¿Qué opinan hoy los médicos sobre las transfusiones de sangre?

SALVA2

Miembro activo
4 Diciembre 2021
88
13
Por décadas, los testigos de Jehová han sido criticados por rechazar las transfusiones de sangre. Su rechazo se basa en el mandato bíblico de abstenerse de sangre (Hechos 15:29). En ocasiones, dicha postura ha ido en contra de la opinión de los médicos, pues se pensaba que los tratamientos sin sangre suponían demasiados riesgos.

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La sangre no es digerible por el humano, sale casi integra en las heces. La norma bíblica es más bien un asunto de salubridad pública.

La sangre no aporta nutrientes, pero no es lo mismo si necesitas una transfusión puede ser la diferencia entre vivir y morir.

"En la sangre está la vida" Por supuesto, en la sangre está la vida, dejen que la trasfundan a quienes la necesitan para que sigan viviendo.

No hay mayor amor que el del que dá la vida por sus amigos.... (Juan 15:13)
Si hubieran entendido "misericordia quiero y no sacrificios" no condenarían a los inocentes.... (Mt 9:7;12:7)
Contra el amor no hay ley... (Gal 5:22-23)
 
Por décadas, los testigos de [jiová] han sido criticados por rechazar las transfusiones de sangre...

@SALVA2

Ten la delicadeza de NO ponerme tus tontitos pasquines repetidos a mi bandeja de mensajes privados.

Si quieres responderme algo, hazlo DELANTE DE TODOS para que lo vean. Y me reitero, te haces CÓMLICE DE ASESINATO POTENCIAL por estar de acuerdo en negar las transfusiones de sangre que salvan vidas.

Los antivacunas más tóxicos que conozco, no son muy diferentes a tu ideología asesina.
 
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@SALVA2

Ten la delicadeza de NO ponerme tus tontitos pasquines repetidos a mi bandeja de mensajes privados.

Si quieres responderme algo, hazlo DELANTE DE TODOS para que lo vean. Y me reitero, te haces CÓMLICE DE ASESINATO POTENCIAL por estar de acuerdo en negar las transfusiones de sangre que salvan vidas.

Los antivacunas más tóxicos que conozco, no son muy diferentes a tu ideología asesina.
Ah, tambien lo hace contigo, y yo que creí ser el privilegiado del foro je
 
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Por décadas, los testigos de Jehová han sido criticados por rechazar las transfusiones de sangre. Su rechazo se basa en el mandato bíblico de abstenerse de sangre (Hechos 15:29). En ocasiones, dicha postura ha ido en contra de la opinión de los médicos, pues se pensaba que los tratamientos sin sangre suponían demasiados riesgos.

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Perdona mi ignorancia; pero ¿Podrías explicarme la relación que existe; es decir, como se emparentan Hechos 15:29, con las transfusiones de sangre?

Gracias
 
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Saludos Caleb, indagando información sobre lo que me preguntas: " como se emparentan Hechos 15:29, con las transfusiones de sangre?".
En la siguiente publicación basada en la Biblia da unos razonamientos para reflexionar sobre si es lógico o no de abstenerse de sangre y si tiene base Bíblica.
LIBRO: "RAZONAMIENTO A PARTIR DE LAS ESCRITURAS".

La sangre está tan íntimamente relacionada con los procesos vitales que la Biblia dice que “el alma de la carne está en la sangre” (Lev. 17:11). Jehová, como Fuente de la vida, ha dado instrucciones precisas respecto al uso que se puede dar a la sangre.
Se manda a los cristianos que se ‘abstengan de la sangre’
Hech. 15:28, 29: “Al espíritu santo y a nosotros mismos [el cuerpo gobernante de la congregación cristiana] nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas [o a las que se haya dado muerte sin escurrirles la sangre] y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!” (Ahí el comer sangre se equipara a la idolatría y la fornicación, cosas en las cuales no deberíamos querer participar.)
Se puede comer la carne animal, pero no la sangre
Gén. 9:3, 4: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.”
Cualquier animal que se utilice para alimento debe ser desangrado debidamente. Un animal estrangulado o uno que haya muerto en una trampa o que haya sido hallado después de haber muerto no es adecuado para alimento (Hech. 15:19, 20; compárese con Levítico 17:13-16). De igual manera, no se debe comer ningún alimento al que se haya agregado sangre completa o algún componente sanguíneo.
El único uso de la sangre que alguna vez ha tenido la aprobación de Dios ha sido para sacrificio
Lev. 17:11, 12: “El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación por el alma en ella. Es por eso que he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre y ningún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes debe comer sangre.’” (Todos aquellos sacrificios de animales bajo la Ley de Moisés prefiguraron el sacrificio único de Jesucristo.)
Heb. 9:11-14, 22: “Cuando Cristo vino como sumo sacerdote [...] entró, no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado santifica al grado de limpieza de la carne, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo? [...] a menos que se derrame sangre, no se efectúa ningún perdón.”
Efe. 1:7: “Por medio de él [Jesucristo] tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de ése, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su bondad inmerecida.”
¿Cómo entendieron los mandatos bíblicos respecto a la sangre los que durante los primeros siglos de la era común afirmaron ser cristianos?
Tertuliano (c. 160-230 E.C.): “Avergüéncese vuestro error si pensó comían sangre de los que no pueden comer sangre de reses. Los cristianos no comemos sangre de animales ni morticinios [...] Finalmente, entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza de que el cristiano que come sangre se desvía de su ley. Quien esto sabe, ¿con qué ilación puede legítimamente inferir que apetece sangre de hombres el que aborrece sangre de reses?” (Quinto Septimio F. Tertuliano, Apología contra los gentiles, Colección Austral, 1947, pág. 40).
Minucio Félix (siglo III E.C.): “Tanto nos retraemos de la sangre humana, que en nuestro alimento no usamos sangre ni de animales comestibles”. (The Ante-Nicene Fathers [Los padres de antes del Concilio de Nicea], Grand Rapids, Mich., 1956, edición preparada por A. Roberts y J. Donaldson, tomo IV, pág. 192.)
Transfusiones de sangre
¿Está incluida la sangre humana en la prohibición bíblica?

Sí. Hechos 15:29 dice que “sigan absteniéndose de [...] sangre”. No dice simplemente que se abstengan de sangre animal. (Compárese con Levítico 17:10, donde se prohibió comer “cualquier clase de sangre”.)
¿Es en realidad lo mismo que comer sangre una transfusión?
En el hospital, cuando un paciente no puede comer por la boca, recibe alimentación por vía intravenosa. Ahora bien, ¿estaría realmente obedeciendo el mandato de ‘seguir absteniéndose de sangre’ la persona que nunca hubiera puesto sangre en su boca, pero aceptara sangre mediante una transfusión? (Hech. 15:29). A modo de comparación, imagínese que un médico le dice a cierto hombre que tiene que abstenerse del alcohol. ¿Estaría dicho hombre obedeciendo al médico si dejara de tomar bebidas alcohólicas, pero hiciera que le inyectaran el alcohol directamente en las venas?
En el caso de un paciente que rehúsa sangre, ¿hay tratamientos sustitutivos?
En muchos casos la sencilla solución salina, el lactato de Ringer y el dextrán pueden usarse para expandir el volumen del plasma, y estas sustancias están disponibles en casi todos los hospitales modernos. De hecho, al usar estas sustancias se evitan los riesgos que acompañan a las transfusiones de sangre. La publicación Canadian Anaesthetists’ Society Journal (enero de 1975, pág. 12) dice: “Los riesgos de la transfusión de sangre son las ventajas de los sustitutivos del plasma: se evitan la infección bacteriana o viral, las reacciones a las transfusiones y la sensibilización de Rh”. Los testigos de Jehová no tienen ninguna objeción religiosa al uso de soluciones no sanguíneas para expandir el plasma.
De hecho, los testigos de Jehová se benefician de mejor tratamiento médico porque no aceptan sangre. En la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology (1 de junio de 1968, pág. 395), cierto médico reconoció: “No hay duda de que el verse uno operando sin la posibilidad de administrar una transfusión le hace mejorar su cirugía. Uno se hace considerablemente más agresivo en cuanto a aplicar sujeción a todo vaso sangrante”.
Todo tipo de cirugía puede efectuarse con éxito sin transfusiones sanguíneas. Esto incluye operaciones a corazón abierto, cirugía cerebral, la amputación de miembros y la extirpación total de órganos cancerosos. El doctor Philip Roen, al escribir para New York State Journal of Medicine (15 de octubre de 1972, pág. 2527), dijo: “No hemos vacilado en practicar absolutamente ningún procedimiento quirúrgico indicado en presencia de la proscripción del reemplazo de la sangre”. El doctor Denton Cooley, del Instituto Cardíaco de Texas, E.U.A., dijo: “Nos impresionaron tanto los resultados que obtuvimos [al usar soluciones no sanguíneas para expandir el plasma] en los testigos de Jehová que empezamos a usar el procedimiento en todos nuestros pacientes cardíacos” (El periódico Union, de San Diego, 27 de diciembre de 1970, pág. A-10). “La cirugía a corazón abierto ‘sin sangre’, que originalmente se desarrolló para los miembros adultos de la secta de los testigos de Jehová porque su religión prohíbe las transfusiones de sangre, ahora se ha adaptado para emplearla sin peligro en delicados procedimientos relacionados con el corazón de infantes y niños” (Cardiovascular News, febrero de 1984, pág. 5).

Si alguien dice...​

‘Ustedes dejan morir a sus hijos, porque rehúsan las transfusiones de sangre. Eso me parece terrible’
Usted pudiera contestar:
‘Pero nosotros sí permitimos que se les hagan transfusiones... de las que hay que no causan daño. Aceptamos el tipo de transfusiones que no entrañan el riesgo de contraer males como el SIDA, la hepatitis y la malaria. Queremos que nuestros hijos reciban el mejor tratamiento, como estoy seguro que lo querría cualquier padre amoroso’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Cuando hay una gran pérdida de sangre, lo más necesario es restablecer el volumen del fluido. Sin duda usted sabe que realmente más del 50 por 100 de nuestra sangre es agua; además están los glóbulos rojos y los blancos, y así por el estilo. Cuando se pierde mucha sangre, el cuerpo mismo vierte grandes reservas de glóbulos sanguíneos en el sistema y acelera la producción de nuevos glóbulos. Pero hace falta el volumen del fluido. Para satisfacer esta necesidad se pueden usar soluciones no sanguíneas que den expansión al volumen del plasma, y nosotros las aceptamos’. 2) ‘Se han usado soluciones para expandir el volumen del plasma en el caso de miles de personas, y los resultados han sido excelentes’. 3) ‘Más importante aún para nosotros es lo que la Biblia misma dice en Hechos 15:28, 29’.
O contestar: ‘Puedo comprender su punto de vista. Supongo que usted se imagina a su propio hijo en tal situación. Como padres, haríamos todo lo posible por proteger el bienestar de nuestros hijos, ¿no es cierto? De modo que si personas como usted y yo fuéramos a rechazar cierto tipo de tratamiento médico para nuestro hijo, ciertamente tendría que haber una razón de peso para ello’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Cree usted que en algunos padres pudiera influir lo que la Palabra de Dios dice aquí en Hechos 15:28, 29?’. 2) ‘Así que la cuestión es: ¿Tenemos suficiente fe como para hacer lo que Dios manda?’.
‘Ustedes no creen en las transfusiones de sangre’
Usted pudiera contestar:
‘Los periódicos han publicado relatos acerca de algunas situaciones en que se creía que unos Testigos morirían si no aceptaban sangre. ¿Es a esto a lo que usted se refiere?... ¿Por qué hacemos lo que hacemos en cuanto a esto?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Ama usted a su esposa (esposo) lo suficiente como para estar dispuesto (dispuesta) a arriesgar su propia vida por ella (él)?... También hay hombres que arriesgan la vida por su país, y a estos se les considera héroes, ¿no es así? Pero hay alguien que es más grande que cualquier persona o cosa aquí en la Tierra, y ese es Dios. ¿Arriesgaría usted su vida por amor a él y por lealtad a Su gobernación?’. 2) ‘En realidad, el asunto en cuestión es la lealtad a Dios. La Palabra de Dios es la que nos dice que nos abstengamos de sangre (Hech. 15:28, 29)’.
O contestar: ‘Hay muchas cosas que son muy comunes hoy día y que los testigos de Jehová evitan... por ejemplo, el mentir, el adulterio, el robar, el fumar y —como usted dijo— el uso de la sangre. ¿Por qué? Porque regimos nuestra vida por la Palabra de Dios’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Sabe usted que la Biblia dice que debemos ‘abstenernos de sangre’? Quisiera mostrárselo (Hech. 15:28, 29)’. 2) ‘Quizás usted recuerde que Dios dijo a nuestros primeros padres, Adán y Eva, que podían comer de todo árbol de Edén excepto de uno. Pero desobedecieron, comieron de aquel fruto prohibido, y lo perdieron todo. ¡Qué tonto fue aquello! Ahora, por supuesto, no hay un árbol que tenga fruto prohibido. Pero después del Diluvio de los días de Noé, Dios estableció nuevamente una prohibición para la humanidad. Esta vez tuvo que ver con la sangre (Gén. 9:3, 4)’. 3) ‘Por eso la verdadera cuestión es: ¿Tenemos fe en Dios? Si le obedecemos, tenemos ante nosotros la perspectiva de vivir para siempre en perfección bajo su Reino. Hasta si morimos, él nos asegura que habrá una resurrección’.
‘¿Qué hay si un médico dice: “Usted morirá si no recibe una transfusión de sangre”?’
Usted pudiera contestar:
‘Si la situación es realmente tan grave, ¿puede el médico garantizar que el paciente no moriría si se le administrara sangre?’. Entonces pudiera añadir: ‘Pero hay alguien que puede volver a dar vida a la persona, y ese es Dios. ¿No concuerda usted en que, al verse uno cara a cara con la muerte, el volver la espalda a Dios por violar su ley sería una mala decisión? Yo verdaderamente tengo fe en Dios. ¿La tiene usted? La Palabra de Dios promete una resurrección a los que ejercen fe en su Hijo. ¿Cree usted eso? (Juan 11:25)’.
O contestar: ‘Quizás eso quiera decir que él personalmente no sabe cómo tratar el caso sin usar sangre. Si es posible, procuramos que se comunique con un médico que haya tenido la experiencia necesaria, o contratamos los servicios de otro médico’.

SALUDOS Caleb
 
Saludos Caleb, indagando información sobre lo que me preguntas: " como se emparentan Hechos 15:29, con las transfusiones de sangre?".
En la siguiente publicación basada en la Biblia da unos razonamientos para reflexionar sobre si es lógico o no de abstenerse de sangre y si tiene base Bíblica.
LIBRO: "RAZONAMIENTO A PARTIR DE LAS ESCRITURAS".

La sangre está tan íntimamente relacionada con los procesos vitales que la Biblia dice que “el alma de la carne está en la sangre” (Lev. 17:11). Jehová, como Fuente de la vida, ha dado instrucciones precisas respecto al uso que se puede dar a la sangre.
Se manda a los cristianos que se ‘abstengan de la sangre’
Hech. 15:28, 29: “Al espíritu santo y a nosotros mismos [el cuerpo gobernante de la congregación cristiana] nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas [o a las que se haya dado muerte sin escurrirles la sangre] y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!” (Ahí el comer sangre se equipara a la idolatría y la fornicación, cosas en las cuales no deberíamos querer participar.)
Se puede comer la carne animal, pero no la sangre
Gén. 9:3, 4: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.”
Cualquier animal que se utilice para alimento debe ser desangrado debidamente. Un animal estrangulado o uno que haya muerto en una trampa o que haya sido hallado después de haber muerto no es adecuado para alimento (Hech. 15:19, 20; compárese con Levítico 17:13-16). De igual manera, no se debe comer ningún alimento al que se haya agregado sangre completa o algún componente sanguíneo.
El único uso de la sangre que alguna vez ha tenido la aprobación de Dios ha sido para sacrificio
Lev. 17:11, 12: “El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación por el alma en ella. Es por eso que he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre y ningún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes debe comer sangre.’” (Todos aquellos sacrificios de animales bajo la Ley de Moisés prefiguraron el sacrificio único de Jesucristo.)
Heb. 9:11-14, 22: “Cuando Cristo vino como sumo sacerdote [...] entró, no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado santifica al grado de limpieza de la carne, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo? [...] a menos que se derrame sangre, no se efectúa ningún perdón.”
Efe. 1:7: “Por medio de él [Jesucristo] tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de ése, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su bondad inmerecida.”
¿Cómo entendieron los mandatos bíblicos respecto a la sangre los que durante los primeros siglos de la era común afirmaron ser cristianos?
Tertuliano (c. 160-230 E.C.): “Avergüéncese vuestro error si pensó comían sangre de los que no pueden comer sangre de reses. Los cristianos no comemos sangre de animales ni morticinios [...] Finalmente, entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza de que el cristiano que come sangre se desvía de su ley. Quien esto sabe, ¿con qué ilación puede legítimamente inferir que apetece sangre de hombres el que aborrece sangre de reses?” (Quinto Septimio F. Tertuliano, Apología contra los gentiles, Colección Austral, 1947, pág. 40).
Minucio Félix (siglo III E.C.): “Tanto nos retraemos de la sangre humana, que en nuestro alimento no usamos sangre ni de animales comestibles”. (The Ante-Nicene Fathers [Los padres de antes del Concilio de Nicea], Grand Rapids, Mich., 1956, edición preparada por A. Roberts y J. Donaldson, tomo IV, pág. 192.)
Transfusiones de sangre
¿Está incluida la sangre humana en la prohibición bíblica?

Sí. Hechos 15:29 dice que “sigan absteniéndose de [...] sangre”. No dice simplemente que se abstengan de sangre animal. (Compárese con Levítico 17:10, donde se prohibió comer “cualquier clase de sangre”.)
¿Es en realidad lo mismo que comer sangre una transfusión?
En el hospital, cuando un paciente no puede comer por la boca, recibe alimentación por vía intravenosa. Ahora bien, ¿estaría realmente obedeciendo el mandato de ‘seguir absteniéndose de sangre’ la persona que nunca hubiera puesto sangre en su boca, pero aceptara sangre mediante una transfusión? (Hech. 15:29). A modo de comparación, imagínese que un médico le dice a cierto hombre que tiene que abstenerse del alcohol. ¿Estaría dicho hombre obedeciendo al médico si dejara de tomar bebidas alcohólicas, pero hiciera que le inyectaran el alcohol directamente en las venas?
En el caso de un paciente que rehúsa sangre, ¿hay tratamientos sustitutivos?
En muchos casos la sencilla solución salina, el lactato de Ringer y el dextrán pueden usarse para expandir el volumen del plasma, y estas sustancias están disponibles en casi todos los hospitales modernos. De hecho, al usar estas sustancias se evitan los riesgos que acompañan a las transfusiones de sangre. La publicación Canadian Anaesthetists’ Society Journal (enero de 1975, pág. 12) dice: “Los riesgos de la transfusión de sangre son las ventajas de los sustitutivos del plasma: se evitan la infección bacteriana o viral, las reacciones a las transfusiones y la sensibilización de Rh”. Los testigos de Jehová no tienen ninguna objeción religiosa al uso de soluciones no sanguíneas para expandir el plasma.
De hecho, los testigos de Jehová se benefician de mejor tratamiento médico porque no aceptan sangre. En la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology (1 de junio de 1968, pág. 395), cierto médico reconoció: “No hay duda de que el verse uno operando sin la posibilidad de administrar una transfusión le hace mejorar su cirugía. Uno se hace considerablemente más agresivo en cuanto a aplicar sujeción a todo vaso sangrante”.
Todo tipo de cirugía puede efectuarse con éxito sin transfusiones sanguíneas. Esto incluye operaciones a corazón abierto, cirugía cerebral, la amputación de miembros y la extirpación total de órganos cancerosos. El doctor Philip Roen, al escribir para New York State Journal of Medicine (15 de octubre de 1972, pág. 2527), dijo: “No hemos vacilado en practicar absolutamente ningún procedimiento quirúrgico indicado en presencia de la proscripción del reemplazo de la sangre”. El doctor Denton Cooley, del Instituto Cardíaco de Texas, E.U.A., dijo: “Nos impresionaron tanto los resultados que obtuvimos [al usar soluciones no sanguíneas para expandir el plasma] en los testigos de Jehová que empezamos a usar el procedimiento en todos nuestros pacientes cardíacos” (El periódico Union, de San Diego, 27 de diciembre de 1970, pág. A-10). “La cirugía a corazón abierto ‘sin sangre’, que originalmente se desarrolló para los miembros adultos de la secta de los testigos de Jehová porque su religión prohíbe las transfusiones de sangre, ahora se ha adaptado para emplearla sin peligro en delicados procedimientos relacionados con el corazón de infantes y niños” (Cardiovascular News, febrero de 1984, pág. 5).

Si alguien dice...​

‘Ustedes dejan morir a sus hijos, porque rehúsan las transfusiones de sangre. Eso me parece terrible’
Usted pudiera contestar:
‘Pero nosotros sí permitimos que se les hagan transfusiones... de las que hay que no causan daño. Aceptamos el tipo de transfusiones que no entrañan el riesgo de contraer males como el SIDA, la hepatitis y la malaria. Queremos que nuestros hijos reciban el mejor tratamiento, como estoy seguro que lo querría cualquier padre amoroso’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Cuando hay una gran pérdida de sangre, lo más necesario es restablecer el volumen del fluido. Sin duda usted sabe que realmente más del 50 por 100 de nuestra sangre es agua; además están los glóbulos rojos y los blancos, y así por el estilo. Cuando se pierde mucha sangre, el cuerpo mismo vierte grandes reservas de glóbulos sanguíneos en el sistema y acelera la producción de nuevos glóbulos. Pero hace falta el volumen del fluido. Para satisfacer esta necesidad se pueden usar soluciones no sanguíneas que den expansión al volumen del plasma, y nosotros las aceptamos’. 2) ‘Se han usado soluciones para expandir el volumen del plasma en el caso de miles de personas, y los resultados han sido excelentes’. 3) ‘Más importante aún para nosotros es lo que la Biblia misma dice en Hechos 15:28, 29’.
O contestar: ‘Puedo comprender su punto de vista. Supongo que usted se imagina a su propio hijo en tal situación. Como padres, haríamos todo lo posible por proteger el bienestar de nuestros hijos, ¿no es cierto? De modo que si personas como usted y yo fuéramos a rechazar cierto tipo de tratamiento médico para nuestro hijo, ciertamente tendría que haber una razón de peso para ello’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Cree usted que en algunos padres pudiera influir lo que la Palabra de Dios dice aquí en Hechos 15:28, 29?’. 2) ‘Así que la cuestión es: ¿Tenemos suficiente fe como para hacer lo que Dios manda?’.
‘Ustedes no creen en las transfusiones de sangre’
Usted pudiera contestar:
‘Los periódicos han publicado relatos acerca de algunas situaciones en que se creía que unos Testigos morirían si no aceptaban sangre. ¿Es a esto a lo que usted se refiere?... ¿Por qué hacemos lo que hacemos en cuanto a esto?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Ama usted a su esposa (esposo) lo suficiente como para estar dispuesto (dispuesta) a arriesgar su propia vida por ella (él)?... También hay hombres que arriesgan la vida por su país, y a estos se les considera héroes, ¿no es así? Pero hay alguien que es más grande que cualquier persona o cosa aquí en la Tierra, y ese es Dios. ¿Arriesgaría usted su vida por amor a él y por lealtad a Su gobernación?’. 2) ‘En realidad, el asunto en cuestión es la lealtad a Dios. La Palabra de Dios es la que nos dice que nos abstengamos de sangre (Hech. 15:28, 29)’.
O contestar: ‘Hay muchas cosas que son muy comunes hoy día y que los testigos de Jehová evitan... por ejemplo, el mentir, el adulterio, el robar, el fumar y —como usted dijo— el uso de la sangre. ¿Por qué? Porque regimos nuestra vida por la Palabra de Dios’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Sabe usted que la Biblia dice que debemos ‘abstenernos de sangre’? Quisiera mostrárselo (Hech. 15:28, 29)’. 2) ‘Quizás usted recuerde que Dios dijo a nuestros primeros padres, Adán y Eva, que podían comer de todo árbol de Edén excepto de uno. Pero desobedecieron, comieron de aquel fruto prohibido, y lo perdieron todo. ¡Qué tonto fue aquello! Ahora, por supuesto, no hay un árbol que tenga fruto prohibido. Pero después del Diluvio de los días de Noé, Dios estableció nuevamente una prohibición para la humanidad. Esta vez tuvo que ver con la sangre (Gén. 9:3, 4)’. 3) ‘Por eso la verdadera cuestión es: ¿Tenemos fe en Dios? Si le obedecemos, tenemos ante nosotros la perspectiva de vivir para siempre en perfección bajo su Reino. Hasta si morimos, él nos asegura que habrá una resurrección’.
‘¿Qué hay si un médico dice: “Usted morirá si no recibe una transfusión de sangre”?’
Usted pudiera contestar:
‘Si la situación es realmente tan grave, ¿puede el médico garantizar que el paciente no moriría si se le administrara sangre?’. Entonces pudiera añadir: ‘Pero hay alguien que puede volver a dar vida a la persona, y ese es Dios. ¿No concuerda usted en que, al verse uno cara a cara con la muerte, el volver la espalda a Dios por violar su ley sería una mala decisión? Yo verdaderamente tengo fe en Dios. ¿La tiene usted? La Palabra de Dios promete una resurrección a los que ejercen fe en su Hijo. ¿Cree usted eso? (Juan 11:25)’.
O contestar: ‘Quizás eso quiera decir que él personalmente no sabe cómo tratar el caso sin usar sangre. Si es posible, procuramos que se comunique con un médico que haya tenido la experiencia necesaria, o contratamos los servicios de otro médico’.

SALUDOS Caleb
En realidad Hechos 15:29 no se refiere a todos los cristianos, sino solo a los recién conversos JUDÍOS y a los gentiles que habitaban en JUDEA en aras de una socialización satisfactoria.

Éstos, acostumbrados a abstenerse de sangre, tenían que ser tratados con tacto, porque NO SE DEBÍA DAR ESCÁNDALO, lo primordial era que creyeran en Jesucristo como el Mesías prometido. Lo demás es secundario.

Pablo decía que nada comido o bebido tenía influencia en su salvación, y que lo importante era no escandalizar:

Romanos 14
14 Yo sé, y estoy convencido en el Señor Jesús, de que nada es inmundo en sí mismo; pero para el que estima que algo es inmundo, para él lo es.15 Porque si por causa de la comida tu hermano se entristece, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquel por quien Cristo murió. 16 Por tanto, no permitáis que se hable mal de[a] lo que para vosotros es bueno. 17 Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. 18

1Corintios 9
19 Porque aunque soy libre de todos, de todos me he hecho esclavo para ganar al mayor número posible. 20 A los judíos me hice como judío, para ganar a los judíos; a los que están bajo la ley, como bajo la ley (aunque yo no estoy bajo la ley) para ganar a los que están bajo la ley; 21 a los que están sin ley, como sin ley (aunque no estoy[a] sin la ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo) para ganar a los que están sin ley.22 A los débiles me hice débil, para ganar a los débiles; a todos me he hecho todo, para que por todos los medios salve a algunos. 23 Y todo lo hago por amor del evangelio, para ser partícipe de él.
 
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Saludos Caleb, indagando información sobre lo que me preguntas: " como se emparentan Hechos 15:29, con las transfusiones de sangre?".
En la siguiente publicación basada en la Biblia da unos razonamientos para reflexionar sobre si es lógico o no de abstenerse de sangre y si tiene base Bíblica.
LIBRO: "RAZONAMIENTO A PARTIR DE LAS ESCRITURAS".



SALUDOS Caleb
Salva2

Finalmente nada me has dicho fehacientemente en cuanto a mi pregunta; no tienes ni siquiera una profunda convicción de ti mismo, en cuanto a las transfusiones de sangre y el abstenerse de sangre; si no que has consultado información "basada" en la Biblia, para responderme, y finalmente es una respuesta que no responde directamente a mi pregunta; y tampoco satisface.

Tu largo escrito, en donde tu mismo razonas, acomodándote a tu propio entendimiento de las Escrituras; es por demás errado; y te lo demostraré.

Primero; cuando Dios prohibió el comer sangre; NUNCA estuvo en su decreto, el considerar la sangre humana; el pueblo de Israel, no era caníbal como para que Dios incluyera en su mandato, la sangre humana. este es el primer punto que choca estrepitosamente con tu respuesta. Definitivamente esta razón, impide emparentar las transfusiones con Hechos 15.

Segundo; en la transfusión, se transfunde sangre humana y no animal, Tampoco por aquí se puede emparentar las transfusiones con Hechos 15.

Tercero, en las transfusiones, la sangre transfundida no se digiere; como acontece con todos los alimentos que COMEMOS. Por tanto, no es un acto que se pueda considerar como parte de una alimentación o del acto de COMER, En las transfusiones no se digiere la sangre, ésta no pasa por el aparato digestivo, para que experimente todo el proceso de "comer"; tampoco por aquí se puede emparentar las transfusiones con Hechos 15.

Y así, podría seguir enumerando muchos argumentos más, de manera que por hasta aquí, no puedes argumentar ni ligeramente, que el mandamiento de abstenerse de sangre de Hechos 15, se refiera a las transfusiones.
Pero... prefiero que podamos debatir, sin necesidad de recurrir a "información" o "publicaciones" "basadas en la Biblia"; sino, que tu argumentes conforme a tu personal razonamiento, y no buscando información para responder. Su Palabra dice que nosotros los creyentes, debemos estar preparados para responder con mansedumbre a cualquiera que nos pide razón de nuestras convicciones: "y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros" (1 Pedro 3:15)
No podemos salir corriendo cuando alguien nos pregunta, y hacerles esperar, hasta que vayamos a Internet a buscar respuesta.

Por eso, te invito a debatir sobre este tema; parte por parte, con lo que tu sabes, y lo que yo sé.... y por último, si debes consultar por Google; por lo menos, trae respuestas que realmente satisfagan la pregunta; y no suposiciones o respuestas acomodadas para que la Biblia, diga lo que tu quieres que diga.

Igualmente, saludos
 
Saludos Caleb, indagando información sobre lo que me preguntas: " como se emparentan Hechos 15:29, con las transfusiones de sangre?".
En la siguiente publicación basada en la Biblia da unos razonamientos para reflexionar sobre si es lógico o no de abstenerse de sangre y si tiene base Bíblica.
LIBRO: "RAZONAMIENTO A PARTIR DE LAS ESCRITURAS".

La sangre está tan íntimamente relacionada con los procesos vitales que la Biblia dice que “el alma de la carne está en la sangre” (Lev. 17:11). Jehová, como Fuente de la vida, ha dado instrucciones precisas respecto al uso que se puede dar a la sangre.
Se manda a los cristianos que se ‘abstengan de la sangre’
Hech. 15:28, 29: “Al espíritu santo y a nosotros mismos [el cuerpo gobernante de la congregación cristiana] nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas [o a las que se haya dado muerte sin escurrirles la sangre] y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!” (Ahí el comer sangre se equipara a la idolatría y la fornicación, cosas en las cuales no deberíamos querer participar.)
Se puede comer la carne animal, pero no la sangre
Gén. 9:3, 4: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.”
Cualquier animal que se utilice para alimento debe ser desangrado debidamente. Un animal estrangulado o uno que haya muerto en una trampa o que haya sido hallado después de haber muerto no es adecuado para alimento (Hech. 15:19, 20; compárese con Levítico 17:13-16). De igual manera, no se debe comer ningún alimento al que se haya agregado sangre completa o algún componente sanguíneo.
El único uso de la sangre que alguna vez ha tenido la aprobación de Dios ha sido para sacrificio
Lev. 17:11, 12: “El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación por el alma en ella. Es por eso que he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre y ningún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes debe comer sangre.’” (Todos aquellos sacrificios de animales bajo la Ley de Moisés prefiguraron el sacrificio único de Jesucristo.)
Heb. 9:11-14, 22: “Cuando Cristo vino como sumo sacerdote [...] entró, no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado santifica al grado de limpieza de la carne, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo? [...] a menos que se derrame sangre, no se efectúa ningún perdón.”
Efe. 1:7: “Por medio de él [Jesucristo] tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de ése, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su bondad inmerecida.”
¿Cómo entendieron los mandatos bíblicos respecto a la sangre los que durante los primeros siglos de la era común afirmaron ser cristianos?
Tertuliano (c. 160-230 E.C.): “Avergüéncese vuestro error si pensó comían sangre de los que no pueden comer sangre de reses. Los cristianos no comemos sangre de animales ni morticinios [...] Finalmente, entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza de que el cristiano que come sangre se desvía de su ley. Quien esto sabe, ¿con qué ilación puede legítimamente inferir que apetece sangre de hombres el que aborrece sangre de reses?” (Quinto Septimio F. Tertuliano, Apología contra los gentiles, Colección Austral, 1947, pág. 40).
Minucio Félix (siglo III E.C.): “Tanto nos retraemos de la sangre humana, que en nuestro alimento no usamos sangre ni de animales comestibles”. (The Ante-Nicene Fathers [Los padres de antes del Concilio de Nicea], Grand Rapids, Mich., 1956, edición preparada por A. Roberts y J. Donaldson, tomo IV, pág. 192.)
Transfusiones de sangre
¿Está incluida la sangre humana en la prohibición bíblica?

Sí. Hechos 15:29 dice que “sigan absteniéndose de [...] sangre”. No dice simplemente que se abstengan de sangre animal. (Compárese con Levítico 17:10, donde se prohibió comer “cualquier clase de sangre”.)
¿Es en realidad lo mismo que comer sangre una transfusión?
En el hospital, cuando un paciente no puede comer por la boca, recibe alimentación por vía intravenosa. Ahora bien, ¿estaría realmente obedeciendo el mandato de ‘seguir absteniéndose de sangre’ la persona que nunca hubiera puesto sangre en su boca, pero aceptara sangre mediante una transfusión? (Hech. 15:29). A modo de comparación, imagínese que un médico le dice a cierto hombre que tiene que abstenerse del alcohol. ¿Estaría dicho hombre obedeciendo al médico si dejara de tomar bebidas alcohólicas, pero hiciera que le inyectaran el alcohol directamente en las venas?
En el caso de un paciente que rehúsa sangre, ¿hay tratamientos sustitutivos?
En muchos casos la sencilla solución salina, el lactato de Ringer y el dextrán pueden usarse para expandir el volumen del plasma, y estas sustancias están disponibles en casi todos los hospitales modernos. De hecho, al usar estas sustancias se evitan los riesgos que acompañan a las transfusiones de sangre. La publicación Canadian Anaesthetists’ Society Journal (enero de 1975, pág. 12) dice: “Los riesgos de la transfusión de sangre son las ventajas de los sustitutivos del plasma: se evitan la infección bacteriana o viral, las reacciones a las transfusiones y la sensibilización de Rh”. Los testigos de Jehová no tienen ninguna objeción religiosa al uso de soluciones no sanguíneas para expandir el plasma.
De hecho, los testigos de Jehová se benefician de mejor tratamiento médico porque no aceptan sangre. En la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology (1 de junio de 1968, pág. 395), cierto médico reconoció: “No hay duda de que el verse uno operando sin la posibilidad de administrar una transfusión le hace mejorar su cirugía. Uno se hace considerablemente más agresivo en cuanto a aplicar sujeción a todo vaso sangrante”.
Todo tipo de cirugía puede efectuarse con éxito sin transfusiones sanguíneas. Esto incluye operaciones a corazón abierto, cirugía cerebral, la amputación de miembros y la extirpación total de órganos cancerosos. El doctor Philip Roen, al escribir para New York State Journal of Medicine (15 de octubre de 1972, pág. 2527), dijo: “No hemos vacilado en practicar absolutamente ningún procedimiento quirúrgico indicado en presencia de la proscripción del reemplazo de la sangre”. El doctor Denton Cooley, del Instituto Cardíaco de Texas, E.U.A., dijo: “Nos impresionaron tanto los resultados que obtuvimos [al usar soluciones no sanguíneas para expandir el plasma] en los testigos de Jehová que empezamos a usar el procedimiento en todos nuestros pacientes cardíacos” (El periódico Union, de San Diego, 27 de diciembre de 1970, pág. A-10). “La cirugía a corazón abierto ‘sin sangre’, que originalmente se desarrolló para los miembros adultos de la secta de los testigos de Jehová porque su religión prohíbe las transfusiones de sangre, ahora se ha adaptado para emplearla sin peligro en delicados procedimientos relacionados con el corazón de infantes y niños” (Cardiovascular News, febrero de 1984, pág. 5).

Si alguien dice...​

‘Ustedes dejan morir a sus hijos, porque rehúsan las transfusiones de sangre. Eso me parece terrible’
Usted pudiera contestar:
‘Pero nosotros sí permitimos que se les hagan transfusiones... de las que hay que no causan daño. Aceptamos el tipo de transfusiones que no entrañan el riesgo de contraer males como el SIDA, la hepatitis y la malaria. Queremos que nuestros hijos reciban el mejor tratamiento, como estoy seguro que lo querría cualquier padre amoroso’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Cuando hay una gran pérdida de sangre, lo más necesario es restablecer el volumen del fluido. Sin duda usted sabe que realmente más del 50 por 100 de nuestra sangre es agua; además están los glóbulos rojos y los blancos, y así por el estilo. Cuando se pierde mucha sangre, el cuerpo mismo vierte grandes reservas de glóbulos sanguíneos en el sistema y acelera la producción de nuevos glóbulos. Pero hace falta el volumen del fluido. Para satisfacer esta necesidad se pueden usar soluciones no sanguíneas que den expansión al volumen del plasma, y nosotros las aceptamos’. 2) ‘Se han usado soluciones para expandir el volumen del plasma en el caso de miles de personas, y los resultados han sido excelentes’. 3) ‘Más importante aún para nosotros es lo que la Biblia misma dice en Hechos 15:28, 29’.
O contestar: ‘Puedo comprender su punto de vista. Supongo que usted se imagina a su propio hijo en tal situación. Como padres, haríamos todo lo posible por proteger el bienestar de nuestros hijos, ¿no es cierto? De modo que si personas como usted y yo fuéramos a rechazar cierto tipo de tratamiento médico para nuestro hijo, ciertamente tendría que haber una razón de peso para ello’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Cree usted que en algunos padres pudiera influir lo que la Palabra de Dios dice aquí en Hechos 15:28, 29?’. 2) ‘Así que la cuestión es: ¿Tenemos suficiente fe como para hacer lo que Dios manda?’.
‘Ustedes no creen en las transfusiones de sangre’
Usted pudiera contestar:
‘Los periódicos han publicado relatos acerca de algunas situaciones en que se creía que unos Testigos morirían si no aceptaban sangre. ¿Es a esto a lo que usted se refiere?... ¿Por qué hacemos lo que hacemos en cuanto a esto?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Ama usted a su esposa (esposo) lo suficiente como para estar dispuesto (dispuesta) a arriesgar su propia vida por ella (él)?... También hay hombres que arriesgan la vida por su país, y a estos se les considera héroes, ¿no es así? Pero hay alguien que es más grande que cualquier persona o cosa aquí en la Tierra, y ese es Dios. ¿Arriesgaría usted su vida por amor a él y por lealtad a Su gobernación?’. 2) ‘En realidad, el asunto en cuestión es la lealtad a Dios. La Palabra de Dios es la que nos dice que nos abstengamos de sangre (Hech. 15:28, 29)’.
O contestar: ‘Hay muchas cosas que son muy comunes hoy día y que los testigos de Jehová evitan... por ejemplo, el mentir, el adulterio, el robar, el fumar y —como usted dijo— el uso de la sangre. ¿Por qué? Porque regimos nuestra vida por la Palabra de Dios’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Sabe usted que la Biblia dice que debemos ‘abstenernos de sangre’? Quisiera mostrárselo (Hech. 15:28, 29)’. 2) ‘Quizás usted recuerde que Dios dijo a nuestros primeros padres, Adán y Eva, que podían comer de todo árbol de Edén excepto de uno. Pero desobedecieron, comieron de aquel fruto prohibido, y lo perdieron todo. ¡Qué tonto fue aquello! Ahora, por supuesto, no hay un árbol que tenga fruto prohibido. Pero después del Diluvio de los días de Noé, Dios estableció nuevamente una prohibición para la humanidad. Esta vez tuvo que ver con la sangre (Gén. 9:3, 4)’. 3) ‘Por eso la verdadera cuestión es: ¿Tenemos fe en Dios? Si le obedecemos, tenemos ante nosotros la perspectiva de vivir para siempre en perfección bajo su Reino. Hasta si morimos, él nos asegura que habrá una resurrección’.
‘¿Qué hay si un médico dice: “Usted morirá si no recibe una transfusión de sangre”?’
Usted pudiera contestar:
‘Si la situación es realmente tan grave, ¿puede el médico garantizar que el paciente no moriría si se le administrara sangre?’. Entonces pudiera añadir: ‘Pero hay alguien que puede volver a dar vida a la persona, y ese es Dios. ¿No concuerda usted en que, al verse uno cara a cara con la muerte, el volver la espalda a Dios por violar su ley sería una mala decisión? Yo verdaderamente tengo fe en Dios. ¿La tiene usted? La Palabra de Dios promete una resurrección a los que ejercen fe en su Hijo. ¿Cree usted eso? (Juan 11:25)’.
O contestar: ‘Quizás eso quiera decir que él personalmente no sabe cómo tratar el caso sin usar sangre. Si es posible, procuramos que se comunique con un médico que haya tenido la experiencia necesaria, o contratamos los servicios de otro médico’.

SALUDOS Caleb
Copiar y pegar lo que opina la secta de los falsos “testigos” de “Jehová” es mera propaganda en un foro de discusión

El falso “racionalismo” russellita en realidad no es otra cosa que una manipulación orquestada contra la escritura.

La secta de Russell es bien conocida por su manipulación de las escrituras

Si realmente quieres discutir en un foro cristiano lo primero que debes hacer es no citar la espuria versión del Nuevo Mundo y lo segundo no citar su propaganda ni de su biblioteca on line

Y, dado que te es prohibido opinar nada de lo que no dicta tu secta, por tanto resulta IMPOSIBLE discutir en un foro de discusión con un discípulo de Russell.
 
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Copiar y pegar lo que opina la secta de los falsos “testigos” de “Jehová” es mera propaganda en un foro de discusión

El falso “racionalismo” russellita en realidad no es otra cosa que una manipulación orquestada contra la escritura.

La secta de Russell es bien conocida por su manipulación de las escrituras

Si realmente quieres discutir en un foro cristiano lo primero que debes hacer es no citar la espuria versión del Nuevo Mundo y lo segundo no citar su propaganda ni de su biblioteca on line

Y, dado que te es prohibido opinar nada de lo que no dicta tu secta, por tanto resulta IMPOSIBLE discutir en un foro de discusión con un discípulo de Russell.
Estimado OSO, lo que seguramente no sabe salva2, es que tu eres médico, y el esta poniendo en la palestra, "lo que opinan los médicos sobre las transfusiones", así es que sería muy importante que este forista, considere tu opinión.

Dios te bendiga
 
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Estimado OSO, lo que seguramente no sabe salva2, es que tu eres médico, y el esta poniendo en la palestra, "lo que opinan los médicos sobre las transfusiones", así es que sería muy importante que este forista, considere tu opinión.

Dios te bendiga
A ningún russellita le importa o que opine el mundo, lo que opinemos los médicos, lo que opine absolutamente nadie (todo fuera de la secta es "el mundo") sino exclusivamente leen entiende, creen y obedecen lo que les enseñan y adoctrina "el esclavo fiel" (entiéndase el cuerpo gobernante).

Es un diálogo de sordos con ellos, no hay diálogo, no hay nada.
 
Saludos Caleb, indagando información sobre lo que me preguntas: " como se emparentan Hechos 15:29, con las transfusiones de sangre?".
En la siguiente publicación basada en la Biblia da unos razonamientos para reflexionar sobre si es lógico o no de abstenerse de sangre y si tiene base Bíblica.
LIBRO: "RAZONAMIENTO A PARTIR DE LAS ESCRITURAS".

La sangre está tan íntimamente relacionada con los procesos vitales que la Biblia dice que “el alma de la carne está en la sangre” (Lev. 17:11). Jehová, como Fuente de la vida, ha dado instrucciones precisas respecto al uso que se puede dar a la sangre.
Se manda a los cristianos que se ‘abstengan de la sangre’
Hech. 15:28, 29: “Al espíritu santo y a nosotros mismos [el cuerpo gobernante de la congregación cristiana] nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas [o a las que se haya dado muerte sin escurrirles la sangre] y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!” (Ahí el comer sangre se equipara a la idolatría y la fornicación, cosas en las cuales no deberíamos querer participar.)
Se puede comer la carne animal, pero no la sangre
Gén. 9:3, 4: “Todo animal moviente que está vivo puede servirles a ustedes de alimento. Como en el caso de la vegetación verde, de veras se lo doy todo a ustedes. Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer.”
Cualquier animal que se utilice para alimento debe ser desangrado debidamente. Un animal estrangulado o uno que haya muerto en una trampa o que haya sido hallado después de haber muerto no es adecuado para alimento (Hech. 15:19, 20; compárese con Levítico 17:13-16). De igual manera, no se debe comer ningún alimento al que se haya agregado sangre completa o algún componente sanguíneo.
El único uso de la sangre que alguna vez ha tenido la aprobación de Dios ha sido para sacrificio
Lev. 17:11, 12: “El alma de la carne está en la sangre, y yo mismo la he puesto sobre el altar para ustedes para hacer expiación por sus almas, porque la sangre es lo que hace expiación por el alma en ella. Es por eso que he dicho a los hijos de Israel: ‘Ninguna alma de ustedes debe comer sangre y ningún residente forastero que esté residiendo como forastero en medio de ustedes debe comer sangre.’” (Todos aquellos sacrificios de animales bajo la Ley de Moisés prefiguraron el sacrificio único de Jesucristo.)
Heb. 9:11-14, 22: “Cuando Cristo vino como sumo sacerdote [...] entró, no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros y las cenizas de novilla rociadas sobre los que se han contaminado santifica al grado de limpieza de la carne, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo? [...] a menos que se derrame sangre, no se efectúa ningún perdón.”
Efe. 1:7: “Por medio de él [Jesucristo] tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de ése, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su bondad inmerecida.”
¿Cómo entendieron los mandatos bíblicos respecto a la sangre los que durante los primeros siglos de la era común afirmaron ser cristianos?
Tertuliano (c. 160-230 E.C.): “Avergüéncese vuestro error si pensó comían sangre de los que no pueden comer sangre de reses. Los cristianos no comemos sangre de animales ni morticinios [...] Finalmente, entre las invenciones con que tentáis la observancia de nuestra ley, una es darnos una morcilla de sangre, porque os persuadís con certeza de que el cristiano que come sangre se desvía de su ley. Quien esto sabe, ¿con qué ilación puede legítimamente inferir que apetece sangre de hombres el que aborrece sangre de reses?” (Quinto Septimio F. Tertuliano, Apología contra los gentiles, Colección Austral, 1947, pág. 40).
Minucio Félix (siglo III E.C.): “Tanto nos retraemos de la sangre humana, que en nuestro alimento no usamos sangre ni de animales comestibles”. (The Ante-Nicene Fathers [Los padres de antes del Concilio de Nicea], Grand Rapids, Mich., 1956, edición preparada por A. Roberts y J. Donaldson, tomo IV, pág. 192.)
Transfusiones de sangre
¿Está incluida la sangre humana en la prohibición bíblica?

Sí. Hechos 15:29 dice que “sigan absteniéndose de [...] sangre”. No dice simplemente que se abstengan de sangre animal. (Compárese con Levítico 17:10, donde se prohibió comer “cualquier clase de sangre”.)
¿Es en realidad lo mismo que comer sangre una transfusión?
En el hospital, cuando un paciente no puede comer por la boca, recibe alimentación por vía intravenosa. Ahora bien, ¿estaría realmente obedeciendo el mandato de ‘seguir absteniéndose de sangre’ la persona que nunca hubiera puesto sangre en su boca, pero aceptara sangre mediante una transfusión? (Hech. 15:29). A modo de comparación, imagínese que un médico le dice a cierto hombre que tiene que abstenerse del alcohol. ¿Estaría dicho hombre obedeciendo al médico si dejara de tomar bebidas alcohólicas, pero hiciera que le inyectaran el alcohol directamente en las venas?
En el caso de un paciente que rehúsa sangre, ¿hay tratamientos sustitutivos?
En muchos casos la sencilla solución salina, el lactato de Ringer y el dextrán pueden usarse para expandir el volumen del plasma, y estas sustancias están disponibles en casi todos los hospitales modernos. De hecho, al usar estas sustancias se evitan los riesgos que acompañan a las transfusiones de sangre. La publicación Canadian Anaesthetists’ Society Journal (enero de 1975, pág. 12) dice: “Los riesgos de la transfusión de sangre son las ventajas de los sustitutivos del plasma: se evitan la infección bacteriana o viral, las reacciones a las transfusiones y la sensibilización de Rh”. Los testigos de Jehová no tienen ninguna objeción religiosa al uso de soluciones no sanguíneas para expandir el plasma.
De hecho, los testigos de Jehová se benefician de mejor tratamiento médico porque no aceptan sangre. En la revista American Journal of Obstetrics and Gynecology (1 de junio de 1968, pág. 395), cierto médico reconoció: “No hay duda de que el verse uno operando sin la posibilidad de administrar una transfusión le hace mejorar su cirugía. Uno se hace considerablemente más agresivo en cuanto a aplicar sujeción a todo vaso sangrante”.
Todo tipo de cirugía puede efectuarse con éxito sin transfusiones sanguíneas. Esto incluye operaciones a corazón abierto, cirugía cerebral, la amputación de miembros y la extirpación total de órganos cancerosos. El doctor Philip Roen, al escribir para New York State Journal of Medicine (15 de octubre de 1972, pág. 2527), dijo: “No hemos vacilado en practicar absolutamente ningún procedimiento quirúrgico indicado en presencia de la proscripción del reemplazo de la sangre”. El doctor Denton Cooley, del Instituto Cardíaco de Texas, E.U.A., dijo: “Nos impresionaron tanto los resultados que obtuvimos [al usar soluciones no sanguíneas para expandir el plasma] en los testigos de Jehová que empezamos a usar el procedimiento en todos nuestros pacientes cardíacos” (El periódico Union, de San Diego, 27 de diciembre de 1970, pág. A-10). “La cirugía a corazón abierto ‘sin sangre’, que originalmente se desarrolló para los miembros adultos de la secta de los testigos de Jehová porque su religión prohíbe las transfusiones de sangre, ahora se ha adaptado para emplearla sin peligro en delicados procedimientos relacionados con el corazón de infantes y niños” (Cardiovascular News, febrero de 1984, pág. 5).

Si alguien dice...​

‘Ustedes dejan morir a sus hijos, porque rehúsan las transfusiones de sangre. Eso me parece terrible’
Usted pudiera contestar:
‘Pero nosotros sí permitimos que se les hagan transfusiones... de las que hay que no causan daño. Aceptamos el tipo de transfusiones que no entrañan el riesgo de contraer males como el SIDA, la hepatitis y la malaria. Queremos que nuestros hijos reciban el mejor tratamiento, como estoy seguro que lo querría cualquier padre amoroso’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Cuando hay una gran pérdida de sangre, lo más necesario es restablecer el volumen del fluido. Sin duda usted sabe que realmente más del 50 por 100 de nuestra sangre es agua; además están los glóbulos rojos y los blancos, y así por el estilo. Cuando se pierde mucha sangre, el cuerpo mismo vierte grandes reservas de glóbulos sanguíneos en el sistema y acelera la producción de nuevos glóbulos. Pero hace falta el volumen del fluido. Para satisfacer esta necesidad se pueden usar soluciones no sanguíneas que den expansión al volumen del plasma, y nosotros las aceptamos’. 2) ‘Se han usado soluciones para expandir el volumen del plasma en el caso de miles de personas, y los resultados han sido excelentes’. 3) ‘Más importante aún para nosotros es lo que la Biblia misma dice en Hechos 15:28, 29’.
O contestar: ‘Puedo comprender su punto de vista. Supongo que usted se imagina a su propio hijo en tal situación. Como padres, haríamos todo lo posible por proteger el bienestar de nuestros hijos, ¿no es cierto? De modo que si personas como usted y yo fuéramos a rechazar cierto tipo de tratamiento médico para nuestro hijo, ciertamente tendría que haber una razón de peso para ello’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Cree usted que en algunos padres pudiera influir lo que la Palabra de Dios dice aquí en Hechos 15:28, 29?’. 2) ‘Así que la cuestión es: ¿Tenemos suficiente fe como para hacer lo que Dios manda?’.
‘Ustedes no creen en las transfusiones de sangre’
Usted pudiera contestar:
‘Los periódicos han publicado relatos acerca de algunas situaciones en que se creía que unos Testigos morirían si no aceptaban sangre. ¿Es a esto a lo que usted se refiere?... ¿Por qué hacemos lo que hacemos en cuanto a esto?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Ama usted a su esposa (esposo) lo suficiente como para estar dispuesto (dispuesta) a arriesgar su propia vida por ella (él)?... También hay hombres que arriesgan la vida por su país, y a estos se les considera héroes, ¿no es así? Pero hay alguien que es más grande que cualquier persona o cosa aquí en la Tierra, y ese es Dios. ¿Arriesgaría usted su vida por amor a él y por lealtad a Su gobernación?’. 2) ‘En realidad, el asunto en cuestión es la lealtad a Dios. La Palabra de Dios es la que nos dice que nos abstengamos de sangre (Hech. 15:28, 29)’.
O contestar: ‘Hay muchas cosas que son muy comunes hoy día y que los testigos de Jehová evitan... por ejemplo, el mentir, el adulterio, el robar, el fumar y —como usted dijo— el uso de la sangre. ¿Por qué? Porque regimos nuestra vida por la Palabra de Dios’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Sabe usted que la Biblia dice que debemos ‘abstenernos de sangre’? Quisiera mostrárselo (Hech. 15:28, 29)’. 2) ‘Quizás usted recuerde que Dios dijo a nuestros primeros padres, Adán y Eva, que podían comer de todo árbol de Edén excepto de uno. Pero desobedecieron, comieron de aquel fruto prohibido, y lo perdieron todo. ¡Qué tonto fue aquello! Ahora, por supuesto, no hay un árbol que tenga fruto prohibido. Pero después del Diluvio de los días de Noé, Dios estableció nuevamente una prohibición para la humanidad. Esta vez tuvo que ver con la sangre (Gén. 9:3, 4)’. 3) ‘Por eso la verdadera cuestión es: ¿Tenemos fe en Dios? Si le obedecemos, tenemos ante nosotros la perspectiva de vivir para siempre en perfección bajo su Reino. Hasta si morimos, él nos asegura que habrá una resurrección’.
‘¿Qué hay si un médico dice: “Usted morirá si no recibe una transfusión de sangre”?’
Usted pudiera contestar:
‘Si la situación es realmente tan grave, ¿puede el médico garantizar que el paciente no moriría si se le administrara sangre?’. Entonces pudiera añadir: ‘Pero hay alguien que puede volver a dar vida a la persona, y ese es Dios. ¿No concuerda usted en que, al verse uno cara a cara con la muerte, el volver la espalda a Dios por violar su ley sería una mala decisión? Yo verdaderamente tengo fe en Dios. ¿La tiene usted? La Palabra de Dios promete una resurrección a los que ejercen fe en su Hijo. ¿Cree usted eso? (Juan 11:25)’.
O contestar: ‘Quizás eso quiera decir que él personalmente no sabe cómo tratar el caso sin usar sangre. Si es posible, procuramos que se comunique con un médico que haya tenido la experiencia necesaria, o contratamos los servicios de otro médico’.

SALUDOS Caleb
Que chistosos, equiparar la ley Judia de no comer carnecon las transfusiones de esto mismo. Bien dicen que la ignorancia es mal consejera
 
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Reacciones: Arí Ben Canaan y OSO
Que chistosos, equiparar la ley Judia de no comer carnecon las transfusiones de esto mismo. Bien dicen que la ignorancia es mal consejera
Así es

Los Russllitas quieren ignorar que no es lo mismo "comer sangre-" que un trasplante de tejido..

Me explico:

Aunque la sangre es un fluido, en realidad es un tejido vivo que literalmente es trasplantado a otro ser humano vivo, y jamás pasa por el sistema digestivo, esto es, todo lo opuesto a "comer", donde de un animal muerto pasa a la boca, es digerido y luego pasa a la letrina.

En el caso de una trasfusión no hay digestión, que es lo que fue prohibido: comer sangre. Comer sangre es un peligro, pues el hierro que contiene produce melena (heces fétidas, oscuras), dolores viscerales, y no se aprovecha.

Eso esta prohibido

En suma, una trasfusión liberalmente es un trasplante, y ellos, los russellitas si aceptan los trasplantes.

Es hipocresía pura y dura, su origen es el puritanismo religioso que surge cuando inventaron la secta en un ambiente victoriano en USA a mediados del siglo antepasado.

Es puritanismo, el mismo que mueve a los relligiosos antivacunas protestantes

Otro dato interesantes es que la hipocresía russllita permite las trasfusiones de partes hemáticas tales como las plaquetas, el suero, es decir, en partes si la aceptan, pero sangre total no, pues el error de interpretación de la secta a estas alturas ya es muy difícil de corregirlo.

Los russllitas tienen aversión por la sangre, incluyendo la sangre de Cristo, me explico:

Ellos creen que Jesucristo es un arcángel, y los arcángeles no tienen sangre que ofrecer en la cruz del Calvario. Es decir, su religión es exangüe.

La otra es que en su hipocresía tuercen la verdad:

El mandato abstenerse de sangre, se refiere también a sacrificios cruentos, se refiere a matar. Pero ellos lo hacen sacrificando a sus propios hijos y no a Dios sino a Moloc, cada que los dejan morir -pecando porque sabiendo hacer lo bueno (dar vida, y "la vida esta en la sangre", no solo les niegan la vida sino se los prohíben).

Ellos pues, no se abstienen de ofrecer la sangre (la vida) de sus hijos, a Moloc.

Tienen estas y muchas otras muchas "enseñanzas" más, totalmente torcidas y anticristianas.

Además van contra las enseñanzas del Señor Jesucristo donde dice que "Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos." (en en la sangre está la vida), así que, cada que donamos sangre estamos cumpliendo la ley de Cristo, estamos dando vida, estamos conforme a la ley del amor y contra esta ley no hay nada que valga.

Pero, los religiosos son religiosos como Caín, así que, dejemos que los muertos entierren a sus muertos.
 
El rechazo a las transfusiones de sangre entre nuestros queridos hermanos testigos de Jehová ha derivado en debates sobre el rechazo a las transfusiones de eritrocitos, plaquetas u otros componentes de la sangre. Es decir, nadie sabe bien a bien qué es la sangre, cuando cierta combinación de elementos se puede considerar "sangre".

Como médico, puedo decirles que la transfusión de sangre total o de paquetes de eritrocitos está indicada en ciertas circunstancias.
Aunque la mayoría de las vece se pueden usar exitosamente substitutos (por ejemplo, expansores del plasma), hay situaciones en las que usar substitutos conlleva a un riesgo mucho mayor de muerte. Así que las declaraciones que cita el hermano Salva2 de algunos médicos, no dicen que usar una cosa sea siempre tan buena como usar la otra, sino que ANTE LA IMPOSIBILIDAD de usar sangre, se ha tenido que recurrir a otras alternativas y hacernos hábiles en ellas.
Es algo así como decir que, ante la imposibilidad de usar automóviles, los amish han desarrollado muy buena condición física por tanto usar sus piernas para caminar. Eso no anularía el hecho de que usar automóviles es vital en ciertas circunstancias.

Para mí, el asunto es de naturaleza espiritual y se resuelve a la manera en que Jesús enfrentó las acusaciones de violar el sábado recordando el episodio de David y los panes de la proposición.

Los panes de la proposición eran sagrados, no podían manipularse y menos comerse por cualquiera, pero Jesús sostuvo que Daniel hizo bien en comerlos con su gente en una situación de emergencia.
La sangre puede ser un símbolo de la vida, pero es eso. Un símbolo. La ciencia nos enseña que la vida no está en la sangre, sino está en cada célula que cumple su función. La sangre es un tejido vital, como lo es el cerebro o el corazón.

Cuando trasladamos los símbolos a la realidad material de manera directa y poco crítica, cometemos errores como los de nuestros queridos hermanos testigos de Jehová.
Pero esto no es exclusivo de los testigos. TODOS somos susceptibles a cometer el mismo error.
Hay en este foro compañeros que creen que el mundo se creó en seis días literales. Otros creen que Dios creó al primer hombre literalmente del barro, y a la mujer literalmente de una de sus costillas. Estos hermanos no tendrían por qué mofarse del error de los TdJ sin antes examinar los propios.
 
Los empleados de la guangatógüer son tan, pero tan de libreto, que no pueden comprender que la prohibición de la sangre es con relación a no comerla.

Les es más fácil hacer como los escuincles huevones que copian y pegan todo lo que encuentran de la web, y ni se molestan en leer lo que ponen, o lo medio leen sin razonarlo.
 
Los empleados de la guangatógüer son tan, pero tan de libreto, que no pueden comprender que la prohibición de la sangre es con relación a no comerla.

Les es más fácil hacer como los escuincles huevones que copian y pegan todo lo que encuentran de la web, y ni se molestan en leer lo que ponen, o lo medio leen sin razonarlo.
Hola compañero

Lo curioso es que hay evangelicos que creen exactamente lo mismo que creen los hermanos testigos, pero en relación con transplantarse un órgano de cerdo. Se escandalizan, aunque todos los dias coman jamón y tocino, incorporando a la estructura de wu cuerpo la carne de un animal.
 
SALUDOS A TOD@S,

¿Dice la Biblia algo acerca de las transfusiones de sangre?​


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La respuesta que da la Biblia​

La Biblia prohíbe el consumo de sangre. Por tanto, los cristianos no debemos comerla. Tampoco debemos aceptar transfusiones de sangre ni de alguno de sus componentes principales. Veamos los siguientes versículos.
  • Génesis 9:4. Después del Diluvio, Dios les permitió a Noé y a su familia consumir carne animal, pero con una salvedad: “Solo carne con su alma —su sangre— no deben comer”. Y como todos descendemos de Noé, nosotros también tenemos el deber de cumplir ese mandato.
  • Levítico 17:14. “No deben comer la sangre de ninguna clase de carne, porque el alma de toda clase de carne es su sangre. Cualquiera que la coma será cortado.” Para Dios, la sangre representa el alma —o la vida—, algo que le pertenece a él. Aunque esta ley fue dada exclusivamente a la nación de Israel, nos muestra lo importante que es para Dios este asunto.
  • Hechos 15:20. Dios ha ordenado a los cristianos “que se abstengan [...] de la sangre”, el mismo mandato que le dio a Noé. Y la historia revela que los primeros cristianos rechazaban el consumo de sangre y que ni siquiera la usaban con fines curativos.

¿Por qué dice Dios que debemos abstenernos de la sangre?​

Hay razones médicas contundentes para rechazar las transfusiones de sangre. No obstante, la razón principal por la que Dios nos dice que debemos abstenernos de ella es porque esta representa algo sagrado para él (Levítico 17:11; Colosenses 1:20).

SALUDOS
 
Hola compañero

Lo curioso es que hay evangelicos que creen exactamente lo mismo que creen los hermanos testigos, pero en relación con transplantarse un órgano de cerdo. Se escandalizan, aunque todos los dias coman jamón y tocino, incorporando a la estructura de wu cuerpo la carne de un animal.

¿Puedes demostrar que es cierto? ¿En qué te basas para hacer esa afirmación?

No hay hermandad entre gente adoctrinada en el error; los testigos de jiová no son cristianos. En consecuencia, no pueden ser mis hermanos, a menos que Cristo los salve.