¿ PIENSAN COMO CATÓLICOS LOS JESUÍTAS, CUANDO AYUDAN A LOS HOMOSEXUALES ?

Originalmente enviado por Isaias Mazzilli:
<STRONG>Daniel Brion:

El asunto no es que tan católicos son los Jesuítas cuando quieren "regular" a las parejas de homosexuales.

Sino, ¿Cómo sería esa "regulación" por parte del catolicismo romano?

¿Se les bautizaría a sus hijos adoptados por esa curiosa pareja?

¿Se les permitiría asistir a las misas comulgando o sin comulgar a las parejas de hombres homosexuales?

Si esa "regulación" supone que no estarían "excomulgados", ¿cuales "sacramentos" se les podrían administrar?

En fín, son muchos los interrogantes que han despertado los proyectos de la revista Jesuíta católica.

Isaías.</STRONG>

Estimado Isaías,

Sus intenciones se ven a la legua.

Resulta que toma un tema ANTES de que este sea publicado y no solo emite juicios (como si supiera perfectamente de que se trata) sino que además lo hace torcidamente. Porque cuando lo que se propone es "regular" y dirigiéndose ESPECIFICAMENTE a políticos que gobiernan a la sociedad Ud. ahora "se pregunta" respecto de eventos INTRAECLESIALES.

En fin, siga Ud. con su juego que en lugar de invitar a una reflexión/diálogo en busca sincera de la verdad esta MUY clara su verdadera motivación.

Saludos
 
Daniel:

Discúlpeme, pero si los jesuitas de la revista, piden "regulación" para las parejas de homosexuales, no creo que se lo pidan solo a los políticos en el area civil.
Para ellos, debería ser mas importante "regularlos" en el area religiosa.
No tendría sentido la primera sin la segunda.

Isaías.
 
Originalmente enviado por Isaias Mazzilli:
<STRONG>Daniel:

Discúlpeme, pero si los jesuitas de la revista, piden "regulación" para las parejas de homosexuales, no creo que se lo pidan solo a los políticos en el area civil.
Para ellos, debería ser mas importante "regularlos" en el area religiosa.
No tendría sentido la primera sin la segunda.

Isaías.</STRONG>

Estimado Isaías,

Sigue Ud. suponiendo.

En la Iglesia YA EXISTEN "regulaciones" al respecto. Dichas "regulaciones" son LA LEY DEL AMOR.

Se odia, acusa, señala y desaprueba el pecado en sí, pero NO al pecador.

La persona que sufre esta enfermedad es recibida y evangelizada. De ella es la opción de lo que hará con su vida. Mientras siga en pecado no tendrá plena comunión con Cristo ya que no deja actuar a la Gracia.

Pero lo que tal vez se le escapa es considerar que lo mismo aplica para CUALQUIER pecado, y no solo para el homosexualismo.

¿Tendrá esto en claro?

Saludos

En mi comunidad tenemos una persona que ha sido manifiestamente homosexual. Hoy por gracia de Dios no lo es mas.
 
Daniel:

Por sus respuestas y actitud, parece que usted estuviera de acuerdo con los Jesuítas en "regular" a las parejas de homosexuales en la sociedad, aunque hasta el momento no ha dicho si está de acuerdo con esa medida legalizadora o nó.

La verdadera Iglesia de Jesucristo, no puede, bajo el pretexto del amor, solicitar que se "regule" las actividades de pecado en la sociedad.

Si se sigue por esa línea, después los Jesuítas estarían pidiendo que se "regule" a los prostíbulos, que se "regule" el tráfico de drogas, que se "regule" el contrabando, los bares nocturnos, el hampa, etc.

Otra cosa, el homosexualismo, NO ES UNA ENFERMEDAD, como usted dice, sino UN PECADO.

Si fuera una enfermedad y no un pecado, Dios no la estaría condenando como impedimento para entrar en el Reino de los Cielos (La Iglesia).
Dios no puede condenar a nadie por contraer una gripa o una fiebre, pero sí por practicar las relaciones sexuales hombres con hombres.

Al pecado hay que decirle pecado y condenarlo, no "regularlo".

Isaías.
 
Originalmente enviado por Isaias Mazzilli:
[QB]Daniel:

Por sus respuestas y actitud, parece que usted estuviera de acuerdo con los Jesuítas en "regular" a las parejas de homosexuales en la sociedad, aunque hasta el momento no ha dicho si está de acuerdo con esa medida legalizadora o nó.

Si supiera CUAL es la "medida legalizadora" podría decirle. Y no se la pregunto porque Ud. TAMPOCO la sabe ya que el artículo aún no ha sido publicado (al menos cuando comenzamos a dialogar).

Aunque ya se lo dije se lo vuelvo a mencionar. Si esa "regulación" propone una ley para evitar la adopción de niños a tales parejas ESTOY DE ACUERDO !!!!!!!

Ahora bien si se incluyera una igualdad de beneficios entre matrimonios "como Dios manda" (según decimos en mi tierra) con los de homosexuales SERIA UNA BARBARIDAD !!!!

La verdadera Iglesia de Jesucristo, no puede, bajo el pretexto del amor, solicitar que se "regule" las actividades de pecado en la sociedad.

La Iglesia pide que se regule SEGUN la Ley del Amor y no como pretexto. Por ello se opone y opuso al divorcio, aborto, eutanasia. Y tenga seguro Ud. que si se pretende "legalizar" las uniones homosexuales TAMBIEN SE OPONDRA. No lo dude.

Si se sigue por esa línea, después los Jesuítas estarían pidiendo que se "regule" a los prostíbulos, que se "regule" el tráfico de drogas, que se "regule" el contrabando, los bares nocturnos, el hampa, etc.

¿Ud. lo cree posible?

Hace poco en este foro se hací responsables a los jesuitas de TODOS los males del mundo pero EN EXCESO. O sea "en defensa de los intereses" de la Iglesia y no "precisamente" en contra de Ella. Ahora Ud. parece manifestar lo contrario.

Es lo de siempre: si "haces" pecas. Si no, TAMBIEN. TODO lo que ellos hagan ESTARA MAL.

Otra cosa, el homosexualismo, NO ES UNA ENFERMEDAD, como usted dice, sino UN PECADO.

SI QUE ES PECADO. Pero es tambien una "enfermedad" del alma que necesita ser curada por Cristo. Por eso ha de invitárselo a "recibir tratamiento" y no a "arrojarlo fuera" sin haberle brindado esa oportunidad.

Ya sabes, ODIO Y GUERRA al pecado, pero amor al pecador.

Si fuera una enfermedad y no un pecado, Dios no la estaría condenando como impedimento para entrar en el Reino de los Cielos (La Iglesia).
Dios no puede condenar a nadie por contraer una gripa o una fiebre, pero sí por practicar las relaciones sexuales hombres con hombres.

Al pecado hay que decirle pecado y condenarlo, no "regularlo".

Isaías.

AMEN, Isaias, AMEN.
 
Daniel Brion:

Dice el diario El País en http://www.elpais.es/articulo.html?d_date=20010702&xref=20010702elpepisoc_6&type=Tes&anchor=elpepisoc

La 'hierba' de los jesuitas
J. G. B. | Madrid

'Mejor es casarse que abrasarse'. No lo escribe el teólogo Marciano Vidal, sino Pablo de Tarso en una carta a los corintios (1 Co. 7,9) como reconocimiento de la atracción -'como un fuego violento'- que existe entre los sexos. Algunos de los primeros eclesiásticos (año 33 después de Cristo) ya discutían sobre el celibato, y ésa era la posición de san Pablo, que perduró hasta el Concilio de Letrán de 1123. Fue una prueba de lo mucho que mandaba aquel fogoso apóstol caído del caballo cuando acudía a perseguir, furioso, a los cristianos de Damasco, más tarde un auténtico secretario de organización del creciente cristianismo.

El voluminoso tomo segundo de Moral de actitudes, titulado por Marciano Vidal como Moral del amor y de la sexualidad, aborda con meticulosa erudición esas cuestiones morales, y no hay afirmación que no deje sustentada en reiteradas citas de autoridad. Pero, en materia de sexo, Roma no admite averiguaciones, sólo dogmas, aunque sean poco cumplidos. El 92% del clero católico norteamericano cree que el celibato debería ser una opción personal, y sólo el 2% de ese clero cumple totalmente ese mandato, según el sociólogo jesuita Joseph Fichter, de la Universidad de Harvard.

Hasta los jesuitas parecen moverse en esta materia. 'A lo largo de sus más de cinco siglos de existencia, la Compañía de Jesús se ha atrevido prácticamente con todo, menos con el voto de celibato', escribía el pasado día 28 de junio la agencia Ivicon, de la Conferencia Española de Religiosos (Confer). Daba cuenta así de la publicación de un libro del jesuita Thomas Hollweck, publicado por las editoriales Mensajero y Sal Terrae, que constituye el trabajo de licenciatura del autor en la Pontificia Comillas, dirigido por Marciano Vidal. Las vueltas que da la vida.

'La historia de la Compañía está jalonada de posicionamientos firmes sobre diferentes cuestiones, divinas y humanas. Incluso sobre los otros dos votos, el de pobreza y obediencia (también al Papa), las interpretaciones no han dejado de prodigarse. Pero, en el caso de la castidad, ningún documento oficial de la orden de san Ignacio de Loyola, salvo algunas referencias ocasionales y tardías, se ha pronunciado sobre el tema', escribe Ivicon. Hasta que en 1995 la Congregación General 34ª afrontó el tema de La castidad en la Compañía de Jesús en el decreto 8º.

Ignacio de Loyola fue quien dijo en el capítulo 6 de las Constituciones que el voto de castidad 'no pide interpretación'. Dura prueba, debió pensar, porque la tradición jesuita se encargó pronto de alimentar el rumor sobre una hierba que tomaban para superar las tentaciones. En su Historia de la Compañía de Jesús, Nicolás Orlandino relata la anécdota del príncipe Felipe pidiendo al gran tesorero de Castilla Juan de Zúñiga que procurase enterarse del nombre de la tal hierba. Se preguntó al padre Antonio Araoz, pero la hierba, les dijo, no era otra que el 'temor de Dios'. Y no hubo más.

Sobre el fundador de la Compañía, Hollweck escribe que 'el entorno social en que creció no era el más favorable para optar por una vida de castidad y perseverar en ella', que fue 'un hombre con experiencia de trato íntimo con mujeres' y que 'hay argumentos para suponer que tuvo una hija'.
 
Don Isaías toda una joyita el panfleto este con el cual nos ha regalado. Mas que nada por su proverbial rigurosidad. A tal fin rescato el remate de la nota que me ha dejao demblANDO !!!

Originalmente enviado por Isaias Mazzilli:
<STRONG>
Sobre el fundador de la Compañía, Hollweck escribe que fue 'un hombre con experiencia de trato íntimo con mujeres' y que 'hay argumentos para suponer que tuvo una hija'.</STRONG>

Maravillas de la historia que uno puede comprobar.

Cualquier mención a prensa amarillista será expiado en las mazmorras de Pekín previa ingesta de 1 litro de aceite de ricino diluído en agua salada y condenado a contar cuantos granos de arroz integral conforman 10 toneladas.

Bendiciones
 
Un tribunal francés juzga por primera vez a un obispo.

Se acoge al secreto de confesión por no denunciar a un sacerdote pederasta

CRISTINA FRADE. Corresponsal
PARIS.- La Iglesia católica francesa, sacudida ya por numerosos escándalos de pederastia, vive uno de sus momentos más difíciles con el juicio contra el obispo de Bayeux y Lisieux, monseñor Pierre Pican, un caso sin precedentes en su historia contemporánea. Es el primer prelado que ocupa el banquillo de los acusados de un tribunal penal, y lo hace por no haber denunciado los abusos sexuales contra menores de un sacerdote de su diócesis....

«Pero monseñor, nos referimos a hechos que incluyen felaciones y penetraciones», señaló el juez. «En aquella época, en la Iglesia estábamos muy poco formados en esos asuntos», respondió el prelado. Sin arrepentimiento alguno, afirmó que si volviera a encontrarse con un caso semejante, actuaría de la misma forma. «Aconsejaría al sacerdote una visita al médico y a la Justicia, pero la denuncia es algo que no puedo admitir»....

Para defenderse, el obispo se ampara también en el secreto profesional, aunque el juez que instruyó el caso ya hizo constar que Bissey en ningún momento confesó sus actos a Pican, por lo que no procede invocar tal argumento. En noviembre pasado, la propia Conferencia Episcopal francesa publicó una declaración en la que aseguraba que un obispo no podía encubrir hechos delictivos.

Sin embargo, resulta inevitable preguntarse cuántos religiosos han podido beneficiarse de esa ley del silencio en la que se escuda el prelado....>

Transcrito del diario El Mundo de Madrid: http://www.elmundo.es/2001/06/15/sociedad/1010018_imp.html

COMENTARIO:
Ya no solo son los Jesuitas, sino que toda la institucion catolica ampara los delitos sexuales con el pretexto del "secreto de confesion".
Sobretodo si los delincuentes son sacerdotes catolicos.

Isaias.
 
Romper el secreto de confesión es causa automática de excomunión para un sacerdote católico.

Pero lo mismo ocurre con los abogados o los psiquiatras, que no pueden revelar datos que han llegado a su conocimiento a través del ejercicio de sus actividades profesionales.