La palabra "alma" en la Biblia, es la persona o la vida de la persona.
Esto se desprende de muchisimos textos.
En la Biblia es el sentido básico o principal de esta palabra.
Génesis 9
3 Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento: todo os lo doy, lo mismo que os di la hierba verde.
4 Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre,
5 y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamaré a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamaré el alma humana.
6 Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo El al hombre.
En este texto se vé claramente que el alma del hombre es su vida, representada o sostenida por su sangre.
Perder la sangre es perder la vida y es perder el alma.
Mi alma = yo; tu alma = tú; y así sucesivamente.
Posteriormente en el cristianismo, sobre todo al entrar en contacto con las ideas de los filósofos griegos, que sostenían la "inmortalidad del alma" en contraposición a la corruptibilidad del cuerpo luego de la muerte, se incorporó el concepto de alma como esencia espiritul opuesta a lo material.
Por otro lado, en San Pablo encontramos que el hombre es "cuerpo, alma y espíritu".
Se lee en Hechos de los Apóstoles cómo los griegos se burlan de Pablo cuando él les habla de la "resurrección de los muertos".
Podían aceptar la inmortalidad del alma (entendida como no-materia) pero les parecía absurda la resurrección corporal.
Esto parte de un concepto o prejuicio negativo de lo material, considerándolo inferior a lo "espiritual" entendiendo ésto en un sentido meramente especulativo y racionalista, típico de los griegos.
Lo realmente "espiritual" en sentido cristiano no es opuesto a "material" sino que es opuesto a lo que Pablo llama "obras de la carne" :
Gal 5
17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no hacéis lo que quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje,
20 idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
21 envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
Observar que entre las obras de la carne están:
odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones y envidias.
Ninguna de éstas tiene que ver con la "materia" en sí misma, sino con actitudes vitales.
Sería todo lo que nace del egoísmo y la soberbia, opuestas al espíritu de caridad hacia Dios y el prójimo, opuestas al Espíritu de Dios.
Bendiciones.
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Ev. San Mateo cap. 28,18-20
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré
siempre con ustedes hasta el fin del mundo".
Juan Manuel