¡Qué!
¡Qué mundo para el dolor!
¡Qué mucho sufre la gente!
¡Qué tanta hambre se siente!
¡Qué lleno estamos de horror!
¡Qué horrendo tanto temor!
¡Qué horrible tanta violencia!
¡Qué amarga nuestra vivencia!
¡Qué negro nuestro destino!
¡Qué duro hallar el Camino!
¡Qué perra nuestra existencia!
¡Qué escasez de la opulencia!
¡Qué exuberancia de hambre!
¡Qué de drogas, qué cochambre!
¡Qué tanta mala experiencia!
¡Qué de gente sin paciencia!
¡Qué oscura está la salida!
¡Qué cara cuesta la vida!
¡Qué poco a nadie le importa!
¡Qué cuerpo, como soporta!
¡Qué tan honda nuestra herida!
¡Qué vida tan destruida!
¡Qué lacerado semblante!
¡Qué mísero y qué frustrante!
¡Qué almas tan mal surtidas!
¡Qué esperanza en estampida!
¡Qué lejos se nos separa!
¡Qué destino nos depara!
¡Qué desdén conque nos ve!
¡Qué pautado, ya lo sé!
¡Qué lento nos desampara!
¡Qué bien lo dice mi cara!
¡Qué mal lo hace mi verso!
¡Qué universo tan perverso!
¡Qué tal si esto terminara!
¡Qué contento te mirara!
¡Qué feliz Señor sería!
¡Qué pronto me curarías!
¡Qué ansioso espero tu don!
¡Qué bella tu Salvación!
¡Qué hermosa tu parusía!
Luis A. González
¡Qué mundo para el dolor!
¡Qué mucho sufre la gente!
¡Qué tanta hambre se siente!
¡Qué lleno estamos de horror!
¡Qué horrendo tanto temor!
¡Qué horrible tanta violencia!
¡Qué amarga nuestra vivencia!
¡Qué negro nuestro destino!
¡Qué duro hallar el Camino!
¡Qué perra nuestra existencia!
¡Qué escasez de la opulencia!
¡Qué exuberancia de hambre!
¡Qué de drogas, qué cochambre!
¡Qué tanta mala experiencia!
¡Qué de gente sin paciencia!
¡Qué oscura está la salida!
¡Qué cara cuesta la vida!
¡Qué poco a nadie le importa!
¡Qué cuerpo, como soporta!
¡Qué tan honda nuestra herida!
¡Qué vida tan destruida!
¡Qué lacerado semblante!
¡Qué mísero y qué frustrante!
¡Qué almas tan mal surtidas!
¡Qué esperanza en estampida!
¡Qué lejos se nos separa!
¡Qué destino nos depara!
¡Qué desdén conque nos ve!
¡Qué pautado, ya lo sé!
¡Qué lento nos desampara!
¡Qué bien lo dice mi cara!
¡Qué mal lo hace mi verso!
¡Qué universo tan perverso!
¡Qué tal si esto terminara!
¡Qué contento te mirara!
¡Qué feliz Señor sería!
¡Qué pronto me curarías!
¡Qué ansioso espero tu don!
¡Qué bella tu Salvación!
¡Qué hermosa tu parusía!
Luis A. González
