Al principio de convertirnos, cuando se revelo el Señor a nuestras vidas y nos derrumbamos a sus pies cuando vimos de su gran amor y misericordia, tuvimos mucha hambre de su Palabra y cuando ella penetraba en nosotros, nos hablaba (y nos habla) y nos hacía grandes promesas.
¿Te gustaría hacernos participes y edificarnos con una de esas promesas que hayas vivido?
De lo que te haya dado el Señor nos elegraremos todos si lo compartes.
Que el Señor os Bendiga.
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¿Te gustaría hacernos participes y edificarnos con una de esas promesas que hayas vivido?
De lo que te haya dado el Señor nos elegraremos todos si lo compartes.
Que el Señor os Bendiga.
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