¿Qué es peor: negar la existencia de Dios o creer en más de un Dios?

DRB

Leyenda del foro
18 Diciembre 2018
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¿Qué es peor; negar la existencia de Dios (como hace el ateísmo), o creer en más de un Dios (como hace el politeísmo)?
 
¿Qué es peor; negar la existencia de Dios (como hace el ateísmo), o creer en más de un Dios (como hace el politeísmo)?
Los dos son pecados abominables pero Dios lo "gradua" la gravedad de los pecados en esta dispensacion. Ambos pecados son aborrecibles.

Saludos.
 
¿Qué es peor; negar la existencia de Dios (como hace el ateísmo), o creer en más de un Dios (como hace el politeísmo)?
Creo que depende del tipo de vida que se deriva de ese ateísmo o de ese politeísmo en particular.

Por ejemplo, hay quienes niegan la existencia de Dios pero viven de acuerdo a los principios de amor y rectitud que Él espera de cada uno de nosotros, y sin esperar nada a cambio. Un ejemplo es mi esposa.
También hay quienes creen en muchos dioses, pero como manifestaciones de una Deidad o Realidad Suprema a la que honran viviendo una vida de amor y rectitud. Un ejemplo es una compañera de trabajo hinduista que vive en Canadá.

En el otro extremo, hay ateos que escudados en su negación cometen todo tipo de atrocidades, y politeístas que entregan su lealtad al dios en turno que sea más condescendiente con sus caprichos o deseos malsanos.
 
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-¿Cómo y cuándo te enteras de cuál es su elección?

Quizás nos enteremos cuando estemos con Dios en su reino o paraíso; y muchas cosas que ahora no sabemos nos sean reveladas.

Creo que depende del tipo de vida que se deriva de ese ateísmo o de ese politeísmo en particular.

Por ejemplo, hay quienes niegan la existencia de Dios pero viven de acuerdo a los principios de amor y rectitud que Él espera de cada uno de nosotros, y sin esperar nada a cambio. Un ejemplo es mi esposa.
También hay quienes creen en muchos dioses, pero como manifestaciones de una Deidad o Realidad Suprema a la que honran viviendo una vida de amor y rectitud. Un ejemplo es una compañera de trabajo hinduista que vive en Canadá.

En el otro extremo, hay ateos que escudados en su negación cometen todo tipo de atrocidades, y politeístas que entregan su lealtad al dios en turno que sea más condescendiente con sus caprichos o deseos malsanos.

Es cierto. Las consecuencias de cada creencia, mentalidad o doctrina dependen de lo que se haga en la practica. Según como se viva y como se trate a los demás será mejor o peor.

Quizás la manera como sea el comportamiento de cada persona en la práctica sea tan importante como sus creencias. Quizás esto sirva a Dios para tomar una decisión sobre cada persona. Pueden haber atenuantes: cosas que hagan que Dios se comporte de forma más indulgente y magnánima.
 
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Reacciones: Pancho Frijoles
¿Qué es peor; negar la existencia de Dios (como hace el ateísmo), o creer en más de un Dios (como hace el politeísmo)?
Si niegas la existencia de Dios porque se tiene dudas no es tan grave como creer en varios dioses o en un dios falso, pero negar la existencia de Dios porque no se quiere investigar entonces es igual de grave. Me baso en lo que Dios opina en su palabra, e aquí las pruebas: (Salmo 10:4), (Deuteronomio 32:39), (Deuteronomio 32:21), (1 Juan 5:21).
 
Si niegas la existencia de Dios porque se tiene dudas no es tan grave como creer en varios dioses o en un dios falso, pero negar la existencia de Dios porque no se quiere investigar entonces es igual de grave. Me baso en lo que Dios opina en su palabra, e aquí las pruebas: (Salmo 10:4), (Deuteronomio 32:39), (Deuteronomio 32:21), (1 Juan 5:21).
-Cierto. La indiferencia y el despreocuparse suele ser la actitud de personas que parecen estar de más en el planeta.
 
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Reacciones: Christy
Ambos grupos:

1. Los ateos, con su torpe idea del deísmo como respuesta a la soledad del hombre aquí en la tierra, rodeado de astros indiferentes a su destino eterno. (Karina Moreno)

2. Y la nación de Israel, que surge en la historia del mundo con el Dios de los Hebreos y Dios nuestro. (La Biblia)


Ambos grupos, son considerados en la óptica Divina de la siguiente manera:

Los primeros, serán juzgados de acuerdo a su conciencia.

Y mayor juicio tendrán, cuando voluntariamente, habiendo escuchado de la existencia de Jesús y de su pueblo Israel, el cual es protagonista a nivel mundial, como testigo ante los ojos del mundo, del milagro acaecido el 14 de Mayo de 1948, cuando por más de 20 siglos, esta nación fue esparcida, de tal modo, que no se hallaba en ningún mapa del mundo hasta después de haber sido constituido Estado por las naciones Unidas, y la profecía a la que me refiero es esta:

Isa_66:8 ¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.

2. Los segundos pertenecen al mundo religioso, con sus dioses.

LA IGLESIA DE CRISTO ESTÁ EXENTA DE CUALQUIER JUICIO

Pero en las Escrituras no hay reserva ni misterio con respecto a cuál será la porción de aquellos que "obedecen el Evangelio" y de aquellos que lo rechazan.

De esta elección depende el destino eterno de cada uno.

De ahí la virulencia con que es atacada la Biblia; porque si Cristo está más allá de nuestro alcance, nuestra responsabilidad se acaba.

Desde luego, los hay que afectan una devoción personal hacia Él, a la vez que menosprecian o minusvaloran las Escrituras.

Este grupo cree en Dios, pero a su manera y buscan presentarse ante los demás como hombres rectos, incapaces de quebrar un plato, incapaces de tener malos pensamientos, en suma, son unos santurrones de dientes para afuera.

Otros, son los herejes, personas que algunas veces por ignorancia, y otras, voluntariamente, deciden sacrificar su fidelidad a sistemas religiosos que honran al hombre y menosprecian a Cristo.

Pero de una o de otra manera, este juicio se cumplirá, sin importar la fe, o la voluntad de la criatura, leemos:

Rom 2:14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
Rom 2:15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
Rom 2:16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Y aquí quiero referirme a la conversión de Saulo de Tarso en su camino a Damasco.

Pues no fue convertido porque alguien lo persuadió a creer en Jesús, su archienemigo.

Sino porque fue Jesús mismo, que desciende del cielo y le hace saber que lo que está haciendo a sus discípulos, se lo está haciendo a Jesús mismo, con estas solemnes Palabras:

Hch 9:4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Hch 9:5 El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

Hch 9:6 El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?

Saulo no renegó, Saulo no buscó pretextos, no le dijo: "No creo en usted, porque usted no es real", nada de eso, leemos de nuevo:


"SEÑOR, ¿QUE QUIERES QUE YO HAGA?

Resumiendo en nuestros días, cualquier persona reflexiva reconocerá que es solamente por medio del testimonio que podemos llegar a la persona y que es solamente por medio de la Palabra escrita que podemos llegar a la Palabra Viva.

Pero en el caso de Saulo de Tarso, tenemos al mismo Jesús, que él había visto enjuiciar y crucificar, como miembro del Sanedrín que era, alumbrando sus tinieblas, porque el resplandor de la gloria de Cristo lo dejó ciego.

Y esto es lo que hace Jesús, transforma una vida dedicada al pecado, porque era un asesino (Hch 9:1) al servicio de la religión homicida, para convertirlo en el apóstol Pablo.

Y termino con esto:

Rom_9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?
 
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Depende...

Si Dios no existe, pues es peor creer en dios o dioses

Y si dios existe, habria que preguntarle a quien se referia cuando dijo: el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros conociendo el bien y el mal...
 
Creo que depende del tipo de vida que se deriva de ese ateísmo o de ese politeísmo en particular.

Por ejemplo, hay quienes niegan la existencia de Dios pero viven de acuerdo a los principios de amor y rectitud que Él espera de cada uno de nosotros, y sin esperar nada a cambio. Un ejemplo es mi esposa.
También hay quienes creen en muchos dioses, pero como manifestaciones de una Deidad o Realidad Suprema a la que honran viviendo una vida de amor y rectitud. Un ejemplo es una compañera de trabajo hinduista que vive en Canadá.

En el otro extremo, hay ateos que escudados en su negación cometen todo tipo de atrocidades, y politeístas que entregan su lealtad al dios en turno que sea más condescendiente con sus caprichos o deseos malsanos.
En pocas palabras, los “elegidos de Dios” son aquellos a quienes Dios ha predestinado para la salvación. Se les llama “elegidos” porque esa palabra denota “determinar de antemano”, “ordenar”, “decidir de antemano”. Cada cuatro años en Estados Unidos “elegimos” un presidente, es decir, elegimos quién ocupará ese cargo. Lo mismo ocurre con Dios y aquellos que serán salvos; Dios elige a los que serán salvos. Estos son los elegidos de Dios.

Tal como está, el concepto de que Dios elija a aquellos que serán salvos (predestinación) no es controvertido. Es una verdad bíblica (Juan 6:44, Romanos 8:28-30, Efesios 1:4-5). Lo que es controvertido es cómo y de qué manera Dios elige a aquellos que serán salvos. A lo largo de la historia de la iglesia, ha habido dos puntos de vista principales sobre la doctrina de la elección. Una visión, que llamaremos visión profética o presciencia, enseña que Dios, a través de Su omnisciencia, conoce a aquellos que con el transcurso del tiempo elegirán por su propia voluntad poner su fe y confianza en Jesucristo para su salvación. Sobre la base de esta presciencia divina, Dios elige a estos individuos “antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4).

El segundo punto de vista principal es el punto de vista agustiniano, que esencialmente enseña que Dios no sólo elige divinamente a aquellos que tendrán fe en Jesucristo, sino que también elige divinamente otorgarles a estos individuos la fe para creer en Cristo. En otras palabras, la elección de Dios para la salvación no se basa en un conocimiento previo de la fe de un individuo, sino en la gracia libre y soberana de Dios Todopoderoso.

La diferencia se reduce a esto: ¿quién tiene la última opción en la salvación: Dios o el hombre? Desde el primer punto de vista (el punto de vista profético), el hombre tiene el control; su libre albedrío es soberano y se convierte en el factor determinante en la elección de Dios. Dios puede proporcionar el camino de la salvación a través de Jesucristo, pero el hombre debe elegir a Cristo por sí mismo para que la salvación sea real. En última instancia, este punto de vista disminuye la comprensión bíblica de la soberanía de Dios. Este punto de vista pone la provisión de salvación del Creador a merced de la criatura; Si Dios quiere gente en el cielo, tiene que esperar que el hombre elija libremente su camino de salvación. En realidad, la visión profética de la elección no es una visión de la elección en absoluto, porque Dios en realidad no está eligiendo; sólo está confirmando. Es el hombre quien es quien elige en última instancia.

Desde el punto de vista Agustiniano, Dios tiene el control; Él es quien, por su voluntad soberana, elige libremente a quienes salvará. Él no sólo elige a aquellos a quienes salvará, sino que realmente logra su salvación. En lugar de simplemente hacer posible la salvación, Dios elige a aquellos a quienes salvará y luego los salva. Este punto de vista coloca a Dios en el lugar que le corresponde como Creador y Soberano.

La visión agustiniana no está exenta de problemas. Los críticos han afirmado que esta visión priva al hombre de su libre albedrío. Si Dios elige a aquellos que serán salvos, ¿qué diferencia hay entonces en que el hombre crea? ¿Por qué predicar el evangelio? Además, si Dios elige según su voluntad soberana, ¿cómo podemos ser responsables de nuestras acciones? Todas estas son preguntas buenas y validas que necesitan respuesta. Un buen pasaje para responder estas preguntas es Romanos 9, el pasaje más profundo que trata sobre la soberanía de Dios en la elección.

El contexto del pasaje fluye de Romanos 8, que termina con un gran clímax de alabanza: “Porque estoy convencido de que... [nada] en toda la creación podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo. Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:38-39). Esto lleva a Pablo a considerar cómo podría responder un judío a esa afirmación. Mientras Jesús vino a los hijos perdidos de Israel y mientras la iglesia primitiva era mayoritariamente judía, el evangelio se estaba extendiendo entre los gentiles mucho más rápido que entre los judíos. De hecho, la mayoría de los judíos vieron el evangelio como una piedra de tropiezo (1 Corintios 1:23) y rechazaron a Jesús. Esto llevaría al judío promedio a preguntarse si el plan de elección de Dios ha fracasado, ya que la mayoría de los judíos rechazan el mensaje del evangelio.

A lo largo de Romanos 9, Pablo muestra sistemáticamente que la elección soberana de Dios ha estado vigente desde el principio. Comienza con una declaración crucial: “Porque no todos los que descienden de Israel son Israel” (Romanos 9:6). Esto significa que no todos los pueblos del Israel étnico (es decir, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob) pertenecen al verdadero Israel (los elegidos de Dios). Al repasar la historia de Israel, Pablo muestra que Dios eligió a Isaac sobre Ismael y a Jacob sobre Esaú. En caso de que alguien piense que Dios estaba escogiendo a estos individuos basándose en la fe o las buenas obras que harían en el futuro, agrega: “Aunque ellos [Jacob y Esaú] aún no habían nacido y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, en para que el propósito de Dios de la elección continúe, no por las obras, sino por el que llama” (Romanos 9:11).

En este punto, uno podría verse tentado a acusar a Dios de actuar injustamente. Pablo anticipa esta acusación en el v. 14, afirmando claramente que Dios no es injusto en modo alguno. “Tendré misericordia del que tengo misericordia, y tendré compasión del que tengo compasión” (Romanos 9:15). Dios es soberano sobre su creación. Él es libre de elegir a aquellos a quienes quiere elegir, y es libre de pasar por alto a aquellos a quienes quiere pasar por alto. La criatura no tiene derecho a acusar al Creador de ser injusto. La sola idea de que la criatura pueda juzgar al Creador es absurda para Pablo, y debería serlo también para todo cristiano. El resto de Romanos 9 corrobora este punto.

Efesios 1:5 nos dice que Dios “nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos en Jesucristo, conforme a su voluntad y voluntad”. Según este versículo, la base de nuestra predestinación no es algo que hagamos o haremos, sino que se basa únicamente en Dios. Esta predeterminación se basa en Su soberanía, carácter inmutable (Malaquías 3:6), conocimiento previo (Romanos 8:29, 11:2), amor (Efesios 1:4-5) y plan y placer (Efesios 1:5). El deseo de Dios es que todos sean salvos y lleguen al arrepentimiento (1 Timoteo 2:4, 2 Pedro 3:9). Él ofrece salvación a todos (Tito 2:11) y se ha manifestado a todos para que todos queden sin excusa (Romanos 1:19-20).

Tanto la predestinación como la responsabilidad personal son ciertas: Dios tiene el control total y la humanidad toma decisiones y es completamente responsable de esas decisiones. La Biblia no las presenta como verdades irreconciliables (como a veces lo hacen las tradiciones teológicas). Aprendemos que, si Dios eligió a aquellos que conoció de antemano, Él conoce Su creación antes de que exista y determina cosas importantes acerca de Su creación. Si Dios es lo suficientemente grande como para ser el Creador de todo, entonces no se deja perplejo por la existencia mutua de Su soberanía y la volición, elección y responsabilidad humanas.

Saludos
 
Sobre la predestinación, tengo por seguro, que cualquier interpretación que se haga de la misma, sin considerar la OMNISCIENCIA de Dios, es falsa.

Dios tiene el poder de mirar por los pasillos del tiempo, y conocer de antemano quien va a creer en su Hijo y quien lo va a rechazar.

El Sacrificio de su Hijo es para salvación de todos (Jn.3:16), pero no todos están dispuestos a recibir esta gracia por medio de Jesús, colocan condicionamientos, al estilo de Caín, que quiso acercarse a Dios a su manera, presentando los frutos de una tierra maldita por el pecado de Adán, sin sangre con qué expiar su propio pecado.

Aquí en el foro, uno lee sobre foristas que se inclinan a buscar el favor de Dios en base a sus propios méritos, como personas muy rectas, y muy honorables.

Otros, son enemigos de la Filiación Eterna del Hijo con el Padre, y buscan refugiarse solo en el Padre, menospreciando al Hijo, a quien tratan de la primera cosa creada.

En fin, la salvación es para todos, pero no todos la reciben conforme a la Escritura.
 
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Depende...

Si Dios no existe, pues es peor creer en dios o dioses

Y si dios existe, habria que preguntarle a quien se referia cuando dijo: el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros conociendo el bien y el mal...
-Nuestro único Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) conoce el bien y no hace lo malo. Nada que preguntar.