¿Quiénes son los verdaderos miembros de la Iglesia y cuerpo de Cristo?

Raül Joaquim

Jeremías 1:4-12
1 Junio 2022
1.959
430
Vamos a escudriñar las enseñanzas de Jesús, para poder entender como es debido, quiénes son los genuinos miembros de la Iglesia de Dios, y Cuerpo de Cristo. Para bien entenderlo, vamos a leer el texto bíblico donde Jesús explica la parábola del sembrador. Y lo haremos, como no puede ser de otro modo, atendiendo y reflexionando debidamente sus propias palabras, dejando que sea el Señor, como Maestro nuestro que es, quien nos instruya al respecto. Eso sí, no sin antes pedir a Dios Padre, en el nombre de Jesucristo, que el Espíritu Santo sea quien nos dé la debida luz y entendimiento. Si me acompañas, empezamos:

Mat 13:18._ Escuchen, pues, lo que quiere decir la parábola del sembrador:

Hay que escuchar, ¿eh? Es el Señor mismo quien nos lo va a explicar. Y claro, para escuchar, hay que tener los oídos muy atentos. ¿Los tienes?, pues sigamos.

Mat 13:19._ Los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden, son como la semilla que cayó en el camino; viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón.

¿Qué les pasa a estos? Que no entienden. Han escuchado el mensaje, pero no lo han entendido. Por lo tanto, NO SON IGLESIA, NO SON CUERPO DE CRISTO. ¿Por qué? Porque no lo han entendido y, si no lo han entendido, no han podido aceptar y reconocer a Jesús como su Señor, Maestro, y Salvador (caso de Judas Iscariote, como ejemplo). Sí, han oído el mensaje del reino, pero al no entenderlo, viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón. Estos carecen de luz alguna, de raíz ninguna. ¿Cómo puedes aceptar, creer y hacer tuyo, lo que no has entendido? No, estos no han sido nunca miembros del cuerpo de Cristo, de la Iglesia, porque nunca han reconocido ni aceptado a Jesús como Señor y Salvador de ellos. En estas la buena semilla no ha podido ser sembrada, sí el mensaje, pero les fue quitado por el maligno. ¿Claro hasta aquí? Sigamos pues,

Mat 13:20-21._ La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero como no tienen raíz suficiente, no se mantienen firmes; cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fallan.

No, estos tampoco han llegado aún a ser Iglesia y cuerpo de Cristo. Estos sí, han oído el mensaje y lo han recibido con gusto, son creyentes, pero no tienen suficiente raíz, o lo que es lo mismo; no han profundizado en las enseñanzas de Jesús, ni han sido constantes, ni consagrado el debido y necesario tiempo a establecer una profunda y genuina relación personal con el Señor, no se han dedicado a escudriñar las escrituras, ni a cultivar una relación personal e íntima con él, mediante la oración constante (orar es platicar de tú a tú con Dios, que no hacer rezos repetitivos, no lo olvides). Estos carecen de raíces, y claro, aún siendo creyentes, cuando vienen las pruebas o la persecución —a todos nos sucede— fallan y dejan secar la buena semilla que les fue plantada en su corazón. La puerta es estrecha, y angosto el camino que lleva a la vida, y no todos están dispuestos a negar sus propias vidas. Continuamos:

Mat 13:22._ La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de esta vida les preocupan demasiado y el amor por las riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos.

¿De qué siguen formando parte de estos?, del mundo. ¿Dónde siguen sus sospechas, esperanzas ya qué dedican su tiempo? A los negocios y riquezas del mundo. ¿Sabes qué?, creo que estos son los que más claramente nos muestran dónde es en verdad sembrado el trigo y la cizaña. ¿Dónde nos dijo Jesús que son sembradas ambas semillas? En el mundo. ¿Dónde están estos? En el mundo. No, tampoco estos, siendo aún creyentes, han logrado entrar a formar parte de la Iglesia y el cuerpo de Cristo, siguen siendo del mundo, viven en, por y para las cosas del mundo. Pero atentos: en estos sigue estando presente el mensaje, y sembrada en ellos la buena semilla, pero ahogada por las cosas del mundo a las cuales dan preferencia, y que no la dejan dar fruto. Pero sigamos leyendo:

Mat 13:23._ Pero la semilla sembrada en buena tierra representa a los que oyen el mensaje y lo entienden y dan una buena cosecha, como las espigas que dieron cien, sesenta o treinta granos por semilla.

¡Ah sí, estos sí! Estos sí que han entrado a formar parte verdaderamente del cuerpo de Cristo, a ser uno en Cristo; estos sí que son miembros de la Iglesia del Señor. ¿Dónde está la diferencia con los anteriores? Nos lo dice Jesús, pero, para bien entenderlo, presta debida atención a cada una de sus palabras que vamos a escudriñar a continuación:

1) OYEN EL MENSAJE: Atentos, no dice que “lo han oído porque”, sino claramente que “lo oyen”. No es pasado, sino un claro presente. Siempre están atentos a la voz del Señor, a sus enseñanzas. Son constantes en el estudio de la palabra y en la oración. Siempre están buscando saber cuál es la voluntad de Dios, y actuar en consecuencia. Conocen al Señor, y él les conoce, porque tienen una relación muy personal e íntima con él, están unidos a él, tanto que ya no son ellos quienes viven, sino que es Cristo quien en ellos vive.

2) LO ENTIENDEN: Es decir; tienen oídos para oír, tienen revelación, les han sido abiertos los ojos y oídos al entendimiento, y son guiados por el Espíritu Santo prometido por el Señor. No andan ni actúan por su propia cuenta, ni se conforman a sus deseos o preferencias surgidas de la carne, sino que todo cuanto hacen y llevan a cabo, lo es conforme a la voluntad de Dios y, por ello…

3) DAN UNA BUENA COSECHA: ¿Por qué dan una buena cosecha? Porque trabajan la tierra esparciendo la buena semilla del reino. Van por todas partes sembrando la buena semilla, el evangelio. Se han negado así mismos y ya no se preocupan por los negocios o riquezas del mundo. No, ya no son del mundo, ni nada de lo que de este procede les atrae ni seduce de modo alguno. Se dedican libremente a trabajar la tierra, a sembrar la buena semilla, a proclamar el reino de Dios y su justicia, tanto a tiempo como fuera de tiempo. Ya no son ellos quienes viven, sino que es Cristo quien vive en ellos. ESTOS SON LA VERDADERA IGLESIA Y CUERPO DE CRISTO. Son los que…

4) COMO ESPIGAS DAN, CIENTO, SESENTA O TREINTA GRANOS POR SEMILLA: Jesús aquí nos está diciendo claramente que la cosecha que llegará a dar cada uno de sus hermanos y siervos, llegó del nivel de entrega, y voluntad de servir al Señor, de cada cual. A más entrega, más frutos darían para la gloria de Dios. A mayor dedicación, mayor será la cosecha, mayor será la gloria que recibirán por parte de ellos Dios. Mayor será la corona que al final de la carrera cada cual recibirá. No, no todos darán como resultado la misma cantidad de cosecha, sino que esto resultará según la dedicación y entrega voluntaria de cada cual. Esto ya nos lo deja el Señor en la libre elección personal de cada cual, en nuestro libre albedrío. No, el Señor nunca impone, ni obliga, ni fuerza. Lo que hagamos, hagámoslo de todo corazón, ello es lo que cuenta, es lo que le agrada, y nos reclama, Dios Padre Todopoderoso y nuestro Señor Jesucristo mismo. No lo olvides.

La gracia y paz del Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos los santos y fieles en Cristo.

Raül Gil - Lectio Divina
 
Mat 13:22._ La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de esta vida les preocupan demasiado y el amor por las riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos.

¿De qué siguen formando parte de estos?, del mundo. ¿Dónde siguen puestas sus preocupaciones, esperanzas y a qué dedican su tiempo? En los negocios y riquezas del mundo. ¿Sabes qué?, creo que estos son los que más claramente nos muestran dónde es en verdad sembrado el trigo y la cizaña. ¿Dónde nos dijo Jesús que son sembradas ambas semillas? En el mundo. ¿Dónde están estos? En el mundo. No, tampoco estos, siendo aún creyentes, han logrado entrar a formar parte de la Iglesia y cuerpo de Cristo, siguen siendo del mundo, viven en, por y para las cosas del mundo. Pero atentos: en estos sigue estando presente el mensaje, y sembrada en ellos la buena semilla, pero ahogada por las cosas del mundo a las cuales dan preferencia, y que no la dejan dar fruto. Pero sigamos leyendo:

Disculpas, se ve que al repasarlo, el corrector me cambió algunas palabras. En rojo la corrección.
 
Disculpas, se ve que al repasarlo, el corrector me cambió algunas palabras. En rojo la corrección.

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Vamos a escudriñar las enseñanzas de Jesús, para poder entender como es debido, quiénes son los genuinos miembros de la Iglesia de Dios, y Cuerpo de Cristo. Para bien entenderlo, vamos a leer el texto bíblico donde Jesús explica la parábola del sembrador. Y lo haremos, como no puede ser de otro modo, atendiendo y reflexionando debidamente sus propias palabras, dejando que sea el Señor, como Maestro nuestro que es, quien nos instruya al respecto. Eso sí, no sin antes pedir a Dios Padre, en el nombre de Jesucristo, que el Espíritu Santo sea quien nos dé la debida luz y entendimiento. Si me acompañas, empezamos:

Mat 13:18._ Escuchen, pues, lo que quiere decir la parábola del sembrador:

Hay que escuchar, ¿eh? Es el Señor mismo quien nos lo va a explicar. Y claro, para escuchar, hay que tener los oídos muy atentos. ¿Los tienes?, pues sigamos.

Mat 13:19._ Los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden, son como la semilla que cayó en el camino; viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón.

¿Qué les pasa a estos? Que no entienden. Han escuchado el mensaje, pero no lo han entendido. Por lo tanto, NO SON IGLESIA, NO SON CUERPO DE CRISTO. ¿Por qué? Porque no lo han entendido y, si no lo han entendido, no han podido aceptar y reconocer a Jesús como su Señor, Maestro, y Salvador (caso de Judas Iscariote, como ejemplo). Sí, han oído el mensaje del reino, pero al no entenderlo, viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón. Estos carecen de luz alguna, de raíz ninguna. ¿Cómo puedes aceptar, creer y hacer tuyo, lo que no has entendido? No, estos no han sido nunca miembros del cuerpo de Cristo, de la Iglesia, porque nunca han reconocido ni aceptado a Jesús como Señor y Salvador de ellos. En estas la buena semilla no ha podido ser sembrada, sí el mensaje, pero les fue quitado por el maligno. ¿Claro hasta aquí? Sigamos pues,

Mat 13:20-21._ La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero como no tienen raíz suficiente, no se mantienen firmes; cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fallan.

No, estos tampoco han llegado aún a ser Iglesia y cuerpo de Cristo. Estos sí, han oído el mensaje y lo han recibido con gusto, son creyentes, pero no tienen suficiente raíz, o lo que es lo mismo; no han profundizado en las enseñanzas de Jesús, ni han sido constantes, ni consagrado el debido y necesario tiempo a establecer una profunda y genuina relación personal con el Señor, no se han dedicado a escudriñar las escrituras, ni a cultivar una relación personal e íntima con él, mediante la oración constante (orar es platicar de tú a tú con Dios, que no hacer rezos repetitivos, no lo olvides). Estos carecen de raíces, y claro, aún siendo creyentes, cuando vienen las pruebas o la persecución —a todos nos sucede— fallan y dejan secar la buena semilla que les fue plantada en su corazón. La puerta es estrecha, y angosto el camino que lleva a la vida, y no todos están dispuestos a negar sus propias vidas. Continuamos:

Mat 13:22._ La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de esta vida les preocupan demasiado y el amor por las riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos.

¿De qué siguen formando parte de estos?, del mundo. ¿Dónde siguen sus sospechas, esperanzas ya qué dedican su tiempo? A los negocios y riquezas del mundo. ¿Sabes qué?, creo que estos son los que más claramente nos muestran dónde es en verdad sembrado el trigo y la cizaña. ¿Dónde nos dijo Jesús que son sembradas ambas semillas? En el mundo. ¿Dónde están estos? En el mundo. No, tampoco estos, siendo aún creyentes, han logrado entrar a formar parte de la Iglesia y el cuerpo de Cristo, siguen siendo del mundo, viven en, por y para las cosas del mundo. Pero atentos: en estos sigue estando presente el mensaje, y sembrada en ellos la buena semilla, pero ahogada por las cosas del mundo a las cuales dan preferencia, y que no la dejan dar fruto. Pero sigamos leyendo:

Mat 13:23._ Pero la semilla sembrada en buena tierra representa a los que oyen el mensaje y lo entienden y dan una buena cosecha, como las espigas que dieron cien, sesenta o treinta granos por semilla.

¡Ah sí, estos sí! Estos sí que han entrado a formar parte verdaderamente del cuerpo de Cristo, a ser uno en Cristo; estos sí que son miembros de la Iglesia del Señor. ¿Dónde está la diferencia con los anteriores? Nos lo dice Jesús, pero, para bien entenderlo, presta debida atención a cada una de sus palabras que vamos a escudriñar a continuación:

1) OYEN EL MENSAJE: Atentos, no dice que “lo han oído porque”, sino claramente que “lo oyen”. No es pasado, sino un claro presente. Siempre están atentos a la voz del Señor, a sus enseñanzas. Son constantes en el estudio de la palabra y en la oración. Siempre están buscando saber cuál es la voluntad de Dios, y actuar en consecuencia. Conocen al Señor, y él les conoce, porque tienen una relación muy personal e íntima con él, están unidos a él, tanto que ya no son ellos quienes viven, sino que es Cristo quien en ellos vive.

2) LO ENTIENDEN: Es decir; tienen oídos para oír, tienen revelación, les han sido abiertos los ojos y oídos al entendimiento, y son guiados por el Espíritu Santo prometido por el Señor. No andan ni actúan por su propia cuenta, ni se conforman a sus deseos o preferencias surgidas de la carne, sino que todo cuanto hacen y llevan a cabo, lo es conforme a la voluntad de Dios y, por ello…

3) DAN UNA BUENA COSECHA: ¿Por qué dan una buena cosecha? Porque trabajan la tierra esparciendo la buena semilla del reino. Van por todas partes sembrando la buena semilla, el evangelio. Se han negado así mismos y ya no se preocupan por los negocios o riquezas del mundo. No, ya no son del mundo, ni nada de lo que de este procede les atrae ni seduce de modo alguno. Se dedican libremente a trabajar la tierra, a sembrar la buena semilla, a proclamar el reino de Dios y su justicia, tanto a tiempo como fuera de tiempo. Ya no son ellos quienes viven, sino que es Cristo quien vive en ellos. ESTOS SON LA VERDADERA IGLESIA Y CUERPO DE CRISTO. Son los que…

4) COMO ESPIGAS DAN, CIENTO, SESENTA O TREINTA GRANOS POR SEMILLA: Jesús aquí nos está diciendo claramente que la cosecha que llegará a dar cada uno de sus hermanos y siervos, llegó del nivel de entrega, y voluntad de servir al Señor, de cada cual. A más entrega, más frutos darían para la gloria de Dios. A mayor dedicación, mayor será la cosecha, mayor será la gloria que recibirán por parte de ellos Dios. Mayor será la corona que al final de la carrera cada cual recibirá. No, no todos darán como resultado la misma cantidad de cosecha, sino que esto resultará según la dedicación y entrega voluntaria de cada cual. Esto ya nos lo deja el Señor en la libre elección personal de cada cual, en nuestro libre albedrío. No, el Señor nunca impone, ni obliga, ni fuerza. Lo que hagamos, hagámoslo de todo corazón, ello es lo que cuenta, es lo que le agrada, y nos reclama, Dios Padre Todopoderoso y nuestro Señor Jesucristo mismo. No lo olvides.

La gracia y paz del Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos los santos y fieles en Cristo.

Raül Gil - Lectio Divina
Agregaría algo importante:
Todos estos que se describen, se congregan juntos, se han bautizado y pertenecen a la misma congregación o iglesia, sin embargo, no todos son la verdadera iglesia que instituyó el Señor.
 
Son todos los que finalmente se salvan. Hasta los gentiles pueden hacer lo que es de Dios.
 
Última edición:
Son todos los que finalmente se salvan. Hasta los gentiles pueden hacer lo que es de Dios.

Hola Cesar:

No es lo que se desprende de la explicación que el Señor Jesucristo hace de la parábola. Que la verdadera Iglesia son los que finalmente serán salvos, ello es correcto, pero hemos de tener en cuenta que el Señor indica, en todos los casos, que la semilla les ha sido sembrada, aunque cada grupo reacciona ante la misma de un modo distinto. Y la semilla, como bien sabemos, lo es la palabra Dios, en concreto el Evangelio. Es necesaria la semilla, y que esta germine y de buen fruto, para entrar a formar parte de la Iglesia y cuerpo de Cristo. Sin la semilla, es imposible ser miembro, y a la vez, la salvación ya no está tan clara. Que Dios, a quienes nunca les fue predicado el evangelio, y nunca oyeron hablar de Jesucristo, los juzgará en justicia, sí, de ello no cabe la menor duda. Pero todo quien oyó hablar de Jesucristo, y todo quien le fue predicado el evangelio, ya no está tan claro, y según la propia parábola, que sean salvos. Reflexiónelo. Bendiciones.
 
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Agregaría algo importante:
Todos estos que se describen, se congregan juntos, se han bautizado y pertenecen a la misma congregación o iglesia, sin embargo, no todos son la verdadera iglesia que instituyó el Señor.


Sí, pero hemos de tener en cuenta un detalle, y lo es que tanto la buena semilla, como la mala, es sembrada en el mundo, y crecen juntas en el mundo. Lo cual, nos dice que donde veamos que el trigo y la cizaña crecen juntos, que en un mismo lugar de reunión se están congregando ambas clases de semillas, ese lugar no está siendo Iglesia de Cristo, sino un lugar de reunión que pertenece al mundo. El Señor nos dé debida luz y entendimiento.
 
Hola Cesar:

No es lo que se desprende de la explicación que el Señor Jesucristo hace de la parábola. Que la verdadera Iglesia son los que finalmente serán salvos, ello es correcto, pero hemos de tener en cuenta que el Señor indica, en todos los casos, que la semilla les ha sido sembrada, aunque cada grupo reacciona ante la misma de un modo distinto. Y la semilla, como bien sabemos, lo es la palabra Dios, en concreto el Evangelio. Es necesaria la semilla, y que esta germine y de buen fruto, para entrar a formar parte de la Iglesia y cuerpo de Cristo. Sin la semilla, es imposible ser miembro, y a la vez, la salvación ya no está tan clara. Que Dios, a quienes nunca les fue predicado el evangelio, y nunca oyeron hablar de Jesucristo, los juzgará en justicia, sí, de ello no cabe la menor duda. Pero todo quien oyó hablar de Jesucristo, y todo quien le fue predicado el evangelio, ya no está tan claro, y según la propia parábola, que sean salvos. Reflexiónelo. Bendiciones.
Si si, los que llevan esa semilla están encaminados a salvarse. Yo creo que si alguien lleva esa semilla en forma descuidada, Dios le sigue dando oportunidad de reivindicarse por medio de ella, si al menos ha sabido aprovecharla un mínimo. Si hay un mínimo de amor por alguna cosa de Dios, hay esperanzas de que esa relación con Dios crezca como Dios lo quiere. Todavía está viva la semilla.
No hay esperanzas cuando no hay identidad ni nada de aprecio por las cosas de Dios. Ahi no hay una mínima base sobre la cual pueda crecer el espíritu, no hay semilla.