Cìñase vd. a lo que dice la Palabra de Dios, la Biblia, y no a las exègesis o doctrinas de hombres antibìblicas; y una de esas doctrinas antibìblicas que se metieron despuès de morir los apòstoles, sobre todo a partir del siglo IV/V, fuè la de decir que la iglesia cristiana estaba fundamentada sobre el apòstol Pedro, algo totalmente falso, pues toda la Biblia indica que es Jesucristo la Piedra Angular sobre la que se cimenta toda la Iglesia o Congregaciòn cristiana verdadera, siendo los apòstoles "piedras vivas" edificadas sobre la "Piedra Angular", el Hijo de Dios (Mateo 21:42; 1ªCorintios 3:11; Efesios 2:19-22; 1ªPedro 2:4-10; etc...).
El apòstol Pablo en la II epístola a los Tesalonicenses (2:7,8) dice:
"En realidad el misterio de iniquidad ya esta en acción, sólo hace falta
que el que lo retiene sea removido, entonces se manifestarà el hombre inicuo (malvado), a quien el señor Jesùs matarà con el resuello de su boca y destruirà con el resplandor de su presencia".
Fìjese que el apòstol Pablo dice que ya en su tiempo la iniquidad o maldad ya estaba en acciòn, es decir los apòstatas, que se agrupan como si fuera una persona, "el inicuo", ya estaban actuando en tiempos de los apòstoles, lo que concuerda con lo que menciona el apòstol Juan, quien dijo que estos anticristos (apòstatas) que tambièn se agrupan en una palabra en singular, "anticristo", aunque como bien dice el apòstol Juan, hay muchos anticristos (1ªJuan 2:18,19), que ya estaban en su tiempo, concordando con las palabras del apòstol Pablo en 2ªTesalon.2:7; pues el apòstol Juan dijo que era la ùltima hora (ya que èl era el ùnico apòstol vivo entonces, de edad muy avanzada), y como anteriormente habìan oìdo decir, al apòstol Pablo en la carta a los Tesalonicenses, los anticristos (apòstatas) ya estaban haciendo estragos a finales del siglo I; puesto que hasta entonces, los que habìan retenido a que los apòstatas o anticristos se manifestasen completamente, habìan sido los apòstoles, que habìan servido de freno a la apostasìa, pero en cuanto los apòstoles murieron, los apòstatas, los falsos maestros, se adueñaron de la entonces Iglesia cristiana, corrompièndola con sus doctrinas de hombres paganas y antibìblicas, que, como estaba predicho, se han extendido como la cizaña o como la gangrena, sobre todo a partir del siglo IV/V cuando se unieron Iglesia y Estado, y sòlo hay que leer, ademàs de la Biblia, unos buenos libros de Historia, para ver que ha sido y sigue siendo asì, ya que la cizaña debìa de crecer junto con el trigo hasta el tiempo de la siega, es decir, hasta el final de este mundo o durante la presencia y 2ª venida de Jesucristo, quien destruirà a esos apòstatas o falsos cristianos y anticristos, junto con todos aquèllos que no reconozcan a Jesucristo como Hijo de Dios ni pongan fè en èl, ni obren en conformidad con èllo (Mateo 7:13-23; 13:24-30, 34-43; 15:8,9; Hechos 20:29,30; Gàlatas 1:8,9; Colosenses 2:8, 2ªTesalon 1:6-10; 2ªTesalon. 2:7-12; 1ªTimoteo 4:1-3; 2ªTimoteo 2:16-18; 2ªPedro 2:1-3, etc...).