Pruebas bomba sobre el N.T

Kepale

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25 Agosto 2000
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Encontrè este artìculo que ahora comparto con todos , es una bomba contra los ateos y los que niegan la inspiracion de las escrituras:



Por Josh McDowell
El Nuevo Testamento es la principal fuente histórica que nos provee información acerca de Jesús. Debido a esto, durante los siglos XIX y XX, muchos críticos, han atacado la contabilidad de los documentos bíblicos. Tal parece que hay una constante oleada de acusaciones que no tienen fundamento histórico, o que han sido descartadas por la investigación y por los descubrimientos arqueológicos.

En cierta ocasión, mientras daba unas conferencias en la Universidad del Estado de Arizona, un profesor que había llevado a su clase de literatura a escucharme, se me acercó, después que concluí una charla al aire libre y me dijo: "Señor McDowell, usted está basando sus afirmaciones con respecto a Cristo en un documento secundario el cual es obsoleto. Hoy demostré en mi clase que el Nuevo Testamento fue escrito mucho tiempo después de Cristo; por lo cual, lo que allí se registra no puede ser exacto."

Yo le respondí: "Sus opiniones o conclusiones, con respecto al Nuevo Testamento tienen 25 años de atraso."

Las opiniones de ese profesor con relación a los documentos que hacen referencia a Jesús tienen su origen en las conclusiones del crítico alemán, F. C. Baur. Este supuso que la mayoría de las Escrituras del Nuevo Testamento no fueron escritas sino casi al final del siglo segundo A.D., y llegó a la conclusión de que estos manuscritos procedían básicamente de mitos o leyendas desarrollados durante el período transcurrido entre la vida de Jesús y el tiempo en que los documentos fueron escritos.

Sin embargo, en el siglo 20, los descubrimientos arqueológicos han confirmado la exactitud de los manuscritos del Nuevo Testamento. El descubrimiento de los antiguos manuscritos (el manuscrito John Ryland, 130 A.D.; el papiro Chester Beatty, 155 A.D.; y el papiro Bodmer 11, del año 200) sirvió de puente entre el tiempo de Cristo y los manuscritos existentes de fecha posterior.

Millar Burrows de la Universidad de Yale, dice: "Otro resultado de comparar el Nuevo Testamento griego con el lenguaje de los papiros (descubiertos), es el aumento de confianza en la exacta transmisión del texto del Nuevo Testamento". Descubrimientos de esta naturaleza han acrecentado la seguridad de los eruditos en la contabilidad de la Biblia.

William Albright, considerado el más destacado arqueólogo bíblico a nivel mundial, escribe: "Podemos afirmar con absoluta seguridad que ya no hay ninguna base sólida para determinar el tiempo en que se escribió el Nuevo Testamento en fecha posterior al año 80 A.D. Esto quiere decir que fue escrito dos generaciones antes de las fechas indicadas por los críticos contemporáneos mas radicales del Nuevo Testamento, las cuales son los años 130 y 150".' Él reitera este concepto en una entrevista concedida a la revista Christianity Today (Cristianismo Hoy): "En mi opinión, cada uno de los libros del Nuevo Testamento fue escrito por un judío bautizado entre el año 40 y el 80 del primer siglo A.D. (Es muy probable que haya ocurrido entre el año 50 y el 75)".

Sir William Ramsay es considerado uno de los arqueólogos de más renombre en la historia. Estudió en una escuela alemana de historia que enseñaba que el libro de Los Hechos fue producto de la mitad del siglo segundo A.D., y no del primer siglo, como el libro parece dar a entender. Luego de leer la crítica moderna acerca del libro de Los Hechos, llegó al convencimiento de que ése no era un documento fidedigno con relación a los acontecimientos de ese período de la historia (el año 50 A.D.) y que por lo tanto, no merecía que lo tuviera en consideración un historiador. Así que, en su investigación sobre la historia del Asia Menor, Ramsay le puso muy poca atención al Nuevo Testamento.

Sin embargo, con el transcurso del tiempo, su investigación lo obligó a considerar los escritos de Lucas. Observó la meticulosa precisión de los detalles históricos, y paulatinamente empezó a cambiar su actitud hacia el libro de Los Hechos. Se vio forzado a concluir que "Lucas es un historiador de primera categoría ... este autor debe ser colocado al lado de los más grandes historiadores".' Como consecuencia de la exactitud de los detalles, Ramsay aceptó al fin que Los Hechos no era un documento del siglo segundo sino del primero.

Muchos de los críticos modernistas se están viendo obligados a considerar que el Nuevo Testamento fue escrito en una fecha anterior a la que antes habían fijado. Las conclusiones del doctor John A. T. Robinson, en su nuevo libro Redating the New Testament (donde se establecen nuevas fechas para la escritura del Nuevo Testamento), son asombrosamente radicales. Su investigación lo condujo a la certidumbre de que todo el Nuevo Testamento fue escrito antes de la caída de Jerusalén, hecho que ocurrió en el 70 A.D.

Hoy los críticos de "la forma" dicen que el material fue divulgado oralmente hasta que fue escrito en la forma de Evangelios. Aunque el período fue mucho más corto de lo que antes se creía, concluyen de que los relatos del Evangelio tomaron la forma de la literatura popular (leyendas, cuentos, mitos y parábolas).

Una de las objeciones más grandes contra la idea del desarrollo de la tradición oral, que sustentan los críticos de la forma, es que el período de la tradición oral (tal como lo definen los críticos) no tiene la suficiente duración para permitir las alteraciones que estos crfticos alegan. Con respecto a la brevedad del factor tiempo en relación con la escritura del Nuevo Testamento, Simon Kistemaker, profesor de Biblia en la Universidad de Dordt, escribe: "Normalmente, la acumulación del folklore entre los pueblos de culturas primitivas tomó muchas generaciones; es un proceso gradual que se extendió a través de muchos siglos. Sin embargo, de acuerdo a lo que dice el pensamiento de la crítica de la forma, debemos concluir que los relatos de los Evangelios se produjeron y coleccionaron en un tiempo menor que el de una generación. Según los términos del enfoque de la crítica de la forma, la formación de las unidades individuales del Evangelio tiene que ser entendida como un proyecto comprimido con un acelerado curso de acción".'

A.H. McNeile, ex Profesor de Divinidad en la Universidad de Dublin, desafía el concepto de la tradición oral que sostienen los Críticos de la Forma. Señala que los Críticos de la Forma no tratan la tradición de las palabras de Jesús tan rigurosamente como debieran. Un cuidadoso estudio de 1 Corintios 7:10, 12, 25 muestra la esmerada preservación y la existencia de una genuina tradición de escribir estas palabras. En la religión judía se acostumbraba que el estudiante aprendiera de memoria las enseñanzas de los rabinos. Un buen alumno era como "una cisterna recubierto que no pierde una gota" (Mishna, Aboth, ii, S). Si confiamos en la teoría de C. F. Burney en su obra The Poetry of Our Lord, ("La poesía de nuestro Señor", 1925), podemos asumir que mucha de la enseñanza de nuestro Señor fue dada en la forma poética del arameo, con lo cual se hacía fácil memorizaría.'

Paul L. Maier, profesor de historia antigua de la Universidad de Occidente del Estado de Michigan, escribe: "Los argumentos según los cuales el cristianismo creó su mito de la resurrección a lo largo de un período de tiempo, o que los documentos originales fueron escritos muchos años después del acontecimiento, simplemente no son objetivos".' Al analizar la Crítica de la Forma, Albright escribió: "Sólo los críticos modernos, que carecen de método y perspectiva histórica, pueden tejer una red especulativa como aquélla con la que los Críticos de la Forma han rodeado la tradición del Evangelio". La conclusión personal de Albright fue que "un período de 20 a 50 años es tan insignificante que no permite ninguna corrupción apreciable del contenido esencial, ni siquiera de las palabras específicas de las declaraciones de Jesús".

A menudo, cuando hablo con alguien acerca de la Biblia, sarcásticamente responde que no puede confiarse en lo que dice la Biblia. ¿Por qué? Porque fue escrita hace casi dos mil años. Abundan los errores y las discrepancias. Respondo diciendo que puedo confiar en las Sagradas Escrituras. En seguida, presento un incidente que ocurrió durante una conferencia en una clase de historia. Yo aseguré que personalmente creía que había más evidencias que respaldaban la contabilidad del Nuevo Testamento que las existentes en favor de cualquier grupo de diez obras de la literatura clásica en conjunto.

El profesor de la clase de historia, se sentó en una 11 esquina con una sonrisita burlona, como si estuviera diciendo: "¡Caramba! ¡Vaya, vaya!" Yo le pregunté:

¿De qué se ríe usted?"

"De la audacia suya al hacer la declaración, en una clase de historia, de que el Nuevo Testamento es confiable". respondió. "Eso es ridículo."

Bien, realmente aprecio cuando alguno hace una declaración como ésa, porque siempre me gusta hacer la siguiente pregunta, la cual nunca me han contestado en forma positiva:

"Dígame, señor, desde su perspectiva como historiador, ¿cuáles son las pruebas que usted aplica a cualquier obra literaria o histórica para determinar si es exacta o fidedigna?"

Lo sorprendente fue que él no tenía ninguna prueba. Inmediatamente le dije: "Yo sí tengo algunas pruebas." Soy de la opinión que la contabilidad histórica de las Sagradas Escrituras debe ser probada utilizando los mismos criterios con los cuales son probados los documentos históricos. El historiador militar C. Sanders enumera y explica los tres principios básicos de la historiología. Son: la prueba bibliográfica, la prueba de las evidencias internas y la prueba de las evidencias externas.



LA PRUEBA BIBLIOGRÁFICA

La prueba bibliográfica es un examen de la transmisión textual mediante la cual los documentos llegaron hasta nosotros. En otras palabras, al no tener los documentos originales, ¿cuán contables son las copias que tenemos en relación con el número de manuscritos (MSS) y el intervalo de tiempo transcurrido entre el original y la copia existente?

Podemos apreciar la tremenda riqueza de autoridad del manuscrito del Nuevo Testamento, al compararlo con material textual procedente de otras fuentes antiguas notables.

Tenemos a nuestra disposición la historia escrita por Tucídides (460-400 A.C.), la cual se basa sólo en ocho manuscritos que datan del año 900 A.D., es decir, de 1,300 años después que él escribiera. Los manuscritos de la historia de Herodoto son de una fecha igualmente posterior y escasos, sin embargo, como lo dice F. F. Bruce, "Ningún erudito en literatura clásica estaría dispuesto a escuchar el argumento de que la autenticidad de Herodoto o de Tucídides sea puesta en duda por el hecho de que los manuscritos más primitivos de sus obras que podemos leer fueron escritos 1.300 años después de escritas las obras originales".

Aristóteles escribió su obra Poética alrededor del 343 A.C. Sin embargo, la más antigua copia que tenemos de ella data del 1. 1 00 A.D. Eso quiere decir que entre el original y esta copia hubo un período de cerca de 1.400 años. Sólo existen cinco manuscritos de esta obra.

César compuso su Historia de las guerras gálicas entre el 58 y el 50 A. D. La autoridad de su obra, en lo que se refiere a manuscritos, se basa en nueve o diez manuscritos escritos mil años después de su muerte.

Cuando llegamos a la autoridad del Nuevo Testamento en lo que a manuscritos se refiere, en contraste, la abundancia de material es casi desconcertante. Después de los descubrimientos de los antiguos manuscritos en papiro que sirvieron como puente entre los tiempos de Cristo y el siglo segundo, otros manuscritos en abundancia salieron a la luz. Hoy existen más de 20,000 copias de manuscritos del Nuevo Testamento. De la Ilíada, por ejemplo, existen 643 manuscritos, y es la obra que ocupa el segundo lugar en cuanto a autoridad de manuscritos, después del Nuevo Testamento.

Sir Frederic Kenyon quien fuera director y principal bibliotecario del Museo Británico, y cuya autoridad es indiscutible, al investigar sobre el valor de los documentos, concluye: "El intervalo entre las fechas de la composición original y la más primitiva evidencia existente es tan pequeño que, verdaderamente, es insignificante. De modo que, el último bastión para dudar en cualquier forma de que las Escrituras nos han llegado tal como fueron escritas, ha sido destruido. Tanto la autenticidad como la integridad general de los libros del Nuevo Testamento pueden considerarse como definitivamente establecidas". 1 2

El erudito en Nuevo Testamento griego, J. Harold Greenlee, añade: "Puesto que los eruditos aceptan como generalmente fidedignos los escritos de los antiguos clásicos, aunque sus manuscritos más antiguos fueron escritos muchísimo tiempo después que los originales, y el número de manuscritos existentes es en muchos casos mínimo, queda claro que la fidelidad del texto del Nuevo Testamento está igualmente confirmada". 13

La aplicación de la prueba bibliográfica al Nuevo Testamento nos confirma que, en lo que a manuscritos se refiere, tiene más autoridad que cualquier obra de la literatura clásica. Si agregamos a esa autoridad el hecho de que durante más de 100 años se le ha hecho una intensa crítica textual al Nuevo Testamento, uno puede concluir que se ha establecido un auténtico texto del Nuevo Testamento.



LA PRUEBA DE LAS EVIDENCIAS INTERNAS

Lo único que ha determinado la prueba bibliográfica es que el texto que actualmente tenemos es el que originalmente se escribió. Todavía queda por determinar si ese documento es creíble y hasta qué punto. Esto corresponde a la crítica interna, que es la segunda prueba que C. Sanders plantea sobre historicidad.

En este punto, la crítica literaria todavía sigue la Máxima de Aristóteles: "El beneficio de la duda se le debe atribuir al documento mismo, no al crítico". Dicho de otra manera, y tal como John W. Montgomery lo resume: "Uno tiene que oír las afirmaciones del documento que está analizando, y no asumir que hay fraude o error, a menos que el autor se descalifique a sí mismo mediante contradicciones o aspectos inexactos conocidos con respecto a los hechos". 14

El doctor Louis R. Gottschalk, ex profesor de historia en la Universidad de Chicago, esquematiza su método histórico en una guía que muchos usan en la investigación histórica. Gottschalk señala que la "capacidad para decir la verdad" del escritor o del testigo le es útil al historiador para determinar la credibilidad, ,aunque el testimonio de esta 'capacidad' se encuentre en un documento obtenido por fuerza o mediante fraude, o en cualquier otro sentido censurable, o se base en testimonios de referencia, o proceda de un testigo interesado"."



Esta "capacidad para decir la verdad" está íntimamente relacionada con la proximidad del testigo, tanto geográfica como cronológicamente, a los acontecimientos que escribe. Los escritos del Nuevo Testamento sobre la vida y la enseñanza de Jesús fueron redactados por hombres que habían sido testigos oculares de los eventos reales y de las enseñanzas de Cristo, o por personas que relataron lo que les dijeron directamente los testigos oculares.

Lucas 1: 1-3: "Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a ", después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo".

2 Pedro 1: 16: "Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad ".

1 Juan 1:3: ". . . lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo".

San Juan 19:35: "Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis".

San Lucas 3: 1: "En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia... "

Esta proximidad a los acontecimientos que se escribieron es un medio muy efectivo para certificar la exactitud de lo que retiene el testigo. El historiador, sin embargo ' también tiene que hacer frente al testigo ocular que consciente o inconscientemente dice falsedades, aunque haya estado cerca del evento y sea competente para decir la verdad.

Los datos que da el Nuevo Testamento acerca de Cristo estaban en circulación durante la vida de aquéllos que vivieron cuando Cristo estuvo en la tierra. Estas personas, realmente podían confirmar o negar la exactitud de los acontecimientos. En defensa de su argumento a favor del Evangelio, los apóstoles habían acumu1ado el conocimiento común que se tenía de Jesús, aun al enfrentar a sus más implacables oponentes. Ellos no sólo dijeron: "Mirad, nosotros vimos esto", o "Nosotros oímos que. . ."; sino que les devolvieron el reto, y justo frente a sus críticos más severos dijeron: "Vosotros también sabéis acerca de estas cosas . . ." "Vosotros las visteis; vosotros mismos sabéis acerca de ello". Es mejor que uno tenga cuidado cuando les dice a sus opositores: "vosotros mismos lo sabéis", pues si no tiene razón en lo que dice y si no es exacto, es rechazado inmediatamente y se lo echarán en cara.

Hechos 2:22: "Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis . . . " Hechos 26:24-28: "Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Mas él dijo: No estoy loco, Excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano".

Con respecto al valor de la fuente primaria de los documentos del Nuevo Testamento, F. F. Bruce dice: "Pero los predicadores primitivos no sólo tuvieron que vérselas con testigos amistosos; hubo otros que estuvieron menos dispuestos pero que también estaban enterados de los hechos más importantes del ministerio y de la muerte de Jesús. Los discípulos no podían exponerse a la presentación de datos inexactos, mucho menos a la manipulación maliciosa de los hechos, pues habrían sido descubiertos de inmediato por quienes se hubiesen sentido satisfechos de poder hacerlo. Pero sucedió todo lo contrario: uno de los puntos fuertes que surgen de la predicación inicial de los apóstoles, es la confianza con que apelan a los conocimientos que tenían aquellos que los escuchaban. No sólo dijeron: "Nosotros somos testigos de estas cosas", sino que agregaron , como vosotros mismos sabéis" (Hechos 2:22). Si hubiese habido cualquier tendencia a apartarse de los hechos en cualquier sentido, la presencia de posibles testigos hostiles en el auditorio habría servido posteriormente de correctivo."

Emesto Trenchard, durante unos cincuenta años, enseñó exégesis en España y su magisterio ha llegado a formar "escuela". Sus libros sobre esta materia son conocidos en la América Latina. Comentando los fragmentos correspondientes a Hechos 2:22 y 26:26-29, destaca las amplias repercusiones que las obras de Jesús tuvieron en círculos nada sospechosos de influencia cristiana: "... las características principales del ministerio de Jesús eran conocidas por el reiterado testimonio de muchos testigos, favorables o contrarios. Uno que se llamaba "Jesús Nazareno" había vivido entre ellos y en los estrechos límites territoriales de Palestina había llevado a cabo un ministerio extraordinario. Los milagros eran innegables y formaban parte de la conversación en miles de hogares y puntos de reunión de los judíos. Pedro declara que estas obras eran las .credenciales" que Dios dio a este Varón con el fin de que todos supiesen que Su misión era divina.

"El ministerio de Jesucristo había dejado honda huella en la memoria de los habitantes de Jerusalén, y aun los incrédulos en cuanto a la misión mesiánica de Jesús reconocen que alguien 'poderoso en palabra y hechos' había recorrido los caminos de Galilea y de Judea, y que extraños acontecimientos que nunca se habían explicado satisfactoriamente, acontecieron en Palestina. El testimonio de Jesucristo y de sus apóstoles no se llevó a cabo en 'algún rincón' sino a la vista de todo el pueblo, desde los grandes hasta los pequeños". 17

Will Durant, quien se preparó para la disciplina de la investigación histórica, y pasó su vida analizando documentos de la antigüedad, escribe: "A pesar de los prejuicios y de los conceptos teológicos preconcebidos de los evangelistas, ellos registran muchos incidentes que, si sólo hubieran sido inventores, los hubieran encubierto: la competencia entre los apóstoles para lograr los primeros puestos en el reino, la huida de ellos luego del arresto de Jesús, la negación de Pedro, el hecho de que Cristo no hizo milagros en Galilea, las referencias que algunos de sus oyentes hicieron a la posibilidad de que Jesús estaba loco, la incertidumbre inicial de Jesús con respecto a su misión, la confesión que Él hizo de ignorancia con respecto al futuro, los momentos de amargura que experimentó, el clamor desesperado que expresó en la cruz. Nadie que esté leyendo estas escenas puede dudar de la realidad del Personaje que hay en ellas. Que unos pocos hombres sencillos hubieran inventado en una sola generación una Personalidad tan poderosa y atrayente, tan excelsa y ética, y tan inspiradora de una visión de hermandad humana, hubiera sido un milagro mucho más increíble que cualquiera de los que se registran en los Evangelios. Luego de dos siglos de alta crítica, los bosquejos de la vida, el carácter y la enseñanza de Cristo permanecen razonablemente claros, y constituyen el más fascinante rasgo de la historia del hombre occidental".



LA PRUEBA DE LAS EVIDENCIAS EXTERNAS

La tercera prueba de la historicidad es la de las evidencias externas. Lo que se discute en este caso es si otro material histórico confirma o niega el testimonio interno de los documentos en cuestión. En otras palabras, ¿cuáles son las fuentes que existen, fuera de la literatura que se está analizando, que comprueban su exactitud, contabilidad y autenticidad?

Gottschalk argumenta que "la conformidad o el acuerdo con otros hechos conocidos, históricos o científicos, es a menudo la prueba decisiva del testimonio, bien sea de uno o más testigos". 15

Dos amigos del apóstol Juan confirman la evidencia interna de los infonnes de Juan. El historiador Eusebio preserva escritos de Papias, arzobispo de Hierápolis (130 A.D.) "El Anciano (el apóstol Juan) acostumbraba decir también esto: "Y el Presbítero (el apóstol Juan) decía esto: Marcos, habiendo sido el intérprete de Pedro, escribió con mucha exactitud todo lo que él (Pedro) mencionó acerca de lo dicho y hecho por Cristo, aunque no ordenadamente. Porque Marcos no había oído al Señor ni lo había seguido, sino, como dije, a Pedro, él cual ajustaba sus enseñanzas según las necesidades y no como si estuviera haciendo una compilación de los dichos del Señor. Por lo tanto, Marcos no cometió errores al escribir las cosas tal como las menciona; y es que puso atención en una sola cosa: no omitir nada de cuanto había escuchado ni incluir ninguna declaración falsa entre todo ello".

Ireneo, obispo de Lyon (1 80 A.D. Ireneo, fue discípulo de Policarpo, arzobispo de Esmirna, quien había sido cristiano durante 86 años, y fue discípulo de Juan el apóstol), escribió: "Mateo publicó su Evangelio entre los hebreos (es decir, judíos) en su propia lengua, cuando Pedro y Pablo estaban predicando el Evangelio en Roma y fortaleciendo a la iglesia allí. Después de su partida (es decir, su muerte, que una sólida tradición coloca en el tiempo de la persecución neroniana en el año 64), Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro, personalmente nos entregó por escrito la sustancia de la predicación de Pedro. Lucas, el compañero de Pablo, escribió en un libro el Evangelio predicado por su maestro. Entonces Juan, el discípulo del Señor, el que se recostó sobre el pecho de Jesús (ésta es una

referencia a Juan 13:25; 21:20), produjo su propio Evangelio mientras vivía en Éfeso, en Asia".

La arqueología ofrece frecuentemente un poderoso testimonio externo. Contribuye a la crítica bíblica, no en sentido de la inspiración y de la revelación, sino por el hecho de las evidencias que provee sobre la exactitud de los acontecimientos que se narran. El arqueólogo Joseph Free escribe: "La arqueología ha confirmado innumerables pasajes que han sido rechazados por los críticos por considerarlos antihistóricos o contradictorios de los hechos conocidos".

Ya vimos que la arqueología hizo que Sir William Ramsey cambiara sus convicciones, al principio negativas, acerca de la historicidad de Lucas, y llegara a la conclusión de que el libro de Los Hechos era exacto en su descripción de la topografía, las antigüedades y la sociedad del Asia Menor.

F. Bruce dice que "donde se ha sospechado que Lucas fue inexacto, y la exactitud ha sido vindicada la evidencia de alguna inscripción (evidencia externa), se puede decir legítimamente que la arqueología ha confirmado los datos del Nuevo Testamento".

A.N. Sherwin-White, un historiador clásico, escribe que "para el libro de Los Hechos, la confirmación de su historicidad es abrumadora". Continúa diciendo que "cualquier intento de rechazar su historicidad básica, aun en materia de detalles, ahora puede parecer absurdo. Los historiadores romanos hace mucho tiempo que lo consideran verídico" .21

Después de intentar personalmente aniquilar la historicidad y la validez de las Sagradas Escrituras, he llegado a la conclusión de que son históricamente fidedignas. Si alguna persona descarta la Biblia, por no considerarla veraz en este sentido, tendrá que descartar casi toda la literatura de la antigüedad. Uno de los problemas que constantemente enfrento, es la intención de muchos, de aplicar un patrón o prueba a la literatura secular, y otra a la Biblia. Tenemos que aplicar la misma prueba, si la literatura que se investiga es secular o religiosa. Habiendo hecho esto, creo que podemos decir: "La Biblia es fidedigna, y su testimonio acerca de Jesús es cierto".

El doctor Clark H. Pinnock, profesor de teología sistemática en la Universidad Regent, refiriéndose a la Biblia declara: "No existe un documento del mundo antiguo cuyo testimonio sea un conjunto textual e histórico tan coherente y espléndido, que ofrezca una combinación tan monumental de datos históricos, los cuales permiten hacer una decisión inteligente. Una persona intelectualmente honesta no puede desechar una fuente de esta clase. El escepticismo con respecto a las credenciales históricas del cristianismo se basa en un prejuicio no razonable, que se opone a todo lo sobrenatural."





CITAS BIBLIOGRÁFICAS:

1 . Millar Burrows, What Mean These Stones ( ¿Qué significan estas piedras?), Nueva York, Meridian Books, 1956, p. 52.

2. William F. Albright, Recent Discoveries in Bible Lands (Descubrimientos recientes en las tierras bíblicas), Nueva York, Funk and Wagnalls. 1955, p. 136.

3 . William F. Albright, Christianity Today, Vol. 7, 18 de enero de 1963, p. 3.

4. Sir William Ramsay, The Bearing of Recent Discovery on the Trustworthiness of the New Testament (Testimonio de los descubrimientos recientes sobre la veracidad del Nuevo Testamento), Londres, Hodder and Stoughton, 1915, p. 222.

5. John A. T. Robinson, Redating the New Testament (Se establecen nuevas fechas para la escritura del Nuevo Testamento), Londres, SCM Press, 1976.

6. Simon Kistemaker, The Gospels in Current Study (Los Evangelios en el estudio actual), Grand Rapids, Baker Book House, 1972, pp. 48, 49.

7. A. H. McNeile, An Introductioti to the Study of the New Testament (Introducción al estudio del Nuevo Testamento), Londres, Oxford University Press, 1953, p. 54.

8. Paul L. Maier, First Easter: The True and Unfamiliar

Sto (El primer día de resurrección: La historia verdadera y rara), Nueva York, Harper and Row, 1973,p.122.

9. Williarn F. Albright, From the Stone Age to Christianity (Desde la edad de piedra al cristianismo), segunda edición, Baltimore, John Hopkins Press, 1946, pp. 297,

298.

10. C. Sanders, Introduction to Research in English Literary History (Introducción a la investigación de la historia literaria inglesa), Nueva York, Macmillan Company, 1952, p. 143 y siguientes.

11. F. F. Bruce, The New Testament Documents: Are They Relialble (Los documentos del Nuevo Testamento: ¿-,Son confiables?), Downers Grove, Illinois 60515; Intervarsity Press, 1964, p. 16 y siguientes; p. 33.

12. Sir Frederic Kenyon, The Bible and Archaeology (La Biblia y la arqueología), Nueva York, Harper and Row, 1940,pp.288,289.

13. J. Harold Greenlee, Introduction to New Testament Textual Criticism (Introducción a la crítica textual del Nuevo Testamento), Grand Rapids, William B. Eerdmans Publishing Company, 1964, p. 16.

14. John Warwick Montgomery, Histo and Christiani (Historia y cristianismo), Downers Grove, Illinois, Inter Varsity Press, 1971, p. 29.

15. Louis R. Gottschalk, Understanding History (Comprensión de la historia), Nueva York, Knopf, 1969, segunda edición, pp. 150; 16 1; 168.

16. F. F. Bruce, M. A. ¿Sonfidedignos los documentos del Nuevo Testamento? Traducido al castellano por Daniel Hall. (Editorial Caribe, San José, Costa Rica, 1957), p. 47.

17. Emesto Trenchard, Los Hechos de los Apóstoles: Un Comentario, Biblioteca de Cursos de Estudio Bíblico (Literatura Bíblica, Madrid, 1964), pp. 70 y 546.

18. Will Durant, Caesar and Christ, en The Story of Civilization Vol 3, (César y Cristo, en La historia de la civilización), Nueva York, Simon & Schuster, 1944,

p.557.

19. Eusebio de Cesarea. Historia Eclesiástica 111:39,

15. Texto Versión española, introducción y notas por

Argimiro Velasco Delgado, 0. P. (B.A.C., Madrid, 1973), 1, p. 194.

20. Ireneo, Contra herejías 3: 1. 1.

21. Joseph Free, Archaeology and Bible History (La arqueología y la historia bíblica), Wheaton, Illinois, Seripture Press, 1969, p. 22. F. F. Bruce, "Archaeological Confirmation of the New Testament " (Confirmacion arqueológica del Nuevo Testamento), en la obra Revelation and the Bible (La revelación y la Biblia), editado por Carl Henry, Grand Rapids, Baker Book House, 1969, p. 33 1.

23. A. N. Sherwin-White, Roman Sociely and Roman Law in the New Testament (La sociedad romana y la ley romana en el Nuevo Testamento), Oxford, Clarendon Press, 1963, p. 189.

24. Clark Pinnock, Set Forth Your Case (Establezca su argumento), Nueva Jersey, The Craig Press, 1968,



Tomado con permiso del libro "Más que un Carpintero"

Por Josh McDowell

Editorial Unilit.







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Gracias, Kepale.

Pienso leerlo con gran interés.
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No se te ocurra irte del foro, ¿eh?
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USOZ

><>
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por USOZ:
Gracias, Kepale.

Pienso leerlo con gran interés.
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No se te ocurra irte del foro, ¿eh?
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USOZ

><>
[/quote]

No mE IRÈ por ahora. Gracias por tu deseo.
Pero quiero que leas un epigrafe de una mujer que pregunta porque uno entra al foro.
Leas mi respuesta y despuès veas como el inquisidor calvinista Ricardo quiso acabar conmigo.
Consideras que es pornogràfico mi opiniòn

Preguntase al webmaster y si es asì que me saquen de este foro con todo derecho.

Como puedo presentar una queja contra injurias y calumnias provinientes de ese señor Ricardo tan reprimido y por lo tanto tan represor y abusivo de la sensibilidad humana , tan intolerante y grosero.?
 
Querido Kepale:

Leí en su momento tu respuesta a la pregunta formulada por evelia. Si te dijera que no me llamó la atención, faltaría a la verdad... pero, bueno..., es claro que el Señor se puede servir de este foro para fines que muchos no sospechábamos, pero que, en cualquier caso, son buenos...

No me gusta que te refieras a Ricardocomo a un "inquisidor calvinista", o que digas de él que quiso acabar contigo. Mi opinión es que Ricardo es, por lo que llevo leído de él, una persona sumamente amable. Has de hacerte cargo de que los temas relacionados con el sexo pueden herir fácilmente la sensibilidad de muchas personas... y es posible que Ricardono se diera cuenta de tu buena voluntad al responder de forma tan sincera a la pregunta hecha por evelia.

Según la norma 3 de los foros,

"Cualquier insulto o agravio serio hacia las personas será constitutivo de:

A. Advertencia pública, la primera vez .
B. Expulsión del foro, a la segunda vez, hasta que pida público perdón a la persona o personas agraviadas".


Es claro que tales facultades corresponden al Webmaster. Por eso, te recuerdo que, según la norma 8, cualquier duda que tengas "sobre hipotéticos mal funcionamientos del Foro" has de comunicarla al Webmaster por e-mail "y NUNCA a través del propio Foro".

Con todo, creo que previamente has de intentar acomodar en lo posible tu conducta a Mateo 18:15 y siguientes...
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Tuyo, en Cristo,

USOZ

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