Como dice Maripaz encontrarás opiniones a favor y en contra, pero yo que estoy en contra, me gustaría compartir con vosotros un extracto de un largo artículo que hace 4 años envié a otro foro sobre esta cuestión. Entonces yo tenía un ministerio en prisiones, que ahora no tengo por haber cambiado mi residencia de provincia, y conocía personalmente a muchos condenados por delincuencia común, pero mi opinión al respecto no ha cambiado. Realmente no pretendo aquí abrir este debate, que me imagino que ya sería tratado en otras ocasiones, sino ofrecer unas:
REFLEXIONES SOBRE LA JUSTICIA HUMANA Y LA PENA DE MUERTE
¡¡¡YO ESTUVE CONDENADO A MUERTE!!! por causa de mis pecados, PERO FUI PERDONADO porque alguien murió en mi lugar. Gracias Señor por tu indulto inmerecido. Y ahora estoy sentado -en esperanza- en los lugares celestiales con CRISTO. Gracias Señor por tu Rehabilitación.
Sabemos que fue a través de la Ley que se puso de manifiesto el pecado, y que la paga del pecado es la muerte. Pero ahora por la GRACIA DE DIOS VIVIMOS, PENSAMOS Y SENTIMOS CONFORME A LOS PRINCIPIOS DEL PACTO DE LA GRACIA. Una gracia que ofrece regeneración cuando las personas se arrepienten y cambian por el poder del Espíritu Santo, y aunque mis pecados fuesen rojos como la grana, el sacrificio de Jesucristo y la renovación en el Espíritu puede emblanquecerme como la nieve.
LA LEY DICE QUE ¡¡ES DIGNO DE MUERTE!! ¡¡DEBE MORIR!!
"... y en la Ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. ¿Tú pues que dices? Y como insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros este sin pecado sea el primero en arrojar la piedra. ¿Debemos matar a los y a las tales?
Muchos cristianos se creen sin pecado, no porque fueran perdonados por Cristo, sino porque ellos son buenos, honestos y justos. y se indignan como David se indignó contra aquel que teniendo tantas ovejas mandó matar la del pobre... ¡¡Es digno de muerte!! Hasta que le hicieron comprender que él era peor que aquel que con tanta rotundidad condenaba.
Pero AHORA, aparte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la Ley y los Profetas: la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, PORQUE NO HAY DIFERENCIA, POR CUANTO TODOS PECARON Y ESTAN DESTITUIDOS DE LA GLORIA DE DIOS, y SON JUSTIFICADOS gratuitamente POR SU GRACIA, mediante LA REDENCION que es en CRISTO JESUS, a quien Dios PUSO COMO PROPICIACION por medio de la fe en su sangre, PARA MANIFESTAR SU JUSTICIA, a causa de HABER PASADO POR ALTO, en su paciencia, LOS PECADOS PASADOS, con miras a manifestar EN ESTE TIEMPO su justicia, a fin de que él sea el justo y el que JUSTIFICA al que es de la fe de Jesús.
La Gracia da nuevas oportunidades que la Ley inflexible e implacable no puede otorgar. Pero también proporciona una visión más amplia del problema y del pecado que la que marca la Ley y las leyes: LA LEY CONDENA CUANDO SE TRANSGREDE LA NORMA. La LEY DE CRISTO, que trae la gracia, va más allá y denuncia el pecado DESDE QUE SE CONCIBE EN EL PENSAMIENTO, aunque no se llegue a materializar. Así es culpable de adulterio el que lo concibe en su mente y culpable de homicidio el que piensa mal contra su prójimo.
Hace años que estoy llevando el evangelio a una prisión. Es el evangelio que cambió mi vida. (Pues de no haber recibido esa bendición también pudiera estar en los mismos caminos perdidos que muchos de los delincuentes sociales, y de los que son delincuentes sin tener conciencia clara de serlo). Es el mensaje de amor de parte de Dios y de esperanza. Es un mensaje que habla de una verdadera REHABILITACION y REINSERCION moral y espiritual. Una obra de Dios que cambia a los hombres para una nueva vida en el mundo y también entre la familia de Dios.
Un mensaje de parte de Dios que habla de perdón, de renovación personal (espiritual, corporal y social). Un mensaje que dice que "nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de placeres y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, odiados y odiándonos unos a otros... Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con la humanidad perdida, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino por su misericordia.. Un mensaje que también dice: Que lo vil del mundo y lo menospreciado lo escogió Dios Que han sido escogidos por Dios para hacer con ellos una obra transformadora de su gracia y de su poder.
Es cierto que hay consecuencias de la vida pasada que no siempre podrán ser reparadas. Los muertos no pueden volver a la vida aunque aquel que la quitó, se arrepienta sinceramente no solo de su crimen, sino de haber vivido lejos de Dios y de su voluntad, porque esa es la raíz del pecado, manifestado en actos. Algunos han malgastado su salud y adquirido enfermedades irreversibles para la ciencia y que pueden ó no ser sanados por Dios, de acuerdo con su voluntad. Aun cuando no fuesen sanados les valdrá por señal de la roca de la que fueron cortados, del pozo cenagoso del que fueron recogidos para una herencia eterna libre de enfermedad y de muerte. Tampoco las consecuencias que se refieren a las penas que los jueces del mundo imponen de acuerdo con sus leyes podrán ser eludidas ni por todos, ni en su totalidad, pero el mensaje también dice que cuando uno es hecho hijo de Dios por la fe en Jesucristo, las riendas de su futuro están en las manos de su Padre. Y que ni un cabello cae al suelo sin que nuestro Padre lo sepa y lo consienta.
Pero los jueces del mundo solo pueden juzgar con las leyes, los principios y los presupuestos del mundo, pero los que estamos en Cristo, si somos nuevas criaturas, tenemos que haber sufrido también una transformación en nuestro entendimiento, no para pensar igual que aquellos que desconocen la gracia de Dios, sino para tener siempre presente la visión de SU MISERICORDIA, considerándonos a nosotros mismos, y así ser misericordiosos con los demás. Tenemos que tener además fe en lo que Cristo puede hacer por, y en las personas cuando se entregan a El, si realmente somos conscientes de lo que ha hecho y continúa haciendo en y con nosotros.
¡¡¡TU ERES ESE HOMBRE...!!!
Con las leyes del mundo la mayoría de los crímenes y delitos quedan impunes. Muchos que matan no lo hacen físicamente, pero lo hacen desde importantes despachos, incluso desde gobiernos. Existen mafias sociales, políticas, ideológicas. Hay asesinatos desde una silla de juez ó desde una profesión como la médica. Hay los que matan porque cultivan drogas. Hay banqueros respetables que matan porque facilitan el blanqueo del dinero a los traficantes de drogas. Hay transportistas que forman parte del crimen por codicia. Hay incitadores. Hay criminales por incitar a la violencia por razones étnicas, religiosas, etc. Los hay que lo hacen siendo ideólogos. Hay quien incita a la violencia desde periódicos, filmes, espectáculos, etc. Los hay que matan envenenando la naturaleza y el ciclo biológico. Hay científicos que diseñan armas. Otros las prueban. Otros son administradores que destinan presupuestos y manejan recursos para gastos superfluos y los niegan para la solidaridad y para acabar con el hambre y la marginación.
Hay una sociedad criminal, que es culpable de muchas muertes. (En España cada año mueren en las pateras centenares de inmigrantes ilegales que intentan venir a la sociedad del bienestar y encuentran la muerte escapando de la miseria en que las naciones ricas tienen sumidas a las pobres, expoliándoles sus recursos mediante multinacionales sin escrupulos). Hay una sociedad criminal, y a la cual pertenecemos muchos de nosotros, culpable de que cada año mueran de hambre centenares de miles de niños, porque las 3/4 partes de la riqueza del mundo, la acapara un 1/4 de la población. Una sociedad que despierta la ilusión por el consumo, el lujo, la colección de un montón de cosas superfluas y después sume a una gran parte de sus conversos en ghettos de marginalidad, en la prostitución, en la explotación, en la rivalidad y de una competencia donde vale todo. Y cada uno tenemos nuestra cuota parte de responsabilidad.
Y además cuando no formamos parte de la solución de los problemas, es porque somos parte del problema mismo. ¿O no lo somos cuando compramos productos baratos procedentes del tercer mundo, sin importarnos que para venderlos a tal precio hayan sido fabricados en condiciones infrahumanas ó incluso por mano de obra quasi esclava ó infantil? ¿No nos encanta que nos rebajen la gasolina, aunque esto suponga el recorte o la desaparición de programas sociales en los países productores? ¿Que pasa cuando no nos escandalizamos de que a un futbolista por dar patadas a un balón le paguen más en un año a él solo, que lo que llevan a sus casas durante ese mismo año, dos mil padres de familia trabajadores después largas y duras jornadas en países de extremo oriente, y luego no queremos sentirnos responsables de que muchas hijas de estas familias acaben consiguiendo unos dólares extra en la prostitución, o intenten escapar de su miseria emigrando al Primer mundo, y acaben víctimas de la explotación sexual, o en talleres, en plantaciones ó fábricas clandestinos.
Muchos creyentes tampoco se dan cuenta de su responsabilidad en los crímenes de aquellos que han sido aupados al poder con sus votos. Muchos son capaces de expresar toda su ira contra un delincuente que procede en muchas ocasiones de la marginalidad social, y luego con su voto apoyar a politicos y politicas corruptas cuando no criminales. Ante estas acusaciones muchos creyentes, como decía Escarlata O'Hara, la protagonista de Lo que el viento se llevó, aparcan esto en sus conciencias y también dicen: Sobre eso ya pensaré mañana...
Ex-dictadores sudamericanos, responsables de miles de muertes, son defendidos por muchos cristianos evangélicos, para eludir su presencia ante la justicia, mientras se ceban en sus exigencias sobre el peso de la ley ejemplar caiga sobre los delincuentes comunes. Dictadores en ejercicio, responsables de miles de muertos en el Caribe, son elogiados por su presencia en un acto evangélico, en lugar de ser recriminados por sus obras impías..
¿De cuantas muertes es pues culpable y responsable el silencio de los cristianos, -y en el, nuestra particular responsabilidad- cuando callamos nuestras denuncias, y acallamos nuestras conciencias, viviendo alegremente en los mismos principios y bienestares de una sociedad culpable, sin proclamar la justicia del reino de los cielos que Jesucristo predicó. Nosotros también seríamos reos de muerte por nuestras propias responsabilidades, porque se puede ser cómplice por silencio, por omisión, por cobardía, y la Ley dice: Ojo por ojo, diente por diente, vida por vida, golpe por golpe. ¿Quién decía que iba a tirar la primera piedra? Queremos LEY, empapémonos de la Ley de Cristo en Mateo 5:43-48 y en Mateo 18:23-35.
Normalmente la justicia de este mundo se impone desde las instancias que controlan el poder en la sociedad. Y el poder lo tienen normalmente los fuertes y los ricos, y suele cebarse con todo su rigor en los pobres y débiles, dejando impunes en la mayoría de los casos a los fuertes y ricos.
Un preso que se ha convertido, Eduardo, fue condenado a 42 años de cárcel, cuando tenía 19, porque al no llegar a un acuerdo con el precio de los servicios de una prostituta, esta lo acusó de dos delitos de violación. Otro violador en España, convicto de haber violado a doce niñas de edades entre 9 y 11 años fue condenado a 14 años de cárcel. El primero era un pobre, procedente de un correccional de menores desde los siete años, y tuvo un abogado de oficio, y un juez implacable. El otro era un individuo industrial de clase media que pudo pagar a un buen equipo de abogados, y un juez comprensivo.
Tengo el consuelo de la esperanza en la justicia de Dios, y agradezco su misericordia que es nueva cada mañana, porque si no fuese por su gracia, todos debiéramos haber sido consumidos ya hace mucho tiempo por su ira.
Pablo escribe a Timoteo: TODOS LOS QUE QUIERAN VIVIR PIADOSAMENTE (conforme a la piedad) EN CRISTO JESUS, PADECERAN PERSECUCION... Y ya casi a ninguno nos persiguen, lo cual nos tiene que hacer pensar si estamos queriendo ó no vivir piadosamente el evangelio, y sus contenidos, o tenemos un pacto con el sistema que gobierna el mundo, integrados y convertidos a sus realidades e injusticias. San Pablo decía: No os conforméis a este mundo. Y es bien cierto que individualmente muchas veces no podemos hacer casi nada, pero hay algo que debemos hacer y es NO CONFORMARNOS. Esto a mi me hace reflexionar en la vida de Lot, en su fracaso y en su éxito. Fracaso estrepitoso en su empeño, si es que lo puso, en cambiar la forma de vivir de sus vecinos de Sodoma, pero éxito, por cuanto logró que estos no lo cambiaran a él en su forma de pensar y de sentir. Por eso escribe Pedro acerca de él (2ª Ped. 2:7-8): este justo, que vivía entre ellos, afligía cada día su alma justa viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos.
Los convictos suelen escuchar el mensaje del evangelio desde una posición de necesidad. Pero siento pena por aquellos que escapando a la justicia de este mundo, siendo igualmente culpables, se sienten sanos y sin necesidad de médico que cure sus enfermedades espirituales y morales, y es la causa de que una mayoría se dirige a la perdición. De ahí que ahora como antes tengamos que decir: ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? Al anuncio universal de arrepentimiento y conversión. Y ahí está la paradoja que la gracia de Dios produce en muchas ocasiones: el culpable más degenerado salvo y el juez más "honorable" condenado. El criminal regenerado y el legislador perdido... Dios hace la justicia al pobre y al menesteroso que el mundo casi siempre le niega. Pero como hijos de Dios no andemos por el mundo adelante con los bolsillos llenos de piedras para matar a los que condena la ley, y considerémonos a nosotros mismos. Creo que Gal. 6:1, aunque está escrito en el contexto de la familia de la fe, tambien nos ofrece una perspectiva a tener en cuenta con respecto a nuestros semejantes, para dar nuevas oportunidades al arrepentimiento y rehabilitación de culpables.
Pablo