Recomiendo encarecidamente esta oración

14 Julio 2014
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Jesús nos dice lo siguiente:

Hijos míos: haced el Exorcismo de mi amado Arcángel Miguel, dictado a mi siervo el Papa León XIII, todas las veces que podáis y propagad su devoción. Si supierais hijos míos las gracias y la protección que os brindo a través de esta poderosa armadura, ¡si lo supierais!, ¡entonces la utilizaríais más frecuentemente y propagaríais su devoción! Yo, vuestro Padre, a través de mi amado Arcángel Miguel., expulso y protejo de toda fuerza del mal a todos aquellos que hagan y propaguen su devoción. De los lugares donde se practique esta devoción el demonio huirá y ninguna fuerza del mal os podrá


http://oracionesydevocionescatolicas.com/exorcismo_Leon.htm
 
Re: Recomiendo encarecidamente esta oración

La eficaz coronilla de san Miguel , recordar que es imprescindible rezarla en gracia de dios, confesados y comulgados y a ser posible también rezar el Rosario

Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia De Astónac. El arcángel le dijo a la religiosa que deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles. La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.


Promesas: A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel promete grandes bendiciones: Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.


En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles. Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías. Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.


En el Nombre del Padre...


Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:


Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, date prisa en socorrerme.


Gloria al Padre, etc.


1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías


2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines, dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos, derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones, danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados, infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles, dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.


1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.


Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:


*En honor a San Miguel ...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro


Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos celestiales, fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios, admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud, dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.


V. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.


R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.


Oremos. Todopoderoso y Eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel, te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos de modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad. Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Ver página sobre los Ángeles


Si queremos, al final de la Coronilla a San Miguel Arcángel, podemos agregar la siguiente oración:


ORACIÓN A MARÍA
REINA DE LOS ÁNGELES


¡Oh Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles!
Pues habéis recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de la serpiente infernal; dignaos escuchar benigna las súplicas que humildemente os dirigimos; enviad las santas legiones para que, bajo vuestras órdenes, combatan a los demonios, donde quiera repriman su audacia y los persigan hasta precipitarlos al abismo.


¿Quién como Dios?
Santos Ángeles y Arcángeles, defendednos y guardadnos. ¡Oh buena y tierna Madre! Vos seréis siempre nuestro amor y nuestra esperanza. ¡Oh divina Madre! Enviad los Santos Ángeles para defendernos y rechazar lejos al demonio, nuestro mortal enemigo. Amén.


Historia de esta oración:


Ante el gran combate espiritual que libramos, Dios ha querido proveer por nosotros. Pero debemos rezar si deseamos su ayuda.


Escribe acerca de la Reina de los Ángeles el Venerable Luis Eduardo Cestac, fundador de la Congregación de las Siervas de María:


En 1863 un alma... sintió su mente elevada hacia la Santísima Virgen, quien le dijo que efectivamente, los demonios andaban sueltos por el mundo, y que había llegado la hora de rogarle como Reina de los Ángeles pidiéndole las legiones santas para combatir y aplastar los poderes infernales.


–"Madre mía", dijo esta alma, "¿ya que sois tan buena, no podrías enviarlas sin que os rogáramos?"


–"No", respondió la Santísima Virgen, "la oración es condición impuesta por Dios para alcanzar las gracias".


– "Entonces, Madre mía", dijo el alma "¿querrías enseñarme Vos la manera de rogaros?"


Y creyó escuchar la oración “Oh Augusta Reina...”


El señor Cestac fue el depositario de esta oración. Lo primero que hizo fue presentarla a Monseñor Lacroix, obispo de Bayona, quien le dio su aprobación. Inmediatamente mandó imprimir medio millón de ejemplares, que distribuyó gratis por todas partes.


No estará demás advertir que, durante la primera impresión, las máquinas se rompieron dos veces. La oración a la Reina de los Ángeles se extendió rápidamente y fue aprobada por muchos obispos y arzobispos.


San Pío X concedió trescientos días de indulgencia a quienes la rezaren.


(Imprimátur del Vicario General de Buenos Aires, 29 de febrero de 1912)


-“Regina Angelorum”, publicación de la Orden de María Reina, Pascua de 1978
 
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LAS QUINCE PROMESAS
DE LA VIRGEN MARÍA
A QUIENES RECEN EL ROSARIO [1]




1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.


2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.


3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.


4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!.


5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.


6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.


7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.


8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.


9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.


10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.


11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.


12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.


13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.


14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.


15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.