Salud Miniyo:
Con profunda tristeza voy a tratar de contestar tu epígrafe, pues este contiene la verdadera esencia de nuestra vivencia, la de los mal llamados "cristianos".
Del mensaje que tomé para contestarte, resalté tres ideas realmente estupendas:
1.- Es un tema edificante porque nos muestra la naturaleza del Espíritu Santo.
2.- Sirve para reflexión y estímulo de los participantes.
3.- Después de pecar contra el Espíritu ya no hay posibilidad de arrepentimiento.
Déjame decirte que no te equivocaste en ninguno de los tres pensamientos, y que tu equivocación radica al juzgar nuestra propia condición: hemos sido, somos, y queremos seguir siendo, pecadores. Y este fenómeno no es nuevo, ya le había ocurrido al Señor Jesucristo cuando estuvo con nosotros en carne, y por razones obvias, sigue sucediendo hoy día: HOY COMO EN AQUEL TIEMPO, NOSOTROS NO QUEREMOS ACERCARNOS A LA LUZ.
Pero permíteme analizar el por qué de esta afirmación.
El Espíritu Santo vino a este planeta con la misión muy específica de llevar a cada quien a los pies de Cristo:
¿Pero qué hemos hecho nosotros?
Nos hemos apropiado de la misón del Espíritu de Dios, pues, con una soberbia infinita afirmamos que única y exclusivamente cada uno de nosotros es poseedor de la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad; y así se nos confronte con nuestro error, seguimos teniendo la verdad, y los demás son una bazofia satánica digna de ser arrojada a lo mas profundo de los infiernos.
Tan solo tienes que darle una ojeada a los temas, siempre recurrentes, que se tratan en el foro (y eso que algunos llevan como mil quinientos años de debate) para darte cuenta que la razón me asiste. Es increíble ver la obstinación de los adventistas, la tozudez de los testigos de Jehová, la terquedad de los católicos, y la mas terrorífica violencia de los evángelicos. NINGUNO DE NOSOTROS ES CAPAZ DE RECONOCER SU ERROR (SU PECADO, SU FALTA DE AMOR), NINGUNO PUEDE, NI QUIERE, RECONCILIAR SU CREENCIA CON LA DE SU PRÓJIMO. EL FRUTO DE VIDA DEL ESPÍRITU SANTO EN NOSOTROS, BRILLA POR SU AUSENCIA. Y así y todo, queremos ser salvos.
Es muy triste reconocerlo, pero un tema de esta naturaleza confronta a nuestro espíritu con el Espíritu de Dios, y como ya hemos conocido la verdad (de un modo u otro los que aquí debatimos no somos ignorantes), entonces también sabemos que la condenación está a las puertas, pero preferimos hacernos los locos en nuestra comodidad de vida, engañandonos a nosotros mismos, porque amamos mas las tinieblas que la luz.
Gracia y paz.