Si se trata del Izcariote, pues si, cometió suicidio. Ahora, si se tratase del Salvador, pues no. Y aunque El hubiese dicho, nadie me quita la vida sino que yo mismo la doy, y nuevamente la daría, no es suicidio. Puesto que hay de por medio el rescate o salvación de terceros. A parte de que un suicida no muere por sentencia de ninguna justicia.