En solidaridad con los baha’i de Irán, perseguidos en ese país, la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Narges Mohammadi, ha entrado en huelga de hambre desde su celda en donde se encuentra prisionera.
Que Dios bendiga los esfuerzos de los pacificadores, y a nuestros hermanos de todas las religiones que, en algún lugar de este mundo, aun ven su vida y sus derechos amenazados, solo por practicar su fe.
Que Dios bendiga también al pueblo iraní y que ilumine a sus gobernantes.
Los baha’is en Irán son acusados y tratados como apóstatas que incitan a las mujeres a desobedecer la sharia y que trabajan como espías de Israel. Se les arresta, se clausuran sus negocios, confiscan sus propiedades, se les impide acceder a las universidades y al servicio público. Algunos líderes religiosos han exhortado incluso a no darle la mano a un baha’i para no contaminarse. Como a los cristianos en los días del imperio romano, o a los judíos en la Edad Media, se les inventa todo tipo de conductas indecentes, idolátricas, sediciosas o diabólicas.
Hace poco se cumplieron 40 años de que las autoridades ejecutaron en la horca a diez mujeres en una plaza pública en la ciudad de Shiraz. Se les fue ahorcando una por una, frente a la otra, conforme se iban negando a abandonar su fe. No hablamos aquí de un grupo extremista, sino de una persecución dirigida desde el Estado.
Se estima que existen al menos 300,000 baha’is en Irán y que se ejecutan cada año un promedio de 15 mujeres baha’i
Que Dios bendiga los esfuerzos de los pacificadores, y a nuestros hermanos de todas las religiones que, en algún lugar de este mundo, aun ven su vida y sus derechos amenazados, solo por practicar su fe.
Que Dios bendiga también al pueblo iraní y que ilumine a sus gobernantes.
Los baha’is en Irán son acusados y tratados como apóstatas que incitan a las mujeres a desobedecer la sharia y que trabajan como espías de Israel. Se les arresta, se clausuran sus negocios, confiscan sus propiedades, se les impide acceder a las universidades y al servicio público. Algunos líderes religiosos han exhortado incluso a no darle la mano a un baha’i para no contaminarse. Como a los cristianos en los días del imperio romano, o a los judíos en la Edad Media, se les inventa todo tipo de conductas indecentes, idolátricas, sediciosas o diabólicas.
Hace poco se cumplieron 40 años de que las autoridades ejecutaron en la horca a diez mujeres en una plaza pública en la ciudad de Shiraz. Se les fue ahorcando una por una, frente a la otra, conforme se iban negando a abandonar su fe. No hablamos aquí de un grupo extremista, sino de una persecución dirigida desde el Estado.
Se estima que existen al menos 300,000 baha’is en Irán y que se ejecutan cada año un promedio de 15 mujeres baha’i
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