Mateo 12.40 dice que el Señor estuvo 3 días y tres noches en el corazón de la tierra, según la señal de Jonás que él anunció, y quien estuvo tres días y tres noches en el vientre de un gran pez.
Jonás fue tragado por el pez para que fuera a predicar a la gente mala en Nínive, con el propósito de que se arrepintieran. En forma paralela Jesús fue a las profundidades para predicar a quienes necesitaban de su Palabra para arrepentimiento; no indica que fue a predicar quienes están muertos literalmente, puesto que ellos no pueden cambiar de comportamiento en el lugar donde esperan la resurrección, y que es en el sheol.
Jesús fue a predicar a personas vivas que están en el abismo de la tierra.
Filipenses 2.10 dice que en el nombre de Jesús se doblará toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; predicó a estos que viven debajo de la tierra, en la región que el Salmo 88.12 llama “la tierra del olvido”, y que no abarca únicamente al sheol; y en la cual serían conocidas las maravillas y la justicia de Dios.
Debajo de la tierra fueron encarceladas multitudes que sometían al mundo cuando descendieron los bnei elohim de Génesis 6. A estas naciones tan extraviadas como Nínive, y muertas espiritualmente, llegó el Señor para darles la esperanza del reino de justicia; extendiendo la obra redentora a todos los hombres de todos los lugares afectados por la maldad.
“Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”, es decir que aquellos que allí recibieron la presencia del Señor aún tenían oportunidad de cambio a un comportamiento más justo, al creer en Cristo quien estuvo entre ellos tres días, y quien sería levantado de entre los muertos.
1Pedro 4.6 habla acerca del evangelio predicado a los muertos, en un contexto donde se entiende que se trata de personas vivas pero muertas espiritualmente, así como se les llama a quienes no están con Dios. Por esto anuncia:
"Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé"
El Domingo de resurrección temprano en la mañana Magdalena le vio primero.
Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Jesús no había subido al Padre, no se había presentado en los cielos para reclamar su victoria, y con ella la potestad de concluir el plan restaurador. Magdalena lo vio recién resucitado a primera hora en la mañana de ese Domingo, pero ese mismo día es que Jesús asciende y es recibido con los más grandes honores Arriba, como está en Apoc. 5;y regresa de nuevo a nuestro mundo para continuar su misión aquellos 40 días posteriores, ya que esa parte de su misión estaba contenida en el libro con los siete sellos que reclamó, allí donde está la simbología del caballo blanco.
El jinete del caballo blanco es el Señor quien regresa venciendo sobre la muerte, para seguir venciendo con su proeza; y el arco es la escritura, así como en otros lugares la espada simboliza la “Palabra de Dios”.
Saludos
Jonás fue tragado por el pez para que fuera a predicar a la gente mala en Nínive, con el propósito de que se arrepintieran. En forma paralela Jesús fue a las profundidades para predicar a quienes necesitaban de su Palabra para arrepentimiento; no indica que fue a predicar quienes están muertos literalmente, puesto que ellos no pueden cambiar de comportamiento en el lugar donde esperan la resurrección, y que es en el sheol.
Jesús fue a predicar a personas vivas que están en el abismo de la tierra.
Filipenses 2.10 dice que en el nombre de Jesús se doblará toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; predicó a estos que viven debajo de la tierra, en la región que el Salmo 88.12 llama “la tierra del olvido”, y que no abarca únicamente al sheol; y en la cual serían conocidas las maravillas y la justicia de Dios.
Debajo de la tierra fueron encarceladas multitudes que sometían al mundo cuando descendieron los bnei elohim de Génesis 6. A estas naciones tan extraviadas como Nínive, y muertas espiritualmente, llegó el Señor para darles la esperanza del reino de justicia; extendiendo la obra redentora a todos los hombres de todos los lugares afectados por la maldad.
“Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”, es decir que aquellos que allí recibieron la presencia del Señor aún tenían oportunidad de cambio a un comportamiento más justo, al creer en Cristo quien estuvo entre ellos tres días, y quien sería levantado de entre los muertos.
1Pedro 4.6 habla acerca del evangelio predicado a los muertos, en un contexto donde se entiende que se trata de personas vivas pero muertas espiritualmente, así como se les llama a quienes no están con Dios. Por esto anuncia:
"Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé"
El Domingo de resurrección temprano en la mañana Magdalena le vio primero.
Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
Jesús no había subido al Padre, no se había presentado en los cielos para reclamar su victoria, y con ella la potestad de concluir el plan restaurador. Magdalena lo vio recién resucitado a primera hora en la mañana de ese Domingo, pero ese mismo día es que Jesús asciende y es recibido con los más grandes honores Arriba, como está en Apoc. 5;y regresa de nuevo a nuestro mundo para continuar su misión aquellos 40 días posteriores, ya que esa parte de su misión estaba contenida en el libro con los siete sellos que reclamó, allí donde está la simbología del caballo blanco.
El jinete del caballo blanco es el Señor quien regresa venciendo sobre la muerte, para seguir venciendo con su proeza; y el arco es la escritura, así como en otros lugares la espada simboliza la “Palabra de Dios”.
Saludos