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LA FE ES............
Copyright © 1999 Martha Blaney Kilpatrick
www.Shulamite.com
Traducido por Círculo Santo
2001
Madrid, España
Todas las citas extraídas de
Reina Valera 1960
http://www.iglesia.net
I
La fe es una Ley. . .
La fe es una ley. . . establecida por Dios para nosotros.
Es el don del poder otorgado a la humanidad
para que lo posea y aumente.
Lo qué crees es lo que ocurre. Aparece.
En todas las personas opera una serie de creencias.
Sean verdad o falsas, todos creemos con sólida certeza en
algunas cosas.
El corazón tiene una doctrina confidencial,
tan imbuida y automática
que no es reconocida por uno mismo.
La fe es una ley. De que las cosas que nosotros juzgamos
ciertas, estamos seguros de que son reales.
El gran enigma es descubrir qué es lo que creo.
Porque estoy tan familiarizado y cómodo con
mis creencias de las que nunca he oído
hablar sino dentro
de mis pensamientos.
Ellas son opiniones que se han vuelto principios.
Ideas vanas que yo he convertido en dogma.
Y debo encontrarlas y
debo formularlas.
Para refutarlas.
Mis creencias son como una gran resaca oceánica que
me arrastra hacia dentro de mí mismo con
una fuerza mayor que mis brazadas.
Todavía soy el creador de esa fuerza.
La he alimentado y dado su poder por
la valoración de mis recónditas meditaciones.
La gran lucha empieza cuando decido
cambiar mis consolidados dogmas.
No cambian fácilmente.
Pesan como el plomo.
Sólo los destruyo con grandes corrientes
que equiparo a mis mentiras.
La fe es una ley. Qué crees que es eso que experimentas.
Entonces tu experiencia demuestra lo que creíste, pero
esto es porque creíste que ocurría.
Y no porque fuese real.
Qué cree tener el poder - el poder real para crear.
Sí tienes fe en el mal,
el mal surgiría en todos tus conceptos.
El Mal probará su fe en él.
Si tienes fe en el desastre, el desastre te perseguirá.
Pero el desastre no existirá como una fuerza exterior.
Será el estrago que vive dentro de tu
corazón por tu fe en el terror.
Hay una religión del rechazo, que cree fervientemente
que ese rechazo será de repercusión negativa de todo
encuentro con otros. Y es así.
Se vuelve así. . . cuando no era así.
Entre todas nuestras absurdas riadas de fe, quizás sea
la primera el sepultar
todas las otras fes mortales que surgen. . .
es lo primero que nos vuelve ciegos.
Nos convierte en monstruos pervertidos,
coronados de fanatismo y tiranía.
Es la fe en nuestro propio ‘yo.’ La confianza en nuestra propia
habilidad para hacer.. y saber.
Ninguna sed de hablar por Dios, hablamos por el “yo”.
Escuchando en secreto a este portentoso ‘yo’
y creyendo cosas sin sentido.
Tonto, sí. . . pero somos necios peligrosos,
nombrando a Dios sin requerirlo Él.
Tomamos Su lugar manifestando que le conocemos.
¿Recibes lo que deseas en esta vida? Siempre.
Tus deseos quedan formando parte de tu fe.
Los deseos nobles mueren en las manos de la incredulidad.
La incredulidad es una fe en lo negativo. Un convencimiento
de que esa bendición no ocurrirá.
Una secreta convicción de que Dios no quiere... no puede...
Soy expuesto y juzgado por lo que mi vida produce...
y no produce.
Porqué sólo produce lo que creo.
No puede producir lo que no creo.
¿Entiendes que esa fe todavía es una ley?
“Tú eres y haces según tu fe.”
Una creencia que se basa en la manifestación de Dios
no en Su buena voluntad,
Su poder, Su propósito, sino sobre mi fe.
La fe es de algún modo una cosa viviente, latiendo con fuerza
para cumplir su propósito.
Tanto si la fe no es de Dios, como si es de Dios,
hace concebir una imagen de Él como si fuera real.
La Fe Auténtica vive porque emana de la
Palabra Viviente “de la boca de Dios.”
La Sagrada Escritura envuelta por la presencia del Padre,
es dónde la fe - por amor - es concebida.
La comunión con el Padre, oír Su Palabra personal es recibir
una semilla palpitante.
Absorbiendo la Sagrada Escritura, se plantea la autentica
verdad en los abismos de mi intrincada mente, y
disuelve las necias conclusiones
acumuladas a lo largo de mi vida.
Es imperativo que construya mi fe por acciones deliberadas,
por el bombardeo de mi propia alma
con la verdad Eterna de Dios
contra la arrogancia de mis valoraciones.
Estar alrededor de los que tienen fe alimenta la fe.
Camina con un escéptico y
tu fe malcomerá en la incredulidad.
Todavía. . . es la obediencia y la muerte quien de verdad
forma y libera la fe.
Entregándose a Dios, para hacer Su voluntad en la más
profunda sumisión para hacer morir a la independencia. . .
estas rendiciones,
suscitan Su Propia Confianza para entrar y librar
el corazón humano de dudas.
Si sirvieras a Dios pero no mueres por Él,
tu fe siempre se achicará.
Gál 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios.
La muerte te introduce en la fe del Mismo Hijo de Dios,
una fe sobrenatural emanada
de Uno cuya fe conquistó TODO.
La muerte del ego, es el fallecimiento de mi naturaleza
Adámica que resbala hacia la incredulidad. . . y vive
cínicamente
acerca de su propio Creador,
despreciando mi Propio Origen.
¡La incredulidad sólo se mata cuando el “yo” muere!
Y la fe es nacida sólo en “Su” vida.
Así. . . Alimenté mi fe con la Palabra de Dios, como
el Padre me la lee a mí y
Mato mi incredulidad por la cruz personal de mí
experiencia diaria.
Sin embargo. . . en medio de esta Gran Solución
a mi duda innata. . .
una llave falsa en mi mano - no de Dios.
Un pivote que cierra o abre
la Dinámica de la Fe.
Esta llave eléctrica que sustenta
Fe y Duda
en equilibrio
es mi simple opción.
Puedo decidir lo qué creeré.
Puedo escoger contra la evidencia,
Puedo refutar el argumento.
Puedo rechazar la lógica y
Puedo imponer silencio al acusador.
Es mi opción. Mi opción.
Escojo en que confiaré. Escojo la verdad.
O escojo rechazar la verdad.
La opción siempre descansa. . .
conmigo.
Puedo desear creer pero
a menos que escoja creer
mi deseo perecerá en mi regazo.
Sin fe mi deseo
nunca vendrá a la vida.
Y culparé a Dios de ello.
La fe viene por el oír, y debo escoger escuchar.
La fe viene muriendo y debo decidir morir.
Y la fe viene por mirar. Puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de nuestra fe.1
Mirándole A Él, centrándome EN Él, en clara dependencia.
Él es lo Único Real en un abismo de ilusión.
Debo buscar para mirar...
Debo dejar lo que parece sólido
e ir a lo que Es Real.
La fe no es fe si descansa sobre dogmas.
La fe sólo es dinámica cuando reside en una Persona -
La Única, que hizo el universo
y sin Él el universo no tiene ningún significado.
(TIENE CONTINUACIÓN, IR AL LINK INDICADO)