Que días aquellos y que días estos...

Malcom

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23 Marzo 1999
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Hermanos los días son malos hoy urge que el evangelismo regrese a su estado original de humildad de dependencia a la sola Gracia de Dios.

Que días aquellos de los puritanos donde las predicaciones llenas de poder y verdad Bíblica hacían temblar y llorar a los pecadores haciéndolos clamar el perdón de Dios y salvación de sus almas, donde cualquier miembro sabia mas de las escrituras que muchos pastores hoy. Que triste que ahora los predicadores cada ves mas diluyen el evangelio donde no hacen ver a los hombres sin Cristo la TERRIBLE situación en que se encuentran y lo TERRIBLE que es caer en las manos del Dios vivo y verdadero.

Que triste que se tenga un falso concepto de amor donde el amor humanista esta por encima de la Palabra de Dios, encima de la verdad o mas bien ocultando parte de esta verdad por ser incomprensible a la mente de hoy.

Porque la gente odia la Soberanía de Dios? Porque no se acatan a creer y predicar todo el consejo de Dios, tanto la bondad y la severidad de Dios?

Cada ves mas iglesias hoy miden sus éxitos por la cantidad de miembros, cada ves mas se inventa todo método extraño para atraer a los hombres a escuchar un evangelio que en ves de salvación muchas veces es de condenación donde abundan a montones las semillas que caen en espinas y pedregales y una que otra cae en tierra fértil.

Que lejos esta cada ves el evangelismo de los tiempos de nuestro Señor un evangelio simple y directo que demanda todo a sus seguidores, que les advierte a pensar el costo de seguirle.

En cambio hoy que fácil es entrar por la puesta ancha, las iglesias se llenan y así como se llenan se vacían se busca otro método se vuelven a llenar y se vacían de nuevo a esos pastores la sangre de esas multitudes que levantaron las manos, pasaron y después se fueron engañadas con una salvación falsa el Señor se las demandara.

Esas multitudes un día cuando Dios les pregunte porque he de dejarte entrar al cielo dirán “porque yo levante la mano, pase al frente y el pastor me dijo que era salvo” Nunca se les predico el evangelio de arrepentimiento, nunca supieron que es arrepentimiento verdadero, se les oculto que es regeneración, justificación, santificación. En ves de advertirles que vendrán pruebas y aflicciones se les prometió solo prosperidad y claro bienes las pruebas se desaniman de la cristiandad y la abandonan dando un mal testimonio.

En cambio el evangelismo debe de predicar al corazón con la verdad completa y hacerles ver que la salvación del alma es una cuestión no de sangre ni de voluntad humana sino personal entre Cristo y uno solo a puerta cerrada.

No hay otro evangelismo mas que el evangelismo de la Fe en Cristo y del arrepentimiento del perdón de los pecados por su sangre, porque sin arrepentimiento la Fe en Cristo es falsa.

Que días aquellos de los avivamientos producidos por el poder de la predicación en el Espíritu de Dios en contraste con algunos avivamientos de hoy producidos por el emocionalismo y no según Cristo.

Hermanos que Dios quiera que se levanten congregaciones sin pastores cobardes que tengan la frente en alto y puedan decir como el apóstol Pablo “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.”

“Señor salva a tu Pueblo, salva a tus escogidos”

Bendiciones
 
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AMEN!!!!!!!!!!!
 
Amén, hermano Malcom

Es bueno recordar La Palabra de dios, que no en vano dice:


" Y si aquellos días no fuesen acortados, NADIE SERÍA SALVO; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mat. 24, Mr. 13, Lc. 21)


Cito esto por algunas personas que se fijan en los números y en las estadísticas, antes que en la Doctrina y que en base a ello dicen que el cristianismo crece en el mundo.


Que El Señor en su Gracia guíe a los suyos a donde están los suyos y que se sujetan a la Sana Doctrina, antes que a los hombres y su preceptos.

En Cristo
Rogelio
 
Oh Señor, dános espíritu de oración y guianos a las almas que han de ser tuyas y no permitas nunca que callemos; Padre que muchos hermanos sientan de tí el poder decir:heme aquí, enviame a mí. Es en el precioso Nombre de Cristo, cuya sangre nos limpia de todo pecado. Amén