“Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” (Génesis 50:19-20)
Aquí dice que los hermanos de José, de su propia voluntad, hicieron el mal pero que Dios lo utilizó para hacer el bien. Es decir el hombre pecó pero Dios lo usó para el bien.
Algo que también se ve en Éxodo cuando Moisés tiene que pedir a Faraón que deje volver al pueblo a la tierra prometida.
“pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo” (Ex 4:21)
Aquí parece que Dios es el que toma la decisión de no dejar ir a los israelitas al endurecer el corazón de Faraón.
Y lo podemos corroborar en Exodo 10:1 “Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón; porque yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis señales”
“Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no envió a los hijos de Israel fuera de su país.” (Ex 11:10)
Leyendo los anteriores pasajes es claro que la decisión fue de Dios.
Ahora bien, en el mismo contexto también leemos que “Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.” (Ex 8:32)
Aquí dice claramente que fue Faraón quien endureció su corazón. ¿Es acaso una contradicción? Leamos Ex 9:34: “Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos.”
Ahora dice no solamente que fue Faraón quien endureció su corazón sino también que pecó. ¿Pero no estaba acaso haciendo la voluntad de Dios?
Se podrían dar muchos otros ejemplos, y posiblemente mejores, de como la soberanía de Dios y la voluntad del hombre trabajan conjuntamente, coexisten y van de la mano. Y aunque sea difícil de comprender es la realidad que nos muestra la Biblia.
Bendiciones.
Aquí dice que los hermanos de José, de su propia voluntad, hicieron el mal pero que Dios lo utilizó para hacer el bien. Es decir el hombre pecó pero Dios lo usó para el bien.
Algo que también se ve en Éxodo cuando Moisés tiene que pedir a Faraón que deje volver al pueblo a la tierra prometida.
“pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo” (Ex 4:21)
Aquí parece que Dios es el que toma la decisión de no dejar ir a los israelitas al endurecer el corazón de Faraón.
Y lo podemos corroborar en Exodo 10:1 “Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón; porque yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis señales”
“Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no envió a los hijos de Israel fuera de su país.” (Ex 11:10)
Leyendo los anteriores pasajes es claro que la decisión fue de Dios.
Ahora bien, en el mismo contexto también leemos que “Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.” (Ex 8:32)
Aquí dice claramente que fue Faraón quien endureció su corazón. ¿Es acaso una contradicción? Leamos Ex 9:34: “Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos.”
Ahora dice no solamente que fue Faraón quien endureció su corazón sino también que pecó. ¿Pero no estaba acaso haciendo la voluntad de Dios?
Se podrían dar muchos otros ejemplos, y posiblemente mejores, de como la soberanía de Dios y la voluntad del hombre trabajan conjuntamente, coexisten y van de la mano. Y aunque sea difícil de comprender es la realidad que nos muestra la Biblia.
Bendiciones.
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