Por amor a este foro

JESÚS

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11 Enero 2000
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Hermanos y hermanas:
Son raras las veces que intervengo en este foro, hasta el punto de que para hallar mi última participación habría que rebuscar bastantes meses atrás. Sin embargo sigo las participaciones que tan prolijamente se producen en el mismo con cierta asiduidad.
Si hoy me atrevo a escribir es porque he observado que en estos últimos tiempos han vuelto a encresparse los ánimos hasta un punto que, en mi opinión, rebasa ampliamente las normas de amorosa convivencia que el Señor nos enseña en su Santa Palabra, y por ello quisiera colaborar con esta aportación a restablecer en algún grado, si ello fuera posible, el espíritu que animó a que este foro fuese creado.

Los evangélicos españoles de la generación pasada (y supongo que esta experiencia puede hacerse extensiva a los demás países americanos de lengua hispana) tuvieron que pasar grandes fatigas y sufrimientos por la persecución de que eran objeto por la Iglesia Católica hegemónica en aquel entonces. Tras muchos avatares consiguieron que se respetasen sus criterios divergentes de la postura ‘oficial’. Sólo pedían poder decir públicamente aquello que creían.
Este foro es claro ejemplo de ese anhelo de libertad de expresión a la que todos tenemos derecho, siendo nuestra responsabilidad mantenerla, defenderla y enseñarla, con aquellos que discrepan con nuestros criterios interpretativos. Sería absolutamente injusto coartar la libertad de expresión a nuestros ‘discrepantes’ después de haber militado tanto en el bando ‘discrepante’ clamando por libertad de expresión para nosotros.
Ahora bien, es imprescindible que esa libertad de expresión haya de producirse en un clima de respeto y tolerancia hacia las demás opiniones. Aquí lo único admisible es la argumentación; jamás las descalificaciones y menos aún las personales.
Sin embargo, parece que en el foro esto no queda del todo claro a algunos participantes y así se pueden observar encendidas soflamas personales que, so pretexto de guardar la pureza de la fe y la sana doctrina, se lanzan contra todo aquel que se atreve a interpretar la bendita Palabra de Dios de manera diferente a la sustentada por el ‘soflamista’ (triste reminiscencia de tiempos pretéritos testigos de tanta sangre derramada en el nombre de Dios).
¿Qué decir cuando se trata de uno que cree ser profeta y brazo acusador, e incluso ejecutor de la ‘justicia y la ira divinas’? He ahí un Torquemada en potencia que, si las circunstancias lo permitieran, sería capaz de repetir trágicas escenas históricas.
En el fondo de nuestra alma todos llevamos un inquisidor, más o menos explícito, proclive a enviar a las llamas eternas del infierno a todo aquel que no se ajusta a nuestra particular interpretación bíblica.
Me pregunto ¿hasta qué punto necesita el Señor de nuestra defensa llevando al exterminio (físico, psicológico o moral) al contrario? Cuando Pedro quiso evitar su apresamiento a punta de espada, el Señor le conminó ‘Pedro, mete la espada en su funda, pues el que a hierro mata, a hierro muere’. El Señor es muy suficiente para defenderse saliendo siempre airoso de todo lance vindicando la gloria de su nombre y su eterna majestad (así ha sido a lo largo de toda la historia humana). ¿Qué sabemos nosotros de sus planes con respecto a una persona determinada, por muy aborrecible y disparatada que nos parezca su postura? Ved el ejemplo de Pablo. ¿Acaso nos ha sido dada la divina capacidad de discernir si es trigo o cizaña y el permiso para separar al uno de la otra? No queramos suplantar la labor cuya ejecución está destinada a los ángeles; y aún estos la habrán de llevar a cabo tras el juicio. Nuestra defensa apologética habrá de ser siempre paciente, razonada, expectante y ejercida con mansedumbre.
He incluido el calificativo ‘expectante’ porque también hemos de esperar ser iluminados en algún punto por las palabras y razonamientos de nuestro contrario en la fe.
Contendamos, pues, con las ideas, con las creencias, jamás con las personas. Todas ellas recipiendarias en potencia de la gracia divina. Seamos despiadados sólo con nuestro propio pecado. Fuera de este ámbito íntimo lo que debe reinar es la piedad correctora hacia las debilidades y errores de los demás (‘cuando abundó el pecado, sobreabundó la gracia&#8217
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. Y en todo caso, si algún grado de coacción se ha de ejercer, habrá de ser solamente con aquella persona que quiera causar algún mal a un tercero, y esto por amor hacia el inocente y sin ánimo de perjudicar al causante del mal, sino de procurar su restauración.

Un foro en Internet tiene muchas limitaciones humanas. Este es un asunto que aún está en estudio por tratarse de un fenómeno muy nuevo. La más importante que en mi corto entender observo está en que la persona con quien te comunicas es un ‘ente virtual’. No ves su rostro. Aun su nombre puede ser un seudónimo.
En las relaciones personales el lenguaje escrito tiene muchas limitaciones con respecto al oral. No es sencillo plasmar en texto los pensamientos y las emociones. No todo el mundo sabe hacerlo adecuadamente. Sin embargo, al hablar cara a cara con una persona, además de las palabras, se pueden observar la expresión de sus ojos, los gestos de sus manos, la actitud de todo su cuerpo, la entonación de sus palabras, etc. Todo ello proporciona información entre los interlocutores; información que en un foro está vedada, y esto suele ser causa y motivo de malos entendidos, de interpretaciones equívocas, dando como resultado una impresión engañosa, distorsionada de la persona de nuestro interlocutor. Es importante tener todo esto en cuenta a la hora de comunicarnos por este medio tan novedoso.

¡Qué útil y edificante poder leer lo escrito por todos aquellos cristianos cuyas opiniones están bien equilibradas en su contenido, elegantes en la forma y ponderadas en su expresión! (Gracias a Dios que de estos hay buenos ejemplos aquí).
No obstante sucede que el ambiente religioso a veces ejerce un fuerte poder de atracción en algunas personas con problemas en su equilibrio psíquico y emocional, encontrando en este ambiente un caldo de cultivo apropiado para dar salida y expresión a sus angustias, frustraciones y neurosis de una manera insana, muchas veces disfrazadas de fervor religioso, exagerada piedad o celo consumidor.
Sepamos discernir inteligentemente a estas personas y no les demos ‘carnaza’ que alimente su desvarío. Lo mejor es un ‘vacío alimenticio’, jamás exento de piedad, que frene su ánimo arrebatado. Oremos por ellos y quien tenga una sabia palabra de ánimo, o alguna otra forma de ayudarle, hágalo, pero evitemos seguirle en su peligroso juego que pueda, inflamada su locura hasta el extremo, encaminarle hacia procederes más graves, incluso a tratar de atentar contra otro forista.

Hermanos y hermanas, a paz nos llamó el Señor. Hagamos de este foro el lugar que debe ser. Un lugar de discusión (no un ring de boxeo) en donde enfrentemos noblemente nuestros distintos puntos de vista, con el objetivo de que de ese enfrentamiento surja un afianzamiento y perfeccionamiento de nuestra fe y de la de aquellos que nos leen sin participar, produciendo luz que ilumine nuestro entendimiento y un mayor acercamiento y admiración hacia Aquel que nos rescató de las tinieblas a su reino de luz admirable y eterna.

Que Dios nos bendiga a todos.
 
Gracias Jesús por tu mensaje, lleno de equilibrio cristiano.

Que el Señor nos ayude a "guardar nuestras espadas"(la dialéctica ,la demagogia y los ataques personales) y a utilizar más Su Espada (la Palabra de Dios).


Dios te bendiga.


PD. Me encantaria conocerte.
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Maripaz
 
DTB JESUS

Alabado sea Dios por su participacion "ZAQUEO".
Como diria hace un año el buen TIMOTEO, al referirse a sus "Epistolas" con el calificativo de "PATERNALES", bueno y si GOTTLIEB (Q.E.P.D.) fue el abuelo del foro, verdaderamente usted puede ser considerado como uno de "Los Padres del Foro".
Largo extenso y sustancioso, su mensaje tratare e meditarlo y tomar todo lo que necesito cambiar en mi persona.
No se ofenda, pero en parte la "Culpa" de que se lleguen a estos extremos, es SUYA.
Si pues al dejarnos a la deriva y no participar con su sabiduria y equilibrio, es que ha ocurrido esto, pues somos niños o a lo mas adolecentes espirituales, que obvio necesitamos (al menos yo) la guia y correccion de alguien Maduro y equilibrado, veo que en este FORO los ha puesto Dios a Ud. y a los WEBMASTERS.

Fraternalmente su hno. en XTO. karolusin
 
La actitud:

La posibilidad de intercambiar opiniones e información entre nosotros participantes de este foro es muy importante. Esta posibilidad nos la da la moderna tecnología por la que nos podemos comunicar desde los más distantes lugares de la tierra. Por eso, debemos saber aprovechar las posibilidades que ésta nos ofrece. Sin intención de establecer nuevas normas, sino de meditar sobre lo que puede ser más beneficioso para nosotros, buscadores, voy a intentar enumerar la actitud que debemos tener, tanto con nosotros mismos, como con los demás.

Sinceridad: Debemos procurar ser sinceros con los demás, pero sobre todo con nosotros mismos.
Humildad: Debemos oír a los demás e intentar descubrir la verdad de lo que nos quiere decir nuestro interlocutor. Si ya creemos que sabemos, no podremos abordar el mensaje que nos quieren transmitir.
Meditar: Los mensajes después de leídos hay que dejarlos reposar para poder determinar el alcance de los mismos. No es lo que me dicen a primera vista lo importante, sino el poso que dejan en mi interior.
Pensar: si lo que queremos es vencer, o solo sugerir, para que el que tome partido sea uno mismo, en vez de intentar convencer.
Aprender: Tal vez buscamos enseñar lo mucho que sabemos, y si es así no aprenderemos nada. Mi actitud ha de ser también la de tener una sana actitud de aprender.
Reacción: La reacción a un mensaje es diferente para cada uno. Nadie está en la misma situación y nadie reacciona de la misma forma. Cada uno es un mundo. Si la reacción es de ofensa, porque las palabras nunca ofenden, es cada uno el que se siente ofendido cuando rompen nuestro querido esquema de valores, en vez de devolver o quejarse al interlocutor de la ofensa, es más recomendable analizar el por qué yo, precisamente yo, me he ofendido ante esas palabras. Puede ser que, precisamente, eso que me ofende, me esté indicando que algo no funciona bien en mi esquema y en mi interior. Son precisamente las cosas que me ofenden las que más me pueden ayudar.
Educación: Actuar siempre bajo este principio, sin insultar ni herir, pero sí zaherir y decir las cosas, porque si no, no aprenderemos nada.

Un abrazo.

[]Cedesin>
 
Gracias, don Jesús, por su elevada exhortación. Me comprometo a leerla varias veces más. Coincido con Maripaz en mi deseo de conocerlo personalmente algún día. Reafirmo las palabras de Karolusin, con quien estoy de acuerdo que la no-participación nos hace culpables de los pecados de nuestros prójimos. Sus palabras, me recordaron mis primeras intervenciones en el foro; sin embargo, una cosa es ver en la famosa plaza de Acho al Manolete frente al cornudo desde la butaca en la sombra tomándose una refrescante "Inca Cola" o "Pilsen Callao", y otra tener la filuda y estar frente a uno de esos malandrines que le pueden mandar a la enfermería. Pues, ilustre Jesús, bájese al ruedo porque esto se pone bueno.

Proclamando que Dios es Dios,
Ezequiel Romero
 
Cedesin:

Perdón por haberlo omitido en mi reconocimiento a las palabras tuyas referente a la exhortación que nos dio.

Co-firmo con todo lo que dijo. Es verda la actitud es vital. Roguemos a Dios que nos renueve nuestra actitud constantemente para comunicar respeto a todos los demás.

Sigamos usando los medios que Dios nos ha dado en este siglo para glorificar su Nombre.

A propósito, ustedes los de Bilbao son bilbaínos, bilbanenses, o qué. Me estoy olvidando mis gentilicios y patronímicos. ¿Sabe? Me encantaría visitar España, pero no como un turista 'americano' sino llegar a ella y poder estrechar manos amigas. ¿Todavía vive el Cid Campeador?


Su amigo,
Ezequiel Romero
 
Queridos hermanos y hermanas:
Les agradezco sus palabras hacia mi persona, incluidos sus reproches por mi falta de participación. Pero verán ustedes, cariñosamente les digo que no creo que sea justo por parte de algunos de ustedes el adjudicarme la culpabilidad de lo sucedido en este foro.
Es un grave error confundir un foro con una iglesia, y en parte creo que lo sucedido aquí tiene que ver con no saber discernir claramente este punto. A la iglesia es de precepto la asistencia y participación positiva en sus actividades, en un foro esto no es así.
Además ustedes ignoran mis circunstancias particulares y por tanto no están en posición de poder juzgar con un mínimo de imparcialidad y conocimiento mi no participación.
Aunque no me siento en modo alguno obligado a darles explicaciones personales, por deferencia hacia ustedes, y para que tengan elementos de juicio más cabales, les diré que mi estado físico está bastante deteriorado, que el trabajo que procura mi sustento y el de mi familia me lleva mucho tiempo y esfuerzo realizarlo, y que además estoy involucrado en algunas asociaciones de ayuda a personas necesitadas y discapacitadas que también consumen gran parte de mi tiempo, por lo que, como espero que comprendan, me resulta gravoso prodigarme en este foro. Además, en mis participaciones anteriores observé cómo se producía en mi ánimo un fuerte sentimiento adictivo al foro, lo que me pareció que producía un efecto perjudicial para mi sistema nervioso ya sobrecargado. La verdad es que no necesito de ningún malandrín que me mande a la enfermería, ya que esta suele ser mi lugar de residencia habitual.
¿Se dan ustedes cuenta de lo equívoco que puede resultar en estos foros nuestra percepción sobre los demás participantes? Nosotros leemos un mensaje firmado por alguien que desconocemos. Al ignorar sus circunstancias personales desgajamos el mensaje de su autor, y esto nos lleva a equivocarnos con las personas, a quienes solemos adjudicar nuestras propias circunstancias, nuestros criterios y forma de ser y pensar, y..... ¡ya hemos montado nuestro propio escenario (ficticio) sobre el que juzgar el contrario! Es por eso que insisto en contender sólo con los argumentos, no con las personas. El argumento lo tenemos escrito, mientras que la persona nos resulta en gran parte desconocida. A modo de ejemplo: Piensen en el caso hipotético de un forista agresivo a quien respondemos en su mismo tono porque nos sentimos ofendidos por su punzantes ofensas; pero ignoramos que esta persona padece un síndrome maniaco-depresivo. ¿De conocer esta circunstancia responderíamos de igual manera a este forista?
De todas formas, y a pesar de todo lo dicho, me comprometo a intentar participar con mayor asiduidad, pero desde ahora les digo que esa asiduidad será, como mucho, quincenal o mensual.
Que el Señor nos bendiga a todos.