- Pilar Rahola entre Patriotas o Terroristas.
Hay patriotas que tienen recursos económicos ilimitados para matar
A Roberto Trevesse, desde Paraná por PILAR RAHOLA.
Publicado en "El Avui", el 10/06/04, en lengua catalana
Traducción: http://es-israel.org
Me habían dicho que la Argentina del interior era el paisaje real del
país, el lugar donde el castigo del gran crac económico había golpeado
más duro, mientras que Buenos Aires iba conciliando el hundimiento de
las clases medias con una notable capacidad de recuperación. Pero en el
interior la recuperación era lenta y compleja. Cuando uno llega a
Paraná, capital de Entre Ríos -y durante algunos pocos años, capital
del país, durante un proceso bélico-, es cierto que se visualiza la
miseria. Pero también se visualiza la dinámica interior de un país con
un fuerte instinto cultural, conectado al mundo pese a las muchas
lejanías, actual, central. Hoy estoy en Santa Fe, camino a Rosario. Las
conferencias se suceden con éxito y con deseo dialéctico, con voluntad
de confrontar, enseñar y aprender. Es decir, el interior puede tener
muchas pieles heridas, partes de la herida actual Argentina, pero
hierve de inquietudes. Y, a menudo, muestra perlas de extraordinario
valor.
El ejemplo de Paraná
Uno piensa que llega a una geografía lejana y que encontrará lejanas
percepciones. ¿Qué encuentro? Apenas bajo del avión, un joven me
pregunta si soy la "catalana" que hoy dará una conferencia. Sus abuelos
son catalanes... Después me espera el propio Casal Catalán, que me
regala una rosa en el acto. Y, como si se tratase de un milagro
poético, se me acerca Enrique Pereira, que luce un pin republicano en
la chaqueta. Amigo del coronel republicano Galán y hombre de
convicciones sólidas, Enrique me conoce, me ha leído desde hace años y
me hace un regalo que me acompañará toda la vida: una litografía de la
Generalitat Catalana de 1938, regalada entonces por el coronel
republicano a su amigo de Paraná, y ahora devuelta a Catalunya gracias
a su inmensa generosidad. No sabría describiros la cara que me quedó
cuando, lejos de tantas cosas, recibo un presente tan próximo, tan
cálido, tan simbólico. Como si el alma rota del viejo espíritu
republicano hubiera dejado pedazos por todo el mundo, y el mundo los
hubiera preservado. Amigo de Jaime Naiflesch y de Horacio Vázquez Rial,
me enseña fotos de las veladas de madrugada, resolviendo los conflictos
del mundo desde la "Mesopotamia" argentina. Es verdad de veras que uno
a solas no puede salvar el Amazonas, pero puede cuidar diariamente del
jardín de casa... Ya en Paraná, en pocas horas intensas, la joya de un
cerebro intenso, notable, del cual ya había disfrutado en algunos
correos electrónicos privilegiados, pero que hoy es realidad presente y
hace el honor de
presentarme: Roberto Trevesse.
Intelectual, señor, con aquella elegancia en el gesto y en el
pensamiento que impresiona y a la vez intimida, Roberto es una mente
lúcida que intenta penetrar en las grandes geografías políticas desde
la precisa, concreta y tal vez invisible geografía próxima. La grandeza
de la pequeñez. Hablamos, analizamos, escuchamos las preguntas que me
hace el público. Expresaré algunas reflexiones en las cuales
coincidimos, él desde su Paraná argentino, yo desde mi Barcelona
catalana: mundos lejanos, pensamientos cómplices. Obviamente, el tema
es el desliz trágico del terrorismo islámico, el papel de la izquierda,
la demonización de la imagen de Israel, la cuestión judía... Una
primera conclusión: algunos, de izquierdas, somos los derrotados de los
dos totalitarismos europeos, el nazismo y el estalinismo, y hoy estamos
en tierra de nadie, huérfanos del reconocimiento de la derecha, pero
también de la izquierda dogmática, la que domina el pensamiento
europeo. Como dice el dicho: hace falta defenderse de una derecha muy
diestra, y de una izquierda muy siniestra. La izquierda reaccionaria
es, hoy, el eje central de muchos de los análisis que, en aras del
progresismo, se hacen en las dos riberas del Atlántico. Dogmatismo,
pensamiento políticamente correcto, antiamericanismo visceral,
antiisraelismo y/o antisemitismo, minimización del terrorismo... Nada
extraño: ¿No estuvieron algunos minimizando el estalinismo hasta hace
dos días? Hemos enviado a los infiernos a Hitler, ¿pero lo hemos hecho
con Stalin? Una segunda conclusión: la mala imagen de Israel tiene que
ver con la distorsión informativa y con la mentira. Los que conocemos
bien la realidad de Medio Oriente podríamos poner encima de la mesa, en
un instante, las dos mentiras más recurrentes que hoy conforman la
"verdad" sobre Israel. Por ejemplo. "Israel es la fuerte y Palestina la
débil", resumida la imagen del conflicto en un tanque israelí y un niño
palestino con una piedra. La realidad es bien diferente. Israel es un
país de seis millones de personas rodeado de centenares de millones que
querrían destruirlo, sacudido por guerras permanentes por parte de
varios países de la zona, y hoy con una guerra interior que convierte
los civiles propios en objetivos, y los jóvenes vecinos, en bombas
humanas. ¿Cuántos millones de dólares del mundo árabe se desvían hacia
al terrorismo islámico nihilista? Y más todavía. ¿Si el terrorismo
tuviera un cachito de misil con cabeza nuclear, dónde lo tiraría? Y aún
dicen que Israel es la fuerte... Con Roberto hablamos también de la
indiferencia de muchos agentes del pensamiento respeto a la ideología
totalitaria que hay detrás del islamismo fundamentalista. Un ejemplo.
Un universitario llama a una radio de Santa Fe y me
dice: "Los terroristas islámicos no son terroristas. Son patriotas que
luchan por sus causas". "Patriotas" que matan 200 personas a Atocha,
4.000 en Washington y Nueva York, más de 200 en Bali, decenas en Moscú,
centenares en los autobuses, las cafeterías, las fiestas de Jerusalem,
decenas en sinagogas de Estambul... "Patriotas" que tienen recursos
económicos ilimitados para poder matar. Móviles vía satélite conectados
con "la Edad Media"... Ciertamente, hay izquierdas tan solidarias que
se solidarizan con el terror. Hay izquierdas tan modernas que caminan
hacia la antimodernidad. Hay izquierdas tan morales que acaban siendo
inmorales. De todo esto hablamos con Roberto Trevesse, en Paraná,
capital del mundo.
Pilar Rahola
Periodista y escritora
Hay patriotas que tienen recursos económicos ilimitados para matar
A Roberto Trevesse, desde Paraná por PILAR RAHOLA.
Publicado en "El Avui", el 10/06/04, en lengua catalana
Traducción: http://es-israel.org
Me habían dicho que la Argentina del interior era el paisaje real del
país, el lugar donde el castigo del gran crac económico había golpeado
más duro, mientras que Buenos Aires iba conciliando el hundimiento de
las clases medias con una notable capacidad de recuperación. Pero en el
interior la recuperación era lenta y compleja. Cuando uno llega a
Paraná, capital de Entre Ríos -y durante algunos pocos años, capital
del país, durante un proceso bélico-, es cierto que se visualiza la
miseria. Pero también se visualiza la dinámica interior de un país con
un fuerte instinto cultural, conectado al mundo pese a las muchas
lejanías, actual, central. Hoy estoy en Santa Fe, camino a Rosario. Las
conferencias se suceden con éxito y con deseo dialéctico, con voluntad
de confrontar, enseñar y aprender. Es decir, el interior puede tener
muchas pieles heridas, partes de la herida actual Argentina, pero
hierve de inquietudes. Y, a menudo, muestra perlas de extraordinario
valor.
El ejemplo de Paraná
Uno piensa que llega a una geografía lejana y que encontrará lejanas
percepciones. ¿Qué encuentro? Apenas bajo del avión, un joven me
pregunta si soy la "catalana" que hoy dará una conferencia. Sus abuelos
son catalanes... Después me espera el propio Casal Catalán, que me
regala una rosa en el acto. Y, como si se tratase de un milagro
poético, se me acerca Enrique Pereira, que luce un pin republicano en
la chaqueta. Amigo del coronel republicano Galán y hombre de
convicciones sólidas, Enrique me conoce, me ha leído desde hace años y
me hace un regalo que me acompañará toda la vida: una litografía de la
Generalitat Catalana de 1938, regalada entonces por el coronel
republicano a su amigo de Paraná, y ahora devuelta a Catalunya gracias
a su inmensa generosidad. No sabría describiros la cara que me quedó
cuando, lejos de tantas cosas, recibo un presente tan próximo, tan
cálido, tan simbólico. Como si el alma rota del viejo espíritu
republicano hubiera dejado pedazos por todo el mundo, y el mundo los
hubiera preservado. Amigo de Jaime Naiflesch y de Horacio Vázquez Rial,
me enseña fotos de las veladas de madrugada, resolviendo los conflictos
del mundo desde la "Mesopotamia" argentina. Es verdad de veras que uno
a solas no puede salvar el Amazonas, pero puede cuidar diariamente del
jardín de casa... Ya en Paraná, en pocas horas intensas, la joya de un
cerebro intenso, notable, del cual ya había disfrutado en algunos
correos electrónicos privilegiados, pero que hoy es realidad presente y
hace el honor de
presentarme: Roberto Trevesse.
Intelectual, señor, con aquella elegancia en el gesto y en el
pensamiento que impresiona y a la vez intimida, Roberto es una mente
lúcida que intenta penetrar en las grandes geografías políticas desde
la precisa, concreta y tal vez invisible geografía próxima. La grandeza
de la pequeñez. Hablamos, analizamos, escuchamos las preguntas que me
hace el público. Expresaré algunas reflexiones en las cuales
coincidimos, él desde su Paraná argentino, yo desde mi Barcelona
catalana: mundos lejanos, pensamientos cómplices. Obviamente, el tema
es el desliz trágico del terrorismo islámico, el papel de la izquierda,
la demonización de la imagen de Israel, la cuestión judía... Una
primera conclusión: algunos, de izquierdas, somos los derrotados de los
dos totalitarismos europeos, el nazismo y el estalinismo, y hoy estamos
en tierra de nadie, huérfanos del reconocimiento de la derecha, pero
también de la izquierda dogmática, la que domina el pensamiento
europeo. Como dice el dicho: hace falta defenderse de una derecha muy
diestra, y de una izquierda muy siniestra. La izquierda reaccionaria
es, hoy, el eje central de muchos de los análisis que, en aras del
progresismo, se hacen en las dos riberas del Atlántico. Dogmatismo,
pensamiento políticamente correcto, antiamericanismo visceral,
antiisraelismo y/o antisemitismo, minimización del terrorismo... Nada
extraño: ¿No estuvieron algunos minimizando el estalinismo hasta hace
dos días? Hemos enviado a los infiernos a Hitler, ¿pero lo hemos hecho
con Stalin? Una segunda conclusión: la mala imagen de Israel tiene que
ver con la distorsión informativa y con la mentira. Los que conocemos
bien la realidad de Medio Oriente podríamos poner encima de la mesa, en
un instante, las dos mentiras más recurrentes que hoy conforman la
"verdad" sobre Israel. Por ejemplo. "Israel es la fuerte y Palestina la
débil", resumida la imagen del conflicto en un tanque israelí y un niño
palestino con una piedra. La realidad es bien diferente. Israel es un
país de seis millones de personas rodeado de centenares de millones que
querrían destruirlo, sacudido por guerras permanentes por parte de
varios países de la zona, y hoy con una guerra interior que convierte
los civiles propios en objetivos, y los jóvenes vecinos, en bombas
humanas. ¿Cuántos millones de dólares del mundo árabe se desvían hacia
al terrorismo islámico nihilista? Y más todavía. ¿Si el terrorismo
tuviera un cachito de misil con cabeza nuclear, dónde lo tiraría? Y aún
dicen que Israel es la fuerte... Con Roberto hablamos también de la
indiferencia de muchos agentes del pensamiento respeto a la ideología
totalitaria que hay detrás del islamismo fundamentalista. Un ejemplo.
Un universitario llama a una radio de Santa Fe y me
dice: "Los terroristas islámicos no son terroristas. Son patriotas que
luchan por sus causas". "Patriotas" que matan 200 personas a Atocha,
4.000 en Washington y Nueva York, más de 200 en Bali, decenas en Moscú,
centenares en los autobuses, las cafeterías, las fiestas de Jerusalem,
decenas en sinagogas de Estambul... "Patriotas" que tienen recursos
económicos ilimitados para poder matar. Móviles vía satélite conectados
con "la Edad Media"... Ciertamente, hay izquierdas tan solidarias que
se solidarizan con el terror. Hay izquierdas tan modernas que caminan
hacia la antimodernidad. Hay izquierdas tan morales que acaban siendo
inmorales. De todo esto hablamos con Roberto Trevesse, en Paraná,
capital del mundo.
Pilar Rahola
Periodista y escritora