Adjunto artículo que considero de interés y que aparece en el periódico La
Voz de Galicia.
| ALFONSO DE LA VEGA |
Ritos compostelanos
JUNTO A RITOS más ortodoxos, que no obstante tienen también su
interpretación esotérica, como es el de la apertura de la llamada puerta
santa, que se relaciona simbólicamente con la anatomía oculta de los templos
cristianos tradicionales, existen costumbres cuyo origen heterodoxo quizás
se ha ido olvidando con el tiempo. Tales son dos tradiciones de peregrinos,
ambas relacionadas con el Pórtico de la Gloria de la bellísima catedral
compostelana y con la filiación masónica de su insigne autor, el Maestro
Mateo, que el actual Cabildo pretende suprimir.
La primera de ellas es la imposición de manos en el parteluz, que tiene su
origen en la comprobación de la energía telúrica que asciende a través del
mismo, simbólicamente en relación con el árbol de Jessé y que por encima del
Señor Santiago entre los leones se abre en una revelación mística, que tal
significa apocalipsis en lengua griega. Revelación asociada en la arquivolta
con los veinticuatro ancianos músicos, que recuerdan la pitagórica música de
las esferas, muchos de ellos con matraces y retortas alquímicas y en cuyo
tímpano aparecen los clavos de la crucifixión, símbolo de los chacras,
centros psíquicos o vórtices de unión entre la Materia y el Espíritu, como
aquéllos unían el cuerpo del Salvador con el madero de la cruz.
Otra es la costumbre de dar tres golpes a la cabeza del conocido como santo
dos croques , en realidad el propio Mateo, que como verdadero iniciado ha
cruzado ya el umbral sagrado del Templo y se halla a la vuelta del parteluz,
formando una especie de escuadra con su cuerpo. Se trata de un recuerdo de
la transmisión iniciática caballeresca en que el maestro se pone en
comunicación con el discípulo con tres golpes dados con la hoja plana de la
espada
Voz de Galicia.
| ALFONSO DE LA VEGA |
Ritos compostelanos
JUNTO A RITOS más ortodoxos, que no obstante tienen también su
interpretación esotérica, como es el de la apertura de la llamada puerta
santa, que se relaciona simbólicamente con la anatomía oculta de los templos
cristianos tradicionales, existen costumbres cuyo origen heterodoxo quizás
se ha ido olvidando con el tiempo. Tales son dos tradiciones de peregrinos,
ambas relacionadas con el Pórtico de la Gloria de la bellísima catedral
compostelana y con la filiación masónica de su insigne autor, el Maestro
Mateo, que el actual Cabildo pretende suprimir.
La primera de ellas es la imposición de manos en el parteluz, que tiene su
origen en la comprobación de la energía telúrica que asciende a través del
mismo, simbólicamente en relación con el árbol de Jessé y que por encima del
Señor Santiago entre los leones se abre en una revelación mística, que tal
significa apocalipsis en lengua griega. Revelación asociada en la arquivolta
con los veinticuatro ancianos músicos, que recuerdan la pitagórica música de
las esferas, muchos de ellos con matraces y retortas alquímicas y en cuyo
tímpano aparecen los clavos de la crucifixión, símbolo de los chacras,
centros psíquicos o vórtices de unión entre la Materia y el Espíritu, como
aquéllos unían el cuerpo del Salvador con el madero de la cruz.
Otra es la costumbre de dar tres golpes a la cabeza del conocido como santo
dos croques , en realidad el propio Mateo, que como verdadero iniciado ha
cruzado ya el umbral sagrado del Templo y se halla a la vuelta del parteluz,
formando una especie de escuadra con su cuerpo. Se trata de un recuerdo de
la transmisión iniciática caballeresca en que el maestro se pone en
comunicación con el discípulo con tres golpes dados con la hoja plana de la
espada