La revelación de un sacerdote reaviva polémica por el celibato
Relato. El cura Elías Cortesón (Der.), dijo su verdad ayer en el Arzobispado. Negó la violación y pidió perdón a la gente
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Christian Peña y Lillo H.
Esta es la confesión de un cura”, así empezó el sacerdote Elías Cortesón Redondo (70), las revelaciones de una relación sexual que mantuvo entre 1975 y 1976 y que ahora reaviva la polémica por el celibato. Ante esta realidad, el sacerdote ortodoxo, Youssef El Anba Boula, explicó que en su religión, similar a la católica, se permite que algunos opten por el celibato y también aclaró que se respeta la decisión de otros que prefieren tener una mujer e hijos y también ser párrocos. Cortesón, quien ayer dio una conferencia de prensa en el Arzobispado, sin la anunciada presencia del monseñor Carlos Stetter, dijo que Candelaria Espinoza García (48) que ahora lo acusa de violación, fue la persona con quien quebrantó el voto del celibato y que le pedía dinero a cambio de su silencio. “Ella miente, yo no la violé”, aclaró el párroco, al referirse a las acusaciones, que además lo hacen padre de un joven de 17 años. El vocero del Arzobispado, Marcial Chupinagua, dijo que se esperará el fallo de la justicia. Cortesón, que fue ordenado y trabajó muchos años en San Ignacio, dijo que no soportó las amenazas y chantajes que supuestamente la mujer le hacía, por lo cual decidió contarle a la población su verdad y el calvario que tuvo vivir. Presentó copias de las cartas en las que le pedían dinero. “Yo he llevado mi calvario por dentro, he llorado, rezado e inclusive muchas noches intenté quitarme la vida. Ahora me presento como un hombre, con todas mis tentaciones y pecados”, recordó el cura. Esta confesión reavivó el fuego de la polémica sobre el celibato, que reapareció con la denuncia de un abuso a una niña en Entre Ríos por parte de un sacerdote. El padre Elías no quiso entrar en detalles sobre si aprobaba o no la abolición del celibato, pero al referirse sobre sus compañeros sacerdotes dijo que “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra en mi Iglesia, que es pecadora, del perdón, de la gracia, misericordia y la reconciliación”. También pidió que los seminaristas, piensen bien la decisión que toman, para que no se equivoquen más adelante. En el ámbito jurídico, que este caso deberá resolverse, Arturo Sarmiento, abogado del sacerdote, explicó que ellos ya presentaron una querella en contra de Espinoza por los delitos de tentativa de violación, allanamiento de domicilio, amenazas, extorsión, coacción, difamación, injurias, calumnias y abuso deshonesto. Por otra parte, Sarmiento denunció que en el proceso que en principio había sido planteado por un reconocimiento de paternidad, de acuerdo con un documento de la Defensoría de la Niñez de San Ignacio, nunca se citó al sacerdote por este caso y sí por la denuncia de agresión psicológica y amenazas. “Esta mujer está mintiendo a la población, diciendo que el hijo es del cura. Esperamos que pida que se haga la prueba de ADN y así comprobar si es verdad lo que está afirmando”. Cura casado y con permiso del Papa AFP. Francis Temman Cuando el padre Alan le ofrece la hostia de comunión a Josy todos los domingos en la iglesia de Santa María Virgen, en Arlington, cerca de Dallas, los parroquianos hacen la vista gorda. Todos saben que ella es la mujer del cura. A los 68 años, Alan Hawkins pertenece a una especie original: es uno de los escasos curas católicos en recibir una dispensa de celibato del Papa. Como Hawkins, unos 80 pastores protestantes en Estados Unidos desertaron de la Iglesia Episcopal Anglicana, desencantados por la ordenación de pastores-mujeres y por la crisis de autoridad, para unirse a la Iglesia de Roma. “El papa Juan Pablo II firmó en 1981 una cláusula pastoral que nos autoriza a mantener algunos elementos de nuestra tradición”, explicó el padre Hawkins. En Entre Ríos se juzgará a un cura “papá” El caso del cura “papá” José Álvarez, de la población tarijeña de Entre Ríos, entró a la etapa de ofrecimientos de pruebas de ambas partes para que se lleve adelante el juicio oral por el delito de estupro agravado. En este proceso, Álvarez fue acusado de haber abusado de una menor de 14 años quien sufre de sordera parcial y problemas mentales. El sacerdote no fue suspendido de sus funciones por el arzobispo de Tarija. Editsa Mendoza, encargada de la Defensoría Municipal de la Niñez de Entre Ríos, dijo que ella ya había sido notificada y que en el plazo previsto por la ley entregó todas las pruebas de cargo que utilizará en contra del sacerdote, cuando se realice el juicio. El sacerdote fue notificado el viernes pasado por el Tribunal de Sentencia que conoce el proceso y ahora tiene diez días para presentar sus pruebas de descargo. La “niña mamá”, fue trasladada a Tarija donde estará viviendo hasta que el juicio se inicie, ya que los rumores que circulaban en el pueblo de un posible intento de llegar a un acuerdo para evitar el juicio, provocaron temor en los acusadores que prefirieron proteger a la menor. Álvarez se sometió a dos pruebas de paternidad para confirmar la veracidad de las acusaciones. Sin embargo, ambas salieron positivas y pese a ello el sacerdote no admitió en ningún momento ser padre de la bebé y por el contrario insiste en que la niña miente.

Relato. El cura Elías Cortesón (Der.), dijo su verdad ayer en el Arzobispado. Negó la violación y pidió perdón a la gente
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Christian Peña y Lillo H.
Esta es la confesión de un cura”, así empezó el sacerdote Elías Cortesón Redondo (70), las revelaciones de una relación sexual que mantuvo entre 1975 y 1976 y que ahora reaviva la polémica por el celibato. Ante esta realidad, el sacerdote ortodoxo, Youssef El Anba Boula, explicó que en su religión, similar a la católica, se permite que algunos opten por el celibato y también aclaró que se respeta la decisión de otros que prefieren tener una mujer e hijos y también ser párrocos. Cortesón, quien ayer dio una conferencia de prensa en el Arzobispado, sin la anunciada presencia del monseñor Carlos Stetter, dijo que Candelaria Espinoza García (48) que ahora lo acusa de violación, fue la persona con quien quebrantó el voto del celibato y que le pedía dinero a cambio de su silencio. “Ella miente, yo no la violé”, aclaró el párroco, al referirse a las acusaciones, que además lo hacen padre de un joven de 17 años. El vocero del Arzobispado, Marcial Chupinagua, dijo que se esperará el fallo de la justicia. Cortesón, que fue ordenado y trabajó muchos años en San Ignacio, dijo que no soportó las amenazas y chantajes que supuestamente la mujer le hacía, por lo cual decidió contarle a la población su verdad y el calvario que tuvo vivir. Presentó copias de las cartas en las que le pedían dinero. “Yo he llevado mi calvario por dentro, he llorado, rezado e inclusive muchas noches intenté quitarme la vida. Ahora me presento como un hombre, con todas mis tentaciones y pecados”, recordó el cura. Esta confesión reavivó el fuego de la polémica sobre el celibato, que reapareció con la denuncia de un abuso a una niña en Entre Ríos por parte de un sacerdote. El padre Elías no quiso entrar en detalles sobre si aprobaba o no la abolición del celibato, pero al referirse sobre sus compañeros sacerdotes dijo que “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra en mi Iglesia, que es pecadora, del perdón, de la gracia, misericordia y la reconciliación”. También pidió que los seminaristas, piensen bien la decisión que toman, para que no se equivoquen más adelante. En el ámbito jurídico, que este caso deberá resolverse, Arturo Sarmiento, abogado del sacerdote, explicó que ellos ya presentaron una querella en contra de Espinoza por los delitos de tentativa de violación, allanamiento de domicilio, amenazas, extorsión, coacción, difamación, injurias, calumnias y abuso deshonesto. Por otra parte, Sarmiento denunció que en el proceso que en principio había sido planteado por un reconocimiento de paternidad, de acuerdo con un documento de la Defensoría de la Niñez de San Ignacio, nunca se citó al sacerdote por este caso y sí por la denuncia de agresión psicológica y amenazas. “Esta mujer está mintiendo a la población, diciendo que el hijo es del cura. Esperamos que pida que se haga la prueba de ADN y así comprobar si es verdad lo que está afirmando”. Cura casado y con permiso del Papa AFP. Francis Temman Cuando el padre Alan le ofrece la hostia de comunión a Josy todos los domingos en la iglesia de Santa María Virgen, en Arlington, cerca de Dallas, los parroquianos hacen la vista gorda. Todos saben que ella es la mujer del cura. A los 68 años, Alan Hawkins pertenece a una especie original: es uno de los escasos curas católicos en recibir una dispensa de celibato del Papa. Como Hawkins, unos 80 pastores protestantes en Estados Unidos desertaron de la Iglesia Episcopal Anglicana, desencantados por la ordenación de pastores-mujeres y por la crisis de autoridad, para unirse a la Iglesia de Roma. “El papa Juan Pablo II firmó en 1981 una cláusula pastoral que nos autoriza a mantener algunos elementos de nuestra tradición”, explicó el padre Hawkins. En Entre Ríos se juzgará a un cura “papá” El caso del cura “papá” José Álvarez, de la población tarijeña de Entre Ríos, entró a la etapa de ofrecimientos de pruebas de ambas partes para que se lleve adelante el juicio oral por el delito de estupro agravado. En este proceso, Álvarez fue acusado de haber abusado de una menor de 14 años quien sufre de sordera parcial y problemas mentales. El sacerdote no fue suspendido de sus funciones por el arzobispo de Tarija. Editsa Mendoza, encargada de la Defensoría Municipal de la Niñez de Entre Ríos, dijo que ella ya había sido notificada y que en el plazo previsto por la ley entregó todas las pruebas de cargo que utilizará en contra del sacerdote, cuando se realice el juicio. El sacerdote fue notificado el viernes pasado por el Tribunal de Sentencia que conoce el proceso y ahora tiene diez días para presentar sus pruebas de descargo. La “niña mamá”, fue trasladada a Tarija donde estará viviendo hasta que el juicio se inicie, ya que los rumores que circulaban en el pueblo de un posible intento de llegar a un acuerdo para evitar el juicio, provocaron temor en los acusadores que prefirieron proteger a la menor. Álvarez se sometió a dos pruebas de paternidad para confirmar la veracidad de las acusaciones. Sin embargo, ambas salieron positivas y pese a ello el sacerdote no admitió en ningún momento ser padre de la bebé y por el contrario insiste en que la niña miente.