La historia se basa en hechos verificables, documentos y pruebas arqueológicas para explicar el desarrollo de la humanidad. En cambio, la profecía interpreta el futuro a partir de creencias religiosas, visiones o patrones percibidos en la historia misma.
A lo largo del tiempo, muchas profecías han sido vistas como advertencias o guías interpretativas de eventos históricos. Algunas, como las profecías bíblicas o las de Nostradamus, han generado debates sobre su veracidad y cumplimiento. Sin embargo, también existe el peligro de interpretarlas de manera subjetiva o usarlas para justificar narrativas preestablecidas.
A lo largo del tiempo, muchas profecías han sido vistas como advertencias o guías interpretativas de eventos históricos. Algunas, como las profecías bíblicas o las de Nostradamus, han generado debates sobre su veracidad y cumplimiento. Sin embargo, también existe el peligro de interpretarlas de manera subjetiva o usarlas para justificar narrativas preestablecidas.