LA HISTORIA DEL NEGRO EN EL PRESIDIO POLITICO DE CASTRO
07-22-2002 06:35 PM
LA HISTORIA DEL NEGRO EN EL PRESIDIO POLITICOS DE CASTRO
“La Vida de un Prisionero Político en Cuba: Golpizas y Rezos en secretos.”
Autor : Fox Butterfield, publicado el 7 de julio de 1984.Traducido del New York Times
Relato del prisionero negro Humberto Noble Alexander sobre su encarcelamiento en Cuba.
Salem, Mass., julio 6 – En la tarde, cuando los guardianes sacan de sus celdas a los prisioneros para la comida, Humberto Noble dirige las oraciones en secreto con sus compañeros de prisión.
Alexander era un ministro de la Iglesia Adventistas del Séptimo Día que leía de las Biblias introducidas clandestinamente dentro de la prisión e himnos copiados en pequeños caracteres en el papel de los cigarrillos. Algunos de los guardianes ignoraban los servicios, pero otras veces los prisioneros eran golpeados y un una ocasión, Alexander fue herido de bala en una mano cuando los guardas dispararon en el medio del grupo de oración.
Alexander dice que su fe religiosa, que le ganó el apodo de “pastor”, le ayudó a sobrevivir 22 años de prisión hasta que el Reverendo Jesse Jackson obtuvo la liberación en Junio 28 de él y de otros 25 prisioneros políticos, así como de 22 americanos, después de entrevistarse con el líder cubano, Fidel Castro.
Alexander, de 50 años de edad, delgado, de naturaleza afable, fue uno de cerca de 200 prisioneros políticos arrestados al principio del régimen de Castro que rehusaron aceptar la “re-educación” a la que quería forzarlos el gobierno. Por ello recibieron un trato particularmente brutal según el señor Alexander y Amnistía Internacional. Se les llamaban “los plantados” por su resistencia y a partir de 1967 se les suprimió el recibir cartas, visitar familiares o asistencia médica.
Alexander fu entrevistado en al casa de su madre y de su hermana en Salem, una ciudad a 15 millas de Boston. Contó que su madre trabajaba de criada con un oficial de la Marina Americana estacionado en la Base Naval de Guantánamo, en Cuba, y se marchó en 1950 a trabajar con él cuando regresó a los EE.UU, pero Noble se quedó en Cuba trabajando de mecánico.
Alexander dice no haber estado interesado en la política y que no apoyó ni a, presidente Fulgencio Batista ni a la revolución que derrotó al gobierno de Batista, dedicándose en su tiempo libre a estudiar para hacerse un predicador laico. Pero, en 1962, tres años después de tomar Castro el poder, Alexander fue arrestado cuando manejaba hacia La Habana de regreso de una ceremonia religiosa en el campo.
La esposa de Alexander, que todavía está en Cuba, se divorció de él al ser encarcelado, y no le ha sido posible ver desde los últimos de 1960, a su hijo que ahora tiene 24 años.
Alexander relata que cuando fue detenido la policía le desnudó y lo mantuvieron toda la noche en una cuarto extremadamente frío, donde le interrogaban a cerca de sus actividades religiosas y manifestándoles sus sospechas de que él estaba en contacto con los americanos en la Base de los EE.UU. in Guantánamo.
Alexander admitió que había visitado en ocasiones a su hermana que vive en un pueblo aledaño a la Base pero del lado cubano, pero, con todo el personal de seguridad que tiene el gobierno cubano alrededor de la Base, hubiese sido muy difícil acercarse allí. Mientras le interrogaban, dijo que un policía le puso una pistola en la cien amenazándole con matarle. Más tarde le dijeron que sería condenado a 20 años de presión por sus crímenes.
Durante e; juicio, se le presentó un policía diciéndole que sería su abogado. Antes que pudiera decir nada, el oficial me dijo, viendo que mi cliente es culpable, le pediré a la corte que tenga piedad de usted. Cuando traté de responder, me dijo “¡cállese!”
Alexander fue condenado a 20 años. Pero cuando cumplió su sentencia hace dos años, las autoridades no se dieron por enteradas de la expiración de su sentencia. Algunos prisioneros preguntaban a cerca de que ya había cumplido sus sentencias pero los guardias siempre ponían alguna excusa diciendo que tenían que esperar por la notificación oficial.
En conjunto, durante su encarcelamiento, Alexander fue trasladado nueve veces en seis prisiones distintas. Según él, la peor fue la de Isla de Pinos, donde fue forzado a trabajar en los campos desde 1963 a 1967. Allí los prisioneros eran frecuentemente golpeados con machetes, y nueve de sus compañeros fueron ejecutados.
También estuvo dos años encerrado en completo aislamiento en la Prisión de Boniato desde 1970 a 1972.
En la Prisión del Combinado del Este en La Habana, donde estuvo confinado los últimos siete años, no se efectuaron ejecuciones dentro de la prisión. Pero, en ocasiones los prisioneros recalcitrantes eran puestos en pequeñas mazmorras, desde donde eran sacados para ser ultimados afuera.
En los años más recientes, cuenta Alexander, trajeron muchos prisioneros nuevos, algunos tan jóvenes como de 9 o 10 años.
En 1967, dice Alexander, las relaciones entre los guardias y los prisioneros se deterioraron profundamente cuando el gobierno trató de forzarles a que usaran el uniforme oscuro de los prisioneros comunes. Irónicamente, el problema empezó porque los prisioneros políticos fueron forzados a usar el uniforme amarillo que usaba el ejército desprestigiado del régimen de Batista, pero al pasar de los años, el uniforme amarillo se convirtió en un símbolo de honor.
Cuando los guardias no sacaban afuera por algún motivo, la gente que veía el uniforme amarillo trataban de darnos cigarrillos y dinero, lo que molestaba mucho a los guardias.
Como resultado no se les dio más ropas a los prisioneros políticos y ellos tuvieron que conformarse con estar en ropa interior confeccionadas por ellos con sus sábanas. Se les suprimieron todas las visitas y el correo.
En ocasiones, contó Alexander, los prisioneros se declaraban en huelga de hambre como protesta sobre las condiciones, especialmente la comida. Comíamos pasta hervida que en ocasiones le ponían alguna sal.
A veces nos daban también pescado, pero era pescado ruso congelado ya vencido que los guardias lo dejaban pudrirse al sol antes de cocinarlos. Tanto él, como otros prisioneros fueron envenenados por el pescado y le mostró al entrevistador llagas en sus brazos que atribuyó Alexander al pescado en mal estado.
A pesar de las restricciones, él pudo sacar clandestinamente algunas para sus familiares en Massachussets. Usando cualquier pedazo de papel, escribió en letras tan pequeñas que era necesario una lupa para poder leerlas.
En las reuniones de oración, Alexander pasaje favoritos de la Biblia eran de “Revelation 2:10 “Behold the Devil shall cast some of you in prison, that ye may be tried; and ye shall have tribulation 10 days,” ( El demonio pondrá a algunos de ustedes en prisión para probarles, y sufrirán tribulaciones por diez días.) Para Alexander los diez días se convirtieron en 20 años. Y terminó repitiendo el final del pasaje, “Be Thou faithful unto death, and I will give thee the crown of life.” (Sean fieles hasta la muerte, y Yo les daré la corona de la vida.)
07-22-2002 06:35 PM
LA HISTORIA DEL NEGRO EN EL PRESIDIO POLITICOS DE CASTRO
“La Vida de un Prisionero Político en Cuba: Golpizas y Rezos en secretos.”
Autor : Fox Butterfield, publicado el 7 de julio de 1984.Traducido del New York Times
Relato del prisionero negro Humberto Noble Alexander sobre su encarcelamiento en Cuba.
Salem, Mass., julio 6 – En la tarde, cuando los guardianes sacan de sus celdas a los prisioneros para la comida, Humberto Noble dirige las oraciones en secreto con sus compañeros de prisión.
Alexander era un ministro de la Iglesia Adventistas del Séptimo Día que leía de las Biblias introducidas clandestinamente dentro de la prisión e himnos copiados en pequeños caracteres en el papel de los cigarrillos. Algunos de los guardianes ignoraban los servicios, pero otras veces los prisioneros eran golpeados y un una ocasión, Alexander fue herido de bala en una mano cuando los guardas dispararon en el medio del grupo de oración.
Alexander dice que su fe religiosa, que le ganó el apodo de “pastor”, le ayudó a sobrevivir 22 años de prisión hasta que el Reverendo Jesse Jackson obtuvo la liberación en Junio 28 de él y de otros 25 prisioneros políticos, así como de 22 americanos, después de entrevistarse con el líder cubano, Fidel Castro.
Alexander, de 50 años de edad, delgado, de naturaleza afable, fue uno de cerca de 200 prisioneros políticos arrestados al principio del régimen de Castro que rehusaron aceptar la “re-educación” a la que quería forzarlos el gobierno. Por ello recibieron un trato particularmente brutal según el señor Alexander y Amnistía Internacional. Se les llamaban “los plantados” por su resistencia y a partir de 1967 se les suprimió el recibir cartas, visitar familiares o asistencia médica.
Alexander fu entrevistado en al casa de su madre y de su hermana en Salem, una ciudad a 15 millas de Boston. Contó que su madre trabajaba de criada con un oficial de la Marina Americana estacionado en la Base Naval de Guantánamo, en Cuba, y se marchó en 1950 a trabajar con él cuando regresó a los EE.UU, pero Noble se quedó en Cuba trabajando de mecánico.
Alexander dice no haber estado interesado en la política y que no apoyó ni a, presidente Fulgencio Batista ni a la revolución que derrotó al gobierno de Batista, dedicándose en su tiempo libre a estudiar para hacerse un predicador laico. Pero, en 1962, tres años después de tomar Castro el poder, Alexander fue arrestado cuando manejaba hacia La Habana de regreso de una ceremonia religiosa en el campo.
La esposa de Alexander, que todavía está en Cuba, se divorció de él al ser encarcelado, y no le ha sido posible ver desde los últimos de 1960, a su hijo que ahora tiene 24 años.
Alexander relata que cuando fue detenido la policía le desnudó y lo mantuvieron toda la noche en una cuarto extremadamente frío, donde le interrogaban a cerca de sus actividades religiosas y manifestándoles sus sospechas de que él estaba en contacto con los americanos en la Base de los EE.UU. in Guantánamo.
Alexander admitió que había visitado en ocasiones a su hermana que vive en un pueblo aledaño a la Base pero del lado cubano, pero, con todo el personal de seguridad que tiene el gobierno cubano alrededor de la Base, hubiese sido muy difícil acercarse allí. Mientras le interrogaban, dijo que un policía le puso una pistola en la cien amenazándole con matarle. Más tarde le dijeron que sería condenado a 20 años de presión por sus crímenes.
Durante e; juicio, se le presentó un policía diciéndole que sería su abogado. Antes que pudiera decir nada, el oficial me dijo, viendo que mi cliente es culpable, le pediré a la corte que tenga piedad de usted. Cuando traté de responder, me dijo “¡cállese!”
Alexander fue condenado a 20 años. Pero cuando cumplió su sentencia hace dos años, las autoridades no se dieron por enteradas de la expiración de su sentencia. Algunos prisioneros preguntaban a cerca de que ya había cumplido sus sentencias pero los guardias siempre ponían alguna excusa diciendo que tenían que esperar por la notificación oficial.
En conjunto, durante su encarcelamiento, Alexander fue trasladado nueve veces en seis prisiones distintas. Según él, la peor fue la de Isla de Pinos, donde fue forzado a trabajar en los campos desde 1963 a 1967. Allí los prisioneros eran frecuentemente golpeados con machetes, y nueve de sus compañeros fueron ejecutados.
También estuvo dos años encerrado en completo aislamiento en la Prisión de Boniato desde 1970 a 1972.
En la Prisión del Combinado del Este en La Habana, donde estuvo confinado los últimos siete años, no se efectuaron ejecuciones dentro de la prisión. Pero, en ocasiones los prisioneros recalcitrantes eran puestos en pequeñas mazmorras, desde donde eran sacados para ser ultimados afuera.
En los años más recientes, cuenta Alexander, trajeron muchos prisioneros nuevos, algunos tan jóvenes como de 9 o 10 años.
En 1967, dice Alexander, las relaciones entre los guardias y los prisioneros se deterioraron profundamente cuando el gobierno trató de forzarles a que usaran el uniforme oscuro de los prisioneros comunes. Irónicamente, el problema empezó porque los prisioneros políticos fueron forzados a usar el uniforme amarillo que usaba el ejército desprestigiado del régimen de Batista, pero al pasar de los años, el uniforme amarillo se convirtió en un símbolo de honor.
Cuando los guardias no sacaban afuera por algún motivo, la gente que veía el uniforme amarillo trataban de darnos cigarrillos y dinero, lo que molestaba mucho a los guardias.
Como resultado no se les dio más ropas a los prisioneros políticos y ellos tuvieron que conformarse con estar en ropa interior confeccionadas por ellos con sus sábanas. Se les suprimieron todas las visitas y el correo.
En ocasiones, contó Alexander, los prisioneros se declaraban en huelga de hambre como protesta sobre las condiciones, especialmente la comida. Comíamos pasta hervida que en ocasiones le ponían alguna sal.
A veces nos daban también pescado, pero era pescado ruso congelado ya vencido que los guardias lo dejaban pudrirse al sol antes de cocinarlos. Tanto él, como otros prisioneros fueron envenenados por el pescado y le mostró al entrevistador llagas en sus brazos que atribuyó Alexander al pescado en mal estado.
A pesar de las restricciones, él pudo sacar clandestinamente algunas para sus familiares en Massachussets. Usando cualquier pedazo de papel, escribió en letras tan pequeñas que era necesario una lupa para poder leerlas.
En las reuniones de oración, Alexander pasaje favoritos de la Biblia eran de “Revelation 2:10 “Behold the Devil shall cast some of you in prison, that ye may be tried; and ye shall have tribulation 10 days,” ( El demonio pondrá a algunos de ustedes en prisión para probarles, y sufrirán tribulaciones por diez días.) Para Alexander los diez días se convirtieron en 20 años. Y terminó repitiendo el final del pasaje, “Be Thou faithful unto death, and I will give thee the crown of life.” (Sean fieles hasta la muerte, y Yo les daré la corona de la vida.)
