Permitanme iniciar con esta frase:
"'Los adventistas del séptimo día son quizá la secta mundial con una situación de decadencia más acusada con excepción quizá de la Misión de la Luz Divina. En ella han faltado los elementos de originalidad y genialidad que han caracterizado a otras sectas aunque haya sido con fines perversos. En manos de un visionario primero, de una desequilibrada después, se ha ido quedando fuera del reparto al que han ido asistiendo otras sectas.".
César Vidal Manzanares
El infierno de las sectas
como vemos los adventistas Han manifestado a lo largo de la historia un empeño muy particular en el anuncio enfermizo de fechas del fin el Mundo; no sólo se trató de la obsesión del fundador, sino que repetidamente han aparecido en el seno del adventismo "profetas" que dan a conocer una nueva fecha. Así ocurrió con Russell al nacer los Testigos de Jehová, y así ocurre aún hoy con numerosos grupos que se separan del tronco adventista.
Miller realizó sus "preofesías" partiendo de una interpretación muy en boga entre grupos milenaristas: Partiendo de Dn 8,14, interpretó alegóricamente los espacios de tiempo enunciados en días como "días proféticos", es decir, años. De este modo estableció la fecha del 21 de marzo de 1843. Ante el fracaso recalculó el acontecimiento para el 21 de marzo de 1844, y luego, tomando como base el texto clásico de la apocalíptico neotestamentaria de Mt 25,1-6 fijó la fecha final del 22 de octubre de 1844.
Para prepararse para estos eventos, los fieles debieron vender sus propiedades a los "incrédulos", interpretando literalmente las expresiones de Lc 21,18, se ratiraon al campo a esperar el comienzo del final entonando cantos de adviento, y vestidos con túnicas blancas como los justos descriptos en Ap 3,4-5. En ese momento, Miller tenía según los cronistas de la época, unos 50.000 seguidores.
Según muchos autores, mantienen hasta hoy esta espera del fin del mundo. Se preparan para ella con los "cursillos de supervivencia", a través del entrenamiento de jóvenes en técnicas de supervivencia en las montañas, ocultamiento de víveres, etc.
Cuando tenga lugar finalmente este segunda venida de Cristo, los justos resucitarán y disfrutarán de la restauración del Reino en el cielo durante mil años. Pasado este tiempo, Satanás será liberado y los pecadores resucitarán, entonces Cristo con los justos descenderán del cielo y se librará la batalla final, entonces Satanás y sus seguidores serán vencidos y aniquilados para siempre.
Entonces la tierra sería purificada por el fuego para dar lugar nuevamente al paraíso terrenal en el que los justos vivirán para siempre
Respecto a lo de la salud Quizás el origen de esta preocupación deba ponerse en relación con las enfermedades que sufriera en su momento el esposo de H. White. Lo cierto es que hoy los Adventistas han desarrollado una extensa red de hospitales, perfectamente equipados; y un sistema especial de salud denominado reforma sanitaria, basado en el régimen de alimentos puros e impusos, preferentemente vegetariano, terapia física, régimen higiénico... Esto los ha hecho populares en el ámbito de las terapias de tratamiento de stress y muy cercanos a los grupos new age que practican terapias alternativas. También son muy conocidos por la producción de alimentos de corte naturista como son jugos sin fermentar y productos fabricados con harinas integrales.
El otro elemento distintivo del adventismo es su preocupación por el Retorno de Cristo. Una preocupación que como hemos visto está inserta en los hechos mismos de su surgimiento, pero que en realidad no es patrimonio exclusivo sino que han transmitido a los Testigos de Jehová, y que contemporáneamente es compartido por un sinnúmero de grupos, tales como los Niños de Dios, diversos grupos New Age, etc.
Mucho del clima de espectación contemporáneo suele ser explicado por los sociólogoso como un fenómeno cultural que en Occidente siempre se presenta alrededor de los cambios de siglo y de milenio. Pero este no es el caso de los Adventistas, cuyo surgimiento se da en la primera mitad del siglo XIX. En este caso quizás debemos buscar la explicación en el clima general de gran fevor religioso y expectativa que vivía la sociedad norteamericana, en plena expansión por entonces.
De cualquier modo, se trata de una obsesión que en el ámbito cristiano recibe una única respuesta: "Días vendrán en que desearán ver uno solo de los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. Y les dirán: 'véanlo aquí, vénlo allá'. No vayan, ni corran detrás..." (Lc 17,22-23). Respuesta que se hace aún más contundente en el Evangelio según San Mateo, cap. 24, v. 36: "...de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hiio, sino sólo el Padre...".
Y si ni aún en Hijo de Dios lo sabe, ¿por qué habrían de saberlo Willian Miller, Hellen White, los adventistas contemporáneos, los Testigos de Jehová o cualquier otro?, ¿es que acaso son más que el mismo Cristo?