PREGUNTAS PARA LOS TESTIGOS DE JEHOVA QUE NO PUEDEN CONTESTAR SOBRE EL INFIERNO Y LA MUERTE Y EL ALMA

12 Junio 2018
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Preguntas acerca del alma, la muerte y el infierno

1. Si la muerte resulta ser la “aniquilación” de la persona, COMO ENSENA LA SECTA Y NO HAY CASTIGO ¿Cómo pueden existir “grados” de castigo como vemos en San Mateo 10:14-15 y 11:20-24? Jesús dijo que será “más tolerable el castigo” para Sodoma y Gomorra que para aquellos que no creyeron en las poderosas obras de Dios. ¿Hay alguna diferencia de estado para los que “no existen”? ¿No tienen los condenados que estar conscientes para sentir el castigo?

2. Si la muerte significa que el condenado deja de ser para siempre, ¿sería justo de parte de Dios que un hombre bueno y honorable, aunque no fuera testigo, recibiera el mismo trato que Adolfo Hitler, o Judas Iscariote? ¿Sería justo que ellos no fuesen castigados por sus horribles crímenes?

3. Los saduceos del Nuevo Testamento, como los testigos de hoy, no creían en la existencia del alma después de la muerte.

Por lo tanto, los Testigos de Jehová deben contestar a la misma pregunta que Jesús hizo a los saduceos cuando dijo: “Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”. (San Mateo 22:31-32)

Aquí, Jesús citó a Éxodo 3:6, lo cual fue escrito cientos de años después de la muerte de los patriarcas, pero Jesús dijo que ellos estaban vivos, aunque no se había efectuado ninguna resurrección.

4. Si el perdido muere y no existe más, como dice El Atalaya, ¿cómo entendemos que la condición de Judas Iscariote es peor ahora que la de no haber nacido?

“A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido”. (San Marcos 14:21).

5. Si la muerte significa que uno ya no existe, cuando Jesús murió en la cruz, él dejó de existir. Si Cristo dejó de existir, entonces la Persona que murió por nosotros no es la misma que resucitó de entre los muertos. Los Testigos dicen que el Cristo glorificado en los cielos es un “duplicado”, una “copia perfecta” pero no el original.

¡Están equivocados! El mismo Jesús que murió es el que resucitó corporalmente (Hebreos 13:8), lo cual se comprobó ante Tomás.

“Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (San Juan 20:27-28).