USTED AÚN NO ES SALVO
Reciba a Cristo como su Señor y Salvador, porque alzar la mano no es ninguna salvación.
Tampoco que lo obliguen a confesarlo con palabras persuasivas de humana sabiduría.
Es el fruto del Espíritu Santo que nos hace entender que nacimos ya condenados (Ro.5:18) reos al infierno, pero al mirar a la Cruz, contemplamos a Jesús, pagando la sentencia que nuestros pecados merecían (Ro.6:23) entonces entendemos que quien debiese estar crucificado allí éramos nosotros.
Lo amamos, porque él nos amó primero (Jn.1:29).
Y quien lo ama, no está pensando en practicar el pecado, porque escrito está:
1Jn 3:8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Busque al Señor ahora mismo, en una comunión sincera, porque el Señor conoce nuestros pensamientos antes de ser traídos a la mente y es quien nos monitorea desde la cuna hasta la tumba.