rey pacifico, es muy bueno ser un ministro de Dios como por ejemplo lo fueron los 12 apóstoles y el apóstol Pablo, ellos tenían la guía del Espíritu Santo y lo que enseñaban era lo que su maestro Jesús les enseñó como ejemplo principal y también citaban en la predicación de los Profetas de Dios del pasado.
Pero no decían nada que no estuviera escrito en la Ley de Dios.
Todos sabemos que hay religiones que son influidas por Satanás el Diablo y sus demonios.
Video: De YouTube, ¿Por qué estudiar la Biblia?, rey pacifico te lo quería poner directamente de la página oficial de los TJ. pero me anulan el video y e tenido que recurrir a ponértelo desde YouTube. Espero te guste.
***** > Por otro lado rey pacifico,
¿Quiénes son los ministros de Dios?
HACE unos años se presentaron varias objeciones al hecho de que se estuviera aplicando el término “ministro” a todo cristiano dedicado y bautizado. Aquellas objeciones se basaron en diferencias lingüísticas y en la manera en que otros grupos religiosos y hombres en puestos oficiales pudieran considerar esta afirmación de ser ministros, y así por el estilo. Sin embargo, no parece que esas objeciones tengan suficiente peso como para anular la posición que el pueblo de Jehová ha sostenido por la mayor parte de los pasados 100 años.
“DIÁKONOS”... UN MINISTRO
En la traducción al español de las Escrituras Griegas Cristianas el verbo “servir” y el nombre “ministro” aparecen muchas veces. El nombre griego que se tradujo “ministro” es
diákonos, que significa literalmente ‘a través del polvo,’ como si se aplicara a alguien que se cubriera de polvo al estar haciendo mandados. Parece que este sustantivo se emplea en tres sentidos distintos, los cuales pasaremos a examinar.
En primer lugar, el término
diákonos se emplea para referirse a alguien que sirve en sentido seglar, material, y puede referirse simplemente a servir en una casa. Por eso, en una de las parábolas de Jesús, leemos: “El rey dijo a sus sirvientes [
diákonoi]: ‘Átenlo de manos y pies.’” (Mat. 22:13) La misma palabra se traduce “ministro” en Romanos 13:4, donde se hace referencia a gobiernos seglares.
En ciertos contextos, esta palabra griega
diákonos se emplea en un sentido especial restringido y oficial, como en Filipenses 1:1, donde se aplica a ciertas personas de la congregación cristiana que ocupan un puesto por nombramiento, porque el vocablo tiene allí nexo con otras personas que ocupan el puesto de superintendente, u “obispo.” Así, leemos: “Pablo y Timoteo, esclavos de Cristo Jesús, a todos los santos en unión con Cristo Jesús que están en Filipos, juntamente con los superintendentes y siervos ministeriales [o “diáconos,”
diákonoi].” Este término también se emplea en este sentido especial en 1 Timoteo 3:8, 12, donde el apóstol Pablo alista los requisitos que se exige que satisfagan estos siervos ministeriales, o “diáconos.”
Por último, hay otros casos en que estos escritores inspirados de las Escrituras Griegas Cristianas parecen haber empleado este término de manera más amplia, que también encierra más importancia que la de simplemente referirse a un siervo que ejecutara deberes mundanos. Tal es el caso cuando se emplea con aplicación a cualquier persona dedicada que sirve a Dios en asuntos sagrados o espirituales, y por eso en estos casos en algunos idiomas se traduce usando una palabra más adecuada, a saber, “ministro,” que comunica el sentido de un servicio elevado o piadoso. Así, el apóstol Pablo en Colosenses 1:23 dice de sí mismo que fue “hecho ministro [
diákonos],” o uno que ‘llegó o vino a ser ministro.’ (Vea
Versión Valera (1977);
Biblia de Jerusalén; Besson; Sagrada Biblia, Editorial Herder.) Pablo también llama ministros a otros, como hace con referencia a Timoteo.—1 Tim. 4:6;
VV; Versión Moderna; Cantera-Iglesias.
“DIAKONÍA”... MINISTERIO
En estrecha relación con la palabra griega
diákonos está el nombre
diakonía, que se refiere a un servicio o un “ministerio.” Esta palabra griega también se emplea tanto en sentido seglar como en sentido religioso o sagrado. Se emplea en sentido seglar en Hechos 6:1, donde leemos: “Ahora bien, en estos días, cuando aumentaban los discípulos, se suscitó una murmuración de parte de los judíos de habla griega contra los judíos de habla hebrea, porque a sus viudas se les pasaba por alto en la distribución [“administración,”
VM] diaria.”
Cuando se emplea la voz
diakonía con sentido religioso, algunos que han traducido la Biblia a ciertos idiomas han usado una palabra especial, y no la traducen “distribución” o “servicio,” sino “ministerio,” por lo cual quieren decir un servicio elevado, piadoso. Así, en esos idiomas se hace que el apóstol Pablo diga respecto a su apostolado a los gentiles: “Glorifico mi
ministerio.” (Rom. 11:13,
VM; Besson)* Él escribió, además, que se sentía agradecido de que Dios ‘lo hubiera considerado fiel al asignarlo a un ministerio,’ a un “servicio” piadoso, elevado. (1 Tim. 1:12,
Versión Popular; Kingdom Interlinear Translation) Así, Pablo escribió a Timoteo: “Tú, sin embargo, mantén tu juicio en todas las cosas, sufre el mal, haz la obra de evangelizador, efectúa tu ministerio plenamente.” La evangelización, o predicación de las “buenas nuevas,” que Timoteo realizó no fue un servicio de índole mundana o terrenal. Fue un servicio piadoso, elevado —un ministerio— y éste constituyó a Timoteo en ministro. Por la misma razón, todos los que hoy día participan en el ministerio de evangelizar son verdaderamente ministros.—2 Tim. 4:5,
VM; VV; Solé; BJ.
El modo en que los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas emplearon bajo inspiración las palabras griegas
diákonos, diakonía y otras parecidas a éstas es lo que fija la pauta para los testigos de Jehová. En realidad, los testigos de Jehová no solo son una organización religiosa según el significado que generalmente se acepta para el término “congregación,” o “iglesia,” sino que también constituyen una asociación que se ocupa en entrenar y equipar a hombres, mujeres y jovencitos para que sean ministros, “siervos,” en un sentido elevado o piadoso, predicadores de las buenas nuevas del reino de Dios. Con este propósito tienen un conjunto progresivo y continuo de cursos de estudio para impartir instrucción a hombres, mujeres y menores en el conocimiento vital de la Biblia, para que puedan hacerse cada vez más eficaces como ministros de Dios. Estos cursos de estudio se abarcan en cinco reuniones semanales en las cuales se hace una exposición de la doctrina bíblica, se da interpretación de profecías bíblicas, se instruye en conducta cristiana y se entrena en la predicación y enseñanza de las verdades de la Biblia.
ORDENACIÓN COMO MINISTROS
Al igual que sucede en el caso de toda organización religiosa, los testigos de Jehová tienen el privilegio y derecho de determinar cuándo sus estudiantes han llegado al punto en que satisfacen los requisitos para ser ministros de la Palabra de Dios, “siervos” en sentido elevado, piadoso. Después de un período de entrenamiento adecuado para cada persona individualmente, los ancianos debidamente nombrados de su congregación la someten a un examen. Si los estudiantes pueden dar prueba de que han adquirido conocimiento adecuado de la Palabra de Dios, de que aprecian desde el corazón el mensaje de ésta, y de que se han dedicado sin reservas a Jehová para hacer Su voluntad y seguir en las pisadas de Jesucristo, y si han puesto su vida en armonía con los requisitos y principios de Dios, se les acepta para el bautismo y por éste se les ordena como ministros. Este modo de proceder tiene precedente bíblico firme, puesto que no fue sino hasta después que Jesús se hubo presentado para su bautismo cuando él empezó su carrera como ministro ungido de Dios que predicaba las buenas nuevas del reino de Dios.—Mar. 1:9-15.
Pero, ¿hay razón sólida para considerar el bautismo, el ser uno completamente sumergido en agua, como una ceremonia de ordenación adecuada?* Tal vez no si se juzgara por las costumbres que son comunes en la cristiandad, pero ciertamente la hay desde el punto de vista bíblico, como fácilmente se puede ver por lo que se dice en la
Cyclopœdia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature (1877) de M’Clintock y Strong, Tomo VII, página 411. Según esta obra, una ordenación es “el nombramiento o la designación de una persona a un puesto ministerial, con ceremonias concomitantes o sin ellas. . . . Una investigación bíblica del asunto no puede menos que impresionar la mente cándida con el gran significado del hecho de que ni el Señor Jesucristo ni discípulo alguno suyo dio órdenes o declaraciones específicas con referencia a la ordenación.” Los ministros de hoy día no necesitan un diploma o certificado de ordenación, tal como no lo necesitó el apóstol Pablo.—2 Cor. 3:1-3.
EL MINISTERIO DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ
¿Cómo llevan a cabo su ministerio los testigos de Jehová? Algunos de ellos sirven como ancianos nombrados, y en tal calidad predican y enseñan en su congregación desde la plataforma y en las clases bíblicas que la congregación celebra en hogares de Testigos. Sin embargo, el método que los Testigos emplean más extensamente en su ministerio, y que más los distingue, es aquel que emplearon los apóstoles y otros discípulos primitivos de Jesús en obediencia a este mandato que él dio: “En cualquier ciudad o aldea que entren, busquen hasta descubrir quién en ella es merecedor . . . Al entrar en la casa, salúdenla; y si la casa lo merece, venga sobre ella la paz que le desean.”—Mat. 10:11-13.
De manera similar, el apóstol Pablo se distinguió mediante predicar tanto en las congregaciones como a personas en sus hogares. Como dijo a los ancianos de Éfeso: “Bien saben ustedes cómo . . . no me retraje de decirles ninguna de las cosas que fueran de provecho, ni de enseñarles públicamente y de casa en casa. Antes, di testimonio cabalmente tanto a judíos como a griegos acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús.” (Hech. 20:18-21) Esto suministra excelente precedente para los ministros de Dios de hoy día.
En cuanto al ministerio del día moderno que se efectúa de casa en casa y en el que se emplean tratados religiosos, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos decidió lo siguiente en el caso de
Murdock contra el
Commonwealth of Pennsylvania (1943): “La distribución manual de tratados religiosos es una forma muy antigua de evangelismo misional... tan vieja como la historia de las imprentas. . . . Esta forma de actividad religiosa ocupa bajo la Primera Enmienda el mismo estado elevado que ocupa la adoración en las iglesias y la predicación desde los púlpitos.”
Además, en el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Séptimo Circuito, en el caso de
Ransom contra
United States (1955), ese tribunal declaró que no podía “hacer distinción, válidamente, . . . entre los ministros de los testigos de Jehová que predican como vocación suya de puerta en puerta y en las esquinas de las calles y los ministros de las confesiones más convencionales que predican en púlpitos, enseñan en escuelas eclesiásticas o llevan a cabo varias otras actividades religiosas para sus iglesias.”
¿Perjudicaría acaso su afirmación de ser ministros el que estos ministros no dedicaran todo su tiempo a su ministerio y daría esto a entender entonces que no satisfacían los requisitos para ser ministros? De ninguna manera, porque hasta el mismo apóstol Pablo se ocupó en actividades seglares para su propio sostén y el de los que estaban con él. (Hech. 18:3, 4; 20:33, 34) El Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Quinto Circuito apoyó esta posición cuando falló lo siguiente en el caso de
Wiggins contra
United States (1958): “Los ministros de los testigos de Jehová . . . no tienen más remedio que participar en actividades seglares para obtener fondos que les permitan hacer del ministerio su vocación. . . . La prueba . . . es . . . si él, por vocación, con regularidad, no de vez en cuando, enseña y predica los principios de su religión.”
Por lo tanto, ¿quiénes son los ministros de Dios? ¡Son los cristianos dedicados y bautizados que hacen del servicio a Dios y al prójimo el principal objetivo en la vida! (Mar. 12:28-31)
SALUDOS