En los tres años que Jesús empleó en dar a conocer al Padre, en ningún momento se dijo que era Dios, sino Hijo de Dios y lo más llamativo es que el tentador nunca fue más allá de Hijo de Dios.
Mateo 4:
3 El tentador se acercó y le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 Pero él respondió y dijo:
—Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
5 Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, lo puso de pie sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo:
—Si eres Hijo de Dios, échate abajo, porque escrito está:
A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te llevarán,
de modo que nunca tropieces
con tu pie en piedra.
7 Jesús le dijo:
—Además está escrito: No pondrás a prueba al Señor tu Dios. 8 Otra vez el diablo lo llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria. 9 Y le dijo:
—Todo esto te daré, si postrado me adoras.
10 Entonces Jesús le dijo:
—Vete, Satanás, porque escrito está:
Al Señor tu Dios adorarás
y a él solo servirás.
11 Entonces el diablo lo dejó y, he aquí, los ángeles vinieron y le servían.