Mucha gente está esperando al Señor, pero Él solo acepta a las vírgenes prudentes que tienen su 'aceite' preparado. Entonces, ¿cómo podemos prepararnos y tener este 'aceite'?
LA biblia, como todo cuerpo literario, hace uso de dispositivos y elementos literarios que debemos reconocer para poder tener una exegesis biblica corecta y coherente. No todo tiene significado espiritual o literal. HAy que analizar el texto en su totaoidad y ver si da in indicio en cuanto a la interpretacion. De lo contrario hay que reducir su significado a la "moraleja" del relato haciendo referencia a textos con similar mensaje dentro de las escrituras. Por encima de todas las cosas, lo que los cristianos del 1er siglo entendieron y subsecuentemente, los que escucharon la parabola de los labios de Cristo y de sus Apostoles, ese es sin duda el significado mas directo del mismo.
La Biblia emplea diversos recursos literarios, entre ellos:
Símil: Una comparación que usa "como" o "tal como" para ilustrar un punto.
Metáfora: Una comparación directa que implica que una cosa es otra.
Personificación: Atribuir características humanas a entidades no humanas.
Hipérbole: Exageración para enfatizar o causar efecto.
Simbolismo: Uso de símbolos para representar ideas o conceptos.
Alegoría: Una narrativa que transmite significados más profundos mediante figuras y acciones simbólicas.
Parábola: Una historia sencilla que se utiliza para ilustrar una lección moral o espiritual.
Ironía: Un contraste entre la expectativa y la realidad.
Quiasmo: Un recurso retórico donde los conceptos se repiten en orden inverso.
Acróstico: Un poema o sopa de letras donde la primera letra de cada verso forma una palabra o mensaje.
Estos recursos enriquecen la riqueza y profundidad de los textos bíblicos, facilitando su interpretación y comprensión.
El contexto cultural de la parábola es una boda judía del siglo I. D. A. Normalmente, el novio, acompañado de algunos amigos cercanos, salía de su casa para ir a la de la novia, donde se celebraban diversas ceremonias, seguidas de una procesión por las calles, al anochecer, hasta su casa. Las diez vírgenes podían ser damas de honor que habían estado asistiendo a la novia; y esperaban encontrarse con el novio al salir de la casa de la novia... Se esperaba que todos en la procesión llevaran su propia antorcha. Quienes no la llevaran se considerarían invitados no invitados o incluso bandidos. Las festividades, que podían durar varios días, comenzaban formalmente en la casa del novio. La “antorcha” o “lámpara” era un palo con un trapo empapado en aceite en la punta o una lámpara con un pequeño depósito de aceite y una mecha. En cualquier caso, mantener la llama requería añadir aceite ocasionalmente.
Algunos interpretan esta parábola como una imagen del rapto de la iglesia. Creemos que una mejor interpretación es que la parábola de las diez vírgenes representa la segunda venida de Cristo al final de la tribulación. En nuestra opinión, todas las parábolas de esta serie se refieren a Israel, no a la iglesia. Israel durante el fin de los tiempos es el tema central de Mateo 24, y Mateo 25 continúa con ese tema. Por lo tanto, en nuestra opinión, el novio de la parábola es Jesucristo, y las damas de honor que esperan son Israel. ¿Estará Israel listo para recibir al Señor como su Mesías? La respuesta de Jesús en la parábola es que algunos estarán listos para entrar en el reino y otros no.
El mensaje subyacente de la parábola es que Cristo regresará en una hora desconocida y que su pueblo debe estar listo. Este tema se enfatiza en las palabras de Jesús que concluyen la parábola:
“Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora” (Mateo 25:13). Anteriormente en su discurso, Jesús señaló lo mismo:
Pero de ese día y de esa hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre. (Mateo 24:36)
Velad, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor. (Mateo 24:42)
El señor de ese siervo vendrá en un día que este no espera y a una hora que desconoce. (Mateo 24:50)
Llamados similares a la vigilancia se encuentran en otras partes de las Escrituras (por ejemplo, 2 Pedro 3:10).
Para estar listos para el regreso de Cristo, una persona debe tener fe en Él. Ya sea que esa persona esté en la era de la iglesia o en el tiempo de la tribulación, la fe en Cristo es lo que salva. Debemos nacer de nuevo. Usando una metáfora de la parábola de Jesús, necesitamos el aceite. El Espíritu Santo debe morar en nosotros, produciendo la luz de la vida. Sin el Espíritu Santo, no estamos preparados. No importa cuán vigorosamente llamemos ni cuán fuerte proclamemos: "¡Señor, Señor!". Solo quienes, por medio del Espíritu, estén preparados para la venida del Señor entrarán en el reino de los cielos.
Saludos