Por sus frutos los conoceréis....

Oscar Capi

¡Shalom!
17 Noviembre 2005
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29
www.cielosnuevosytierranueva.org
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Hoy en día muchos "creyentes" se mueven por los dones y manifestaciones que poseen, y basamos la espiritualidad y comunión de los demás por los dones y manifestaciones que tiene y hace.

Todo mundo buscando señales, milagros y pridigios. Y con este "cristianismo" nos topamos comunmente hoy en día.



El Señor Jesucristo nunca dijo que sus discípulos serían reconocidos por “sus” dones, o por sus milagros, sanidades, sabiduría o doctrina.

Hoy hay muchos que son "expertos" en esas manifestaciones. Largos currículums les anteceden, y muchos caen embobados ante ellos.
Todo esto termina llevando a muchos a religiosidad y a fanatismo, pero que no tiene nada que ver con la verdadera vida EN Cristo.



El Señor siempre habló de «frutos», y frutos no son sinónimo de dones ni manifestaciones. Ahora bien, la posesión y manifestación de dones no es síntoma de madurez espiritual.

Los dones son dados por Dios, por gracia. Y son dados para edificación personal y del cuerpo de Cristo. Todos tenemos dones, pero no por ello todos hemos alcanzado madurez.

Dios busca que sus hijos maduren y produzcan mucho fruto. Pero nadie puede producir fruto si no permanece en la vid.

«Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.»
(Jn. 15:4)


Hermanos y foristas:

1.- ¿Qué entendemos por fruto del Espíritu?
(tomando en cuenta estas palabras): «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;» (Gá. 5:22)

2.- ¿Y con qué tiene que ver este fruto?


Espero sus aportes, para aprender de ustedes.

Dios les bendice!

:hola2:
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

En Juan 15, el Señor nos dice que todo pámpano que no produce fruto será cortado de la vid. En otras palabras, no puede ser que me considere un pámpano (hijo de Dios), si no produzco fruto. Y no solo FRUTO sino mucho FRUTO.

Todo depende de la PERMANENCIA en la vid.



Pablo también habla de permanencia en la vid, para poder producir fruto. Y nos lo dice así: «Ahora, hermanos, quiero que se acuerden del evangelio que les he predicado. Este es el evangelio que ustedes aceptaron, y en el cual están firmes. También por medio de este evangelio se salvarán, si permanecen firmes en él, tal como yo se lo anuncié; de lo contrario, todo en lo que habrán creído será en vano.» (1ª. Co.15:1-2)

Por favor notemos las palabras enfatizadas:
No se trata de solo haber escuchado el evangelio, ni tampoco de haberlo aceptado solamente. Esto es necesario, pero sobre todo, es un asunto de permanecer en él.

Así que el FRUTO solo viene cuando se permanece en Él. Es el resultado de esa permanencia.



Y Pablo es contundente y directo, y nos dice cómo es la cosa «de lo contrario, todo en lo que habrán creído será en vano

En otras palabras, no importa que hayamos hecho obras y nos hayamos movido en dones, y hecho manifestaciones espectaculares, sanidades, prodigios y milagros, y hayamos creído que éramos las personas más espirituales y sabias que habitan sobre la tierra. Si todas esas “obras”, y todo lo que hayamos creído, se hicieron sin amor (fruto), todas han sido vanas.

No puedo creer que soy paciente, si no tengo amor. No puedo creer que tengo gozo, si no tengo amor. No puedo creer que tengo mansedumbre, si no tengo amor. Y Pablo en 1ª. Corintios 13 nos dice: «¡sin amor, nada soy!»

Creo que es tiempo de reconsiderar nuestro cristianismo. Ese es el propósito de este epígrafe.
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

Creo que así como todos tenemos nuestra porción de fe, todos tenemos nuestra porción de amor. Lo que pasa es que, así como la fe sin obras es muerta, el amor sin acción es vano.

No importa realmente lo fuerte de la exortación o la disciplina, pues el mismo Dios al que ama disciplina, sino el fin que busca esa disciplina, aunque de momento nos paresca desamorizada.

Yo pregunto ¿Actuaba con amor Jesús cuando le dijo a sus apóstoles: "...hasta cuandoi tendré que estar con vosotros, hasta cuando os tendré que soportar..." , enojado porque por su poca fe no habían podido leberar a un muchacho.

Y cuando volcó las mesas de los cambistas en el templo. Y cuando llamó generación de víboras a los fariseos y escribas¿¿¿???.

Si lo analizamos, Jesús no pudo haber actuado en ningún momento guiado por otro sentimiento que no feura el amor, pero...¿Lo entendieron así los que eran disciplinados, exortados y confrontados, fuertemente por sus palabras?

Por mas amor que tengamos los unos por los otros, no debemos dejar pasar la oportunidad de enfrentar a los que amamos con sus desaciertos y errores, si nos siguen amando despues de la exortación, el amor entre ambos crecerá mas, pero si no saben amar, o nunca nos amaron, se volverán en nuestros oponentes.

Que la gracia sobreabunde en ustedes...

Isaí.
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

Las OBRAS no son fruto en sí mismas. Las obras son la consecuencia del fruto.

El fruto es cosecha de lo que ha sido sembrado. Para que haya fruto tuvo que haber un proceso:
-Sembrar la semilla
-La semilla tiene que morir para poder producir el tallo
-El tallo sale de la tierra
-Crece
-Comienza a madurar
-Resiste sequías, inundaciones, calor, frío, etc.
-Al cabo del tiempo su tallo engruesa (madura)
-En su momento produce el fruto esperado.

¿Nos damos cuenta de que este “proceso” tiene que ver con PERMANENCIA, y que por eso podemos producir fruto?


Debemos reconocer que aunque dentro de nosotros fue sembrada la semilla (Cristo), lo cierto es que nosotros no somos la vid. La vid es Dios, y nosotros somos los pámpanos.

¿Y qué son los pámpanos? Los pámpanos tampoco son el fruto, sino que unidos a la vid, producen frutos (obras).

Nosotros no podemos hacer nada para ayudar a la vid a dar fruto. La vid, por medio de los pámpanos, es la que produce el fruto.



El Espíritu Santo es el que produce el fruto en nosotros (los pámpanos). «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza;» (Gá. 5:22)

Notemos que habla de «fruto», y no habla de obras, de dones, de manifestaciones, etc. etc. Y habla de fruto en singular, aunque menciona 9, son UNO solo, y este fruto comienza con «amor».


El primer fruto de la presencia del Espíritu es el amor. Yo no puedo tener gozo, si no tengo amor; no puedo tener paz, si no tengo amor, y así.....


Por eso el Señor nunca nos dijo: «en esto conocerán todos que son mis discípulos, si tienen dones. Ni tampoco comenzo diciendo si tienen gozo, o paz, o paciencia.»

El Señor nos dice en su Palabra:
«Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.»
(Jn.13:34)


El fruto del amor trae consigo los demás frutos, por eso está en primer lugar.
Y el Señor es claro al decirnos que por más que demostremos el poder de nuestros dones, de las manifestaciones, de las sanidades, si no tenemos amor por el prójimo, de nada sirve. (Ahí está 1a. Co.13)


Y por eso dijimos que el fruto produce obras. Por tanto las obras no son fruto en si mismas, sino son producto del fruto que produce la presencia del Espíritu en nuestras vidas.

«Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.»
(Stgo.2:14)


Pablo nos dice el Gálatas 5:24: «Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
41) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.»



¿Y qué es andar por el Espíritu?.... hilemos estos pasajes. Una cosa son las obras PARA....(lograr algo)(sin que haya fruto), y otra muy distinta son las obras POR (el fruto).


Muchos tienen fe sin obras (fruto), mientras que Santiago nos lo pone claro, y nos dice: «Así también la fe, si no tiene obras (fruto), es muerta en sí misma. Muéstrame tu fe sin tus obras (fruto), y yo te mostraré mi fe por mis obras (fruto).»
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

Parece ser que nos mueve el mismo espíritu!

Es definitivo que la fe y el amor, son demostrados por los frutos de una y de otro.

Pero...¿como identifico los frutos de la fe y los del amor?

Los frutos de la fe, no se basan en lo que puedas conseguir con la fe que tienes, sino en lo que puedas creer que puedes obtener por esa fe que tienes.

De la misma forma, los frutos del amor, no se basan en lo que puedas conseguir de lo que amas por el amor que le profesas, sino en cuanto puedas amar aunque no recojas una respuesta por el amor que das.

La única diferencia entre la fe y el amor, es que la fe siempre da como resultado mas fe, porque esta logra lo imposible. Mas en cambio el amor, no siempre cosecha amor, cuando se da sin medida, pues el fruto del amor, debe ser satisfacción al darlo, no al esperar recibir nada a cambio.

Que la gracia sobreabunde en usted...

Isaí.
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

Dios conoce los pensamientos y las intenciones del corazón!!! Pero eso lo identifica únicamente Dios!!!

Entonces ¿Como reconoceremos los frutos de los demás?

¿Acaso no hay árboles que en apariencia dan frutos buenos, pero a la hora de probar sus frutos, no lo son?

Jesús maldice a la higuera por aparentar tener frutos, pues daba la apariencia de tenerlos, sin embargo al buscar en ella no habían frutos.

¿Será que los frutos son las buenas obras que tanto barullo han ocacionado últimamente, sobre todo las mencionadas por Santiago?

Creo que este tema tiene mucho que dar. Me gustaría si me permites Oscar, poder desarrollar estas preguntas.

Dios te bendice!

Greivin.
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

Dios conoce los pensamientos y las intenciones del corazón!!! Pero eso lo identifica únicamente Dios!!!

Entonces ¿Como reconoceremos los frutos de los demás?

¿Acaso no hay árboles que en apariencia dan frutos buenos, pero a la hora de probar sus frutos, no lo son?

Jesús maldice a la higuera por aparentar tener frutos, pues daba la apariencia de tenerlos, sin embargo al buscar en ella no habían frutos.

¿Será que los frutos son las buenas obras que tanto barullo han ocacionado últimamente, sobre todo las mencionadas por Santiago?


Dios te bendice!

Greivin.



Creo que este tema tiene mucho que dar. Me gustaría si me permites Oscar, poder desarrollar estas preguntas.

Adelante mi hermano, desde el principio dije que este tema es para edificación del cuerpo. Te leemos.
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

Oscar,
Gracia y paz continuen derramandose abundantemente en tu vida hermano.

Te comparto aquí un aporte que ya he publicado varias veces en el foro en temas muy similares al que planteas, espero que sea de provecho y de bendición y que, sobre todo, honre la bendita Palabra de nuestro Dios y Padre.

Este es el aporte:

El Espíritu Santo se manifiesta en el creyente, no en experiencias "misticas" o extrañas, sino en su carácter, al conformarlo al de Jesucristo.

"Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley" (Galatas 5:22-23)

El fruto del Espíritu es la más clara evidencia de que el Espíritu Santo está actuando en el creyente.

La Escritura no deja lugar a dudas de que el testimonio de nuestra vida es importante, pues es la la evidencia de la acción del Espíritu Santo de Dios en nosotros, Su poder obrando y haciendo cambios en nosotros, esa es la diferencia entre aquellos que dicen andar en el Espíritu y los que verdaderamente andan en Él.

Y es que en la iglesia (entiendase todos los nacidos de nuevo y bautizados -sumergidos, introducidos, incorporados- por el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo) se tiene que vivir bajo el control y guía del Espiritu Santo de Dios dando testimonio de Su poder y en cada uno de los que pertenecen a ella (a la iglesia) se cumple lo que la Palabra dice, más allá de señales y prodigios, que aún muchos harán aún sin ser verdaderos convertidos.

Escrito está: "...por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad" (Mateo 7:20-23)

Por eso es que muchos no creen, porque hay muchos que se dicen iglesia y no lo son, que hacen milagros y prodigios, manifestaciones "sobrenaturales" y aún así no hay testimonio en sus vidas de la transformación que produce el Espíritu Santo, no dan evidencia de Su fruto (1 Corintios 14:14, Galatas 5:22, Efesios 5:9). Pero gracias a Dios hay quienes si son iglesia y se levantan con poder, no de "prodigios", "maravillas" y milagros, sino con su manera de vivir, por su semejanza al actuar y pensar del Maestro, con testimonio convincente de que Dios cumple lo que promete, y es por medio de ellos que el Señor sigue impactando vidas, sabedores de que no son ellos, sino Dios el que lo hace y que a Él, y solo a Él es la Gloria y el reconocimiento.

Escrito está: "Por lo cual teniendo nosotros esta administración según la misericordia que hemos alcanzado, no desmayamos; Antes quitamos los escondrijos de vergüenza, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por manifestación de la verdad encomendándonos á nosotros mismos á toda conciencia humana delante de Dios. Que si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto: En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos á nosotros mismos, sino á Jesucristo, el Señor; y nosotros vuestros siervos por Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros" (2 Corintios 4:1-7)

Nosotros no debemos predicarnos a nosotros mismos, "nuestras" manifestaciones y prodigios, sino a Cristo y Su Evangelio, a Dios y Su Palabra para que esta crezca como en aquellos tiempos:

"Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía á la fe" (Hechos 6:7)

No solo debemos hablar la Palabra, sino también obedecerla, ser testigos de ella, ser testimonio vivo de Su Poder:

"Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron á Jerusalem, y en muchas tierras de los Samaritanos anunciaron el evangelio" (Hechos 8:25)

Para que Dios y Su Palabra sean glorificados y reconocidos, no nosotros:

"Y los Gentiles oyendo esto, fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor: y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna" (Hechos 13:48)

Porque la obra es del Señor, no nuestra, suya es la Autoridad y el Poder. Él es el que da las señales y prodigios, de Él vienen, no de nosotros, de Él es la autoridad, no nuestra:

"Con todo eso se detuvieron allí mucho tiempo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio á la palabra de su gracia, dando que señales y milagros fuesen hechos por las manos de ellos" (Hechos 14:3)

Y así cumplimos el propósito por el que estamos aquí: dar Gloria, Honra y Alabanza al único digno de recibirlas, Jehová Dios. Y Él cumple el propósito de Dios para nosotros: Que lleguemos a ser como Jesucristo. Que desarrollemos Su carácter, que tengamos Su mente, que manifestemos Su vida.

Atte.
Joaco <><
 
Re: Por sus frutos los conoceréis....

El fruto del Espíritu Santo es la expresión del carácter de Cristo en el creyente, el cual es conformado en este por la acción del mismo Espíritu Santo.

Escrito está: "Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos" (Romanos 8:29)

Atte.
Joaco <><