Los Testamentos de los Doce
Patriarcas
Esta obra está constituida por una colección de 12 discursos "testamentarios"puestos en boca de los hijos de Jacob, y dirigidos a sus descendientes, con la Intención de exhortarles a la piedad y a la justicia evocando las bendiciones de Jacob (Gén 49). En su forma actual, cada Testamento sigue el mismo esquema literario: una introducción pseudo-histórica (Midrash haggádíco sobre la vida del patriarca según el Génesis; variaciones y adiciones análogas a las del Libro de los Jubileos, que el autor conoce); una larga sección parenética (aplicación y transposición en forma de lecciones morales de la evocación histó-rica que precede): una conclusión, breve, mesiánica y apocalíptica (menos en el caso de Gad, profecía so-bre el porvenir de la tribu, con una exhortación a observar la ley y a someterse a Judá y más aún a Leví). La segunda sección es la más importante para el autor; se trata, en efecto, de una especie de tra-tado moral y es un testimonio del alto ideal que inspiraba al grupo donde nació esta obra. Todo esto la unidad real del corpus, tal y como se encuentra en la versión griega, única que ha llegado completa hasta nosotros.
Sin embargo, los problemas planteados por esta obra son muchos y complejos. En primer lugar, es difícil determinar la historia de su composición: a pesar de su aparente y evidente unidad, constituye de hecho una monstruosa compilación. No es fácil discernir las diversas fuentes, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. Fragmentos arameos del Testamento de Leví han sido descubiertos en la Genizá del Cairo, así como en las grutas 1 y IV de Qumran; en parte, el texto se corresponde, aunque a la Impresión de que el texto del Leví griego es un resumen del arameo primitivo. En la gruta IV se encontró igualmente un texto hebreo del Testamento de Neftalí; es igualmente más amplio que su paralelo griego (1,6-12). Es fácil reconocer glosas y pasajes cristianos, aunque éstos varían según los crí-ticos. El parentesco con Oumrán a propósito de los dos mesías, por ejemplo, es evidente. De todas estas consideraciones surgen. como es lógico, varías tesis sobre el medio ambiente. el autor, la fecha
y la lengua de esta obra. La tesis más clásica es la de las interpolaciones cristianas (discutidas sin embargo por algunos) en una obra judía precristiana. Se-gún la tesis cristiana, un judío-cristiano del siglo II habría formado la colección partiendo de uno u otro Testamento, existente de antemano. La tercera tesis considera esta obra como un producto esenio , con más o menos matices. Frente a todas estas divergencias. es sumamente importante subrayar el fondo judío de la obra (debido principalmente a la obliga-ción impuesta a todas las tribus de someterse a Judá e Incluso de reconocer la supremacía de Leví, la tri-bu sacerdotal), y que habría que situar entre 130 y 63 antes de Cristo (época en la que los asmoneos, sacerdotes y reyes, tenían o reclamaban el poder). Conviene igualmente no olvidar las interpolaciones e Incluso las refundiciones o desviaciones cristianas hechas en el siglo II y solidarias de la última redacción o de la traducción al griego partiendo del original semítico, arameo o hebreo.
(Fuente: "Intertestamento" . André Paul. Ed Verbo divino)