Estimado Rogelio:
Yo no considero, como usted, que ser consecuente sea un atributo digno de elogio. Prefiero ser inconsecuente en todas las facetas de mi vida. Soy un ser humano, no un ordenador. Las computadoras funcionan con una programación lógica, cualquier contradicción colapsa el sistema. Reivindico, por tanto, mi derecho a ser contradictorio e inconsecuente, incoherente e incongruente. No me aferro ciegamente a los sistemas de ideas y si algo falla los desecho inmediatamente.
Pasaré a contestarle
1- ¿De verdad usted en su inteligencia entiende y por tanto cree, que los verdaderos milagros pudieran manifestarse en presencia de los ateos que se deleitan en su condición?
Si un fenómeno milagroso no se puede verificar ante una mirada escéptica tenemos fundadas razones para dudar del hecho milagroso en cuestión. Usted no es católico pero le pondré un ejemplo tomado del mundo católico, el de los ojos de la Virgen de Guadalupe. Todo está en función del punto de vista del observador. ¿Se ven caras? No es extraño. La predisposición del investigador a ver esas caras las ha creado finalmente. Ampliaciones fotográficas, limpieza de ruidos y caracteres extraños. Ese fue el proceso, ¿no?. Nuestro cerebro tiene una predisposición natural a percibir caras. ¿Quién no ha contemplado, desde lejos, un paisaje montañoso y no ha acabado viendo caras de perfil por todos los lados? Unas tumbadas horizontalmente, otras inclinadas, verticales: narices, bocas, frentes por doquier: allí una roca con cara de indio, allí un anciano, allí... somos así y no hay vuelta de hoja. En un pueblo hay un tronco seco que, desde determinada perspectiva, se asemeja a una Virgen en posición de oración ¡La de peregrinaciones que organizaron con salves y novenas incluidas! Pero hay más. En un invernadero de un pueblo fresero se veía en el plástico una efigie al trasluz de un hombre barbudo. No podía ser otro que el mismo Jesucristo. Ese extraño culto se acabó cuando otros adoradores fetichistas aseguraron que se trataba de su propio ídolo... ¡de Camarón de la Isla! (De haber aparecido en los Estados Unidos otros hubieran visto la efigie de Elvis Presley, pues cada zona tiene su propio objeto de culto) En otro pueblo hay una encina en cuyas bellotas una extraña mutación crea el dibujo de un pequeño triangulito. No hay mas que hablar, es un árbol milagroso de cuyos frutos brota la imagen de la Virgen... Y te podía contar una infinidad mas de casos de ese tipo. Quienes “creen” en algo acaban viendo aquello en lo que creen creer. Te puedo citar miles de casos como el de los famosos “canales” de Marte que atestiguaban la existencia en ese planeta de una avanzada civilización.
Seguramente, si aplicaran la misma investigación a los ojos de todas las imágenes de todos los cuadros existentes en Museo del Prado, independientemente de su temática religiosa, aparecerían inmediatamente miles de maravillas imaginables dispuestas a adaptar a historias confeccionadas “ad hoc”. Así es la vida. Así es el “Milagro” de la Virgen de Guadalupe.
2- ¿Es usted ateo porque quiere?
Desde el mismo momento en el que son muchas las distintas religiones que existen, todo el mundo es ateo desde el punto de vista de la religión contraria. A lo que quiero llegar es a hacerte ver que el concepto ATEO es un concepto relativo. Ten en cuenta que los romanos acusaron a los primeros cristianos de ser ateos porque no aceptaban a los dioses romanos (supongo que tu tampoco los aceptarás) Si por negar la existencia de Dios te llaman ateo, por negar la existencia del Caballo Pegasso te podrían llamar apegasso, por negar la existencia de Odín te pueden llamar aodín, por negar la existencia de Ometecuhtli te pueden llamar aometecuhtli, etc, etc,
Por cierto, Rogelio, tu, como cristiano, también eres ateo, los hinduístas te pueden considerar ateo porque no crees en la trilogía Brahma, Shiva y Visnú, los amerindios también porque no crees en el Manitú.... El calificativo ATEO no es nuestro, nos lo habéis puesto vosotros los creyentes. Lo aceptamos (algunos) porque mas o menos indica nuestro posicionamiento en torno al tema religioso.
Nadie es ateo por imposición. Si he llegado a mis convicciones no ha sido porque me lo impusieran en la escuela o en la familia, tal y como sucede a millones y millones de creyentes. Los ateos no hacemos proselitismo ni buscamos la salvación de nadie ni tampoco estamos organizados. Vamos por libre, exponemos nuestras ideas, el que las acepte, pues muy bien y el que no, pues lo mismo digo. No ofrecemos a nadie paraísos escatológicos y en eso radica nuestra gran desventaja en relación a los que defendéis un mundo mejor después de la muerte, en que no tenemos un mercado muy sugerente que ofrecer.
3- ¿Se deleita usted en su condición de ateo o no encuentra complacencia en ella?
¿Tu crees que a mí no me gustaría ver en el mas allá a mis seres queridos que han desaparecido para siempre de mi vida? Por supuesto, como a todo el mundo. Nadie quiere desaparecer así porque así. Vivimos en un microsegundo, pero ese microsegundo de nuestra existencia comparada con la del Universo nos parece el centro espacial y temporal del mundo. Queremos ser eternos, nos resistimos a la muerte. Esa es la dura condición de la existencia de quienes negamos el mas allá. ¿A quien le puede parecer reconfortante ese oscuro panorama? Esa es la razón de que valore mas la vida que vosotros, de que la vea como una experiencia singular, producto del azar y de la necesidad que se desprende de las leyes naturales, única e irrepetible. Como ateo viviré siempre con ese peso durante toda mi vida, pero lo asumo. Es de buen ateo dudar incluso de su propio ateísmo y por eso dudo también de los paraísos soñados y de los futuros mundos felices tanto materiales como espirituales. El hombre tiene una tendencia consustancial a la religiosidad y los ateos luchamos contra esa tentación tan sublime como peligrosa.
4- ¿Su paso por el catolicismo guarda relación con su ateísmo o es una tendencia de su propia naturaleza?
No te lo voy a negar, mi infancia en un colegio religioso me marcó para siempre ¡No te puedes ni imaginar lo que se cocía allí! La religión como imposición es una de las vías al ateísmo (en su versión anticlericalista) pero no la única, pero es cierto, soy ateo desde que era pequeñito, era una de las múltiples formas de librarme de ese agobio represivo clerical.
Yo no considero, como usted, que ser consecuente sea un atributo digno de elogio. Prefiero ser inconsecuente en todas las facetas de mi vida. Soy un ser humano, no un ordenador. Las computadoras funcionan con una programación lógica, cualquier contradicción colapsa el sistema. Reivindico, por tanto, mi derecho a ser contradictorio e inconsecuente, incoherente e incongruente. No me aferro ciegamente a los sistemas de ideas y si algo falla los desecho inmediatamente.
Pasaré a contestarle
1- ¿De verdad usted en su inteligencia entiende y por tanto cree, que los verdaderos milagros pudieran manifestarse en presencia de los ateos que se deleitan en su condición?
Si un fenómeno milagroso no se puede verificar ante una mirada escéptica tenemos fundadas razones para dudar del hecho milagroso en cuestión. Usted no es católico pero le pondré un ejemplo tomado del mundo católico, el de los ojos de la Virgen de Guadalupe. Todo está en función del punto de vista del observador. ¿Se ven caras? No es extraño. La predisposición del investigador a ver esas caras las ha creado finalmente. Ampliaciones fotográficas, limpieza de ruidos y caracteres extraños. Ese fue el proceso, ¿no?. Nuestro cerebro tiene una predisposición natural a percibir caras. ¿Quién no ha contemplado, desde lejos, un paisaje montañoso y no ha acabado viendo caras de perfil por todos los lados? Unas tumbadas horizontalmente, otras inclinadas, verticales: narices, bocas, frentes por doquier: allí una roca con cara de indio, allí un anciano, allí... somos así y no hay vuelta de hoja. En un pueblo hay un tronco seco que, desde determinada perspectiva, se asemeja a una Virgen en posición de oración ¡La de peregrinaciones que organizaron con salves y novenas incluidas! Pero hay más. En un invernadero de un pueblo fresero se veía en el plástico una efigie al trasluz de un hombre barbudo. No podía ser otro que el mismo Jesucristo. Ese extraño culto se acabó cuando otros adoradores fetichistas aseguraron que se trataba de su propio ídolo... ¡de Camarón de la Isla! (De haber aparecido en los Estados Unidos otros hubieran visto la efigie de Elvis Presley, pues cada zona tiene su propio objeto de culto) En otro pueblo hay una encina en cuyas bellotas una extraña mutación crea el dibujo de un pequeño triangulito. No hay mas que hablar, es un árbol milagroso de cuyos frutos brota la imagen de la Virgen... Y te podía contar una infinidad mas de casos de ese tipo. Quienes “creen” en algo acaban viendo aquello en lo que creen creer. Te puedo citar miles de casos como el de los famosos “canales” de Marte que atestiguaban la existencia en ese planeta de una avanzada civilización.
Seguramente, si aplicaran la misma investigación a los ojos de todas las imágenes de todos los cuadros existentes en Museo del Prado, independientemente de su temática religiosa, aparecerían inmediatamente miles de maravillas imaginables dispuestas a adaptar a historias confeccionadas “ad hoc”. Así es la vida. Así es el “Milagro” de la Virgen de Guadalupe.
2- ¿Es usted ateo porque quiere?
Desde el mismo momento en el que son muchas las distintas religiones que existen, todo el mundo es ateo desde el punto de vista de la religión contraria. A lo que quiero llegar es a hacerte ver que el concepto ATEO es un concepto relativo. Ten en cuenta que los romanos acusaron a los primeros cristianos de ser ateos porque no aceptaban a los dioses romanos (supongo que tu tampoco los aceptarás) Si por negar la existencia de Dios te llaman ateo, por negar la existencia del Caballo Pegasso te podrían llamar apegasso, por negar la existencia de Odín te pueden llamar aodín, por negar la existencia de Ometecuhtli te pueden llamar aometecuhtli, etc, etc,
Por cierto, Rogelio, tu, como cristiano, también eres ateo, los hinduístas te pueden considerar ateo porque no crees en la trilogía Brahma, Shiva y Visnú, los amerindios también porque no crees en el Manitú.... El calificativo ATEO no es nuestro, nos lo habéis puesto vosotros los creyentes. Lo aceptamos (algunos) porque mas o menos indica nuestro posicionamiento en torno al tema religioso.
Nadie es ateo por imposición. Si he llegado a mis convicciones no ha sido porque me lo impusieran en la escuela o en la familia, tal y como sucede a millones y millones de creyentes. Los ateos no hacemos proselitismo ni buscamos la salvación de nadie ni tampoco estamos organizados. Vamos por libre, exponemos nuestras ideas, el que las acepte, pues muy bien y el que no, pues lo mismo digo. No ofrecemos a nadie paraísos escatológicos y en eso radica nuestra gran desventaja en relación a los que defendéis un mundo mejor después de la muerte, en que no tenemos un mercado muy sugerente que ofrecer.
3- ¿Se deleita usted en su condición de ateo o no encuentra complacencia en ella?
¿Tu crees que a mí no me gustaría ver en el mas allá a mis seres queridos que han desaparecido para siempre de mi vida? Por supuesto, como a todo el mundo. Nadie quiere desaparecer así porque así. Vivimos en un microsegundo, pero ese microsegundo de nuestra existencia comparada con la del Universo nos parece el centro espacial y temporal del mundo. Queremos ser eternos, nos resistimos a la muerte. Esa es la dura condición de la existencia de quienes negamos el mas allá. ¿A quien le puede parecer reconfortante ese oscuro panorama? Esa es la razón de que valore mas la vida que vosotros, de que la vea como una experiencia singular, producto del azar y de la necesidad que se desprende de las leyes naturales, única e irrepetible. Como ateo viviré siempre con ese peso durante toda mi vida, pero lo asumo. Es de buen ateo dudar incluso de su propio ateísmo y por eso dudo también de los paraísos soñados y de los futuros mundos felices tanto materiales como espirituales. El hombre tiene una tendencia consustancial a la religiosidad y los ateos luchamos contra esa tentación tan sublime como peligrosa.
4- ¿Su paso por el catolicismo guarda relación con su ateísmo o es una tendencia de su propia naturaleza?
No te lo voy a negar, mi infancia en un colegio religioso me marcó para siempre ¡No te puedes ni imaginar lo que se cocía allí! La religión como imposición es una de las vías al ateísmo (en su versión anticlericalista) pero no la única, pero es cierto, soy ateo desde que era pequeñito, era una de las múltiples formas de librarme de ese agobio represivo clerical.