FUENTE INAGOTABLE
Su niñez fue admirada por sus padres, era un niño como todos los demás, jugaba y se divertía con sus hermanos, estaba sujeto a sus padre, en él se había derramado la unción y la gracia de Dios, dotado de una sabiduría de lo alto, mostraba ser un niño ejemplar, se llenaba buscando la presencia de Dios, a medida que fue creciendo sentía y amaba mas su misión, amaba estar en los negocios de su Padre, así le convenía, a escasos doce años se le vio en el templo platicando con los doctores de la ley, ¿platicando de que cosa? ¿preguntando sobre que temas? Resulta interesante ver al niño JESÚS en una conversación que le llevo mas de una hora en el templo, a esta edad ya tenia conciencia sobre su relación con su Padre, se le ve con en la expectativa de saber su origen, un origen que posteriormente daría a conocer en su gran Misión, por eso era un adolescente entregado de lleno a las cosas de arriba, su mente no divagaba la vulgaridad, en su mente existía altos valores que todos debes anhelar como son: sinceridad, tranquilidad, paz, respecto, dominio propio, consagración, misericordia y amor, amor con su familia, amor con el prójimo, por eso se deleitaba en la consagración, por eso amaba la ley de su Padre, meditaba de día y de noche, era un árbol junto a corriente de aguas que daba su fruto a tiempo, Lucas el evangelista quien es el único en narrar esta sorprendente actitud del adolescente de Belén, quien registra que “el niño crecía en gracia para con Dios y con los hombres” , cuantos quisiéramos tener esa actitud, su ejemplo nos inspira a seguirlo, poseer una mente así es la razón de la felicidad, cuantos deseáramos poseer el interes que tuvo desde siempre, que vocación, que pasión por buscar las cosas duraderas las cosas incorruptibles, su alma y su corazón estaban enlazadas en los designios de Dios, que gozo y que alegría tuvo el Padre en tener a un Hijo tan ejemplar, un Hijo perfecto, un Hijo lleno de sabiduría, poseedor y sustentador de todas las cosas que existen, ¿con que ojos lo miraría?, ¿hasta donde estaba dispuesto en cuidarle y protegerle?, en el corazón de Dios estaba fluyendo el amor que le tenía al mundo y al mismo tiempo emanaba de él un amor tan especial, tan único por su Amado Hijo, solo cuando se encuentra gracia en los ojos del Todopoderoso, se puede recibir tanta bendición, la personalidad de JESÚS era sin duda, extraordinaria, era única, quien como él, dejar todo por amor, despojarse y tomar forma de siervo, dijo alguien en un lugar ¿quién es el hombre y el hijo del hombre para que te acuerdes de él?, ¿por qué tanto interés de Dios para con nosotros, si somos polvo?, el Altísimo prefirió socorrer a la humanidad, prefirió ver a su hijo en una cruz de dolor, de vergüenza y de burla antes que ver a la humanidad perdida, a pesar que el hombre es malagradecido, a pesar que el corazón del hombre se inclina para a hacer el mal, a pesar que el hombre es infiel, ningún ser ningún dios podrá tener la cualidad que tiene Dios, que dicha tiene a aquel que lo tiene como Señor de su vida, que dicha tiene aquella que lo acepta como su único y suficiente Salvador, bienaventurado el varón que encuentra ante los ojos de Dios gracia, que don tan singular posee el Amado de las Naciones, regalar, dar a cambio de nada porque para él es mejor dar que recibir, porque Jesucristo nunca nos reprocho ni antes ni después lo que hizo en la cruz por nosotros, porque cuando a veces lo abandonamos y preferimos tener en primer lugar otras cosas en nuestras vidas, que cuando él esta sentado en la silla de nuestro corazón como Rey, de pronto nuestra actitud, le dice a él ya no quiero andar contigo, no quiero que vivas en mi corazón, cuan insensibles nos volvemos cuando preferimos que otras cosas tomen el primer lugar en nuestras vidas antes que a Él, porque resulta increíble que en todo un día no le dedicamos tan solo 10 minutos, él tocando la puerta de nuestro corazón y nosotros entretenidos en programas televisivos, negocio, trabajo, escuela, fiestas y él tocando la puerta de nuestro corazón, ya no estamos sintonizados con su espíritu vivimos como si él no fuera nuestro Dios, cuanto dolor le ocasionamos, nadie como él tan sensible, pareciera que adorarlo es una obligación, como si fuera una carga, pensamos que él nos necesita, cuan pobres estamos, miserables de nosotros, si tenemos ese concepto, si no fuera por su amor, donde estaríamos, porque no merecemos tanto amor, que grande es Él.
Su niñez fue admirada por sus padres, era un niño como todos los demás, jugaba y se divertía con sus hermanos, estaba sujeto a sus padre, en él se había derramado la unción y la gracia de Dios, dotado de una sabiduría de lo alto, mostraba ser un niño ejemplar, se llenaba buscando la presencia de Dios, a medida que fue creciendo sentía y amaba mas su misión, amaba estar en los negocios de su Padre, así le convenía, a escasos doce años se le vio en el templo platicando con los doctores de la ley, ¿platicando de que cosa? ¿preguntando sobre que temas? Resulta interesante ver al niño JESÚS en una conversación que le llevo mas de una hora en el templo, a esta edad ya tenia conciencia sobre su relación con su Padre, se le ve con en la expectativa de saber su origen, un origen que posteriormente daría a conocer en su gran Misión, por eso era un adolescente entregado de lleno a las cosas de arriba, su mente no divagaba la vulgaridad, en su mente existía altos valores que todos debes anhelar como son: sinceridad, tranquilidad, paz, respecto, dominio propio, consagración, misericordia y amor, amor con su familia, amor con el prójimo, por eso se deleitaba en la consagración, por eso amaba la ley de su Padre, meditaba de día y de noche, era un árbol junto a corriente de aguas que daba su fruto a tiempo, Lucas el evangelista quien es el único en narrar esta sorprendente actitud del adolescente de Belén, quien registra que “el niño crecía en gracia para con Dios y con los hombres” , cuantos quisiéramos tener esa actitud, su ejemplo nos inspira a seguirlo, poseer una mente así es la razón de la felicidad, cuantos deseáramos poseer el interes que tuvo desde siempre, que vocación, que pasión por buscar las cosas duraderas las cosas incorruptibles, su alma y su corazón estaban enlazadas en los designios de Dios, que gozo y que alegría tuvo el Padre en tener a un Hijo tan ejemplar, un Hijo perfecto, un Hijo lleno de sabiduría, poseedor y sustentador de todas las cosas que existen, ¿con que ojos lo miraría?, ¿hasta donde estaba dispuesto en cuidarle y protegerle?, en el corazón de Dios estaba fluyendo el amor que le tenía al mundo y al mismo tiempo emanaba de él un amor tan especial, tan único por su Amado Hijo, solo cuando se encuentra gracia en los ojos del Todopoderoso, se puede recibir tanta bendición, la personalidad de JESÚS era sin duda, extraordinaria, era única, quien como él, dejar todo por amor, despojarse y tomar forma de siervo, dijo alguien en un lugar ¿quién es el hombre y el hijo del hombre para que te acuerdes de él?, ¿por qué tanto interés de Dios para con nosotros, si somos polvo?, el Altísimo prefirió socorrer a la humanidad, prefirió ver a su hijo en una cruz de dolor, de vergüenza y de burla antes que ver a la humanidad perdida, a pesar que el hombre es malagradecido, a pesar que el corazón del hombre se inclina para a hacer el mal, a pesar que el hombre es infiel, ningún ser ningún dios podrá tener la cualidad que tiene Dios, que dicha tiene a aquel que lo tiene como Señor de su vida, que dicha tiene aquella que lo acepta como su único y suficiente Salvador, bienaventurado el varón que encuentra ante los ojos de Dios gracia, que don tan singular posee el Amado de las Naciones, regalar, dar a cambio de nada porque para él es mejor dar que recibir, porque Jesucristo nunca nos reprocho ni antes ni después lo que hizo en la cruz por nosotros, porque cuando a veces lo abandonamos y preferimos tener en primer lugar otras cosas en nuestras vidas, que cuando él esta sentado en la silla de nuestro corazón como Rey, de pronto nuestra actitud, le dice a él ya no quiero andar contigo, no quiero que vivas en mi corazón, cuan insensibles nos volvemos cuando preferimos que otras cosas tomen el primer lugar en nuestras vidas antes que a Él, porque resulta increíble que en todo un día no le dedicamos tan solo 10 minutos, él tocando la puerta de nuestro corazón y nosotros entretenidos en programas televisivos, negocio, trabajo, escuela, fiestas y él tocando la puerta de nuestro corazón, ya no estamos sintonizados con su espíritu vivimos como si él no fuera nuestro Dios, cuanto dolor le ocasionamos, nadie como él tan sensible, pareciera que adorarlo es una obligación, como si fuera una carga, pensamos que él nos necesita, cuan pobres estamos, miserables de nosotros, si tenemos ese concepto, si no fuera por su amor, donde estaríamos, porque no merecemos tanto amor, que grande es Él.