipsis 12:5, representa a los vencedores. En todo el universo vemos dos cosas: la mujer universal y el dragón. Hay una pelea en el universo. La mujer universal incluye a todos los que pertenecen a Dios, y el gran dragón escarlata, que se llama Diablo y Satanás y sus ángeles los cuales son los principados y potestades, los poderes de las tinieblas. Ellos esperan el nacimiento del hijo varón para devorarlo, pero éste será arrebatado.
El diablo perseguirá a la mujer, la cual huirá al desierto, donde será sustentada durante la gran tribulación (v. 14). Hace más o menos veinte años que tuvimos la visión del águila y del dragón, que pelearán uno contra el otro. El hermano Lee dijo en el Estudio-Vida de Apocalipsis, que el dragón se refiere a Europa y las dos grandes alas del águila, a los Estados Unidos. Probablemente el desierto sea América del Sur. Por eso tenemos el encargo de predicar el evangelio en todas las ciudades de este continente y preparar el lugar para los cristianos que no serán arrebatados, para que tengan como huir en la gran tribulación.
Cuidemos de los hermanos para que crezcan y maduren. Cuando estemos maduros y después de haber experimentado la salvación orgánica y ser conformados a la imagen del Hijo de Dios, y totalmente llenos de la gloria divina, seremos los vencedores, arrebatados con todos los vencedores de la tierra. Dos estarán en el campo; uno será tomado y el otro dejado. Dos estarán en el molino; una será tomada y la otra dejada. Los que son tomados serán los vencedores. ¡Que todos formemos parte de los vencedores!
Punto Clave: Ser arrebatado en nuestro vivir normal
Pregunta: ¿Qué significa ser un vencedor hoy?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!