La Perseverancia de los Santos (Salvación Eterna)
Texto: Juan 5:24
una de las doctrinas mas importantes de la Biblia, es la doctrina de la salvacion. Cristo vino a buscar y salvar, y dios quiere que todos los hombres sean salvos, el nos ofrecio una Vida Eterna, sin embargo hay muchos que piensan que es posible perder la salvacion, He aqui varias razones no puede perderse la salvacion.
I. La salvación es por gracia, no por obras, entonces no puede perderse. Efesios 2:8-9.
El decir que uno puede perder la salvación es decir que la salvación depende de las obras de uno. Podríamos decir en el cielo. "Mírame, fui fiel veinte años en el Señor". Eso sería gloriarse y la Biblia dice "no por obras para que nadie se gloríe". La salvación no depende de las obras pasadas, presentes o futuras. Depende de la gracia (el favor inmerecido) de Dios. Romanos 4:1-8. El hombre gana un lugar en el infierno por sus obras. Romanos 6:23; Apocalipsis 20:12-15. Pero el hombre no puede "ganar" un lugar en el cielo. La única forma en que uno puede ir al cielo es por la gracia de Dios.
II. El creyente fue salvo por la obra de Dios, y no puede perderse:
A. Dios el Padre nos escogió. Efesios 1:4-5 y Romanos 8:29. Noten que la base de escogernos era su previo conocimiento que íbamos a aceptar a Cristo como Salvador personal.
B. Dios el Hijo nos redimió. Efesios 1:7 y Hebreos 9:12. Cristo nos ha comprado y pertenecemos a él.
C. Dios el Espíritu Santo nos selló. Efesios 1:13 y Efesios 4:30. Noten que este sello es "hasta el día de la redención" - hasta el día en que la propiedad comprada por Cristo esté en presencia del que lo compró. Dios no se equivoca al decir que el pecador que se arrepiente es salvo para siempre.
III. La Obra de Jesucristo como mediador nos garantiza la salvación eterna:
A. Durante su ministerio aquí en la tierra, Cristo prometió:
1. Juan 6:37 - que no nos echaría fuera de su familia por ninguna causa.
2. Juan 10:27-29 - que tenemos "Vida Eterna". ¿Puede acaso terminar algo que es eterno? También dijo que "no perecerán jamás". Eso quiere decir que ni hoy, ni mañana, ni en cualquier otro día podrá el creyente perder su salvación. También dijo: "ni nadie las arrebatará de mi mano". Eso quiere decir que ni el Diablo mismo puede quitar - o arrebatar - la salvación.
B. Ahora, en el Cielo, Cristo es nuestro abogado DÍA Y NOCHE. Él intercede constantemente por nosotros - I Jn. 2:1. El decir que uno puede perder la salvación es decir que Cristo como intercesor no tiene poder.
IV. El pecado mismo no puede hacer que el cristiano pierda la salvación:
A. Jesucristo ya pagó la pena de todos nuestros pecados - presentes, pasados, y futuros. Todos nuestros pecados eran en el tiempo "futuro" cuando Cristo murió. I de Juan 2:2.
B. Cuando el cristiano peca, ofende a su Padre Celestial, y la comunión entre ellos se pierde, pero no el parentesco. Noten I Corintios 5:5.
C. Cuando el cristiano peca, Dios el Padre lo va a castigar - Hebreos 12:5-7 y 11. Pero no lo juzgará, puesto que ya ha sido juzgado su pecado en Cristo. Rom. 8:33-34. Dios puede usar sufrimiento, tristeza, y aún la muerte del cuerpo para disciplinar a sus hijos.
Texto: Juan 5:24
una de las doctrinas mas importantes de la Biblia, es la doctrina de la salvacion. Cristo vino a buscar y salvar, y dios quiere que todos los hombres sean salvos, el nos ofrecio una Vida Eterna, sin embargo hay muchos que piensan que es posible perder la salvacion, He aqui varias razones no puede perderse la salvacion.
I. La salvación es por gracia, no por obras, entonces no puede perderse. Efesios 2:8-9.
El decir que uno puede perder la salvación es decir que la salvación depende de las obras de uno. Podríamos decir en el cielo. "Mírame, fui fiel veinte años en el Señor". Eso sería gloriarse y la Biblia dice "no por obras para que nadie se gloríe". La salvación no depende de las obras pasadas, presentes o futuras. Depende de la gracia (el favor inmerecido) de Dios. Romanos 4:1-8. El hombre gana un lugar en el infierno por sus obras. Romanos 6:23; Apocalipsis 20:12-15. Pero el hombre no puede "ganar" un lugar en el cielo. La única forma en que uno puede ir al cielo es por la gracia de Dios.
II. El creyente fue salvo por la obra de Dios, y no puede perderse:
A. Dios el Padre nos escogió. Efesios 1:4-5 y Romanos 8:29. Noten que la base de escogernos era su previo conocimiento que íbamos a aceptar a Cristo como Salvador personal.
B. Dios el Hijo nos redimió. Efesios 1:7 y Hebreos 9:12. Cristo nos ha comprado y pertenecemos a él.
C. Dios el Espíritu Santo nos selló. Efesios 1:13 y Efesios 4:30. Noten que este sello es "hasta el día de la redención" - hasta el día en que la propiedad comprada por Cristo esté en presencia del que lo compró. Dios no se equivoca al decir que el pecador que se arrepiente es salvo para siempre.
III. La Obra de Jesucristo como mediador nos garantiza la salvación eterna:
A. Durante su ministerio aquí en la tierra, Cristo prometió:
1. Juan 6:37 - que no nos echaría fuera de su familia por ninguna causa.
2. Juan 10:27-29 - que tenemos "Vida Eterna". ¿Puede acaso terminar algo que es eterno? También dijo que "no perecerán jamás". Eso quiere decir que ni hoy, ni mañana, ni en cualquier otro día podrá el creyente perder su salvación. También dijo: "ni nadie las arrebatará de mi mano". Eso quiere decir que ni el Diablo mismo puede quitar - o arrebatar - la salvación.
B. Ahora, en el Cielo, Cristo es nuestro abogado DÍA Y NOCHE. Él intercede constantemente por nosotros - I Jn. 2:1. El decir que uno puede perder la salvación es decir que Cristo como intercesor no tiene poder.
IV. El pecado mismo no puede hacer que el cristiano pierda la salvación:
A. Jesucristo ya pagó la pena de todos nuestros pecados - presentes, pasados, y futuros. Todos nuestros pecados eran en el tiempo "futuro" cuando Cristo murió. I de Juan 2:2.
B. Cuando el cristiano peca, ofende a su Padre Celestial, y la comunión entre ellos se pierde, pero no el parentesco. Noten I Corintios 5:5.
C. Cuando el cristiano peca, Dios el Padre lo va a castigar - Hebreos 12:5-7 y 11. Pero no lo juzgará, puesto que ya ha sido juzgado su pecado en Cristo. Rom. 8:33-34. Dios puede usar sufrimiento, tristeza, y aún la muerte del cuerpo para disciplinar a sus hijos.