Rapsodias
(en la noche de los espíritus)
(en la noche de los espíritus)
Las armas de la luz son la mirada
y el poder de Dios estriba en la decisión.
"Maldito el hombre y malditos los hombres."
Bendito Padre, me lo dice el Ángel
encargado de la alabanza en el cielo
y amigo de Jesús nuestro Señor.
Los objetos que se mueven por el cuarto.
Rapsodias, en la noche de los espíritus.
Y yo como ando escaso de baladas tibias,
opto por los metaleros y el candente riff.
Los objetos que se mueven por el cuarto.
Rapsodias, en la noche de los espíritus.
iHoy se quieren llevar mi alma, díselo!
que en vela estoy orando sin pensarlo
La gran nube de testigos diurna Pablo
(después vendrá Pedro con su llama Hefesto)
Yo que fui a su encuentro, Oh! hadas siderales
donde ambos cruzamos los ojos por el bosque
su tremendo porte y si con vara de virtudes,
al final me pude ir libre de su encantamiento.
Ahora ya sé lo que tengo que hacer
para que descienda a tierra el fuego;
abrirle candado al dragón interior,
y vuelva a ver amanecer contigo amor.
De tal palo tal astilla, se oye un dicho
me he encontrado la aguja en el pajar
y una pieza clave del rompecabezas,
que también faltaba a ti Abadón.
Todo esto por el Libro de los Libros
daré a conocer la fórmula secreta,
el componente maestro de la mejora
y una mejor alimentación logres tener.
La viga en el ojo es de color café,
y mi espada que relumbra es un espejo
Yo soy el hombre del fin de los tiempos.
Amén.
Amén.
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