QUE CREEN DE JUGAR BALONCESTO CON INCONVERSOS

9 Abril 2000
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Dios les bendiga nuevamente.
Les escribí con relacion a este tema y agradezco sus respuestas. Lo que sucede es que muchos tienen por correcto que el Pentecostal no puede jugar ningun deporte o participar con los que no sirven a Dios. Quiero sacar de este error a un confinado que es lider de una iglesia en su institución, ya que ha llegado a un punto donde el ahora no quiere darle participacion a otro hermano por este jugar con impios. Entiendo que uno mientras viva en esta tierra, tiene que compartir de un modo u otro con personas que no han conocido a Dios. El toma esto como que uno es liberar y que puede caer en hablar malo entre otras cosas como pelear. Cosa que no ha sucedido y el hermano que juega dice que es una forma de dar testimonio de que Cristo lo rescato. Por favor argumenten mas, necesito esta respuesta para hoy que vaya a visitarlos a la carcel. Gracias.
 
Bienvenida Verónica, no me parece haberte visto antes por aquí.

Bueno, ese "líder" debería irse a vivir en Marte, ahí no hay "paganos", jejejejeje
Y qué diría ese "líder" de Jesús, que comió con quiénes tu ya sabes, etc, etc???
 
Querida hermana. Antes le escribí un poco con urgencia debido a la premura de su mensaje, y tampoco me pude extender mucho a causa de una obligaciones que había de cumplir de inmediato, pero ahora tengo tiempo de extenderme un poquito más.
Personalmente y por referencias he conocido a algún que otro pastor que se inmiscuía tanto en la vida de los fieles, de la iglesia objeto de su pastoreo, que hasta decía con quienes se tenían que casar, el trabajo que tenían que aceptar o rechazar, o si habían de tomar las vacaciones en julio o en agosto. Eso sí, era el mismo Señor quien se lo revelaba en oración (según él decía). Así conseguía que nadie pusiera en duda sus palabras y que todos le obedecieran, pues ¿quién se atrevería a desobedecer la voz de Dios hablando a través de él? Hubo, sin embargo, una hermana a quien uno de ellos le dijo: ‘Hermana, el Señor me ha mostrado que usted tiene que casarse con el hermano......’, a lo que la hermana le respondió: ‘Me parece que si el Señor quisiera que me casase con ese hermano me lo habría dicho a mí, y no a usted’. Esta respuesta le valió a la hermana la expulsión de aquella iglesia
Creo que hay que tener sumo cuidado con este tipo de líderes que a veces surgen en nuestras iglesias. El cristiano maduro ha de saber discernir, basándose en el conocimiento de la Palabra y en la experiencia propia y ajena, si lo que se le dice procede de un siervo de Dios o de un dictador espiritual.
Para empezar, no existe pastor o anciano alguno con el derecho de inmiscuirse en la vida privada de los demás hasta el punto mencionado arriba. Su labor ha de ser primordialmente enseñar la sana doctrina, convencer con sus sabias palabras, dar ejemplo con su vida, orar por sus hermanos, señalar el pecado en privado, o en público si no existe arrepentimiento, y cosas como estas; pero nunca adueñarse de la voluntad y de la intimidad ajena.
No se es pastor por tener un título de un seminario, tampoco por autodeclararse pastor, ni por ser muy inteligente, ni por llevar muchos años en una iglesia, ni por pertenecer a una familia influyente, ni...... Se es pastor por llamamiento expreso del Señor, por parecerse a El (salvando la enorme distancia) en su actitud de servicio a los demás, mostrando Su carácter lo más fielmente posible.

El Señor nos enseñó a ser luz en medio de las tinieblas y a ser sal en medio de la corrupción. Cuando hacemos esto el maligno tratará de que nuestra luz se apague y de que nuestra sal deje de salar, pero con la ayuda de su Santo Espíritu y la fe que nos dio la obra que en nosotros comenzó perdurará hasta el fin.
¿Para qué sirve una luz en donde no hay tinieblas? ¿Para qué sirve la sal sin salir del salero? No tiene utilidad alguna. No sirve para nada. El agua estancada se pudre, sólo la que fluye libremente produce vida.
Juegue el deportista, pinte el pintor, cante el cantor, desarrolle sus dones y habilidades cada uno en su momento y lugar; y hágase todo para la gloria de Dios. Nadie está autorizado a meter a otra persona en una habitación estanca para evitar su contaminación del mundo, porque la contaminación la llevamos todos dentro del corazón. Las palabras del Señor son reveladoras; el siguiente pasaje, aunque se refiere a los alimentos considerados impuros por los judíos, nos ilustra lo que es la condición humana caída:
Luego Jesús llamó a la gente, y dijo:
Escúchenme todos, y entiendan: Nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro.
Cuando Jesús dejó a la gente y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron sobre esta enseñanza. Él les dijo:
¿Así que ustedes tampoco lo comprenden? ¿No entienden que nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, para después salir del cuerpo?
Con esto quiso decir que todos los alimentos son limpios. Dijo también:
Lo que sale del hombre, eso sí lo hace impuro. Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al hombre. (Marcos, 7:14-23) (Versión Dios habla hoy).

Por si le interesa profundizar en el tema, hay un libro de la editorial Clie, escrito por el sueco Edin Lövas, titulado ‘Dictador Espiritual. El abuso de poder en la iglesia’, que ilustra muy bien el carácter y la obra de estas personas.
En el índice el autor disecciona las características más comunes de estos personajes, algunas de ellas son:
Aman ser el centro de atención.
Están siempre alerta para el combate.
El sentimiento de culpa es su arma principal.
Rompen en los demás la confianza en sí mismos.
No comprenden las necesidades de los demás.
Tienen una gran necesidad de estímulo.
Imponen exigencia exageradas.
Engañan a la mayoría.
Aman los sistemas jerárquicos.
Atacan a los débiles.
Han ido muy lejos en su ansia de poder.

Que el Señor la bendiga.