Reflexiones sobre Maria

6 Agosto 2008
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MARIA un nombre tan dulce como esa jovencísima y preciosa criatura que amaba a Dios sobre todas las cosas, y que estando en oración en la intimidad de su casa tuvo la visita de un ángel anunciándole lo que Dios había dispuesto en su vida, de que concebiría y daría a luz al hijo de Dios y salvador del mundo Jesús. Y ella, pese a que le podría costar la vida por lapidación, que era el castigo para las adúlteras (ya que ella no había tenido contacto físico con su marido José), no dudó ni un solo instante en aceptar, considerándose muy afortunada de que Dios hubiera puesto en ella su mirada para conceder tan gran honor a tan humilde sierva. Y a partir de ahí todos conocemos la historia de esta gran mujer que supo ir guardando en su corazón todos los acontecimientos que fueron pasando por su vida: desde el nacimiento de Jesús, que seguramente fue la primera en preguntarse cómo un hijo de Dios nacía en un establo, hasta ese aparente final clavado en una cruz que hizo sentir su alma traspasada por una espada como ya le fue anunciado por Simeón, ese hombre justo y piadoso que estaba en el templo cuando presentaron a Jesús y que les dijo: - Y una espada traspasará tu propia alma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones – (Lc. 2: 35). Pero ella siempre supo creer lo que su hijo le revelaba y ocupar ese puesto que Dios le había encomendado para cuidar a su hijo y mantenerse discretamente en su lugar esperando todos los sucesos que habrían de acontecer. Ya con doce años Jesús les avisó que en los negocios de su padre le era necesario estar (Lc. 2: 49), pero cuando comenzó su ministerio y fueron invitados a una boda en Canaan se vio un poco obligado, por complacer a su madre, de mostrar su poder antes de tiempo convirtiendo el agua en vino; por eso tuvo que decirle: - ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha llegado mi hora – (Jn. 2: 4). Y a partir de ahí me imagino que ella se daría cuenta de que tenía apartarse y dejar en completa libertad a Jesús para cumplir su ministerio. Pues como madre y mujer de buen corazón le habría faltado a su hijo tiempo para hacer tantos milagros como serían necesarios en la vida cotidiana de los que le rodeaban: a unos salud, a otros alimentos, a otros justicia en sus pleitos, etc.
Pero Cristo vino primeramente para dar salud y salvación eterna a nuestra alma; aunque para mostrar que tenía poder para perdonar nuestros pecados, también hizo milagros carnales dejando ver el gran poder que emanaba de Él. Pero siempre era para reforzar su obra de salvación. También dejó ver claro quienes eran su verdadera familia: todos aquellos que hacen la voluntad de Dios (Mc. 3: 35); aunque nadie duda que la primera en cumplir la voluntad de Dios fue la propia María. Por eso ella es un buen ejemplo a seguir por todos nosotros los redimidos de Jesús, pues supo cumplir fielmente y en completa obediencia la obra que Dios dispuso en su vida como madre de nuestro redentor. Después se sabe que durmió (murió) el “sueño de los justos” (de cuyo suceso se han hecho varios cuadros, entre ellos el de Caravaggio “La dormición de la virgen” del año 1606), y está esperando como todos los santos la venida de Jesús quien rescatará a todos los suyos vivos o muertos,
para ser puesta junto a su hijo para su felicidad y gozo eterno. Y así en los primeros siglos se recordaba y se hacía mención de esta muerte en las
misas, hasta que según parece el papa Pio XII suprimió esta afirmación y se
dio paso como “dogma de fe” a una creencia de que María había subido
al cielo en cuerpo y alma, aunque de esto nada hay escrito ni en los
evangelios ni en los primeros escritos cristianos. A partir de ahí empezaron
una serie de supuestas apariciones a distintas personas, cada vez con una
cara diferente y con diferentes vestimentas, la mayoría de las veces con un
niño que ya no es niño sino un hombre de 33 años, para dar unos mensajes
y unas profecías que para nada valen en la Obra de Salvación; pues ésta
concluyó cuando Cristo en la cruz dijo: - Consumado es – (Jn. 19: 30), y con
su resurrección. Y además casi siempre habla a través de videntes lo cual
está condenado rotundamente en la Biblia por el señor (Lv. 19: 31, 20: 27)
(Dt. 18: 9-12), y pide que se hagan templos a su nombre cuando en nuestra
era los templos somos nosotros mismos y al mismo tiempo iglesia de Cristo, y
solo existe lugares de congregación de hermanos. Además algunos mensajes contradicen las enseñanzas de Jesús cuando pide oraciones repetitivas mientras que Jesús nos dice claramente en Mateo 6: 7 que en nuestras oraciones no usemos de vanas repeticiones. Ahora os pregunto: ¿Cualquier aparición o hecho prodigioso viene a aportar algo nuevo al mensaje de salvación? Yo creo que no. Si no que al contrario trata de desviar la atención del camino de salvación que Dios ha puesto ante nosotros para llevarnos a un culto vano que intenta desviarnos de la verdad, pues en el primer mandamiento de la Ley de Dios se nos dice no te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en los cielos, ni en la tierra, ni en el agua y no te postrarás ante ellas y no las servirás y no tendrás a otro Dios que no sea Él. Y San Pablo ya nos dejo dicho en Gálatas 1: 8, que ni aún si un ángel del cielo nos anunciara otro evangelio que el de Cristo no le creyéramos, pues no hay otro. Otra cosa es cómo Dios iba a permitir que a tan santa mujer ó a su
imagen la tengan como a una muñeca que se viste y se desviste, se pasea
o se olvida, se venera o se pisotea según la imagen sea de barro o papel
ya que a veces la vemos en el suelo o en la basura. Y es que algunos hombres añaden nuevas cosas a la palabra de Dios y no se conforman con la obra de Jesús si no que, ponen a esa mujer que en vida supo estar sometida a la voluntad de Dios y supo ocupar un discreto lugar para dejar obrar a su hijo, ahora después de muerta como salvadora, intercesora y demás títulos, arrebatándole toda la gloria a su hijo.
Concluyo diciendo que nuestra muy amada y ejemplar María no se
merece la gran mentira que se ha formado en su nombre. Y lo que no
permitiríamos que se le hiciera a nuestra propia madre no permitamos que
se le haga a la madre de Jesús, si no que su nombre y persona sea
recordado hasta la venida de Jesús con todo el respeto y amor que se
merece.
Este escrito ha sido hecho con un gran amor hacia ella. No se vea en
ello otra intención. Amén.
 
Re: Reflexiones sobre Maria

María murió, y esa es la doctrina católica; el autor del texto demuestra su propia ignorancia al afirmas tácitamente lo contrario.

hasta que según parece el papa Pio XII suprimió esta afirmación y se
dio paso como “dogma de fe” a una creencia de que María había subido
al cielo en cuerpo y alma, aunque de esto nada hay escrito ni en los
evangelios ni en los primeros escritos cristianos

A ver a ver, los primeros escritores cristianos:
sobre la Asunsión, llegó hasta nuestros días la carta de Dionisio el Egipcio, llamado "el Místico", al Obispo de Creta, escrita en el siglo III.

“Debes saber, ¡oh noble Tito!, según tus sentimientos fraternales, que al tiempo en que María debía pasar de este mundo al otro, es a saber a la Jerusalén Celestial, para no volver jamás, conforme a los deseos y vivas aspiraciones del hombre interior, y entrar en las tiendas de la Jerusalén superior, entonces, según el aviso recibido de las alturas de la gran luz, en conformidad con la santa voluntad del orden divino, las turbas de los santos Apóstoles se juntaron en un abrir y cerrar de ojos, de todos los puntos en que tenían la misión de predicar el Evangelio. Súbitamente se encontraron reunidos alrededor del cuerpo todo glorioso y virginal. Allí figuraron como doce rayos luminosos del Colegio Apostólico. Y mientras los fieles permanecían alrededor, Ella se despidió de todos, la augusta (Virgen) que, arrastrada por el ardor de sus deseos, elevó a la vez que sus plegarias, sus manos todas santas y puras hacia Dios, dirigiendo sus miradas, acompañadas de vehementes suspiros y aspiraciones a la luz, hacia Aquél que nació de su seno, Nuestro Señor, su Hijo. Ella entregó su alma toda santa, semejante a las esencias de buen olor y la encomendó en las manos del Señor. Así es como, adornada de gracias, fue elevada a la región de los Angeles, y enviada a la vida inmutable del mundo sobrenatural.

“Al punto, en medio de gemidos mezclados de llantos y lágrimas, en medio de la alegría inefable y llena de esperanza que se apoderó de los Apóstoles y de todos los fieles presentes, se dispuso piadosamente, tal y como convenía hacerlo con la difunta, el cuerpo que en vida fue elevado sobre toda ley de la naturaleza, el cuerpo que recibió a Dios, el cuerpo espiritualizado, y se le adornó con flores en medio de cantos instructivos y de discursos brillantes y piadosos, como las circunstancias lo exigían. Los Apóstoles inflamados enteramente en amor de Dios, y en cierto modo, arrebatados en éxtasis, lo cargaron cuidadosamente sobre sus brazos, como a la Madre de la Luz, según la orden de las alturas del Salvador de todos. Lo depositaron en el lugar destinado para la sepultura, en el lugar llamado Getsemaní.

Durante tres días seguidos, ellos oyeron sobre aquel lugar los aires armoniosos de la salmodia, ejecutada por voces angélicas, que extasiaban a los que las escuchaban; después nada más.

“Eso supuesto para confirmación de lo que había sucedido, ocurrió que faltaba uno de los santos Apóstoles al tiempo de su reunión. Este llegó más tarde y obligó a los Apóstoles que le enseñasen de una manera palpable y al descubierto el precioso tesoro, es decir, el mismo cuerpo que encerró al Señor. Ellos se vieron, por consiguiente, obligados a satisfacer el ardiente deseo de su hermano. Pero cuando abrieron el sepulcro que había contenido el cuerpo sagrado, lo encontraron vacío y sin los restos mortales. Aunque tristes y desconsolados, pudieron comprender que, después de terminados los cantos celestiales, había sido arrebatado el santo cuerpo por las potestades etéreas, después de estar preparado sobrenaturalmente para la mansión celestial de la luz y de la gloria oculto a este mundo visible y carnal, en Jesucristo Nuestro Señor, a quien sea gloria y honor por los siglos de los siglos. Amén”.





Otra fuente sería la Historia de Eutiquio, texto que no ha llegado hasta nuestros días sino a través de una cita que hizo Juan Damasceno en un sermón en el año 754

“Ahí tenéis con qué palabras nos habla este glorioso sepulcro. Que tales cosas hayan sucedido así, lo sabemos por la “Historia Eutiquiana”, que en su Libro II, capítulo 40, escribe:

`Dijimos anteriormente cómo Santa Pulqueria edificó muchas Iglesias en la ciudad de Constantinopla. Una de éstas fue la de las Blanquernas, en los primeros años del Imperio de Marciano. Habiendo, pues, construído el venerable templo en honor de la benditísima y siempre Virgen María, Madre de Dios ... buscaban diligentemente los Emperadores llevar allí el sagrado cuerpo de la que había llevado en su seno al Todopoderoso, y llamando a Juvenal, Arzobispo de Constantinopla, le pidieron las sagradas reliquias'.

“Juvenal contestó en estos términos: `Aunque nada nos dicen las Sagradas Escrituras de lo que ocurrió en la muerte de la Madre de Dios, sin embargo nos consta por la antigua y verídica narración que los Apóstoles, esparcidos por el mundo por la salud de los pueblos, se reunieron milagrosamente en Jerusalén, para asistir a la muerte de la Santísima Virgen.'

“La Historia Eutiquiana nos dice luego, que los Apóstoles, después de la sepultura de la Virgen, oyeron durante tres días los coros angélicos; después nada más. Ahora bien, como Santo Tomás llegó tarde, abrieron la tumba y debieron comprobar que no estaba allí el sagrado cuerpo. Repuestos de su estupor, no acertaron los Apóstoles a inferir otra cosa, sino que Aquél que le plugo nacer de María, conservándola en su inviolable virginidad, se complació también en preservar su cuerpo virginal de la corrupción y en admitirlo en el Cielo antes de la resurrección general'

“Oído este relato, Marciano y Pulqueria pidieron a Juvenal que les enviase el ataúd y los lienzos de la gloriosa y santísima Madre de Dios, todo cuidadosamente sellado. Y, habiéndolos recibido, los depositaron en la dicha Iglesia de la Madre de Dios en las Blanquernas. Y es así como sucedió todo esto”.





Acaso no esté demás aclarar que la carta de Dionisio el Egipcio permaneció perdida durante siglos hasta ser redescubierta en el siglo XVII, y por lo tanto se puede tener la certeza de que entre los siglos III y VIII en el territorio que va de Egipto a Constantinopla se creía en la Asunción de María.
 
Re: Reflexiones sobre Maria

MARIA un nombre tan dulce como esa jovencísima y preciosa criatura que amaba a Dios sobre todas las cosas,
No se llama María, ni Guadalupe, sino Miriam

y que estando en oración en la intimidad de su casa tuvo la visita de un ángel anunciándole lo que Dios había dispuesto en su vida, de que concebiría y daría a luz al hijo de Dios y salvador del mundo Jesús.

Dios pudo haber creado a Jesucristo como lo hizo con Adan, sin intervencion alguna de Maria. Pero estaba escrito que el salvador y mesias tendria que nacer de una mujer que fuera del linaje de Juda y de la casa de David. Francamente, para eso nacio Miriam, para llevar en su vientre al Salvador y asi cumplir todas las profecias al respecto acerca del Salvador
Y ella, pese a que le podría costar la vida por lapidación, que era el castigo para las adúlteras (ya que ella no había tenido contacto físico con su marido José), no dudó ni un solo instante en aceptar, considerándose muy afortunada de que Dios hubiera puesto en ella su mirada para conceder tan gran honor a tan humilde sierva. Y a partir de ahí todos conocemos la historia de esta gran mujer que supo ir guardando en su corazón todos los acontecimientos que fueron pasando por su vida: desde el nacimiento de Jesús, que seguramente fue la primera en preguntarse cómo un hijo de Dios nacía en un establo, hasta ese aparente final clavado en una cruz que hizo sentir su alma traspasada por una espada como ya le fue anunciado por Simeón, ese hombre justo y piadoso que estaba en el templo cuando presentaron a Jesús y que les dijo: - Y una espada traspasará tu propia alma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones – (Lc. 2: 35). Pero ella siempre supo creer lo que su hijo le revelaba y ocupar ese puesto que Dios le había encomendado para cuidar a su hijo y mantenerse discretamente en su lugar esperando todos los sucesos que habrían de acontecer. Ya con doce años Jesús les avisó que en los negocios de su padre le era necesario estar (Lc. 2: 49), pero cuando comenzó su ministerio y fueron invitados a una boda en Canaan se vio un poco obligado, por complacer a su madre, de mostrar su poder antes de tiempo convirtiendo el agua en vino;No es casualidad, Jesus no solo demostro condescencia con la mujer que lo llevó en su vientre, pero con ello tambien demostro que ella era incapaz de producir milagros -esto quedo escrito para los que habrian de creer que ella puede hacer milagros, se convenzan de que ella es una mujer que NO PUDO convertir el agua en vino, porque ella no es divina. por eso tuvo que decirle: - ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha llegado mi hora – (Jn. 2: 4). Y a partir de ahí me imagino que ella se daría cuenta de que tenía apartarse y dejar en completa libertad a Jesús para cumplir su ministerio. La mujer, como Jesus la llamo, merece todo nuestro amor y respeto. Cuando los apostoles le pidieron a Jesus enséñanos a orar, el les enseñó a orar a Dios Padre, en el nombre del Hijo. La iglesia romana enseña a sus fieles a orar a la Madre para que le diga al hijo que le diga al Padre que haga algo por nosotros, NEGANDO asi publicamente y abiertamente las enseñanzas de Jesus quien dijo OREN A DIOS PADRE EN EL NOMBRE DEL HIJO

Pues como madre y mujer de buen corazón le habría faltado a su hijo tiempo para hacer tantos milagros como serían necesarios en la vida cotidiana de los que le rodeaban: a unos salud, a otros alimentos, a otros justicia en sus pleitos, etc.
Pero Cristo vino primeramente para dar salud y salvación eterna a nuestra alma; aunque para mostrar que tenía poder para perdonar nuestros pecados, también hizo milagros carnales dejando ver el gran poder que emanaba de Él. Pero siempre era para reforzar su obra de salvación. También dejó ver claro quienes eran su verdadera familia: todos aquellos que hacen la voluntad de Dios (Mc. 3: 35); aunque nadie duda que la primera en cumplir la voluntad de Dios fue la propia María. Eso suena lindo, es un decir cierto, pero si en verdad lo creyeran, los que rezan a Maria y rezan el rosario, NO LO HARIAN obedeciendo asi a Jesus quien nos enseñó a orar SOLO A DIOS PADRE y pedirle a El su perfecta voluntad para nuestra vida como lo establece el Padre nuestro. Pero la realidad es otra, los catolicos que rezan a Maria SIMPLEMENTE no pueden hacer la voluntad de Dios -como Miriam misma- porque ellos prefieren hacer la voluntad de los hombres que impusieron como doctrinas a seguir mandamientos de hombres -como rezarle a la bienaventurada Miriam- Por eso ella es un buen ejemplo a seguir por todos nosotros los redimidos de Jesús, pues supo cumplir fielmente y en completa obediencia la obra que Dios dispuso en su vida como madre de nuestro redentor. Después se sabe que durmió (murió) el “sueño de los justos” (de cuyo suceso se han hecho varios cuadros, entre ellos el de Caravaggio “La dormición de la virgen” del año 1606), y está esperando como todos los santos la venida de Jesús quien rescatará a todos los suyos vivos o muertos, esto tambien suena lindo, sin embargo hay doctrinas no biblicas que dicen que ella fue ascendida a los cielos como Jesus, y ademas que esta viva ahora, haciendo obras y milagros a diestra y siniestra, y muchos catolicos dan testimonio de estos milagros que dicen han sido hechos por ella despues de haberle rezado a ella.
para ser puesta junto a su hijo para su felicidad y gozo eterno. Y así en los primeros siglos se recordaba y se hacía mención de esta muerte en las
misas, hasta que según parece el papa Pio XII suprimió esta afirmación y se
dio paso como “dogma de fe” a una creencia de que María había subido
al cielo en cuerpo y alma, aunque de esto nada hay escrito ni en los
evangelios ni en los primeros escritos cristianos. A partir de ahí empezaron
una serie de supuestas apariciones a distintas personas, cada vez con una
cara diferente y con diferentes vestimentas, la mayoría de las veces con un
niño que ya no es niño sino un hombre de 33 años, para dar unos mensajes
y unas profecías que para nada valen en la Obra de Salvación; pues ésta
concluyó cuando Cristo en la cruz dijo: - Consumado es – (Jn. 19: 30), y con
su resurrección. Y además casi siempre habla a través de videntes lo cual
está condenado rotundamente en la Biblia por el señor (Lv. 19: 31, 20: 27)
(Dt. 18: 9-12), y pide que se hagan templos a su nombre cuando en nuestra
era los templos somos nosotros mismos y al mismo tiempo iglesia de Cristo, y
solo existe lugares de congregación de hermanos. Además algunos mensajes contradicen las enseñanzas de Jesús cuando pide oraciones repetitivas mientras que Jesús nos dice claramente en Mateo 6: 7 que en nuestras oraciones no usemos de vanas repeticiones. Tristemente, los catolicos que aman y rezan a Maria, no quieren ni pueden reconocer estas verdadesAhora os pregunto: ¿Cualquier aparición o hecho prodigioso viene a aportar algo nuevo al mensaje de salvación? Yo creo que no. Si no que al contrario trata de desviar la atención del camino de salvación que Dios ha puesto ante nosotros para llevarnos a un culto vano que intenta desviarnos de la verdad, pues en el primer mandamiento de la Ley de Dios se nos dice no te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en los cielos, ni en la tierra, ni en el agua y no te postrarás ante ellas y no las servirás y no tendrás a otro Dios que no sea Él. Y San Pablo ya nos dejo dicho en Gálatas 1: 8, que ni aún si un ángel del cielo nos anunciara otro evangelio que el de Cristo no le creyéramos, pues no hay otro. Otra cosa es cómo Dios iba a permitir que a tan santa mujer ó a su
imagen la tengan como a una muñeca que se viste y se desviste, se pasea
o se olvida, se venera o se pisotea según la imagen sea de barro o papel
ya que a veces la vemos en el suelo o en la basura. Y es que algunos hombres añaden nuevas cosas a la palabra de Dios y no se conforman con la obra de Jesús si no que, ponen a esa mujer que en vida supo estar sometida a la voluntad de Dios y supo ocupar un discreto lugar para dejar obrar a su hijo, ahora después de muerta como salvadora, intercesora y demás títulos, arrebatándole toda la gloria a su hijo. Sorpresiva revelacion, pero no para los que han hecho de Miriam un idolo, a lo cual tristemente daran cuentas en el dia del Señor
Concluyo diciendo que nuestra muy amada y ejemplar María no se
merece la gran mentira que se ha formado en su nombre. Y lo que no
permitiríamos que se le hiciera a nuestra propia madre no permitamos que
se le haga a la madre de Jesús, si no que su nombre y persona sea
recordado hasta la venida de Jesús con todo el respeto y amor que se
merece.
Este escrito ha sido hecho con un gran amor hacia ella. No se vea en
ello otra intención. Amén.
Cien por ciento de acuerdo con usted! sin embargo los mismos catolicos de este foro dan testimonio que Maria es mucho mas de lo que usted ha minsitrado aqui