La expresión "el Anciano de días" (a veces traducida como "el Anciano de muchos días") aparece principalmente en el libro de Daniel en el Antiguo Testamento, específicamente en Daniel 7:9-10 y 7:13-14.
Luego, en Daniel 7:13-14:
La interpretación tradicional cristiana (especialmente en el cristianismo trinitario) identifica al "Anciano de días" como Dios Padre, y al "Hijo del Hombre" que se le acerca como Jesucristo (el Hijo).
Sí, algunas interpretaciones patrísticas o simbólicas (por ejemplo, en algunos textos apócrifos o visiones místicas) han interpretado que el "Anciano de días" también puede representar al Hijo en su eternidad, especialmente cuando se le describe con los mismos atributos divinos que en Apocalipsis (como cabello blanco, trono de fuego, etc.).
Por ejemplo, en Apocalipsis 1:14, Cristo glorificado es descrito así:
Esto ha llevado a algunos comentaristas a identificar esta figura también con Cristo glorificado. Sin embargo, en Daniel 7, el contexto muestra claramente a dos personas distintas: el "Anciano de días" y el "Hijo del Hombre".
En Daniel 7, el Anciano de días representa a Dios Padre, y el "Hijo del Hombre" que se le acerca es Jesucristo. Esta es la interpretación más aceptada en la teología cristiana tradicional.
Daniel 7:9-10 (Reina-Valera 1960)
Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos,
y se sentó un Anciano de días;
su vestido era blanco como la nieve,
y el pelo de su cabeza como lana limpia;
su trono llama de fuego,
y las ruedas del mismo, fuego ardiente...
Luego, en Daniel 7:13-14:
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
¿Quién es el "Anciano de días"?
La interpretación tradicional cristiana (especialmente en el cristianismo trinitario) identifica al "Anciano de días" como Dios Padre, y al "Hijo del Hombre" que se le acerca como Jesucristo (el Hijo).
Fundamentos para esta interpretación:
- El Anciano de días está sentado en el trono con apariencia majestuosa, lo que alude a una figura divina soberana y eterna: el Padre.
- El Hijo del Hombre se le presenta y recibe dominio, gloria y reino. Esta es una imagen profética de la exaltación de Cristo, algo que el Nuevo Testamento vincula claramente con Jesús (ver Mateo 26:64, Apocalipsis 1:13).
¿Alguna interpretación lo ve como el Hijo?
Sí, algunas interpretaciones patrísticas o simbólicas (por ejemplo, en algunos textos apócrifos o visiones místicas) han interpretado que el "Anciano de días" también puede representar al Hijo en su eternidad, especialmente cuando se le describe con los mismos atributos divinos que en Apocalipsis (como cabello blanco, trono de fuego, etc.).
Por ejemplo, en Apocalipsis 1:14, Cristo glorificado es descrito así:
"Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve..."
Esto ha llevado a algunos comentaristas a identificar esta figura también con Cristo glorificado. Sin embargo, en Daniel 7, el contexto muestra claramente a dos personas distintas: el "Anciano de días" y el "Hijo del Hombre".
Conclusión
En Daniel 7, el Anciano de días representa a Dios Padre, y el "Hijo del Hombre" que se le acerca es Jesucristo. Esta es la interpretación más aceptada en la teología cristiana tradicional.