¿ Crees que quien tradujo estas palabras, leyó bien en el original ? 
La Fe Auténtica vive porque emana de la
Palabra Viviente “de la boca de Dios.”
La Sagrada Escritura envuelta por la presencia del Padre,
es dónde la fe - por amor - es concebida.
La comunión con el Padre, oír Su Palabra personal es recibir
una semilla palpitante.
Absorbiendo la Sagrada Escritura, se plantea la autentica
verdad en los abismos de mi intrincada mente, y
disuelve las necias conclusiones
acumuladas a lo largo de mi vida.
Es imperativo que construya mi fe por acciones deliberadas,
por el bombardeo de mi propia alma
con la verdad Eterna de Dios
contra la arrogancia de mis valoraciones.
Estar alrededor de los que tienen fe alimenta la fe.
Camina con un escéptico y
tu fe malcomerá en la incredulidad.
Todavía. . . es la obediencia y la muerte quien de verdad
forma y libera la fe.
Entregándose a Dios, para hacer Su voluntad en la más
profunda sumisión para hacer morir a la independencia. . .
estas rendiciones,
suscitan Su Propia Confianza para entrar y librar
el corazón humano de dudas.
Si sirvieras a Dios pero no mueres por Él,
tu fe siempre se achicará.
Gál 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios.
La muerte te introduce en la fe del Mismo Hijo de Dios,
una fe sobrenatural emanada
de Uno cuya fe conquistó TODO.
La muerte del ego, es el fallecimiento de mi naturaleza
Adámica que resbala hacia la incredulidad. . . y vive
cínicamente
acerca de su propio Creador,
despreciando mi Propio Origen.
¡La incredulidad sólo se mata cuando el “yo” muere!
Y la fe es nacida sólo en “Su” vida.
Así. . . Alimenté mi fe con la Palabra de Dios, como
el Padre me la lee a mí y
Mato mi incredulidad por la cruz personal de mí
experiencia diaria.
Sin embargo. . . en medio de esta Gran Solución
a mi duda innata. . .
una llave falsa en mi mano - no de Dios.
Un pivote que cierra o abre
la Dinámica de la Fe.
Esta llave eléctrica que sustenta
Fe y Duda
en equilibrio
es mi simple opción.
Puedo decidir lo qué creeré.
Puedo escoger contra la evidencia,
Puedo refutar el argumento.
Puedo rechazar la lógica y
Puedo imponer silencio al acusador.
Es mi opción. Mi opción.
Escojo en que confiaré. Escojo la verdad.
O escojo rechazar la verdad.
La opción siempre descansa. . .
conmigo.
Puedo desear creer pero
a menos que escoja creer
mi deseo perecerá en mi regazo.
Sin fe mi deseo
nunca vendrá a la vida.
Y culparé a Dios de ello.
La fe viene por el oír, y debo escoger escuchar.
La fe viene muriendo y debo decidir morir.
Y la fe viene por mirar. Puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de nuestra fe.1
La Fe Auténtica vive porque emana de la
Palabra Viviente “de la boca de Dios.”
La Sagrada Escritura envuelta por la presencia del Padre,
es dónde la fe - por amor - es concebida.
La comunión con el Padre, oír Su Palabra personal es recibir
una semilla palpitante.
Absorbiendo la Sagrada Escritura, se plantea la autentica
verdad en los abismos de mi intrincada mente, y
disuelve las necias conclusiones
acumuladas a lo largo de mi vida.
Es imperativo que construya mi fe por acciones deliberadas,
por el bombardeo de mi propia alma
con la verdad Eterna de Dios
contra la arrogancia de mis valoraciones.
Estar alrededor de los que tienen fe alimenta la fe.
Camina con un escéptico y
tu fe malcomerá en la incredulidad.
Todavía. . . es la obediencia y la muerte quien de verdad
forma y libera la fe.
Entregándose a Dios, para hacer Su voluntad en la más
profunda sumisión para hacer morir a la independencia. . .
estas rendiciones,
suscitan Su Propia Confianza para entrar y librar
el corazón humano de dudas.
Si sirvieras a Dios pero no mueres por Él,
tu fe siempre se achicará.
Gál 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios.
La muerte te introduce en la fe del Mismo Hijo de Dios,
una fe sobrenatural emanada
de Uno cuya fe conquistó TODO.
La muerte del ego, es el fallecimiento de mi naturaleza
Adámica que resbala hacia la incredulidad. . . y vive
cínicamente
acerca de su propio Creador,
despreciando mi Propio Origen.
¡La incredulidad sólo se mata cuando el “yo” muere!
Y la fe es nacida sólo en “Su” vida.
Así. . . Alimenté mi fe con la Palabra de Dios, como
el Padre me la lee a mí y
Mato mi incredulidad por la cruz personal de mí
experiencia diaria.
Sin embargo. . . en medio de esta Gran Solución
a mi duda innata. . .
una llave falsa en mi mano - no de Dios.
Un pivote que cierra o abre
la Dinámica de la Fe.
Esta llave eléctrica que sustenta
Fe y Duda
en equilibrio
es mi simple opción.
Puedo decidir lo qué creeré.
Puedo escoger contra la evidencia,
Puedo refutar el argumento.
Puedo rechazar la lógica y
Puedo imponer silencio al acusador.
Es mi opción. Mi opción.
Escojo en que confiaré. Escojo la verdad.
O escojo rechazar la verdad.
La opción siempre descansa. . .
conmigo.
Puedo desear creer pero
a menos que escoja creer
mi deseo perecerá en mi regazo.
Sin fe mi deseo
nunca vendrá a la vida.
Y culparé a Dios de ello.
La fe viene por el oír, y debo escoger escuchar.
La fe viene muriendo y debo decidir morir.
Y la fe viene por mirar. Puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de nuestra fe.1