Querido buscador:

30 Marzo 2000
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Querido buscador:

Tu caso era mi caso. También fui cristiano en mi adolescencia por motivos educacionales y después me aparté de ella porque no encontraba, no me satisfacía todo este sistema de ritos y creencias a las que yo no podía llegar por medio de mi razón. Pero esto, como en tu caso, no indicaba que me hubiera negado a creer, sino que buscaba más profundidad en ese conocimiento y eso me llevó a apartarme de las religiones tal como están establecidas o como se perciben desde fuera.

Hubo una circunstancia que marcó indeleblemente mi evolución en esto de Dios. Fue la muerte de mi padre cuando yo tenía 27 años. A partír de este hecho me replantee totalmente y de nuevo toda mi vida y la vida de las gentes en este planeta. Me enfrenté a la idea de la muerte que tenía olvidada y guardada en el trasfondo de mi mente sin querer aceptarla. Y fue en esta lucha por comprender cuando encontré solo vacío. Encontré que la vida como me la planteaba y como se la suele plantear casi todo el mundo, NO TENÍA SENTIDO. Yo no buscaba pruebas de la existencia de Dios porque llegué a la conclusión de que DIOS NO EXISTIA. Eso me devolvió a vivir la vida más dramáticamente y a luchar exclusivamente por sus valores materiales e hizo que la sequedad y la aridez de la vida llenaran toda mi vida. YO YA ESTABA MUERTO. Esa era mi conclusión en aquellos momentos. Sí, vivía, respiraba y comía, trabajaba y dormía, pero mi vida había muerto. En este estado, caí en una gran depresión. Fui medicado, pasé por las consultas de psicólogos y psiquiatras y cada uno me daba un diagnóstico diferente, pero parecidos.

Esta situación duró 12 largos años, en los que mi sufrimiento no tenía parangon. Me levantaba sufriendo y me acostaba sufriendo. Pasé por la ansiedad, el miedo, la angústia , la depresión y la desesperación. Pero ahora, no antes, comprendo que todo ese proceso de sufrimiento atroz me hacía profundizar en lo único a lo que yo podía acceder. A mí mismo. Ese dolor y ese sufrimiento hacia que yo llegara hasta extremos infrahumanos del sentimiento. Fue siguiendo ese camino de dolor como un buen día me encontré con Dios. Cuando profundicé lo bastante en el dolor y en el sufrimiento, mi relación conmigo mismo, con el auténtico yo que mora en cada uno de nosotros, fue más directa, más fluida. Y entonces me vi como persona. Ví mi verdadero aspecto espiritual y quedé conmovido por la emoción. Yo era perfecto en el fondo, pero en la superficie tenía todos los defectos. ¿Qué había que hacer para encontrarme y pertenecerme a mí mismo?

Entonces empecé a leer los Evangelios y fui comprendiendo pasaje por pasaje y comprendí también que no sabía nada. No sólo los Evangelios sino que me ayudo mucho “El Evangelio de Tomás” y varios libros más que cayeron en mis manos y que me explicaban el proceso por el cual yo había pasado.

Entonces nació la Fe en mi. Pero era una fe grande, inconmensurable. Me puse a escribir y a recordar mi forma de ser y de actuar, que para mí era totalmente negativa. Pero lo que mi Espíritu me explicó es que al contrario de ser negativa, era positiva para mis mas íntimos propósitos. Descubrí porque había sido tímido, retraido, introvertido, cobarde, dubitativo, etc. Y en vez de ser fallos de mi personalidad, descubrí que eran aciertos. Yo había tenido que luchar contra la máscara de mi personalidad con las únicas armas que tenemos. La duda, la incertidumbre, la introversión y “el poner la otra mejilla”, y estos adjetivos son la forma, la representación que esas actitudes positivas tienen en la vida de una persona.

Dios, entonces, me obsequió con dejarme ver la faz de su rostro y mirarle a los ojos, y ¡Qué ojos! Eran como el Sol. Y su tez era blanca como una nube. Y su boca era como un tunel insondable. Y me mostró sus símbolos y comprendí que era el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Comprendí también que había llegado el principio de mi final. Y me mostró como seguiría el camino, enseñandome la Cruz como único medio para salir de este mundo inmundo en el que habitamos.

Ahora, clavado en la Cruz, de vez en cuando, os comento algo de mis vivencias, por si estas pudieran serviros para vuestro propósito, que es el único propósito de la vida, y es que nos encontremos con nosotros mismos, y así, nos encontremos con el Dios que todos llevamos dentro.

Un abrazo.

[]Cedesin>
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>¿CONOCES TU MANUAL DE INSTRUCCIONES?


¿Sabes?. Lo creas o no Dios es tu Creador; y nadie mejor que Él entiende y sabe tu forma de funcionar; sólo Él puede reparar el dolor y la soledad de tu corazón; Dios te creó para Él, para gozar de tu servicio y para que tu te sintieras útil en Sus manos.

Hasta hoy has funcionado por tu cuenta, y tu “maquinaria” está rota y cansada; ¿sabes por qué?: Dios es el que garantiza tu “mantenimiento”, pero tu no le dejas que actúe en ti.

Acepta mi consejo: lee la Biblia; el libro de las Instrucciones de Dios para nuestra vida y deja que Cristo entre en tu corazón y repare todo aquello que ha sido desgastado y destrozado por el pecado. Deja a un lado los “arreglillos” que otros te ofrecen y acude a tu Creador. Solo Él tiene el recambio que necesitas; Él te dará un nuevo corazón, lleno de Cristo, lleno de Su Amor.


A continuación un pequeño detalle de esas instrucciones:


“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. ( Evangelio de Juan 3:16)

“Porque la paga del pecado es muerte, mas el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.(Romanos 6:23)

“Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos”. (Proverbios 23:26)

“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud”.(Eclesiastés 12:1)

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.(2 Pedro 3:9)



Jesús te dice hoy, ahora:

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. ( Ap. 3:20).


Dios te bendiga. Si has dicho a Cristo que si, me sentiría muy feliz si me lo comunicaras; mi e-mail es maripazcteleline.es. Si todavía dudas, lee en el Libro de instrucciones; si no tienes una Biblia, consigue una, ella te hablará de tu Creador y te dirá como llegar a Él.


Maripaz[/quote]


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La sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.(1 Juan 1:7)

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.(Juan 14:26)
 
Gracias Cedesin por habernos compartido algo de tu vida. Parece que has pasado por un valle muy largo pero que ahora estas fuera. Tambien discierno que es Dios quien te ha encontrado a ti y no te suelta.
No hay cose mas grande que conocer el amor de Dios para ti.
Iba a concluir con las palabras "que Dios te bendiga" pero es obvio que te ha bendecido y que continua bendiciendote.

Alegrate! Regocijate!

tejano
 
Querida Maripaz:

Te estoy contanto los “arreglazos” que Dios está haciendo en mí. Te estoy contando que ya dije SI y te estoy contando lo que está pasando. Te estoy contanto como el Evangelio se está escribiendo en mi corazón y que ya no necesito leer para saber. Te estoy contando que llevo la marca de los clavos en la palma de mis manos. Que llevo la corona de espinas dolorosamente en la cabeza. ¿Qué más te puedo contar?

Te estoy hablando de presente, no de futuro.

Un abrazo.

[]Cedesin>
 
Maripaz:

Te estoy contanto como se cumplen esas palabras que tu citas de la Biblia.

[]Cedesin>
 
Querdo Tejano:

Gracias por tus palabras. Pero aún no estoy fuera. Ahora estoy en un momento dificil y comprometido. ¿Qué se espera de un crucificado? ¿Por qué está uno crucificado? Porque espera la muerte para llegar a la Resurrección. No se puede llegar a la Resurrección sin pasar por la muerte. La muerte de la personalidad. La muerte del yo. La muerte del ego.

Pero mi alegría y mi regocijo no tienen parangón. Tengo la posibilidad, dada por Dios de morir matando. ¿Puede alguien tener mayor fortuna? Tengo “licencia para matar, licencia para morir”. Un morir controlado, suave, contenido. Un morir plácido. Un morir especial que solo puede darte la Cruz de Cristo.

¿Quién quiere ser crucificado? Grito por los salones y los foros.

Pero nadie parece aceptar el Evangelio de Cristo. Nadie quiere este “role”. Nadie quiere este papel. Ni el ladron malvado crucificado a la derecha de Cristo. Mientras, el ladron bueno espera confiado las palabras de Jesús: “Cuando termine todo esto, tu estaras a mi derecha en el cielo”.

Un abrazo.

[]Cedesin>
 
Hermano peregrino Cedesin. Has entrado en el misterio que es la Cruz, salvifica pero atraves de la muerte.

Siempre hay que acordar que nuestro Hermano Jesus nos acompana en nuestras peregrinaciones.

tejano